lunes, 17 de junio de 2013

-38.

El miércoles de mañana, mientras todos estaban esperando al profesor en el curso, yo estaba en mi asiento, girada mirando hacia atrás, hablando con Zaira, suponiendo que sorpresa nos pueden llegar a dar el comité de profesores –ya que el día pasado nos habían dicho que pronto tendríamos noticias sobre un proyecto que sería de nuestro agrado- mientras que a mi lado Pedro no paraba de molestar y hacerme reír –al  igual que Hernán a Zaira- me acariciaba una y otra vez detrás de mi oreja, justo en el lugar donde más cosquillas tengo, mientras que Hernán hacia lo mismo con el cuello de Zaira.

-Dios, pueden dejarnos hablar en paz? –pregunto  Zaira por quinta vez, luego de que yo allá preguntado anteriormente.
-Nop –respondió Hernán gracioso.
-Pedro -me queje y el solo soltó una risita- Llego a saber donde tenes cosquillas y vas a suplicar en el piso, lo juro –lo amenace, de nada sirvió porque  volvió a reír.
-Cuando quieras –dijo guiñando un ojo mientras yo le sacaba la lengua.

Justo en ese momento entro el director, al principio nos sorprendió un poco, nunca venia si no era por una ocasión en la que estuviéramos en problemas, pero luego nos relajamos cuando dijo que nos daría la sorpresa de la que la nos habían dicho.
Y para nuestra grata sorpresa así fue, nosotros nos imaginábamos algo como Concurso de Matemáticas o cosas así que serían del agrado de los profesores y no nuestro.
Pero sin embargo el nos comunico que por ser nuestro último año, teníamos el privilegio de armar nuestro propio show, con ayuda de los profesores, claro.
Yo no me entusiasme tanto, debo ser sincera, ya que no tenía una especialidad en las artes, me gustaba cantar, pero nunca había estudiado, y tampoco sabía si lo hacía bien, sin embargo hubo un numeroso grupo que se entusiasmo demasiado, tanto que ya comenzó a planificar sobre de que trataría el show.

-Y vos? No vas a ayudar con el show? –pregunto Pedro en mi oído causándome escalofríos.
-Nop –respondí girándome para mirarlo- Y vos? Tendrías que tocar y cantar, vas a hacer que las chicas se derritan –dije graciosa y el rió.
-Solo quiero que una lo haga –dijo mirándome con esa carita tierna que decir que me vuelve tonta es poco, no me resistí y le di un corto beso.
-Mas vale –lo amenace guiñando el ojo- Igual podrías cantar, no te gusta?
-Hum, habría que preguntar a los de ahí –dijo señalando a los que se encontraban organizando algunas cosas-Ssi hay espacio para que un dúo cante –siguió y yo fruncí el seño.
-Dúo? –pregunte y el asintió.
-Ajam, vos y yo –dijo y yo fruncí el seño nuevamente.
-Querido lamento decepcionarte, pero yo no sé cantar –dije graciosa, sacando la lengua.
-He aquí un magnifico profesor –dijo guiñándome el ojo.
-Bueno, si es así, podría pensarlo –le devolví el guiño- Siempre quise saber cantar, así que, por qué no? –dije ya aun mas enserio, el sonrió de par a par.
-Pero van a ser clases estrictas señorita –dijo el sonando como un verdadero profesor.
-Claro señor –dije graciosa y lo bese.

El viernes de esa semana aquellos chicos que desde que el director dio la noticia comenzaron a proponer ideas, ya tenían una clara, que siendo sincera me gusto y mucho, como a todo el resto.
Y consistía en recrear por medio de actuaciones, cantos y bailes todo lo que vivimos en el colegio desde el comienzo, hasta claro, el ultimo año.
Pedro ese mismo día luego de que terminaran de explicar cómo sería el show, fue junto a la coordinadora y propuso su idea, que consistía en representar por medio de unas  canciones enganchadas los amores que surgían durante el largo tiempo del colegio, la chica acepto emocionada diciéndole que le había quitado un peso de encima y luego el vino a decirme que teníamos que poner manos a la obra.

Sábado al medio día, estaba poniendo la mesa con la ayuda de papá, decidí que hoy les hablaría de Pedro, por mamá no estaba preocupada, pero papá era otra cosa, realmente no tenía la menor idea de cómo reaccionaría.
Mamá termino de servir la comida y comenzamos a comer, papá hablando de su trabajo, ya que yo se lo había preguntado, para amenizar el ambiente y luego llego la pregunta de mamá.

-Hija y vos? Algo nuevo que contar? –pregunto y di un respiro (no exagerado) pero respiro en fin y decidí comenzar.
-Bien ma, em si –comencé  nerviosa- Vieron que les conté sobre el show para fin de año? –pregunte y ambos asintieron, justo hoy se le ocurre a mi papá prestar más atención que la de siempre- Bueno, ya tienen un tema –seguí.
-Cual es? –Pregunto mamá.
-Recrear todo lo que vivimos desde chicos hasta ahora en el colegio –dije.
-Ah que lindo, bien pensado –dijo mamá y papá asintió con aprobación- Y vos? No vas a hacer nada? –Y ahí venia otra pregunta, aquí va...-
-Ah, sí –respondí.
-Qué? –pregunto papá interesado.
-Cantar –cada vez me sonrojaba más.
-Hija sabes cantar? –pregunto mamá sorprendida.
-No, pero, eh, alguien me va enseñar –nunca antes había dicho a mis padres sobre algún novio, ya que nunca tuve uno fijo, me bese con dos personas pero fue algo así como no tan importante.
-Quien? –pregunto papá, trague saliva.
-Bueno antes que eso, tengo que contarles algo mas –dije, y ellos fruncieron el seño- bueno, am, estoy –hice una pausa- estoy de novia –lo solté, al fin, bien, la cara de papá es de shock normal, supongo, la de mamá sorpresa-incredulidad-entusiasmo  normal también, creo.
-Hija –exclamó mama sonriendo a más no poder- Quién es? Lo conozco?  Me alegro por vos mi amor –dijo y me paso la mano, la tome sonriendo, por lo menos ella estaba feliz.
-Em, creo que alguna vez hable de él –dije recordando la única vez que ella me vio llorar y tuve que contarle que era porque gustaba de un chico que ni siquiera sabía que existía- es Pedro –ella me miro con asombro seguido de otra sonrisa.
-Yo sabía mi amor, te lo dije –sonrió guiñándome el ojo, si, recuerdo que ella me había dicho que tarde o temprano el se enamoraría de mi también, en su momento lo creí imposible, y hasta reí cuando lo dijo.
-Papá? –pregunte mirando a papá que simplemente me observaba.
-Eh... Si –dijo saliendo de su trance, mamá inmediatamente puso una mano sobre la de él- está bien hija, mientras vos estés feliz, yo también –dijo sonriendo y yo fui a abrazarlo.
-Gracias pa –le di un beso y luego abrace a mamá también.
-Queremos conocerlo, cierto amor? –pregunto mamá a papá.
-Cierto –afirmó papá y comencé a ponerme nerviosa.
-Em, bueno –dije dudosa, haciendo una mueca.
-Que tal si le preguntas cuando puede y nos avisas? Voy a hacer una rica cena –dijo mamá y yo asentí sonrojándome.
-Esta bien, voy a preguntárselo –dije y luego recordé que hoy volveríamos a donde fuimos el sábado pasado- ah y por cierto hoy me invito a salir, puedo ir? –pregunte.
-Claro hija –dijo mamá.
-Cuidate –siguió papá y yo asentí.
-Voy a prepararme si? –ellos asintieron, les di un beso en la mejilla y luego subí a mi habitación.
Agarre mi celular para verificar si tenia algún mensaje, y claro que lo tenía, sonreí como tonta -una vez más- al terminar de leerlo.
*Hola hermosa, espero que no te hayas olvidado que paso a buscarte a las 15, ah y voy a llevar algo conmigo para mostrarte, te quiero!*
Cuando me decía hermosa realmente se me debilitaban las piernas, lo decía de una manera tan dulce y sincera que me encantaba, y me había suplicado que lo llame Pepe en lugar de Pedro, y por supuesto, acepte.
*Hola Pepe, claro que no, te espero, ah y yo tengo algo que contar y preguntar. Tambien te quiero<3*
Termine de escribirlo, lo envié y deje el celular en la mesa de luz, para dirigirme al baño a darme una ducha.
Ya eran casi las tres y yo terminaba de secar mi cabello, era lo único que me faltaba, no había respondido el último mensaje de Pedro, ya que solo era el preguntándome que tenía que contarle.
El timbre sonó y como papa y mama dormían  me apresure a bajar, me coloque el perfume, agarre mi cartera y fui junto a él.
Cuando abrí la puerta me esperaba con una de esas radiantes sonrisas -la cual se la devolví- y como estaba en sus días “picaros” su sonrisa fue cambiando a una traviesa, y sin darme oportunidad a nada, atrapo mi cintura con sus manos, y me empujo contra su cuerpo, para luego comenzar a besarme, nunca dejábamos de saborear la boca de otro en ningún beso, sin duda alguna rodee mis brazos en su cuello cuando él comenzó a profundizarlo, así para cuando mis piernas se debilitaran tuviera algo de que sostenerme.

-Hola –dijo cuando nos dimos obligados a separarnos por falta de aire, sin embargo nuestras frentes seguían pegadas y seguíamos sonriendo como locos irracionales.
-Hola –dije jugando con su nariz.
-Como amaneciste? –pregunto jugando también con la mía.
-Genial, y vos? –respondí.
-Igual también –me dio un corto beso- No. Tendríamos. Que. Ir. Yendo? –pregunto dejando un beso entre cada palabra-
-Ajam –dije volviendo a besarlo, nos dedicamos a ese beso un poquito más, hasta nos obligue a subir al auto.

El camino no fue largo, claro, e íbamos cantando músicas con Pedro, el bromeando de que sería un arduo trabajo el que debía hacer para que yo llegue a cantar bien, y yo diciéndole que solo estaba  fingiendo.

Cuando llegamos hasta donde ya ni podíamos seguir en auto, nos bajamos y Pedro me hizo esperar unos segundos porque debía quitar algo de su valijera, a penas se acerco pude notar que lo fue a buscar fue un estuche de guitarra, automáticamente se me dibujo una sonrisa.

-Me vas a cantar? –pregunté sonriendo.
-Te voy y vamos a cantar –dijo dándome un pequeño beso-
Me tendió su mano, la agarre y comenzamos a hacer el camino que el anterior sábado.
El lugar seguía igual o mejor, estaba un poco más fresco, ya que la temperatura cada vez iba descendiendo más, pero eso no significaba nada ante el maravilloso paisaje que mis ojos veían.
Nos sentamos en el pasto y  contemplamos un rato en silencio el cielo lleno de nubes y con el sol a lo lejos.
-Qué era lo que tenías que contarme y preguntarme? –pregunto él mirándome.
-Ah sí –recordé- em bueno, ya les conte a mis papás sobre vos –dije y su cara cambio completamente, estaba blanco, yo ahogue una risa.
-Y qué dijeron? –pregunto dudoso, decidí jugarle una pequeña bromita.
-Bueno mamá me dijo Yo te dije –la imite- y papá, bueno papá te espera con su escopeta –dije seria y él se puso aún más blanco, parecía que le faltaba el aire, noa guante y comencé a reír sin parar.
-Ay Pepe tenes que verte la cara –dije entre risas- estabas blanco –seguí riendo y el frunció el seño- era una jodita tontito, papá estuvo de acuerdo como mamá –dije ya parando de reír y el comenzó ahora.
-Me asustaste bastante –dijo suspirando- te mereces un castigo por eso –dijo y se abalanzo sobre mí y comenzó a hacerme cosquillas.
Luego de suplicar seguidas veces piedad él se aparto y pude volver a respirar tranquila mientras notaba que Pedro comenzaba a abrir el estuche de su guitarra.
-Peticiones? –pregunto él comenzando a tocar una melodía, yo ya estaba fascinada antes de que comience, negué con la cabeza- Bueno, entonces toco uno de mis preferidos –dijo y comenzó con una melodía que al escucharla a penas ya sabía cuál era, una de mis preferidas también.
I could stay awake just to hear you breathing
Watch you smile while you are sleeping
Far away and dreaming …
No podía lograr contener mi emoción al escuchar su voz, era dulce, armónica, de esas que no queres ni podes para de escuchar, su ingles tan bien pronunciado, era simplemente perfecto, cantando la música perfecta.
Don't wanna close my eyes
Don't wanna fall asleep, yeah
I don't wanna miss a thing 
Terminó de cantarla y puedo decir que durante toda la canción algunas lágrimas fueron derramadas –por mí, claro- y no pude contener la tentación por más tiempo, apenas fijo su mirada en la mía me abalance sobre él y lo bese hasta dejarnos sin aire.
-Eso fue increíble, hermoso, me encanto, mucho –dije dejando cortos besos en su labio mientras el reía por mi reacción.
-Bueno, creo que voy a tener que cantar más seguido así me llenas de estos besos con frecuencia –bromeo y yo reí.
-Vos sabes que es una canción dificilísima de cantar, lo sabes no? –pregunte y el solo sonrió negando con la cabeza- Bueno, la es, y vos la hiciste perfecta –no me resistí y volví a besarlo- ahora sí, sos el chico perfecto –bromeé.
-Ah si? Y antes no? –se hizo el ofendido y yo reí.
-No tontito, pero ahora te completaste –dije guiñándole el ojo.
-Si claro, si claro, bueno a ver si vos sos la chica perfecta ahora –dijo el y yo negué con la cabeza.
-No quiero que me dejes gordo –bromeé y el rió-
-Dale, decime que canción queres cantar y yo te acompaño –dijo, y comencé a pensar en alguna fácil, y luego me acorde, la música que más amaba de una de mis sagas preferidas.
- Flightless Bird –dije y él me miro y comenzó a tocar la melodía.
I was a quick wet boy, diving too deep for coins
All of your street light eyes wide on my plastic toys
Then when the cops closed the fair, I cut my long baby hair
Stole me a dog-eared map and called for you everywhere

Comencé cuando él me dio la indicación, puedo jurar que mi cara estaba roja como el tomate –o peor- pero igual así, seguí, mi voz era más suave, más baja, ya que claro, no estudié jamás y tenía miedo de desafinar demasiado y que él comenzará a reír.

Have I found you
Flightless bird, grounded, bleeding or lost you, american mouth
Big pill stuck going down…

Terminé y sentía como él me estudiaba, puedo decir que con cierta mirada de amor y fascinación, casi parecida a la mía –supongo- cuando el terminó de cantar, pero dudaba que fuera por mi voz, ya que sinceramente no sabía si cantaba fatal o un poco bien.
-Y? –pregunté tímida y nerviosa ante el silencio, tal vez no quiera decirme que cante horrible, pensé, pero rápidamente disperse esos pensamientos cuando él comenzó a sonreír.
-Esa fue la voz más dulce que escuche en mi vida –dijo el robándome un beso, yo sonreía mientras nos besábamos.
-Mentiroso –me queje.
-Lo juro –dijo sonriendo y poniendo una mano en el pecho- segura que nunca estudiaste? –preguntó y yo reí-
-Ya quisiera –dije.
-Bueno, creo que con un poquitito más de practica esa voz la vas a explotar el máximo y va ser mil veces más increíble que de lo que fue hoy –dijo con firmeza y yo asentí.
-Todo depende del profesor –dije guiñando un ojo.
-Claro, y de que la alumna lleve a cabo todo lo que el indica –me devolvió el guiño y yo comencé a reír.
-Una los dos juntos? –Pregunto y yo asentí- Elegí vos –siguió y ya tenía la canción en la mente, se reiría de mi si notaba que las dos canciones tenían que ver con una misma película.
-The Forgotten –dije y el comenzó a reír fuerte, se había dado cuenta.
-Tenes algún especie de fanatismo con Twilight? –preguntó y yo reí también.
-Algo así, pero por lo visto vos también –guiñe un ojo, era obvio, si no, no se daría cuenta.
-Años de convivir en una casa con hermanas –dijo gracioso y yo comprendí.
Comenzó a tocar nuevamente la melodía de una de mis músicas preferidas de Green Day, y yo deje que primero comience a cantarla él.
Where in the world's the forgotten?
They're lost inside your memory 
Y luego seguí yo, y en conjunto cantamos la parte del coro.
From the arms of a moment
Don't look away
From the arms of love

Terminamos de cantar los dos juntos, y como si fueran imanes nuestros labios se juntaron.





martes, 11 de junio de 2013

-37.

Podía sentir la luz del día, era fuerte, probablemente es medio día, pero de igual manera no tenía el mínimo interés en despertarme, realmente no había dormido anoche, así que únicamente me levante a cerrar las persianas de mi ventana para que impidieran la luz tan chocante y volví a la cama.
No estoy segura por cuanto volví a dormir, pero cuando desperté por mi propia cuenta la luz seguía fuerte aun a pesar de las persianas cerradas.
Agarre mi celular que estaba a punto de caerse de la mesa de luz y me fije la hora 14:07, who, sí que dormí mucho, pensé y me levante para ir al baño.
Después de haber salido del baño, baje a la cocina para ver si mamá estaba ahí -ya que no se encontraba en su habitación, ni ella, ni papá- pero no la encontré tampoco, sin embargo había una nota:

Hija, con papá fuimos a un almuerzo del trabajo, no quería despertarte porque sabía que no habías dormido tanto, hay comida en el microondas, te quiero. Mamá.

La deje donde estaba y fui a calentar la comida, tenía mucha hambre.
Mientras comía me enviaba mensajes con Zaira, ella me conto sobre su noche con Hernán, habían ido a cenar con la familia de este, muy pronto, pensé, pero así era, me contaba que sus papas fueron agradables, y que la trataron más que bien, y yo le decía que estaba feliz por ella, hasta que me pregunto si yo tenía algo para contar, y entonces respondí que estaba de novia, y confieso que pude sentir desde acá sus gritos de emoción, seguimos contándonos lo sucedido en nuestras noches, hasta que tuvimos que despedirnos porque su mamá la necesitaba para algo que no me dijo.

Estaba lavando lo que use para almorzar mientras cantaba con música a todo volumen, aun seguía con mi "pijama", mis shorts largos y mi remera de bob esponja larga y gastada, sip, amo a esa remera.
Hasta que escuche el sonido del timbre, me seque las manos, ate mi cabello en un rodete desordenado, y fui a ver quién era.
Esta vez mire antes de abrir, y era Pedro quien estaba parado detrás, sonreí como tonta antes de poner la cara de póker y abrir la puerta. 

-Es un tipo de problema el que tenes con ir a las casas de otros sin antes avisar? -trate de sonar molesta pero las curvas que estaban por salir de mis labios me traicionaban-
-Solo a una -dijo sonriendo radiante como solo el sabia- Aparte , si te avisara no tendría el gusto de verte así cada vez que abras -siguió, mirándome de pies a cabeza y sentí mis mejillas ardiendo de vergüenza-
-Idiota -me queje y el soltó una risita-
-Y así me recibe mi novia -dijo gracioso y se me escapo una a risita también-
-Bueno, convengamos que mi novio no avisa que va a aparecerse en mi casa lo cual implica que yo no esté preocupada por cómo vestirme, lógico... -deje de hablar ya que desde que pronuncie la palabra novio el no dejo de sonreír como un tonto- Estas escuchándome? -pregunte tratando de no reír, aunque ya sabía la respuesta-
-Me quede en "novio", repetilo de nuevo, suena genial -dijo el sonriendo aun-
-Sos un tarado -dije riendo- Te estaba explicando que si vos me hubieses avisado que vendrías te recibiría mejor, ahora estoy nerviosa sabiendo que me estas mirando con mi pijama puesto y tal vez pienses que es lo más ridículo que pudo existir -seguí, un poco sin aliento mientras que el extendía mucho más aun su sonrisa-
-Pienso que es lo más sexy que pudo existir -dijo él en un tono gracioso pero algo me decía que estaba hablando enserio y eso hizo que mis mejillas ardieran y enrojecieran más de lo que ya estaban, me dieron ganas de patearlo-
-Pedro -refunfuñe y el carcajeo-
-Ya, enserio, si eso era lo que te tenía tan preocupada te digo que hasta pagaría por verte así -lo seguía diciendo enserio, pero su tono era burlón-
-Sos un tarado -dije mordiendo el labio para no reír-
-Un tarado que quiere un buen recibimiento de su novia -dijo acercándose más a mí, hasta llegar a tomar mi cintura con sus manos-
-Hum -fingí pensar- Tal vez ese tarado deba volver en quince minutos a tocar el timbre para ver si su novia lo recibe mejor -dije y el sonrió-
-O tal vez pueda pedir un corto beso, y luego esperarla adentro para que se cambie? –sugirió, preguntando con una carita de cachorrito que hizo que mi corazón diera un pequeño salto-
-Trato hecho -dije graciosa y el sonrió con suficiencia para acercarme más aun a él, enrede mis manos en su cuello y traje sus labios contra los míos-
Y el corto beso resulto ser el más largo que nos habíamos dado, mientras nos besábamos, nos metimos  dentro de la casa, hasta que sentí que él cerro la puerta con su pie y me puso contra ella, seguimos besándonos hasta dejarnos sin aire el uno al otro.
-Enseguida vuelvo -dije respirando entre cortado, le di un último beso y fui corriendo hasta mi habitación-

Estábamos entrando en el mes de mayo, era otoño, pero los días aun eran cálidos, solo de noche refrescaba un poco, fue por eso que me puse un short de jean, mis converse, y una remera suelta con símbolo de los Guns estampada en medio, me peine el cabello, me puse perfume un poco y baje.
El estaba mirando las fotos que se encontraban en el estante que está un poco escondido en un pequeño rincón del living, ahí se encuentran fotos, hermosas fotos, de Gonzalo, mías, de los dos juntos, de los dos con mamá y papá, había tantas hermosas fotos que dolía saber que uno nos faltaba, que uno no regresaría, que uno se había ido por siempre.
Trate de apartar el momento del accidente de mi mente de nuevo, que siempre me perturba y termine de llegar abajo, Pedro noto que llegue, giro y me sonrió, pero no una de sus sonrisas traviesas, una con nostalgia, y supe que era porque estaba viendo las fotos y supuso quien era Gonzalo.

-Era hermoso -dije sin pensarlo, el asintió y me paso su mano, yo la agarre-
-Ha de ser duro para vos -dijo el finalmente, yo asentí y el jalo de mi para darme un abrazo, y no pude pedir más en ese momento, era justo lo que necesitaba, mientras, trataba de no echarme a llorar, pero resulto imposible y el pareció darse cuenta, me separo del abrazo y seco mis lagrimas- No llores por favor, disculpame, la curiosidad me gano -dijo él, yo negué rápido con la cabeza, eso no importaba-
-No importa -dije y sacudí la cabeza para luego sonreír y volver a abrazarlo- Vamos a cambiar de tema por favor -le suplique al odio, el asintió y me abrazo por un momento más, para luego separarse y mirarme sonriendo traviesamente de nuevo-
-De Bob Esponja a los Guns n’ Roses eh –se burló y yo lo codeé- Bueno, mi visita tiene una razón -dijo el sonriendo y provocando una sonrisa de mi parte también-
-Eso supuse, duh -dije graciosa y ambos reímos-
-Quiero que me acompañes a un lugar, que decís? -preguntó el-
-A dónde? -Pregunte en respuesta-
-Un lugar que solo yo conozco, dale, me acompañas? -pregunto de nuevo el y yo asentí, imposible no resistirme a su sonrisa-
-Bien, vamos -dijo el tomando mi mano- 

Agarre mi celular, el llavero y mi billetera que ya se encontraban en la cocina por alguna extraña razón, nos subimos al auto y Pedro acelero. 

Miro el camino mientras Pedro maneja, aun no salimos del barrio donde vivimos, y aun estamos cerca, él está concentrado en su camino también, pero de a ratos cuando lo miro veo sus labios curvados y sonrió también. 

-Ya vamos a llegar? -es la primera vez que pregunto, debe agradecer que espere un rato-
-Estamos cerca -dijo sonriendo y mirándome por un segundo-
Justo antes de salir del barrio, hay dos caminos a los costados, uno a la derecha y otro a la izquierda, el de la derecha lo conozco, es el camino al club donde papá nos solía llevar desde que Gonzalo y yo éramos chicos, hasta bueno, hasta que ocurrió eso.
El club era pequeño, pero tenía todo lo necesario para pasar un buen día, piscina, juegos de mesa, televisión, wi-fi, un pequeño restaurante y algunas cosas más que no recuerdo con exactitud.

Pero sin embargo, nunca fui por el camino de la izquierda, y es justo ahí donde estábamos yendo.

-Nunca vine por acá -dije mirando fascinada ya que había muchos árboles, sus hojas nos rodeaban por arriba, se juntaban entre sí, desde la punta de un árbol de la mano izquierda, hasta el de la mano derecha, era increíble-
-Lo sé, casi nadie viene acá -sonrió con suficiencia- Te va encantar -siguió-

Avanzamos un poco más en el camino, los arboles seguían rodeándonos y cada vez eran más, hasta que Pedro estaciono hacia un lado, bajo y me ayudo a bajar.

-Veni -dijo el tendiéndome la mano, la tome y comenzó a caminar hacia el frente nuevamente, hasta que me hizo girar hacia la derecha, y seguimos caminando, el suelo ya era de tierra y pasto, con algunas ramas de los arboles rotas y también hojas caídas.
A medida que caminamos parece ser que nos elevamos, Pedro me sujeta fuerte la mano y se lo agradezco porque el camino cada vez es peor, veo que nos acercamos a un lugar lleno de arboles que parece imposible de cruzar.

-Se que parece  difícil -dijo él, parecía leerme los pensamientos- Pero vamos a cruzar estos árboles porque ahí es justo donde está el lugar del que te hablo -siguió y yo asentí-

Él esquivo todos los arbustos y ramas que colgaban de los árboles por mi y pude pasar sin ningún rasguño –no sé si él pueda decir lo mismo- cuando al fin pude mirar bien de nuevo, sin temer que algo se me meta en el ojo, no podía creer lo que mis ojos veían, era una especie de círculo rodeado por arboles, lleno de pasto verde, que parecía cuidado, también lleno de flores de distintos colores, y lo mejor de todo, el circulo permanecía en el cielo, se podía ver claramente las nubes y a lo lejos el sol, era realmente hermoso, y comienzo a sospechar que en verdad nadie sabe de este lugar.

-Esto es increíble -dejo salir mi voz llena de asombro y fascinación-
-Lo descubrí hace un más de un año -dijo el- El  pasto y las flores los puse yo -sabía que no era el simple acto de la naturaleza que hizo que esto fuera así de hermoso-
-Hiciste un gran trabajo -dije- Enserio, nunca supe que había un lugar tan hermoso acá, nunca creí que fuera posible -seguí, el rió-
-Nadie lo sabe, es mi pequeño secreto -pensó- Bueno, ahora nuestro -sonrió tiernamente, me dieron ganas de besarlo, y lo hice-
-Podemos acostarnos? -pregunte y el asintió-

Me tumbe en el piso y mire hacia el cielo, amaba las nubes, y acá se veían perfecto, también amaba las estrellas y me preguntaba si se verían así también.

Pedro se acostó a mi lado y parecía apreciar las nubes de la misma manera que yo.
-Ves alguna forma extraña? -preguntó finalmente, el hacía lo mismo que yo al mirarlas, buscaba formas-
No respondí rápidamente ya que me concentre en buscar alguna, y después de pocos segundos ya la había encontrado, parecía una flecha, entonces la señale.

-Ahí, una flecha -dije y el miro, luego sonrió-
-Me parece que esta no es la primera vez que haces esto -dijo él y yo lo mire, porque sentí que él me miraba-
-Nop -dije graciosa- Amo ver las nubes y encontrar formas, lo mismo me pasa con las estrellas -seguí mientras nos seguíamos mirando con las cabezas de costado-
-Yo también hago eso, bueno, por eso arregle este lugar.
-Como lo encontraste? -pregunte con curiosidad-
-Bueno –comenzó, sentándose, al igual que yo, para mirarnos mejor- Hace mas de un año, en el verano pasado, había discutido con mi hermano, nada grave, pero yo estaba muy nervioso, así que salí de la casa antes de que la situación se pusiera peor, no sabía a dónde ir, pero sabía que quería estar solo, y entonces me acorde de que había un lugar a donde nadie iba, y era este, estacione mi auto, baje y comencé a caminar, era de tarde, pero estaba oscureciendo, no me importo y seguí, y así llegue hasta acá, me quede fascinado de como se veía el cielo, ese mismo día decidí arreglarlo un poco, ya que estaba lleno de ramas caídas, piedras y el pasto estaba seco- 

-Este lugar es único -dije luego de un silencio- Da paz -seguí mirando al cielo, inhalando esa paz de la que hablaba- Estas seguro que nadie sabe que existe? -retome mi postura para mirarlo, el asintió-
-Solo vos y yo -respondió y eso me dio alegría, no había traído a nadie más que yo-
-Nunca trajiste a nadie más? -aunque ya sabía la respuesta quería escuchar porque me eligió a mi-
-Nop -respondió el sonriendo, sabiendo porque se lo había preguntado- Nunca quise, ni sentí traer a alguien más para compartir esto -se quedo en silencio por un segundo- Excepto, claro, a vos -siguió y yo seguía mirándolo, al igual que él a mi- Desde que encontré este lugar pensé en vos acá conmigo -dijo y mi corazón dio un vuelco, él pensaba en mí, como yo pensaba en el- Y al fin acá estas -sonrió y yo le devolví la sonrisa-
-Y ahora que estoy acá -hice una pausa- Es como pensabas? -pregunte, el asintió-
-Mucho mejor -dijo acercándose más a mí, me acerque también, y agarre su nuca con una mano para poder juntar nuestras bocas-

El puso una de sus manos en mi cadera mientras nos besábamos lento, disfrutando la boca del otro.

-Y -dijo e hizo una pausa segundos después de separarnos casi sin aliento- estoy cumpliendo todas las expectativas como novio? -pregunto en un tono burlón, con una sonrisa traviesa que me hizo reír-
-Ajam –le aseguré y bese su nariz- Seguí así y vas a aprobar -dije graciosa-
-Voy a poner todo de mi -respondió-

Nos volvimos a acostar en el pasto y observamos las nubes intentando hallar formas por casi una hora, no era un silencio incomodo, éramos nosotros dos disfrutando de la paz, juntos.

Nos quedamos ahí hasta ver el atardecer, yo quería quedarme por más tiempo, para alcanzar a ver las estrellas, pero Pedro insistió en que debía comer algo, acepte a regañadientes y fuimos a un café que se encontraba cerca del barrio, luego me llevo a casa y antes de irse prometió volver a llevarme otro día a ese maravilloso lugar, solo que esa próxima vez sería para mirar las estrellas.

Cuando entre a casa pude ver a mamá y papá sentados en el sofá del living, no me preguntaron a donde fui ya que les deje una nota, ellos aun no saben de mi y Pedro, pero pronto se los voy a decir.

Les pregunte que hacían por curiosidad  y me dijeron que  estaban por poner una película, me preguntaron si quería verla con ellos y acepte con gusto.
Hacia meses que no hacíamos esto con mis papas, y se sintió mas que bien.
Puedo decir que esa noche dormí con una paz que pocas veces tengo.


viernes, 7 de junio de 2013

-36.

-a partir de ahora, todo va ser contado desde la perspectiva de Paula-


Debo admitir que desde que me desperté -hace no más de media hora- estoy un poco nerviosa, es lunes, exactamente, el primer lunes al cual temía, amaba y detestaba a la vez -mis sentimientos hacia este, abarcaba en la gran mayoría el odio, y a quien no- las dos nuevas emociones se deben a algo, o mejor dicho alguien: Pedro. Bastaron menos de dos días para deshacer aquella burbuja que había puesto -aunque no del todo- y ahora dudaba sobre como seria el nosotros en todas partes y en la mayoría en el colegio, porque, siendo él tan “reconocido” no tardarían en enterarse lo que está ocurriendo. Y conociéndolo –más o menos- va hacer lo posible para hacerles saber a todos que... ¿Estoy con él? Lo que sea. Ya estaba alistada, pero no realmente lista para bajar, respire profundo, y me repetí a mi misma por tantas veces como pude todo va estar bien Pau, Pedro no va hacer ninguna tontería, todo va ser como siempre, pero algo me decía que no estaba en lo correcto.
Mamá me esperaba junto a papa en la mesa, cuando baje, nuestros desayunos cada vez eran mejores, o mejor dicho, cada vez volvían mas a la normalidad, papá comenzaba a hacer aquellos de sus tantos chistes, mamá sonriéndole y sonriéndome con esos ojos que se estaban poniendo de ese verde feliz de nuevo, estábamos comenzando a sobreponernos de nuevo, y agradecía que así fuera.
Cuando llegamos al colegio, despedí con un beso en la mejilla a mi papá y baje, de inmediato vi a Zaira, porque bajaba a la par que yo, de un auto atrás, nuestros papás parecían concordar siempre al dejarnos, a veces solemos creer con Zaira que ellos son almas gemelas.
Salude a mi amiga con un beso en la mejilla. Ella me di un abrazo de un brazo y susurro algo en mi oído:
-Hoy tarde de chicas Pochi, vas a desembuchar todo y con detalles -dijo ella, era intimidante a veces-
-Claro, claro -dije, ella hablaba enserio y no quería jugarle una broma ahora-
Zaira abrió la boca para hablar, pero la cerro rápidamente cuando miro atrás mío y sonrió, supuse que era Hernán así que no me inmute en girarme, pero me había equivocado, Pedro ya tenía sus manos envueltas en mi cintura, para cuando me di cuenta, apoyando su mentón en mi hombro derecho, enviándome una carga de energía inexplicable.

-Hola -dijo él con esa sonrisa que apenas pude ver de costado, mientras notaba que guiñaba un ojo a Zaira y ladeaba su cabeza hacia atrás, supuse que sutilmente estaba pidiéndole que nos dejara, o estaba avisándole que atrás se encontraba su novio-
Lo que fuera que sea, Zaira acepto sin ningún problema, devolviéndole el guiño y diciéndome mientras se iba “nos vemos en un rato”. 



Mierda pensé, estaba sola con Pedro encima, en el colegio, esto no podía ser bueno. 
-Estas tensa -su voz me saco de mi perturbación- relajate -y pude sentir su voz graciosa al decir lo último-
-Hum, no sé si pueda -dije sincera, ¿cómo espera que con él estando así, frente a muchas personas, sobre mí, no me ponga nerviosa?- Podes soltarme? -trate de ser amable, enserio, trate-
-Nop -dijo él, me estaba poniendo más nerviosa aun-
-Pedro si no queres la cara roja en menos de cinco segundos, soltame -dije, no quería que lo hiciera, pero estaba muy incómoda con la situación, al menos acá, trate de sonar intimidante, pero mi amenaza solo logro hacerlo soltar una carcajada-
-Sos tan tierna -se burlo, me beso la mejilla y me giro hacia el- Te molesta también que haga esto? -pregunto envolviéndome de nuevo, esta vez sus manos se posaron en mi columna, yo estaba tensa por no querer ceder, pero unos toques mas y estaba en bandeja, débil yo.
-Sí, mucho -respondí tratando de que mi voz sonara tan intimidante como podía-
-Y esto? -dijo besando un lado de mi mejilla, muy lentamente, suspire un poco, lo estaba logrando, estaba logrando dejarme como tonta, de igual manera asentí- Y… -se acerco mas a mí, nuestras narices pegadas- Esto? -susurro y segundos después tenia su boca contra la mía, me beso lento y dulce, saboreando mi boca y yo no tarde siquiera un segundo en saborear la suya también, de repente ya nada importo, me olvide que estábamos en el colegio y que tal vez miles de personas estaban observando nuestra escena, lo rodee con mis manos en su cuello, y luego de unos segundos más, nos separamos sonriendo como tontos.
-No vas a parar, no? –Pregunté con la esperanza de conseguir una respuesta coherente, pero él solo ladeo la cabeza-
-No, al fin pude dejar de ser un cagón, quiero que todos lo sepan –sonrió triunfante-
-No quiero siquiera mirar a los costados, seguro nos están mirando como bichos raros –dije y me puse roja al instante de darme cuenta lo que habíamos hecho, él si se giro, y miro a los al rededores aún con esa sonrisa tonta-
-Nos envidian –dijo volviendo a mirarme e hizo que se me escapara un risita-
-Tarado –dije golpeando despacio su pecho-
-Dales unos días y ya va ser normal –dijo, si claro, pensé-
-Mientras vos te comportes…-advertí, no podía hacer esto todos los días, en todas partes-
-Mmm –fingió estar pensando- no sé si pueda, pero voy a hacer el intento –dijo finalmente-
-Vas a poder, chico –me burlé y él sonrió para darme un corto beso después y ver que Zaira y Hernán se acercaban a nosotros (ya que el timbre acababa de sonar)-
-Vamos tortolitos? –preguntó mi amiga, tan graciosa como siempre-
Con Pedro nos limitamos a asentir, y comenzamos a seguirlos.
Zaira ya se había colocado en el asiento de atrás, el que era de Pedro, supuse que él se sentaría conmigo, y así fue. Segundos después de sentarnos, cruzo la puerta la detestable Verónica, quien me fulmino con la mirada al ver las manos de Pedro entrelazadas con las mías, yo le sonreí triunfante, seguro también se había enterado del beso, pobresita, pensé  y se me escapo una risita.
-¿Qué es tan gracioso? –preguntó Pedro jugueteando con mi mano-
-Nada –dije y el profesor de biología entro al curso-

Agradecí a Pedro que no me desconcentro en toda la clase, pudimos trabajar en conjunto y sin hacer ningún tipo de estupideces –bueno, él- en la hora del receso me acompaño por un jugo y después nos sentamos junto con Zaira y Hernán hablando de cosas cotidianas y tontas, seguía sintiendo las miradas puestas sobre mí –también pasaba eso en el curso- pero Pedro trataba de que no lo note, hablándome de tantas cosas como podía y haciéndome reír por ellas, pero había una mirada que me tenía sumamente irritada, y esa era la de Verónica.
-No le des bola Pau –susurró Pedro en mi oído, parecía leerme el pensamiento, simplemente asentí-
Regresamos al curso cuando termino el receso y pude distraerme con las clases de nuevo. A la hora de salida sin ánimos de discutir con Pedro acepte que me lleve hasta casa, ya que Hernán ya tenía su propio auto y llevaría a Zaira a la suya, sinceramente estaba pensando en trabajar para comprarme uno.
La semana paso tan rápido que me asuste, el lunes después de que Pedro me dejará en casa me puse a buscar algún tipo de trabajo que me permita ganar un  poco de dinero sin tener que dejar lo que estoy haciendo, después de un rato de buscar –y no encontrar nada- dormí y luego me desperté para ir al gimnasio, todo fue normal, excepto los besos de Pedro, y la mirada triplicada de odio de Verónica, quería sinceramente poner en práctica los golpes que solía darle a la bolsa en el gimnasio, pero gracias a Pedro y también a Zaira pude controlarme.
Martes y miércoles con Pedro seguíamos teniendo las miradas puestas en nosotros en el colegio, pero para el jueves todo se había normalizado más –excepto por Verónica,  que parecía estar tramando algo –, agradecí que Pedro respetara mis pedidos de no tanta demostración en público,  a lo cual le puso condiciones, la primera era que fuéramos un día a comer juntos –jueves- y la segunda que fuéramos a cenar, la cena en realidad es para hoy, viernes, y el plan para después es pasar de ahí a la fiesta del colegio.
Así que acá me encontraba, buscando que ponerme, según Pedro no importaba lo que me pusiera, siempre sería hermosa, pero sabía que solo lo decía para ser tierno.
Después de pensar varias opciones, me decidí por una falda de cintura alta, color borravino suelta, ni tan larga, ni tan corta, con una blusa blanca suelta con mangas que se ajustaba a la cintura, y unas botas cortas, no estaba muy informal, ni tampoco formal, decidí que era un buen look y termine de prepararme.
Para cuando el timbre sonó ya estaba lista, tarde un poco por despedirme de mis papás,  llegue abajo y abrí la puerta, Pedro estaba hermoso como siempre –y nunca fui objetiva en el tema- él llevaba unos jeans marrones y un suéter gris arriba de una remera blanca, y sus botas de un marrón diferente, le sonreí como tonta, y él también.
-Hola –dijo él, y aunque se hacía el canchero de a ratos, se notaba que quería ponerme algún apodo cariñoso como amor, bebé, linda,  o cosas así pero no se atrevía, y eso me hacía sonreír más, tonto, pensé-
-Hola, estas muy lindo –dije sonriéndole, decidí mientras transcurría la semana que si él no era tan tímido, yo tampoco debía serlo-
-¿Si? –Pregunto sonriendo con suficiencia- bueno, pensé que tenía que estar bien para que no me opaques mucho, pero creo que va ser imposible –dijo mirándome de pies a cabeza-
-Lo sé, lo sé –dije graciosa y ambos reímos-
Mientras cerraba la puerta detrás de mí, Pedro me paso la mano y caminamos hasta su auto, me abrió  la puerta y cuando subí el fue de su lado e hizo lo mismo.
Nos miramos y en cuestión de segundos su boca estaba sobre la mía, el beso no duró mucho, pero igual ambos terminamos sonriendo como siempre que terminábamos uno.
-No iba poder manejar si no hacía eso –dramatizo y los dos reímos-
Durante el viaje a no sé donde,  fuimos con música cantando, o mejor dicho cantándonos, yo cantaba relativamente bien, pero él, él cantaba más que hermoso, empezaba a preguntarme si había estudiado o algo así.
Para cuando Pedro estacionó, me fije y me di cuenta donde estábamos, mi estómago se encogió y mi cara se transformó, y creo que él lo noto.
-¿Pasa algo? –Pregunto observándome, negué con la cabeza pero no podía borrar los recuerdos de mi cabeza, quería que esta sea una linda noche, pero este lugar me traía recuerdos tan lindos, y un final tan triste- ¿bajamos entonces? –pregunto nuevamente-
-Si, esperame un rato –el pedí, e inhale y exhale varias veces, tratando de quedarme con esas cosas buenas que pasaban cuando veníamos a cenar acá en familia, quedarme con la sonrisa de Gonzalo-
-Pau –dijo agarrando mi barbilla para que pueda mirarlo, y al ver esos ojos café pude comenzar a respirar mejor- enserio, ¿estás bien? –inquirió, y tenía mis dudas de si contarle o no el resto de mi vida que no conocía, no habíamos hablado tanto de nosotros en profundidad, es más, hablamos poco y nada, creo que los dos no queríamos presionar al otro o algo así, pero ahora tenía la necesidad de decírselo, y eso haría-
-Sí, es solo que este lugar me trae recuerdos –dije- buenos –seguí- pero solo son recuerdos, ese es el problema –pensé para mi, pero me di cuenta que lo dije en voz alta ya que él me miraba como si quisiera poder entender lo que decía, ladee la cabeza para volver- vamos, te explico adentro –dije y el asintió dejando un dulce beso en mi mejilla-
No sé porqué pero cuando entramos fui justo a la mesa donde siempre nos sentábamos mamá, papá, Gonzalo y yo, pedimos nuestra orden y nos quedamos mirándonos por un rato, hasta que decidí hablar.
-Seguro te está matando no entender lo que te dije en el auto –trate de hacer mi voz un poco divertida, el sonrió levemente-
-Si respondo que no estaría mintiendo –se a sinceró, yo asentí y decidí comenzar-
-Bueno con mi familia siempre veníamos acá todos los viernes –comencé- pero desde hace casi un año ya no, y –hice una pausa, mis manos sudaban, los recuerdos de esa trágica noche empezaban a parecer, cerré los ojos para apartarlos de mi cabeza pero no pude, hasta que sentí las manos de Pedro sosteniendo las mías, lo mira y seguí- y eso es porque –mi voz se iba quebrando- porque mi hermano murió –solté de una vez y sentí las manos de Pedro apretarse más a las mías, las apreté más también yo-
-Perdón, no sabía, si queres podemos irnos… -comenzó pero yo negué con la cabeza-
-No, está bien, tengo lindos recuerdos de este lugar –sonreí con nostalgia y él también- te acordas cuando me encontraste en el parque llorando? –pregunté, el asintió- bueno, hacían siete meses de su muerte –seguí- y juro que tu abrazo fue lo único bueno de ese día.
-Y yo admito que verte así me mato, estabas tan vulnerable, quería hacer mucho más que ese abrazo –admitió y me hizo sonreír- si queres cambiamos de tema y después seguimos, o si queres podes contarme, solo decime que hacer para que te sientas mejor ahora y yo lo hago –te sonrió y sentiste que amarlo por tanto tiempo valió la pena-
-Gracias –susurré y como la mesa era de un tamaño grande tuve que ir junto a él para poder besarle y luego volví a mi lugar- después te explico todo, porque no quiero arruinar el momento, si?
-Claro que si –dijo el recobrando el entusiasmo-

Llego el moso con la comida y comenzamos a cenar, mientras nos contábamos de nuestras vidas, sin profundizar en mi perdida, si no más en las cosas buenas, Pedro tenía cuatro hermanos, él era el menor, su familia era muy unida, me dijo el nombre de todos, y también  me conto sobre todo lo que hace en su tiempo libre, como supuse, él cantaba y también  ejecutaba la guitarra.
-Yo sabía –sonreí- alguna vez quiero que me cantes, pero solo a mi –dije antes de que llegue a decir que lo hizo en el karaoke-
-Sus deseos son ordenes madamme –dijo gracioso, y seguimos hablando sobre todo, el también estaba curioso sobre mí-

Así pasamos todo el rato, hasta que decidimos que era hora de ir a la fiesta, pero antes pediríamos los helados que vendían ahí –pedido mío, por supuesto-
Comíamos el helado mientras simplemente nos mirábamos, era tan fácil un silencio con Pedro, hasta que él se aclaró la garganta y comenzó a hablar:
-Sabes algo? –preguntó, yo lo mire dudosa y el siguió- sos mucho mejor de lo que imagine que serías –siguió y yo sonreí, era increíble cómo podía hacerme sentir-
-Vos también, perdón por juzgarte de mala manera por tanto tiempo –me disculpé con sinceridad, cuando me contó acerca de su familia y lo que hacía, pude notar que en verdad era bueno-
-No, eso no importa, yo me lo busque –ladeó la cabeza- a lo que quiero llegar es que, no quiero dejarte más, no quiero volver a perder tanto tiempo, no quiero volver a mirarte de lejos y que me mires con cierto rencor o lo que fuera así de malo, pero si quiero un cosa –dijo y levanto la mirada ya que la tenía en el helado mientras jugaba con él, sonrió como si le hubiesen contado un chiste, y agarro tus manos- eso sonó cursi? –preguntó, y yo también reí para luego asentir-
-Pero fue lo más lindo y cursi que me dijeron –respondí rápidamente- y ahora seguí –le recordé-
-Ah sí –dijo él- que quiero una cosa –parecía recordarse un guión, era gracioso- que seas mi novia –dijo mirándome de nuevo, me quede sorprendida por un momento, realmente no lo veía venir, pero ese sentimiento fue reemplazado por alegría, tantas veces había soñando con esto, y no miento, miles, que pensar que ahora está sucediendo enserio era muy raro-
-Q…qué? –dije tartamudeando- sí –dije casi sin voz- sí –volví a decir aclarando mi voz y sonriendo como tonta, esta vez fue él, se paró de su asiento, se sentó junto a mí y me beso, disfrutando más de este beso que el otro-
-Te quiero –susurró mientras tratábamos de retomar el aire y él me sostenía de las mejillas, era la primera vez que lo decía y se sentía bien-
-Yo también te quiero –respondí y volvimos a besarnos-
Más tarde me encontraba en mi cama suspirando y pensando en toda la semana desde aquel viernes en la casa de Juanjo, y lo mucho que había cambiado yo desde ese momento.
Después de que Pedro pidió que fuéramos novios fuimos a la fiesta y nos divertimos un rato,  hasta que le pedí que me traiga porque estaba muy cansada, así fue, cuando ya estaba por entrar  nos despedimos tontamente con un “chau novio” de mi parte y un “chau novia” de la suya.


Dormir se me hizo difícil pensando tanto, pero al fin pude caer en el sueño después de que Pedro me avisara que llego –a pedido mío- y me deseara buenas noches. 





Bueno, hola a todos, acá estoy volviendo, quiero pedirles disculpas por faltar tanto, pero bueno, paso, pero prometo que voy a terminar esta novela, y también las otras dos, primero esta -las otras voy a seguir sin subir- tal vez la manera de escribir cambió, pero la historia es la misma igual, espero que sigan leyendo y se alegren de mi vuelta, y por último aviso que los capítulos van a ser largos como este y capaz los suba uno por semana nada más, era eso, y gracias por seguir leyendo.