martes, 19 de febrero de 2013

-19.


Domingo, con un regocijo  especial (sin saber porque) te desperezarte,  segundos después te levantaste y alcanzaste a garrar tu celular con la mano: simplemente para fijarte la hora. 09:30, por debajo de tu habitual horario al despertarte (un domingo), raro en vos, muy, pero en fin, no tenías (ni querías) seguir durmiendo. Entraste al baño, decidida a ducharte, hoy tenías un entusiasmo único (y la ducha era un lugar en el cual podías seguir indagando aquel estado). Sin más preámbulos te desvestiste y dejaste el agua correr por todo tu cuerpo.
Al cabo de casi treinta minutos te encontrabas en tu habitación, en vuelta con una toalla, buscando ropa que ponerte (de entre-casa simplemente) pero algo te interrumpió, era el sonido de la puerta de tu habitación golpearse, preguntaste quien era y ante las respuesta de tu mamá, decidiste abrir así (era ella, que importaba).

-Hija, por lo que veo no hacía falta despertarte –dijo esta, asombrada (si, vos a lo máximo eras de despertarte al medio día)-
-Mami –quisiste sonar amorosa (de cierta forma) mientras sonreías- si, no se, estoy como rara –te sinceraste.
-Bien o mal? –preguntó curiosa-
-Bien, creo –dijiste sonriendo-
-Bueno, mucho mejor, porque quería, queríamos –se corrigió- sugerir algo para nuestro domingo –remarco la ante última palabra-
-Decime –dijiste sonriendo-
-Pasar un día en familia –termino la última palabra y no pudiste dejar de expresar la felicidad en tu rostro- vos, papá, yo, los abuelos, tíos, primos –cito esta, casi enumerando, y tu sonrisa ahora era más amplia aún, estabas sumamente conmovida, ahora ibas comprendiendo el porqué de tu despertar tan peculiar-
-Enserio ma? –preguntaste incrédula y cuando la viste asentir, no dudaste y te abalanzaste hacia ella, la familia, tu familia, era algo que vos amabas profundamente, y el no tenerla cerca durante mucho tiempo influyó bastante en tu estado (anímico), era lo que necesitabas desde hace tiempo, volver a ver el rostro de todos, juntos (en excepción al que mas amabas)-  me encanta la idea –dijiste feliz-hace mucho no veo a todos.
-Lo se hija, y quería pedirte perdón de nuevo, te alejamos de todos –dijo esta con pena y volviste a abrazarla-
-Ya paso ma, se que fue muy difícil para ustedes, para mi también –pequeñas gotas de lágrimas salían de tus ojos- pero esto que estan haciendo ahora importa mucho mas, gracias de verdad.
-A vos por perdonarnos hija –dijo esta y te separaste- basta de llantos, vamos, prepárate, y prepara un bolso grande, como hacíamos antes, que vamos a ir a la quinta de los abuelos –sonriendo ampliamente-
-Bajo en unos minutos ma –dijiste, ella te dio un  cálido beso en la mejilla y bajo-

Atarantada (como eras vos) te pusiste a empacar en el bolso que siempre usabas para esa ocasión, guardando todo lo necesitado, bikini, toalla, cremas para el sol, lentes, cambio de ropa, y más, con el bolso hecho, te cambiaste y con una sonrisa enorme bajaste hasta el living donde se encontraban tus padres.

-Ya estoy lista –dijiste y ellos sonrieron-
-Genial hija, te prepare el desayuno, cuando lo termines nos vamos –dijo tu madre y la miraste conmovida, ¡hacía tanto no lo preparaba!-
-Gracias ma –besaste su mejilla- hola pa –dijiste y besaste la mejilla de el-
-Buen día hija –sonriendo-

Por ser vos y estar tan emocionada acabaste con tu desayuno rápidamente y luego de comunicarles a tus padres, subieron al auto camino a la quinta.

Enchufaste tus auriculares y los llevaste hasta tus oídos, pusiste una de las canciones que más te gustaban y te dedicaste a mirar el paisaje (ya había salido de la ciudad) que tanto te gustaba, y al cabo de una hora más tu padre se encontraba estacionando en aquella casa que tantas alegrías te dio, la quinta de tus abuelos, donde tanto jugaste y viviste tu infancia, conmocionada abriste la puerta del auto, y bajaste, paz, familia, libertad se respiraba allí, y eso era lo más lindo que te daba ese lugar.

Al parecer los únicos que faltaban eran ustedes, te emocionaste al recibir el cálido abrazo de tu abuela ¡Cuánto la amabas! Sin vergüenza dejaste caer lágrimas, al igual que ella, aquellas lágrimas que siguieron presentes al reencontrarte con toda tu familia, y al darte cuenta que te querían igual o más después de lo ocurrido y que no te culpaban en lo más mínimo por ello tu corazón ceso su angustia.

Tuviste una hermosa mañana, un hermoso almuerzo, y una hermosa tarde con tu familia, lo que exactamente necesitabas ya desde hace varios meses, lo que te hacía tanta falta, volver a escuchar los chistes de tu primo, las indicaciones de cómo cuidarte por parte de tu abuela, los celos excesivos de tu abuelo, de tenerte como una niña, todo en fin te devolvió gran parte de la felicidad que aún no lograbas volver a completar.

Agradeciste infinitas veces a tus padres por aquel día, y luego de despedirte efusivamente de todos, partieron de nuevo para tu casa ¡felices!


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martes, 12 de febrero de 2013

-18.



-espera –dijo este sonriendo, y aún te tomaba del brazo-
-qué? –Preguntaste un tanto “nerviosa”-
-tu número –hizo una pausa- me lo pasas? –Pregunto rascándose la sien-
-Para? –preguntaste, capas se lo dabas, pero querías ponerlo más nervioso de lo que estaba-
-Para –hizo una pausa- hablarte? –preguntó y reíste-
-Dame tu celular –te lo paso y lo anotaste- listo, ahora si, chau –dijiste saliendo de aquel automóvil-
-Chau –lo escuchaste decir mientras caminabas hasta la entrada de tu casa-

Ese mismo sábado de noche, estabas en tu habitación, con un pote de helado, luego de cenar con tu familia (mamá y papá, con los cuales tu trato cada vez era mejor) viendo una película, una de tus preferidas, aburrida dirían, pero era lo único que tenías por hacer, ni siquiera tu amiga Zaira podía hacerte compañía ya que tenía una cena familiar, para tratar el tema de su tía, o algo así entendías.

La película se encontraba en uno de esos momentos más lindos, cuando comenzó a sonar tu celular,  no le diste importancia y seguiste mirando la película que media hora después llego a su fin, con lágrimas en los ojos (porque sí, eras sensible aunque muchos lo duden) dejaste el pote de helado sobre la mesa de luz, limpiaste tus manos y agarraste tu celular para ver el porqué había sonado.

¡Auxilio! Me aburro L -fue el primer mensaje que leíste (tenías dos) y era de tu mejor amiga, carcajeaste, ya te la imaginabas en la cena con el celular en mano y los demás hablando temas de “adultos”-

Cachorra, muy aburrido? –Escribiste, lo enviaste y decidiste ver el próximo mensaje-

Y creías que tal vez iba a ser “él” pero no, era uno de esos mensajes pedorros que te mandaban las líneas de teléfono celular, lo cerraste y te volvió a llegar otro texto de tu amiga.

Muy, recontra MUY –leíste y volviste a carcajear-

Uy, que pena, yo acá tomando helado terminando de ver nuestra película favorita –lo escribiste, enviaste y reíste-

Forra sos, no te pregunte que hacías eh ¬ -recibiste su respuesta al cabo de minutos, volviste a carcajear, Zaira, sus mensajes y emoticones (dijiste en tu mente)-

No sabes lo rico que estaba el de chocolate, y el de frambuesa… ahora voy a buscar una barra de chocolate abajo –volviste a responder, lo de la barra de chocolate era mentira, pero lo decías para fastidiarla-

Sos mala, muy mala nena, igual, ahora están por traer el postre acá ¡ja! –Recibiste la respuesta de nuevo-

Que lo disfrutes como yo a mi chocolate –respondiste carcajeando-


Y así estuvieron casi hasta la media noche, cuando te despediste de ella, porque tenías un sueño terrible (no sabes porque) y ya no tenías ganas de seguir soportándolo.



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viernes, 8 de febrero de 2013

-17.


Luego de eso pasaron minutos y ustedes ya se estaban terminando todo lo pedido anteriormente, y ya estabas pensando en volver a tu casa, no había más por hacer.

-bueno Pedro, me voy yendo –dijiste agarrando tu cartera-
-no te voy a insistir en quedarte pero si en llevarte –dijo este-
-bue, que plomo –dijiste- solo porque no tengo ganas de ganar –dijiste guiñando el ojo-
-si claro –dijo este y ambos se levantaron para dirigirse hasta donde se encontraba el auto de este-

Ya adentro, Pedro arrancó y como casi era de esperarse puso la radio de nuevo y comenzó a cantar, cuando estabas a punto de buscar la cinta de nuevo para hacer lo mismo que en otras ocasiones este te interrumpió.

-ya no está la cinta –dijo este riéndose de vos-
-sos molesto nene, tu voz es molesta –dijiste tapándote los oídos y el con una mano te los destapo-
-dentro de unos meses no vas a querer que te deje de cantar nunca más –dijo este gracioso pero en verdad-
-¡pf!- dijiste desinteresada- no te la creas eh, no empieces –terminaste-
-pero no lo estoy diciendo sobrándote, lo estoy diciendo porque lo se –dijo-
-si claro, como digas, mientras tanto, podes callarte? –preguntaste-
-ne, desde ahora voy a hacer que te enamores de mi voz –dijo este y puso un cd-
-Ay Dios –te quejaste- encima que falta un poco para llegar –suspiraste y este puso la canción- no te la puedo creer –dijiste impresionada escuchando la introducción del tema-
-qué? –pregunto este “tímido”-
-Pedro Alfonso cantando temas de Montaner? –preguntaste-
-Te dije que te enamoraría –dijo gracioso- si, escucho –termino y vos carcajeaste- eu –se quejo-
-perdón es gracioso pero me parece ¿bueno? –te preguntaste y le preguntaste este encogió los hombros, en realidad querías decir “lindo” pero no daba (dijiste en tu mente)-
-quizás te puedas preguntar, que le hace falta, a esta noche blanca –comenzó a cantar junto a Montaner, lo miraste, ya que estaba entonando un poco (solo un poco) mejor, este te miro y sonrió- a nuestras vidas, que ya han vivido tanto, que han visto mil colores, de sábanas de seda –rió-  y cuando llueve, te gusta caminar, vas abrazándome sin prisa aunque te mojes –te miro, y lo miraste, aún “asombrada”- amor mío, lo nuestro es como es, es toda una aventura, no le hace falta nada –pauso y te miro fijo para comenzar el estribillo-  estoy aquí, tan enamorado de ti, que la noche dura un poco más, el grito de una ciudad, que ve nuestras caras la humedad y te hare compañía mas allá de la vida, yo te juro que arriba te amaré mas –siguió- tan enamorados que así, la noche dura un poco más –comenzó la parte instrumental y el calló-
-decí que entonaste –dijiste graciosa-
-eso me lo decis por ahora, vas a ver que después me vas a decir cosas más lindas –dijo gracioso-
-seguí soñando nene –respondiste-
-siempre –dijo este sonriendo-

Luego de unos minutos volvió a cantar lo que faltaba de la canción y sonaron unas dos más del mismo álbum, cuando iba a sonar la cuarta se encontraban llegando a tu casa.

-al fin –dijiste graciosa-
-bien que venías mirándome durante todo  el camino mientras cantaba –te delato y te pusiste roja-
-cualquiera –fue lo único que lograste responder para luego abrir la puerta, pero antes de salir te tomo del brazo impidiendo que salgas, llevándote hacia él, nuevamente- …


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-16.


-bueno comencemos por lo básico –dijo este y vos asentiste- nombre completo?
-bien básico –susurraste, pero este escucho- Paula Chaves Schutlz –pausaste- el tuyo?
-Pedro Alfonso Zolezzi –sonrió y siguió- fecha de cumpleaños?
-seis de septiembre, vos? –respondiste y, preguntaste-
-nueve de octubre –respondió- comida preferida?
-ñoquis con salsa rosa –reíste- la tuya?
-bife a la criolla –respondió- serie de televisión preferida?
-no se, no tengo –respondiste encogiendo los hombros- vos?
-Friends entre otros –sonrió- emm, dejame pensar que otras preguntas puedo hacer –pauso-  amigas?
-Amiga –corregiste- solo Zaira, supongo que la conoces –dijiste obvia-
-si obvio –sonrió-
-vos? –preguntaste-
-Nan –respondió- los demás son compañeros, conocidos, ponele –rió- novio? –siguió preguntando-
-no –respondiste y quedaste callada-
-no me vas a preguntar a mi? –pregunto-
-para que si ayer me lo dijiste, aparte mucho no me importa –guiñaste-
-claro –dijo irónico-
-che el café nunca lo trajeron –cambiaste de tema-
-cambia de tema nomás –rió- allá vienen –dijo y venía el mozo con el pedido-

Minutos después se encontraban merendando, un poco en silencio, hasta que el castaño decidió tomar la palabra.

-querés que cuente chistes? –Dijo de repente-
-eh? –preguntaste-
-si, si querés qué cuente chistes, no es tan difícil de entender –dijo gracioso-
-ah, si, bueno –dijiste no prestándole tanta atención-
-ahí voy –pauso- entro en personaje eh –rió y vos asentiste-  mamá, mamá, en la escuela me dicen gay –dijo este haciendo el tonó respectivo a un niño- y porque no les pegas? –dijo haciendo el tonó de  madre- ¡ay! es que son tan lindos –dijo en tonó afeminado moviendo las manos cosa que te hizo carcajear-
-que hijo de put* -dijiste riéndo-
-Para que sigo –este pauso- ¿De qué se murió la madre de Kung Fu?... –te pregunto-
-a ver.. de que? –respondiste-
- de kungfuntivitis.  –dijo este y reíste de nuevo, pero porque sus chistes era tan malos-
-uy por Dios que chistes pedorros –dijiste riendo-
- ¿Por qué un queso esta corriendo por los bosques de Palermo?... –este siguió-
-por qué? –preguntaste, un poco de risas no venían mal-
-Por salut. –y este vez carcajeaste menos, no te resultaba tan gracioso-
-feo feo –dijiste negando con la cabeza-
-bueno che, a ver si sabes uno vos –te desafió-
-na yo no se contar –dijiste-
-arrugas –te volvió a desafiar-
-había una vez un pollito que respiraba por por las patas, piso un charco y se ahogo –dijiste sin ningún ánimo de parecer graciosa ya que no te acordabas de ningún chiste pero este carcajeo igual-
-no no, sos malísima nena –dijo riendo-
-hablo el señor humorista –dijiste obvia-
-por lo menos te hice reir –sonrió victorioso-
-yo también –retrucaste-


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-15.



Para ser exactos eran las cinco de la madrugada, y tu amiga (Zaira) taladrándote la cabeza para que cuentes lo sucedido con Pedro (porque te vio salir con él) mientras viajaban regreso a su casa en el auto de su padre.

-Zaira, tengo un dolor  de cabeza terrible y vos gritándome –te quejaste, pero a esta no le importo-
-Dale, conta, yo siempre cuento –la miraste y frunciste seño- la mayoría –se corrigió-
-Que queres saber? –Dijiste, te gano de cansancio-
-Que te dijo, que le dijiste, todo básicamente –rió-
-Solo porque aún falta llegar y cuando eso pase quiero ir y solo dormir –explicaste y suspiraste- me saco a bailar de la nada, yo estaba bailando con un chico y este así nomás lo rajo –la miraste a tu amiga y seguiste- primero fue toda una pelea, pero termine aceptando solo una canción, justo pasaban los lentos, y bueno, termino la canción y anticipe que lo soltaría, cuando me estaba por ir, me pide ir a hablar afuera un rato, dije que si,  porque prefería eso a que me joda el resto de la noche –pausaste para tomar aire ya que estabas hablando rápido (muy)- fuimos afuera y en síntesis me “explico” –dijiste haciendo comillas en la última palabra- que él no era verdaderamente así, como ya sabes que yo pienso –explicaste- que solo lo hace como un juego, que con las personas que a él le importa es otro, yo le dije que lo entiendo pero que la realidad es que igual está mal y bla bla bla –dijiste harta- en fin, al parecer esta aunque sea un poco arrepentido y al parecer también va cambiar, y hoy me invito a tomar un café, acepte no se ni porque, ah y lo último ya no está con la bicha –terminaste “agotada”-
-cargadito cargadito –dijo tu amiga graciosa- igual no estoy sorprendida –frunciste el seño, no estabas entendiendo a donde quería llegar tu amiga- y si, altas ganas se tienen –dijo tu amiga y y vos te hiciste la desinteresada, aunque sabías que en el fondo, tal vez (solo tal vez) podría llegar a ser cierto-
-soñá –carcajeaste irónica- de parte mía por lo menos, no –trataste de sonar convincente-
-si claro –dijo también irónica la morocha- ya veremos Pochita, ya veremos –suspiraste- hoy salen?
-si lo queres llamar así, si, hoy “salimos” –dijiste haciendo comillas en la última palabra-
-a ver con que historia me venis después –dijo tu amiga riendo-
-lo máximo que puede llegar a suceder es tener una merienda en paz, si peleas –sonreíste sobrándola- nada mas.
-ponele –dijo esta y al fin se encontraban llegando a la casa de la misma-
-al fin –dijiste viendo la enrome cama de tu amiga y tirando encima de ella-
-haciendo lugarsito que va Zairita –dijo la morocha graciosa, te corriste un poco y esta hizo lo mismo que vos anteriormente-

17hs exactas y vos te encontrabas en la cafetería donde te había citado Pedro la noche anterior, eras muy puntual, así que creíste que el llegaría un poco después, pero no, herraste, el estaba ahí en uno de los asientos, te miro, sonrió y vos solo fuiste junto a él y te sentaste enfrente.

-hola –dijo este sonriendo, mirándote fijo a los ojos, (admitías que eso te ponía un poco incomoda)-
-hola –respondiste haciendo una media sonrisa, y viste como con su mano llamó al mozo, este vino de inmediato-

Pidieron lo que iban a merendar, dos tazas de café y una variedad de facturas (como te gusta a vos), ahí los dos mirándose mientras esperaban que llegue el mozo de nuevo, ninguno hablaba y es te ponía nerviosa.

-podes hablar? –Preguntaste tranquila, pero con un poco de mal humor (sos vos)-
-estaba pensando en que pregunta hacer –sonrió-
-ya sabes? –dijiste-
-no –dijo sincero suspirando- es que quiero ser lo más cauteloso posible para que no te enojes y vayas –dijo este y te causo gracia (por dentro)-
-haces muy bien, ya la viniste cagando mucho –retrucaste-
-lo admito –dijo este mirándote… ¿tiernamente?-
-buen paso –dijiste sonriendo-
-ayúdame un poco che, que te pregunto? –dijo este gracioso y ahí si no pudiste evitar carcajear-
-sos un boludo –dijiste sincera riéndote-
-eu, sin insultos –dijo este gracioso-
-imposible –dijiste sonriendo triunfante-
-ya se… ¿un ping pong? –pregunto este-
-¿querés jugar ping pong? –dijiste graciosa y este rió-
-n, digo, ping pong de preguntas –volvió a repetir-
-ya sabía eh –dijiste obvia- comenzó –hiciste una pausa- pero nada de preguntas familiares –advertiste, no querías recordar esos momentos ahora, y menos con él-
-¿por? –pregunto-
-no entendiste Pedro? Nada de preguntas familiares –volviste a repetir pausadamente-
-ok ok, comencemos entonces –dijo quedándose callado esperando a que vos hables-
-comenzá vos nene –dijiste y el asintió riendo-



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martes, 5 de febrero de 2013

-14.


 -no me vas a dejar nunca en paz si te digo que no, cierto? -preguntaste, querías seguir en tu papel de "no me caes" aunque para serte sincera a vos misma, ese rol ya lo habías dejado atrás desde que pudiste sentir sus manos en tu cintura-
-no -dijo este sonriendo como un niño con dulce-
-bueno, prefiero eso a que me estés taladrando la cabeza, vamos -dijiste y este te paso la mano para que la agarres pero no lo hiciste-
-afloja un poco -dijo este, lo notabas sincero (muy) y eso un poco de temor te daba (o lo que te podría llegar a decir)-
-afloje bastante -dijiste, bien, punto a tu favor-
-tenes razón, bueno, seguime entonces -dijo este comenzando a caminar-

Apoyada de espaldas en aquella no tan alta muralla de piedras que había en esa especie de jardín con los codos sobre ellas y el casi de la misma manera pero de frente a la misma, un silencio de unos cinco minutos más o menos se hizo, hasta que decidiste romperlo, era muy incomodo.
-supongo que no me trajiste acá para quedarte mirando la fuente, no? -preguntaste, este miro y luego volvió a mirar hacia la fuente-
-estaba esperando a que hablaras vos -dijo este tranquilo-
-yo? Por qué? vos me dijiste que ibas a hablar, eh -respondiste-
-porque sos vos la que tenes una idea en la cabeza de mi que no es cierta -estaban hablando "civilizadamente" era un buen punto de partida-
-no la tengo yo sola eh, es la que vos das, no me culpes a mí de eso -dijiste, y tenías la total y pura razón-
-no te culpe de nada -respondió este-
-bueno, y? –preguntaste de nuevo-
-la verdad -suspiro- no sé -rasco su cien- todo comenzó con un juego con Hernán, y no sé, me volví así, aunque  verdaderamente no  lo soy -y parece ser que estaba arrepentido de alguna manera- pero solo soy así de egocéntrico, engreído y todo lo que decís con la gente que no conozco ni me gustaría conocer del todo, que no me agrada -volvió a suspirar, vos callabas, querías tratar de descifrarlo- pero en familia, o con mis amigos de la infancia soy totalmente otro -esta vez callo y dio paso a que hables-
-por primera vez desde que te escucho te noto sincero -hiciste una pausa para encontrar las palabras adecuadas- no soy tonta y entiendo lo que me decís, pero eso no quita la realidad, y la realidad es que por más que con la gente que querés no sos así, lo sos con los demás y los demás tambien son personas, las chicas tambien, y vos jugas con ellas –tomaste aire- digas lo que digas, ese pensamiento en mí no va cambiar -pausaste de nuevo- y sinceramente no se qué hago acá escuchándote ni que haces vos contándome, no sé como llegue a esto -y el te estuvo mirando todo el tiempo, prestando la mas total atención-
-entiendo lo que decís, pero por que tanto odio? Desde hace como un año estas así, como defensora si se podría decir, yo fui así desde que entre acá y ya van pasando cinco años -dijo este, y si supiera porque cambiaste tan repentinamente- y te respondo lo ultimo -dijo este volviendo a retomar la palabra- te lo estoy contando porque definitivamente me importa que lo sepas -termino- 
-estamos hablando de vos, no de mi, a mi no me interesa contarte nada, solo te puedo decir que me enseñaron a abrir los ojos, y ver la realidad, no ese mundo de fantasías que nos hacen soñar, o que nosotros mismo creemos tener,  que la plata no lo es todo,  que los sentimientos y seres queridos valen más, no esperes perder algo verdaderamente importante para darte cuenta -terminaste-
-tenes razón, en todo -suspiro- es que soy un pendejo, eso pasa -callo- pero -hizo una pausa- todo se aprende, no? -vos asentiste, mientras te dabas cuenta de la situación y no caías de estar hablando tranquilamente con él-
-uno aprende si pone de si -dijiste-
-lo hare -dijo y lo notaste verdadero- ahora -hizo una pausa- comenzamos de nuevo? -sonrió y no entendiste- 
-eh? -fue lo único que lograste responder-
-claro -hizo una pausa- Pedro Alfonso -te paso su mano- el nuevo Pedro Alfonso -remarco-
-no te creo nada, mañana ya estas como siempre –dijiste, como siempre vos la dura- pero ponele que si sea cierto -hiciste una pausa- Paula, Paula Chaves -estrechaste su mano y ambos rieron- 
-para conocernos mejor señorita, aceptaría tomar una taza de café conmigo mañana de tarde -dijo este gracioso-
-volves a hablar así y lo único que vas a conseguir es una piña -reíste- ponele que si, donde? -preguntaste-
-a las 17:30, te paso a buscar dale?
-no, decime la dirección y listo -dijiste-
-ok te la paso por mensaje -dijo sonriéndote, pensaba que ya le ibas a dar tu numero? No, serias aun dura-
-no te voy a dar mi numero -dijiste- decime y anoto en la agenda del celular -y eso hizo- pero para -el te miro- me estoy metiendo en un lio grande, vos estas con esa -dijiste "sin" nombrarla-
-no lo estoy -respondió-
-yo no me ando chapando con gente que "no estoy" -dijiste obvia-
-si estábamos no importa, ahora ya no -dijo este y entendiste-
-bueno, solo por esta vez -dijiste sonando convincente-
-la primera cita -dijo este gracioso, para hacerte enojar (lo notabas en la cara)-
-ni lo sueñes nene -dijiste-
-ojo porque -lo interrumpiste-
-si, ya se, los sueños se pueden cumplir y bla bla bla -terminaste y el rió, risa que te contagio-
-ojo que siento que mis sueños son los más probables de lograrse -rió-
-si, dale –hiciste una pausa- ahora te dejo, mucho tiempo ya con vos -dijiste-
-que agresiva, fueron menos de una hora -respondió-
-por eso -mentiste, en realidad era porque querías seguir ahí, pero tu consiente (o ya no sabes que) te decía que basta, que no podías compartir más de lo necesario con el-
-bue –suspiro- hasta mañana?
-ponele –dijiste y te fuiste-


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viernes, 1 de febrero de 2013

-13.


-Perdón? –dijiste y este aún te tenía de los codos- soltame idiota –dijiste y quitaste sus manos de tu brazo bruscamente-
-Apa tenemos fuerza –dijo el castaño gracioso-
-Chau, voy a seguir con lo mío –dijiste provocativa mirándolo por última vez y caminando hacia  Joaquín al ver que se asomaba- seguimos bailando? –dijiste ya enfrente a Joaquín, espiando a ver si Pedro seguía mirando, y definitivamente lo estaba haciendo-
-Obvio linda –dijo el rubio y fueron a la pista de baile-

Ahora al parecer era hora de los lentos, el chico te miro para buscar tu aprobación de si tomarte la cintura o no, vos asentiste y llevaste tus manos a su cuello, estaban bastante cerca, pero no tanto.

La canción ya estaba por la mitad y este se iba acercando mas a vos, mientras que vos ponías distancia, no ibas a besarlo (por ahora).

El tema termino, y antes de poder seguir bailando con el rubio sentiste que una mano (y no precisamente la de Joaquín) se poso en tu cintura.

-me toca –dijo este en tu oído, para luego agarrarte dejando al pobre rubio parado sin saber que hacer- mira allá hay una chica sola –dijo el castaño señalando a una chica que al ver mejor pudiste notar que se trataba de Verónica, y a este que bicho le pico? (te preguntaste en tu mente) mientras el rubio obedecía al castaño e iba en busca de la  otra chica, idiota (dijiste en tu mente también)-
-con que derecho venís a agarrarme así vos? –preguntaste bajando tu mirada a tu cintura viendo como sus manos se “apoderaban” de ella-
-con el mismo derecho que tenía ese chico –dijo este sonriendo-
-sabes cual es la diferencia? –dijiste obvia- que con él yo quería bailar, con vos no –dijiste poniendo tus manos en su hombro y separándolo de vos ya que el se acercaba cada vez mas-
-segura? –dijo este tratando de acercarse de nuevo-
-muy –dijiste y volviste a poner distancia, y para serte sincera a vos misma ya no sabías que hacer, la situación te superaba, no podías negarlo-
-no lo noto, porque seguís sin soltarme. -continúo este-
-será porque me estas agarrando un poco fuerte de la cintura? –preguntaste obvia-
-es para que no te me escapes como siempre –y te trajo de nuevo hacia vos- solo una canción, dale? –pregunto y lo notaste él, no en su “rol”-
-solo una –dijiste esta vez entrelazando tus manos por su cuello, ibas a jugar un poco-
-sos muy linda sabes –y ambos estaban mirándose fijo a los ojos-
-un chamuyo mas y te suelto –dijiste-
-acaso queres que te mienta? –pregunto este-
-cortala –dijiste, este rió, vos también (no sabes porque, solo te contagiaste de su risa) y siguieron bailando-

La canción había terminado y ustedes seguían como cuando había comenzado.

-Ya terminó la canción –dijiste aún agarrada a él-
-y todavía no me soltaste –dijo el agarrándote aún mas-
-solo te estaba avisando para luego hacerlo –y ahí si lo soltaste y el también-
-antes de irte –hizo una pausa- me acompañas a un lugar?
-y por qué debería de aceptar? –preguntaste, pero en el fondo querías ir-
-porque tal vez quieras conocerme a mí, Pedro, no al chico engreído que tenes en la cabeza –dijo este y lo notabas sincero- vamos? –pregunto de nuevo- …………….



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