jueves, 10 de octubre de 2013

-44.

-Imbécil, tarado, infeliz, basura, engreído, egoísta, mujeriego, traidor... -estaba a punto de seguir blasfemando cada sinónimo de idiota valido para mí, cuando siento su mano sobre mi boca ¡sobre mi boca! ¡SE ATREVIÓ A CALLARME! Iba a cortarlo en trocitos, con mucha lentitud, y luego daría sus partes a los cuervos... ¡Lo juro!
Mordí su mano tan fuerte como pude y lo oí gemir mi nombre con dolor... ¡JA! que le duela.
No comprendo cómo llegue a este punto, en que la rabia dominaba mi cuerpo y nublaba mi mente ¡Dios! necesitaba pensar con la cabeza, pero simplemente no podía, no luego de ver a esa zorra encima de mi novio (o ex-novio para el caso) metiéndole la lengua hasta la garganta. No sé qué quería mas es este momento, si matarla a ella o a él, tal vez a los dos, si, a los dos.
Yo como verdadera idiota minutos atrás me encontraba en mi habitación llorando como las últimas tres noches pasadas por una estúpida pelea con Pedro mientras que el venía a revolcarse con Verónica en una fiesta ¡en una fiesta! ni siquiera pudo esconderse, aparte de romper mi corazón tenía que dejarme como la idiota del año.
Él se encontraba ahora, luego de recuperarse de mi mordida pidiéndome perdón una y mil veces dándome la estúpida excusa de que ella fue la que lo beso ¡si claro! yo ahora tenía una sola cosa en mente: poner a Verónica en su lugar antes de desmoronarme por completo.
Sin dudarlo dos veces hice a un lado a un Pedro supuestamente borracho y me lance a una Verónica cuyos ojos se abrían con miedo al verme venir ¡maldita perra! voy a desfigurar esa cara de zorra. Y no tenía planeado hacerlo como pelearían zorras como ella. Un segundo más tarde mi puño derecho salió directo para encontrarse con su pequeña nariz operada, puse todo de mí en ese golpe, mi mano ardió de dolor pero no cedí.
Ella cayó al piso, lo que, lo hizo más fácil. Me senté a horcajadas sobre ella y comencé a arrancarle los alargues como siempre quise hacerlo, ella lloriqueaba abajo mío tratando de defenderse, pero creo que nadie podría contra una mujer que está teniendo la misma furia que yo.
A medida de arrancaba sus alargues ella clavaba sus uñas en mis brazos y hasta los  hizo sangrar.
Estaba por arrancar otro mechón de su cabello cuando siento que me agarran de la cintura, chillo y obligo a la persona que me tiene a que me suelte pero no lo hace ¡maldita sea! La mano sigue aferrada a mi cintura y tras un arduo intento de soltarme y no lograrlo, cedí.
Nos dirigíamos afuera, y a medida que recuperaba el sentido común, pude notar de quien eran las manos… Pedro ¡como se atrevía!
-Soltame ahora! -grite intentando soltarme de él, pero me sostenía con tanta fuerza que me hizo dudar su borrachera. Su borrachera. Automáticamente mi mente fue a lo primero que vi al entrar a la fiesta (ya que me habían enviado un mensaje de texto para que fuera urgente a buscar a mi novio), imaginen mi sorpresa a ver que al parecer el ya no la necesitaba.
Oí un sollozo y por un momento creí que era Pedro, pero luego siguieron más sollozos hasta que note que provenían de mí. Me estaba rompiendo... Y delante de Pedro. Trate de frenar las lágrimas y sollozos pero fue inútil, esto solo logró que salieran más y más.
Pedro se detuvo frente a su auto, abrió la puerta y me metió aprovechando mi vulnerabilidad, meto mi cabeza entre las piernas intentando calmarme, fracasando inútilmente, cuando siento unas manos tomar mis brazos y hacerme girar hasta levantar la cabeza, mis ojos inmediatamente se encuentran en los suyos y lloro aún más, si es posible.
En un arrebato Pedro me jala hasta quedar a horcajadas sobre él y yo tan idiota como me siento, cedo ante él y sollozo en su pecho, me frota la espalda susurrando en mi oído constantemente: lo siento mi amor, lo siento tanto.
Que hace que lo odie mucho más por hacerme amarlo tanto cuando tendría que suceder lo contrario.
Varios minutos después logro estabilizarme pero no me separo de su pecho, no quiero verlo, no quiero terminar con esto, no todavía.
Él pone una mano en mi mentón y me obliga a levantar la mirada, para encontrarme con esos ojos cafés que quitan el sueño, si es posible más brillosos de los que son, suplicando perdón en ellos, causando que mi estómago se hunda y mi corazón se vuelque.
-Te amo y lo siento mucho -susurra él y segundos después su boca se posa en la mía, tan lentamente, llena de ese amor que mencionó antes, beso que hace que mi decisión temporal sea tan difícil de decir, beso que hace que quiera quedarme en sus labios y olvidar todo lo que... paso.
Me tenso al recordar que otros labios estuvieron en los suyos en no menos de una hora y él lo nota, ya que da un suspiro y me deja apartar.
Vuelvo al asiento de pasajero y el enciende el auto, aparentemente sintiéndose no tan borracho como para manejar.
Por suerte y gracias a todos los santos se encuentra estacionándose frente al porche de mi casa, inhalo profundamente y exhalo aún más profundo de lo que había inhalado.
Acá viene la parte difícil, la que odio tener que decir, pero sé que debo. Esto fue mucho, ya había soportado miles de coqueteos obvios de Verónica hacia él y que este no haga nada para impedirlo (aunque él insista que sí) esto fue la gota que rebalsó mi vaso, y tenía que poner fin, no para sufrir menos (porque ya estaba sufriendo como loca) si no para conservar el poquito de orgullo que me quedaba. Inhale una vez más y volví a exhalar.
-No lo hagas –rogó, su voz presa de pánico, él no me estaba dando una salida fácil, como si ya no fuera difícil para mí.
-Pedro... -comencé a decir pero me interrumpió.
-Por favor, no me dejes -su voz salió entrecortada al final. Trague con fuerza, tenía que hacerlo.
-Necesitamos un tiempo, necesito un tiempo Pedro. Un tiempo largo. Tenes todo tipo de derechos de hacer lo que quieras con el -dije lo más rápido posible para impedir que me interrumpa.
-Solo quiero gastar mi tiempo contigo -susurro, tenía que salir antes de que me haga gelatina.
-Chau Pedro -dije agarrando la manija pero antes de abrir la puerta su brazo me retiene- Pedro... -suplico.
-Por favor perdoname -dijo el mirando a mis ojos, al igual que yo a los suyos, trague duro y pese a lo mucho que dolía, asentí con la cabeza y sonreí forzadamente.
-Te perdono -mentí, y al ver que sus ojos se iluminaban de nuevas esperanzas inmediatamente decidí seguir- pero, eso es todo. Lo que dije antes sigue en pie -dicho esto, me volteé pensando que iba a aflojar su agarre y me iba a dejar ir, pero no lo hizo.
-Un beso? -pregunto, trague duro nuevamente.
-Q-qué?
-Por favor, un beso -rogó, y no pude resistirme, no sabiendo que tardaría mucho en volver a probar  su boca (si alguna vez volvía).
Me acerque tentativamente hacia él, y en cuanto se unieron nuestros labios fuimos absorbidos por la pasión, se sentía, irónicamente, como si fuera el ultimo de nuestros besos.
Ambos saboreando la boca del otro lo más posible, nuestras lenguas dieron paso para unirse y ya me estaba sintiendo incomoda, pero no quería romper el beso.
Como si me leyera los pensamientos, Pedro me tiro hacia su regazo y seguimos devorándonos, jadeando segundos por aire sin mantener mucho tiempo nuestras bocas separadas.
Él bajo sus manos que se posaban en mi cadera, hasta mis muslos y en todo el tiempo recién pareció darse cuenta de que llevaba una falda, gruño en mi boca, y comenzó a levantarla, yo ya había perdido la cabeza, mi cuerpo dominaba en todas partes, deje todo pensamiento racional abrirse y dejar paso al deseo.
Pensaba seguir con el tiempo que había pedido, pero eso comenzaría mañana.

Mientras subía mi falda y hacia cosas con sus manos por todo mi muslo yo lo besaba desde sus hombros hasta su cuello, deteniéndome en el último, saboreando tanto como podía, hasta que lo sentí que su mano bajaba mi ropa interior, sabía que esto estaba mal, sabía que tenía que parar, lo sabía, pero aun así, deje que siga, e hice lo mismo que él, desprendí sus pantalones, y lo último que supe antes de perder la última pizca de cordura que me quedaba, era que, estaba jodida.



**

Odienme, tienen derecho y me lo merezco. Recuerden que los caps los paso desde @dancetofuck pero sigo teniendo el otro twitt, adiós.