miércoles, 24 de abril de 2013

-32.


Lo mirabas, te miraba, te sonreía, vos seguías mirándolo, algo que siempre imaginaste acaba de ocurrir y se sentía tan bien que era de poco creer, el te seguía agarrado de la cintura, vos seguías con tus manos enredadas en su cuello, y pensaste que tan malo era por lo menos esta noche seguir así, estabas tan colapsada de emociones que no te permitías ni pensar si estaba bien o mal lo que había ocurrido (y lo que seguiría ocurriendo), sentir sus labios sobre los tuyos fue mil veces mejor de lo que creías, besaba tan bien que te preguntabas porque recién lo había hecho ahora.
-Por favor no te vayas –dijo el susurrando mirándote, parecía leer tu mente, estabas a punto de escapar, pero esas palabras hicieron que te quedes ahí, el te podía, y ahora mil veces más-
-Q…que acabaste de hacer? –y odiabas que te ponga tan nerviosa a tal punto de tartamudear-
-Como ya te dije, algo que siempre quise hacer –dijo aún en susurro-
-Siempre, cuándo? –necesitabas saberlo, necesitabas saber porque lo hizo, si era solo por diversión o había algo de tras-
-Siempre desde hace tres años –dijo y vos le miraste incrédula, pensaste que te estaba mintiendo, pero también lo viste sincero, te estaba sorprendiendo y mucho-
-Q…qué? –volviste a tartamudear-
-Sí, me gustas desde hace mucho, pero recién lo note desde hace poco, desde el primer momento en que te vi hace tres años te robaste mi atención, pero estaba tan cegado que no lo vi, me deje llevar por los malos hábitos, y bueno lo demás ya sabes –asentiste aún sorprendida, si supiera que te pasaba exactamente lo mismo- salí con muchas chicas, pero igual seguía mirándote a vos,  y después de este beso me odio por recién decírtelo ahora –dijo y vos sonreíste mordiéndote el labio, pensabas casi igual que él-
-Que paso para que decidieras hacer todo lo que hiciste y terminar así? –Estabas muy curiosa, y preguntarías todo lo que estuviera a tu alcance-
-Aquel día en la fiesta cuando se me derramo el fernet en tu vestido y caíste por mi culpa, te acordas? –pregunto haciendo una leve sonrisa, al igual que vos al recordarlo- bueno, eso fue en cierto apropósito –dijo él y vos frunciste el ceño- solo quería derramarte el fernet, y bueno lo otro paso porque un estúpido de empujo –asentiste-  iba ser una excusa para hablarte, y luego  te caíste, después me mandaste a la mierda –tu boca se curvo en una sonrisa recordando todo- y cuando te invite a bailar después y me dijiste que no, sentí la necesidad de caerte bien, y de que cuando volviera a preguntar eso dijeras que sí, no sé cómo fue, pero sé que desde ese día estuve intentando todo para que te des cuenta que en verdad no soy como aparento, tu reacción fue un poco dura desde el comienzo, pero no quería desistir, quería y quiero cambiar tus pensamientos con respecto a mi –termino y vos lo mirabas, embobada,  si antes así de engreído y todo te gustaba, ahora eran el triple y más tus sentimientos hacia él-
-Y creo que lo estas logrando –se te escapo, pero no era hora de arrepentimientos,  el sonrío, vos también-
-Y… -dijo y se quedo callado por un momento- la música del karaoke –siguió- acerté? –pregunto haciendo una mueca, rogándote que respondieras que si, ya no importaba nada, asentiste sonriendo y el sonrío aún mucho más-
-También hace tres años –si él se confesaba, por que vos no, pensaste, viste su cara de sorpresa, su boca abrirse y cerrarse, y sonreías tímida-
-Qué? P…Pero si parecía que me odiabas –dijo él y vos asentiste desdibujando tu sonrisa-
-Parecía –dijiste dándole la razón- quería odiarte, pero no podía –dijiste y el frunció el ceño esperando más explicaciones- es que eras tan engreído, todas estaban tan locas por vos, vos jugabas con ellas,  y –suspiraste- quería odiarte por no ser yo, quería odiarte por… amarte –terminaste y lo notaste aún más sorprendido, presentías que mañana te arrepentirías de tantas confesiones-
-Perdón –dijo el agachando la mirada, y luego volviendo a mirarte- me odio también por eso –dijo él- estaba tan, bueno, no sé, no hay justificación, lo único que puedo decirte es que en verdad estoy cambiando, en realidad nunca fui así por gusto, solo quería caerle bien a todos, ser alguien, me cegué –volvió a repetir y lo sentiste sincero, asentiste con la cabeza-
-Ya esta –trataste de sonar segura, aunque eso a veces eran motivos de tus llantos-
-Bailamos? –pregunto el cambiando de tema, y se lo agradecías, esta noche no estabas en tus casillas, y querías aprovechar que todo tipo de mal pensamiento hacia él no se te cruzaba por la cabeza-
-Dale –asentiste y el te tomo la mano y te llevo más al medio-
Una canción movida sonaba, y bailaron riéndose, Pedro hacía pasos raros, y vos los seguías, pensabas porque fingía tanto, si este Pedro, el que estaba ahora contigo era mil veces mejor.
Y como lo veías venir, una música lenta comenzó a sonar, el sin ánimos de apartarse de vos, te tomo la cintura, vos sonreíste y enredaste tus brazos en su cuello.
-sos muy hermosa –dijo él mirándote fijo, miraste hacia abajo, porque te habías sonrojado y luego lo miraste mordiéndote el labio- muy –volvió a decir esta vez susurrando, acercándose a tu boca, sin pedir permiso posando sus labios nuevamente con los tuyos, tomándote más fuerte de la cintura, acercándote más a él, profundizando el beso, haciéndote sentir miles de emociones juntas a la vez.-

**

martes, 23 de abril de 2013

-31.


Luego de ese momento entre incomodo y gracioso, Pedro te propuso poner un poco de música y vos accediste, elegiste el CD que querías escuchar en ese momento, impresionada porque todos los que tenía eran de tus preferidos, y fueron escuchando músicas (él cantando de a ratos, gracioso, y vos reías, ya no te importaba la burbuja en ese momento, solo en ese momento) hasta que llegaron a la casa, donde ya había varios autos estacionados afuera, bajaron y fueron hasta la entrada.
Ahí los viste a Zaira y Hernán,  se acercaron con Pedro junto a ellos, y luego entraron a la casa.
Ya eran casi las diez, y la casa estaba llena, y te diste cuenta que no solo eran tus compañeros lo que estaban ahí, no diste importancia ya que había buen clima.
Después de cenar pizzas que todos compraron colaborando, decidieron comenzar un juego, y lo hicieron con el que se jugaba de a dos y uno de ellos debía adivinar  la película que el otro decía con gestos.
Zaira y vos eran amantes de ese juego, y como la vergüenza no era un problema para ustedes decidieron jugarlo, después de casi más de una hora terminaron siendo las ganadoras con cuatro aciertos.
Mientras ustedes iban por algo de beber a la cocina, Juanjo les comunico a todos que el karaoke ya estaba listo para usarse, y así si le tenían un poco más de miedo, por lo menos para comenzar.

-Somos lo más Pochi –dijo riendo  Zaira mientras servías un vaso de gaseosa (había bebidas alcohólicas, pero vos aún no querías probar ninguna)-
-Si eso no es hacer el ridículo, no se –dijiste graciosa, ya que algunas señas o gestos que hicieron ambas  realmente eran vergonzosos-
-Valió la pena, ganamos –dijo y chocaron los cinco-

Volvieron hasta donde estaban todos, y alguien ya estaba inaugurando el karaoke, uno de los compañeros  llamado Benjamín, quien estaba cantando un tema romántico, y de a ratos dejaba de mirar la pantalla, para mirar a su novia, dedicándole la canción.

-Es un tierno –dijo Zaira, amante del romanticismo, vos asentiste-

El tema se encontraba terminando cuando te acordaste que dejaste el vaso de gaseosa en la cocina, fuiste por el y comenzaste a escuchar el ritmo de otra canción, una de tus preferidas de Los Auténticos Decadentes.

Regresaste para ver quien la cantaría y te sorprendiste al ver a Pedro, sentado esperando a cantar.

Basta de fantasías –comenzó a cantar-
Me gustas tanto –dejo de mirar la pantalla del televisor, y te miro a vos, casi se te paralizó el corazón-
Me gustas tanto 

Ya no te hagas la viva 
Te gusto tanto –te volvió a mirar y sonrió perezosamente-
Te gusto tanto 


Si me vieras como te veo 
Tan rígida y tan superada
dejarías a un lado el miedo 
Ahí nomás, nomás 


Veo, veo que no te moves  de acá 
Veo, veo que vos ya no podes más 

Veo, veo Tanto miedo 
Veo, veo… -te miro de nuevo, fijo, y pensabas si solo vos creías que nadie notaba lo que te pasaba con él, lo miraste también, y el volvió a su mirada en la pantalla-


Cálida tu mirada 
te vas soltando 
te vas soltando 
y sin decirme nada 
Me dices tanto 
Me dices tanto 


Si te vieras
Como te veo
Tan tímida tan controlada
Dejarías a un lado el miedo
Ahí nomás, nomás

Veo, veo que no te moves  de acá 
Veo, veo que vos ya no podes más 

Veo, veo Tanto miedo 
Veo, veo…

Terminó la canción y todos aplaudieron, vos también y Pedro seguía mirándote fijo.
-Me parece que alguien te descubrió –dijo Zaira, burlándose de vos, y la fulminaste con la mirada, en ese momento querías desaparecer de alguna manera, pero no podías ni debías-
Para escapar aun que sea algunos minutos decidiste ir al baño, así fue, y te quedaste varios minutos ahí.
Cuando saliste te topaste con  Jazmín y Mariana, dos de tus compañeras con quien Zaira y vos solían hablar, y porque querías estar lo más alejada de Pedro, saliste con ellas (porque te invitaron) al jardín de la casa de tu compañero.
Estuvieron ahí más de media hora hablando de cosas, que vos casi ni escuchabas ni opinabas ya que estabas en otra (Pedro) pensando en porque mientras cantaba te miraba a vos y solo a vos, pensando si eras tan obvia demostrando tus sentimientos, si eras tan mala mentirosa (porque vos creías hacer un buen trabajo), pensando en cómo se dio cuenta, y como lo ibas a mirar después de esa canción, si él te iba a decir algo, o si todo se quedaría como estaba.

-Pau –sentiste que te llamaron y tocaron tu hombro, era Jazmín-
-Si? –preguntaste-
-Te decíamos que si querías ir a dentro, se armo la disco –dijo señalando hacia la casa, estaba todo oscuro, con las luces de semáforo que siempre se usan en las discotecas brillando en distintas direcciones, aparte de que la música se puso aún más fuerte, y te querías quedar dónde estabas, pero la probabilidad de que Pedro te encuentre y estén solos se hizo presente en tu cabeza, te paraste rápidamente y les dedicaste una sonrisa a las chicas-
-Vamos –dijiste y fueron a dentro nuevamente-

La música que sonaba era buena, y a vos te gustaba bailar, estuviste un rato con las chicas, hasta que te dio un poco de sed, fuiste a la cocina, y esta vez optaste por un poco de fernet, cuando terminaste de servir y estabas a punto de llevar el fernet a tu boca, sentís que alguien te agarra de la cintura, del susto casi se te cae el vaso, pero logras bajarlo sobre la mesada, para luego girar y ver quien se tomaba semejante atrevimiento para hacer eso.
Como ya sospechabas era él, Pedro, tu corazón se acelera mucho más cuando vez que sus manos no son despegadas de tu cintura, y te quedas helada, nunca te paso, querías quitártelo de encima, así como también querías besarlo, pero no podías hacer ninguna de las dos cosas, seguías paralizada.
Sentiste que se acercaba cada vez más a vos, pero respiraste un poco cuando viste que se desviaba hasta el costado de tu cabeza, precisamente a tus oídos, pero volvió a descolocarte cuando puso una de sus manos en tu nuca y susurro en tu oído “hay algo que quiero hacer desde hace mucho” tus piernas temblaban, y si no era por su agarre estabas comenzó a creer que caerías.
Se separo un poco nuevamente, te miro a los ojos, y luego su mirada bajo a tu boca, se fue acercando cada vez más, hasta que sentiste sus labios presionándose por los tuyos, y una corriente de energía eléctrica por todo tu cuerpo seguidamente, trataste de no seguirlo, pero te presionó más contra él,  con sus manos agarradas en la parte de atrás de tu cintura, te rendiste y tus manos se posaban lentamente en sus hombros, rodeando luego su cuello, entrelazando tus dedos en el, profundizando ese beso, que tanto habías esperado, sus labios parecían imanes, ninguno tenía la intención de separarse, pero sus pulmones lo pedían a gritos, el se separo solo un poco para dejarlos a ambos respirar, frente con frente, te miro a los ojos , vos también, y justo cuando ibas a hablar para nuevamente arruinar todo, el te calló con anticipación dejando otro beso en tus labios, y pensabas que solo por hoy lo dejarías ser.

** 
amén. 

-30.


Cuatro y media tu alarma sonando, la apagaste y te levantaste para comenzar a cambiarte, minutos después ya lista bajaste al living a esperar a tu amiga, porque la conocías, y sabias que igual iba a pasar por tu casa como siempre para ir al gimnasio, estés o no molesta con ella, caradura (pensabas en tu mente). Pero esta vez no se la harías como si nada paso, le dirías que te molesto su actitud de la mañana, que te molesto que no te consulte algo en lo que vos estas involucrada o que prácticamente te obligue a hacer algo (que queres, pero no debes hacer -según vos-).
Tu mama aun seguía durmiendo, mientras esperabas prendiste la televisión, pero antes de buscar algún programa el timbre sonó. 
Abriste la puerta y ahí se encontraba ella detrás del umbral con su sonrisa de siempre, pero en sus ojos veías preocupación, tal vez de que estés enojada, pero como es ella lo tiene que averiguar así, haciendo como si nada.
-Lista Pochi? -dijo, pero esta vez aparte de los ojos, su voz la delato-
-Lista si prometes dejar de decidir por mi o obligarme a hacerlo -fuiste directa, y la sonrisa que trataba de mantener ella se deshizo-
-Perdón Pochi -dijo sincera- es que yo solo quiero que pases un poco más tiempo con él, así ves si realmente es como te dijo aquella vez -recordando cuando confeso de que simulaba ser alguien que no era- ese chico está loco por vos, -siguió- Nan me conto que a nadie más le dijo lo que a vos, y hasta está cambiando, no te diste cuenta? -pregunto, y si que te diste cuenta, el ya no es el mismo engreído (como le decías, si, en tiempo pasado), y eso aunque se te haga difícil de aceptar hace que cada vez te guste más- 
-Sea cierto o no, este cambiando o no, dejame decidir a mí, si? -nuevamente la Paula dura tiene que manejar la situación, y te preguntabas hasta cuando podrías con esto-
-Esta bien -suspiro- 
-Ahora vamos -le sonreíste para que sepa que nada estaba mal con ella-
-Vamos -respondió con la misma sonrisa-
Cuando llegaron al gimnasio había algunos chicos del colegio, que siempre iban, como ustedes, y mas atrás pudiste ver a Pedro ya entrenando, te perdiste en él, mientras Zaira hablaba con una chica, te diste cuenta que el te miro y sonrió, te pusiste más que roja y miraste inmediatamente hacia Zaira.
Ya habías acabado con tu rutina, Zaira también, y si no se apuraban no iban a estar listas a tiempo para cuando (gracias a Zaira) Pedro y Hernán pasen a buscarlas por su casa.
Sin darle tiempo a ellos de hacer ningún tipo de ofrecimiento salieron del gimnasio, y fueron cada una a sus casas.
***
Recién salida de la ducha, con la salida de baño, buscando que ponerte, ya iban quince minutos de que quitabas y metías ropas de tu armario, hasta que te decidiste por un jean azul oscuro, una blusa sencilla y suelta con un “Trouble” estampada en ella, encima tu chaqueta negra (la cual doblaste hasta tus codos), y tus CAT color marrón, era una noche cálida pero con un poco de viento, por eso decidiste ese look.
Ya eran casi las nueve y media (hora en habían quedado con Pedro y Hernán para que te pasen a buscar) y vos ya estabas lista luego de arreglarte el cabello (lo dejaste suelto, así te gustaba más) y ponerte un poco de maquillaje, antes de bajar fuiste a la habitación de tus padres, primero para que tu mamá te de una opinión acerca de como estabas vestida, y segundo para pedirle dinero a tu papá.
Como esperaste que fuera, ella te dijo que estabas hermosa (al igual que tu papá) y luego de despedirlos y tomar el dinero que tu papá te dio, bajaste a esperar a los chicos, pasarían por Zaira primero, al menos así habían quedado.
Escuchaste el timbre, agarraste tu pequeña cartera colgante, y fuiste a abrir la puerta, esperabas a que fuera Zaira la que estuviera del otro lado, pero al ver a Pedro  parado ahí con una sonrisa vergonzosa, te sorprendiste, y luego aclaraste tu  voz para poder hablar.
-Hola –dijo él sonriendo, justo antes de que comiences a hablar-
-Hola –le devolviste la sonrisa- y Zaira? –preguntaste mirando al auto, viendo que no había nadie-
-Vamos a tener que ir solos –te dijo sonriendo y pudiste notar cierta picardía en su voz, cosa que te puso entre nerviosa y furiosa, ese no era el plan-
-Cómo? –Obligaste con tu pregunta a que de más explicaciones-
 -Nan se empecinó en prestar el auto de su papá,  él fue a buscar a Zaira, y acá estoy yo –te sonrió otra vez más, estaba de buen humor, lo notabas-
-Ok –dijiste dudosa- vamos –trataste de sonar más segura, y el te dedico de nuevo una sonrisa-

Subieron al auto, y el arrancó el motor, lo miraste de re-ojo y pudiste ver su sonrisa de costado, miraste fuera hacia la ventana de tu lado y sonreíste también, no sabías porque, pero lo hiciste.

-Estas muy linda –lo escuchaste, mientras recién hacían cinco minutos de viaje, trataste de ocultar tus mejillas rojas, lo miraste, y miraste de nuevo hacia la ventanilla-
-Gracias –respondiste y no sabías si devolver el cumplido o no, pero preferiste lo segundo, solo te dedicaste a mirarlo una vez más, y como él te miraba, le sonreíste-
- Tus ojos son muy lindos –escuchaste pocos minutos después nuevamente, y te preguntabas  si iba a ser así todo el camino, porque no sabías hasta cuando aguantarías sin derretirte-
-Gracias –volviste a responder de la misma manera que la anterior-
- Tu sonrisa es muy linda –volviste a escuchar, y dijiste que lo pararías si seguía así-
-Gracias –respondiste de la misma manera que las veces anteriores, pero un poco fastidiada-
-Tu boca es muy linda –y su tonó de voz cambio un poco, se estaba burlando de vos, estaba logrando que te pongas roja, y era hora de que termine-
-Basta –dijiste y él carcajeo, lo miraste, te miro y siguió riendo-
-Sos muy linda enojada, enserio –dijo entre risas, no pudiste evitar largar una sonrisa (que él no la vio) y trataste de ponerte seria-
-No hagas que me arrepienta de haber venido con vos –le advertiste, aunque te encantaba estar ahí, en ese momento-
-Que no panda el cúnico  –dijo gracioso, carcajeaste y esta vez el lo noto-
-Sos un boludo –se te escapo, pero no te arrepentiste de decirlo-

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viernes, 19 de abril de 2013

-29.


-Y? Qué paso allá a dentro? Por eso volviste así después de ir por el agua? -comenzó con las preguntas tu amiga, mientras caminaban por el barrio camino a sus casa, era de esperarse, si hasta la propuesta de Pedro y Hernán había rechazado (la de alcanzarlas a las mismas) cosa que agradeciste por dentro-
-Nada -era inútil pensar que Zaira se conformaría con esa respuesta, pero intentar no te costaba nada-
-Dale, habla -dijo como si no te creyera en lo mínimo, vos bufaste-
-Pedro -explicaste-
-Ya se eso, esta mas que obvio -la fulminaste con la mirada- que te dijo para que estuvieras así? Estabas hecha un tomate -siguió, como si no te hubieses dado cuenta-
-Justo cuando llegue estaba él en uno de los bancos terminando de tomar el agua, me saludo, y después me dijo que me veía linda así toda sudada, y yo me puse roja de vergüenza, entonces el siguió y me dijo que toda roja era aun más linda también, es un boludo -terminaste, habías dicho tu relato lo más acelerado posible-
-Apa -dijo riendo- está loco por vos y vos por el -siguió tu amiga-
-Mjm -fingiste restar importancia, aunque por dentro te preguntabas si era cierto lo primero, ya que lo ultimo lo tenias totalmente asumido-
-Mjm nada -y carcajeaste- admitilo, dale -te obligo-
-Lo ultimo sí, lo primero yo no lo sé -respondiste-
-Claro que lo sabes, pero bueno, no lo digas, ambas sabemos que si -tiraste tu cabeza hacia atrás mientras caminabas, para mirar el cielo, te encantaba hacer eso, y más ahora que se veían las estrellas-
-Ves alguna forma en alguna de las estrellas? -cambiaste de tema, no intencionalmente, ella imito tu posición y miro el cielo también, mientras seguían caminando-
-Allá -señalo y vos miraste- hay una línea vertical -y no pudiste evitar carcajear, era Zaira sin duda alguna la amabas-
-Tarada, decía una forma rara, que no se pueda ver a simple vista -dijiste riendo-
-Lo de tarada estuvo de mas -dijo riendo ella también- igual me cambiaste de tema en menos de un segundo -volviste a reír-
-Es que amo ver el cielo y más cuando las estrellas brillan en el -dijiste y pudiste escucharte lo tonta que sonaste- 
-Eso fue cursi -te dijo y reíste-
-Me di cuenta apenas termine de decirlo -respondiste-
-Pedro te pone cursi -siguió y la fulminaste con la mirada- amo molestarte –se confesó aunque ya lo sabías-
-Mas te vale que no hagas esas cosas en público -le advertiste-
-No te voy a dejar en evidencia frente a Pepe, Pochi -rió-
-Dije publico -la peleaste- 
-Y yo Pepe -te saco la lengua y vos también-
Siguieron hablando y riendo hasta llegar a tu casa, Zaira siguió hasta la suya (que no era tan lejos) y vos entraste a la tuya.

***

Viernes de mañana, después del rutinario jueves, en el que Pedro te "molesto" cada vez que pudo en el colegio, pero no esa molestia que te enfada, si no esa que te pone roja, y lo odiabas por hacer eso, porque hacía y hace que te dejes en evidencia cada vez más frente a él.

Ahora se encontraban en un especie de reunión con todos los compañeros de tu curso, para prever que harían hoy (ya que todos los viernes hacían fiestas, primero para disfrutar y segundo para recaudar plata para su viaje de engresados).
Y todos juntos decidieron que hoy no habría fiesta como la de siempre, si no que se reunirían en la casa de un compañero (la cual ya decidieron ya que el se ofreció) y ahí llevarían las comidas y bebidas para compartir entre todos, y hacer cosas que salgan en el momento, con música, y todo para pasar una divertida noche.
Cuando terminaron, con Zaira salieron al recreo, y fueron al kiosko, tenías hambre, y ella sed.
Te compraste una empanada de jamón y queso, y feliz te fuiste a sentar en un banco con Zaira al lado, para comerla.
Cuando terminaste le pediste a Zaira que te convide un poco de su coca-cola. Ambas sabían que eso no les ayudaba en su "dieta" pero se daban permitidos a seguido.
Y como era de esperarse, a lo lejos vieron a Pedro y Hernán acercarse a ustedes.
-Puedo? -pregunto Pedro mirándote haciendo referencia a sentarse en el lugar vacio que había a tu lado-
-Si -respondiste y miraste hacia tu otro costado que estaban Zaira y Hernán, besándose-
-No pierden el tiempo –dijo Pedro que al parecer estaba mirando como vos-
-Mjm –respondiste y metiste la coca-cola en tu boca para no tener que opinar más-
-Y… Como van esta noche? –dijo para todos, ya que Hernán y Zaira giraron hacia nosotros-
-No se –dijo Zaira-
-A mi todavía no me dan el auto, así que contigo hermano –dijo riendo y se suponía que vos tenías que hablar pero te quedaste mirando la nada, hasta que Zaira te toco el hombro-
-Eh, si? –dijiste volviendo a la “realidad”-
-Pepe preguntaba cómo nos íbamos a la casa de Juanjo –respondió Zaira (Juanjo es el compañero que presto la casa)-
-Ah, no se –dijiste-
-No quieren que vayamos por ustedes? –dijo Pedro, lo miraste y luego a Zaira, esperabas a que ella responda, y no precisamente que si-
-Claro que si –mierda, dijiste en tu mente y miraste a Zaira, ella te sonrió, lo hacía a propósito-
-Pau? –Pregunto Pedro-
-Bueno dale –terminaste accediendo fastidiada, no es que no querías que fuera por vos, si no que eso no debería pasar (según vos) porque mientras más cerca este él, mas te va poder, y más va poder lograr que tu burbuja termine por reventar-

Más tarde sonó el timbre que indicaba que el recreo había culminado, y muy a pesar de ustedes volvieron al curso.
Y al fin llegó el timbre de salida, juntaste tus cosas, y fuiste a fuera a esperar a Zaira, ella apareció segundos después pero no sola, con Hernán, y de tras venía Pedro, y pensabas si esto ya se les iba a hacer costumbre.
-Pochi vamos con ellos? –dijo Zaira llegando hasta vos-
-No Zaira –dijiste- se te va hacer costumbre –seguiste-
-Nosotros no tenemos problema Pau –dijo Pedro, siempre tan oportuno-
-Ya sé, pero se me hace que –hiciste una pausa, no sabías que decir, y estabas odiándola a tu amiga por ponerte en ese momento, suspiraste abatida- bueno, vamos –y Zaira te sonrió, pero vos no-
Te dejaron frente a tu casa, te despediste y abriste la puerta para entrar seguidamente, viste a  tu mamá en la cocina, quien te informó que serían solo ustedes dos en la mesa por hoy, ya que tu papá no podía salir del trabajo, almorzaron juntas y luego subiste a tu habitación, te duchaste y te acostaste en la cama, querías dormir un rato. 

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miércoles, 17 de abril de 2013

-28.


La película acabo y durante todo el camino hasta tu casa Pedro se te burlaba de ese momento entre vergonzoso en incomodo en la sala de cine, y te estabas odiando por haberte dejado en evidencia en ese momento, pero el miedo pudo más que vos.
Antes que bajaras del auto y casi por arrebato te despidió con un beso en la mejilla, vos sonreíste incómoda y saliste del auto lo más rápido que pudiste.

Como ya eran más de las seis de la tarde, te duchaste y recostaste en tu cama, habías enviado un mensaje a tu amiga diciéndole que hoy no irías a gimnasio y que mañana le explicabas. Y tenías que hacerlo ya que sabías que ella se iba dar cuenta del pequeño gran detalle: Pedro tampoco había ido.

***

 Miércoles, lista nuevamente para ir al gimnasio, luego de un mañana normal en el colegio, donde le diste explicaciones a tu mejor amiga (porque te obligo) de porque faltaste ayer a gimnasio, y porque Pedro falto también (y sospechabas que ella ya sabía pero se estaba haciendo la tonta). Con Pedro hubo un poco mas de "buena onda" se saludaron y hablaron un rato. Y no está de más mencionar que veías la cara de odio y envidia de Verónica mientras ustedes charlaban.
-A recuperar los kilitos de mas que subiste anoche Pochi -dijo graciosa cuando abriste la puerta-
-Graciosa -te burlaste-
-Lista Pochi? -dijo aquella frase que ya era costumbre-
-Lista cachorra -respondiste y comenzaron a trotar-
Fueron tarareando canciones, diciendo chistes, como siempre, no podían estar calladas, eso no era lo suyo.
Y sorpresivamente fueron unas de las primeras en llegar, vos directo fuiste a tu lugar de siempre para comenzar con tu rutina, y tu mejor amiga te siguió. 
Segundos después llegaron Verónica y Samantha, y pensaste que pronto comenzarían a molestarlas. Y lo peor de todo es que solo eran así de insoportables con ustedes, y eso te ponía y pone furiosa.
-Se sentirá lindo comer de mi migaja? -pregunto irónica a su amiga (si así podía decirse) mientras pasaba por enfrente tuyo y se colocaba de tu lado izquierdo (en el derecho estaba Zaira que te dedicaba una mirada tranquilizadora, que en el fondo demostraba que tenía ganas de matarlas al igual que vos) y ya sabias porque lo había dicho, los vio a vos y a Pedro, en realidad vio como Pedro se acerca cada vez más a vos. Envidia, pensaste y en el fondo lo disfrutaste. Pero lo de migaja te trajo a la realidad, y en parte era cierto, pero no, vos no serias eso, porque no estás ni vas a estar con él (y deseabas que ese pensamiento este cuando estas con él, cuando es casi imposible ocultar tus sentimientos, cuando esos mismos quieren hacer reventar esa burbuja que vos habías impuesto, pero no, estar frente a él te sacaba de eje, y ahora que comenzó a acercarse a vos, ahora que ya no sos invisible para él, aun mas)
Hiciste caso omiso a su comentario y seguiste con tu rutina. Cuando ya estabas muy cansada decidiste parar (solo unos minutos) para beber un poco de agua. Fuiste hasta el bebedero y para sorpresa (aunque no tanta) te encontraste con el, que al parecer estaba en iguales condiciones que vos. Sudado, con la remera mojada, haciendo que su físico (realmente trabajado) quede aun más expuesto, y encima sonriéndote de esa manera como solo él sabe (lo que no sabe es que te descoloca, te vuelve loca) solo colabora en que la burbuja termine de reventar en cuestión de segundos. Calma, dijiste en tu mente y llegaste hasta el bebedero lo más natural posible, como si su presencia no importe en el mínimo (aunque era lo opuesto).
-Casada? -escuchaste esa voz que la conocías de memoria pero aun no lograbas describirla, la de él, Pedro-
-Algo -respondiste y serviste el agua en tu botella para luego beberla- vos? -respondiste después de varios minutos-
-Un poco -dijo- te ves muy linda toda sudada -siguió y sentiste como rápidamente tus mejillas ardían de vergüenza y no sabias si lo decía porque estabas horrible, linda en verdad, o simplemente para molestarte y provocar lo que estaba provocando, descolocarte. Solo atinaste a sonreír algo incomoda y viste como abría su boca nuevamente para volver a hablar- y con tus mejillas extremadamente rojas también –te delató sonriendo-
-Basta -te quejaste y el rio aun mas, esa sonrisa entre picara y burlona-
Sin dejarle decir más nada saliste de inmediato de ahí, unos minutos mas y no sabias lo que podía llegar a pasar. Totalmente descolocada seguiste con tu rutina. Zaira se percato de eso y te hizo una mueca a la cual vos respondiste con otra dándole a entender que luego le dirías.

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lunes, 15 de abril de 2013

-27.


Luego de ducharse, y ponerse cómodas, vos cebabas el mate mientras que hablaban con tu mejor amiga. Ya hacía casi una hora que estaban así, y no se aburrían, con el plato de facturas en medio, ya casi vacío, y el mate ya a punto de acabarse ustedes riendo ante el chiste de Zaira, siempre oportuna ella con sus ocurrencias.
-Como te quiero cachorra -dijiste sincera, sin ella no sabías que harías, eran tan opuestas e iguales a la vez-
-Yo también Pochi, lamento tener que irme -dijo parándose, ya que su mama la había llamado de nuevo- es tan molesta a veces -dijo refiriéndose a su mama-
-Tranquila amiga, seguro te necesita -dijiste y te miro obvia, su mama solo lo hacía para molestarla, porque no quería que estuviese sola hasta tarde fuera de su casa-
-Ponele -finalizo y se pararon caminando hasta la puerta-
-Nos vemos mañana amiga -le dijiste abriendo la puerta-
-Estate segura -dijo graciosa y ambas rieron-
-Dale anda loca -dijiste fingiendo que la echabas-
-Me herís -se puso una mano en el pecho simulando estar ofendida y vos reíste-
-Nos vemos mañana querida amiga y ahora ve que tu madre te espera y si llegas tarde te regañara -dijiste graciosa y exageradamente amable-
-Anda forra -siguió tu amiga y ambas se echaron a reír-
-Enserio anda que después la culpa me la echa tu mama a mi -dijiste graciosa-
-Chau Pocha -se despidieron, ella se fue y vos cerraste la puerta-
Justo cuando estabas por subir sentís que la puerta que acababas de cerrar volvía a abrirse, miraste y eran tus padres, sonreíste porque no los habías visto desde la mañana, a tu mama si, una rato antes de salir al parque, ya que tuvo que acompañar a tu papa a un almuerzo de trabajo. 
Tuviste la necesidad de abrazarlos y tímida te acercaste a ellos, tu mama se adelanto a vos y te abrazo.
-Hola ma -dijiste luego de abrazarla y tu papa hizo lo mismo (cosa que te pareció extraña, pero te encantaba)- hola pa -seguiste-
-Hola hija -dijo tu mama- como fue tu día? 
-Cargadito -dijiste graciosa y ella rió, también tu papa- el de ustedes? 
-Igual, mas el de tu papa -lo miro y el asintió-
-Me están por volver loco -dijo gracioso y vos reíste- 
-Perdón por no haber podido ir hoy -dijiste con un poco de pena en tu voz-
-Tranquila hija, no podías por el colegio, otra vez será -y le sonreíste-
-Que quieren cenar? -pregunto alegre tu mama-
-Pizzas -dijeron a unísono y sonriendo con tu papa-
-Pizzas serán -dijo ella, al fin estabas volviendo a retomar la hermosa relación que tenias con tus padres hace unos meses- voy a dejar estas cosas, y comienzo -siguió-
-Te ayudo ma? -preguntase y rogabas porque te diga que si-
-Eso era lo que quería escuchar -dijo ella y la abrazaste-
-Bueno mientras mis mujeres -sonreíste enorme al escuchar esa palabra, hacía mucho que no lo decía- preparan la rica pizza yo me doy el atrevimiento de irme a duchar -dijo gracioso y sonó mas como pregunta mirando a mi mama-
-Anda amor -dijo ella dulce, amabas como se amaban ellos (valga la redundancia)-
-Bajo enseguida -dijo y subió-
-Manos a la obra? -pregunto mi mamá-
-Manos a la obra! -afirme y fuimos hasta la cocina-
Amabas estos momentos con tu mama, cocinar con ella era todo un placer para vos, siempre que lo hacías ella te explicaba todo, y te decía su típica frase "espero que cuando seas grande y tengas un novio, le cocines, el te diga que le encanto la comida, y vos le digas que todo lo que sabes es gracias a tu mama" que te hacía reír y bastante. Volvieron a entrar en confianza y ella no aguanto la curiosidad y te pregunto si había algún chico por ahí, vos negaste rotundamente (Pedro no contaba en este tema, no aún), ella te creyó como siempre y cambiaron de tema mientras terminaban las pizzas.
Media hora después, las pizzas en la mesa, tu mama de un lado de la punta, tu papa del otro (que había bajado minutos atrás) y vos en el medio, sirviéndose para comenzar a cenar.
Miles de halagos de parte de tu papa para ambas, de verdad la pizza había quedado exquisita, no existía igual que la masa cacera como la de tu madre.
Terminaron entre risas, y todos juntos ayudaron con los cubiertos sucios, cuando estaba todo limpio luego de despedirte de ellos subiste a tu habitación bostezando, había sido un largo día, eran casi las once, te duchaste, luego de salir te pusiste tu piyama y te acostaste a dormir.

Tu mañana del día siguiente fue casi como la del Lunes, excepto que cuando llegaste al colegio, luego del desayuno con tus padres, primero te encontraste con Pedro, quien te saludo como si nada, y hasta le dio tiempo de preguntarte como estabas, y para tu salvación después de responder llego Zaira, y detrás Hernán, siguieron hablando, pero no mucho ya que había sonado el timbre de entrada.
En el recreo esta mañana saliste con Zaira, preferías eso a arriesgarte a que Pedro vuelva a hacer lo de ayer. Los ojos de Pedro parecían tener un imán con los tuyos, ninguno dejaba de mirarse, aunque vos eras la que más lo disimulabas. 
Salida al fin, cuando creíste que implemente se iban a despedir de Pedro y Hernán y ya iban a ir para sus casas, ellos la sorprendieron preguntándoles si querían que las acerquen a sus casas. Y como era de esperarse Zaira acepto y vos detrás de ella, no tenias ganas de alcanzar el colectivo para serte sincera a vos misma. 
Y nuevamente Zaira y Hernán hablando muy animadamente y Pedro y vos callados.
Y así fue hasta dejarlas en sus casas, todos vivían en el mismo barrio privado, y según Zaira te había dicho, Pedro y Hernán eran vecinos.
Saludaste a tu mama que estaba en la cocina terminando de poner la mesa, y lo viste a tu papa bajando las escaleras, también lo saludaste y se sentaron a almorzar.
Cuando ya estabas en tu habitación apenas salida del baño, de darte una ducha como todos los días después de comer, escuchaste el timbre sonar, supusiste que tus papas dormían y bajaste vos.
Preguntaste quien era pero nadie respondió, entonces abriste la puerta y enorme fue tu sorpresa al verlo a él (Pedro) de tras de ella.

-Una salida amistosa al cine? -se anticipo a vos y pregunto- sin rencores? -siguió y por dentro morías de amor, pero por fuera no sabias como reaccionar, que decir-
-Emmm -fue lo primero que lograste balbucear- 
-Dale -y te hizo una cara que te pudo y mucho-
-Bueno? -dijiste dudosa, el rió-
-Lo tomo como un sí, te espero en el auto -señalo y vos asentiste con la cabeza-
-Ya vuelvo -fue lo último que dijiste, el se fue hacia el auto y vos cerraste la puerta, te apoyaste en ella y largaste un suspiro, acto seguido subiste corriendo las escaleras, te vestiste lo más rápido posible (y aunque querías negarlo, te pusiste linda para él) antes de bajar fuiste a avisarle a tu mama, lamentándote despertarla, ella entre dormida te dijo que no tardes mucho y te dio el dinero, acto seguido bajaste, y antes de abrir la puerta respiraste pausadamente de nuevo, tomando más que nada las fuerzas suficientes como crear de nuevo la burbuja indiferente cuando estabas con Pedro, aunque sabías que tan fácil no te iba a resultar-
Caminaste hasta su auto, el estaba recostado contra la parte delantera del mismo, luego de gesticular un "vamos?" Como pregunta, vos asentiste, el te abrió la puerta del auto, y cuando entraste la cerro y subió de su lado.
Ninguno emitió palabra durante el camino, iban con música fuerte, que puso él y a vos te gusto, hasta llegar al shopping.

Llegaron, y fueron hasta donde se encontraban las carteleras del cine, veías a Pedro mirar muy animadamente dos de las carteleras de películas, en específico dos películas de terror, como decidiéndose por una, y rogabas porque no sea nada más que un pensamiento, y elija una de comedia o acción.
-Te parece si vemos una peli de terror? –llego hasta vos y por dentro lo maldijiste, te aterraban (sabías que esa era la idea, pero a vos era en exceso, eras capaz de gritar y muy fuerte si veías algo sumamente desagradable) pero ante él no ibas a mostrar tu temor, te ibas a ser la valiente, la que no le teme a nada, la que puede con todo, y asentiste firme- bueno yo compro las entradas, vos pedís los pochoclos, dale? –pregunto y volviste a asentir-
-Dale –dijiste y ambos comenzaron con lo propuesto por Pedro segundos antes-
Con la caja grande de pochoclos en mano,  dos vasos de coca-cola en la mesa, y unos cuantos dulces también (porque ya no te cabían en la mano, ibas a esperar a Pedro para entrar) lo viste acercarse a vos, al parecer la fila donde sacaban las entradas estaba más larga.
-Ahora si –dijo sonriendo- te ayudo? –pregunto gracioso y lo miraste obvia- ok ok –volvió a reír, tomo los vasos de coca-cola y dulces y fueron yendo hasta la sala- tantos dulces te vas a comer? –Estaba muy gracioso-
-Sí, algún problema? –Respondiste a la defensiva-
-Para loquita, era un chiste –estaba de muy buen humor y eso te ponía entre bien y furiosa por sus chistes-
-Ponele –dijiste y simulaste una sonrisa-

Se acomodaron en los asientos uno al lado del otro, y vos de acelerada y nerviosa comenzaste a comer los pochoclos, luego recapacitaste y los dejaste, no te los ibas a terminar antes de que comience la película.
La película comenzó minutos después, la veías muy interesada, y sentías la mirada de Pedro de a ratos sobre vos, y eso hacía que tomes aún más valor para parecer lo más normal posible.
Y la película cada vez se ponía mas horrorosa, vos tratabas de no mirar, y justo cuando creíste que paso lo peor, te pegaste el susto de la vida, en la película la víctima gritaba enormemente, y eso era lo que más te asusto, cosa que provoco que te quieras tapar los ojos inmediatamente, pero como tenías las manos ocupadas te escondiste sin querer en el cuello de Pedro, sentiste sus brazos moverse y justo cuando se iba a colocar en tus hombros, te incorporaste y le diste una palmada a la mano. 
-Ni se te ocurra –dijiste entre graciosa y seria el comenzó a reír- 
-Cuando te digo loquita es porque lo sos eh –volvió a reír, lo fulminaste con la mirada, y  dirigiste tu mirada a la película, querías que se acabe y ya- 

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domingo, 14 de abril de 2013

-26.


Cuatro y media, tu día aún no había terminado, luego de alistarte bajaste la escalera, y tras despedirte de tu mamá abriste la puerta de entrada para encontrarte con tu la morocha, tu mejor amiga, esperándote con una sonrisa.
-Lista Pochi? –Preguntó esta, era cosa de todos los días-
-Lista cachorra –dijiste, y chocaron los cinco, para luego reír y comenzar a trotar rumbo al gimnasio-
-Y que te dijo Pepe? –pregunto esta mientras trotaban, la miraste confusa-
-Como sabes vos que hable con Pedro? –le preguntaste-
-Cuando fuimos con Nan al kiosko le pregunte por Pedro, y me dijo que se quedo para hablar contigo –respondió Zaira, y a vos se te ilumino la cara (aunque lo disimulaste) te había mentido, se había quedado por vos-
-Ah –trataste de sonar indiferente- nada, me pregunto cómo estaba, porqué no salí afuera, y eso –seguiste-
-Ese chico está loco por vos –dijo Zaira y la miraste, ella te miro obvia-
-No Zaira, y no me vengas con esas cosas, no pienso ser una víctima más de él –dijiste, y hasta vos te escuchaste exagerada-
-Dale nena, ni que fuera un psicópata que inventa todo lo que te dijo para enamorarte y chutarte –dijo esta sin anestesia-
-Ponele que no –terca como vos había pocas-
-Conmigo no –te advirtió- con tu mejor amiga no podes Pochi, admitilo de una buena vez, deja de mentirte a vos misma –siguió-
-Bueno, sí, me gusta, me vuelve loca, su sonrisa, su cabello, sus ojos, todo, ok –dijiste acelerada a la par de trotabas- pero eso no quiere decir que él lo tenga que saber –terminaste agitada-
-Tampoco significa que te tengas que cerrar y crear una burbuja “anti Pedro” para mantenerlo cerca y que no pase nada –respondió la morocha, y si que sabía cómo complicarte las respuestas-
-Bueno, lo hablamos después cachorra, estamos llegando y lo que menos quiero es que alguien nos escuche –dijiste abatida ya que tu amiga te había dejado sin palabra-
-Lo hablamos, claro que si –respondió esta y vos desaceleraste tu paso para retomar el aliento y además porque ya estaban llegando-
-Mates en casa después del gimnasio? Yo presto ropa –dijiste riendo-
-Invitación aceptada  bebé –dijo graciosa y chocaron los cinco nuevamente-
Y como casi siempre a un costado de la entrada se encontraban Pedro, Hernán (en algunas ocasiones con Verónica y Samantha –que se le pegaban como bichos a ambos-) pero esta vez solos, dijiste en tu mente que ibas a pasar de largo, pero tu amiga interrumpió todo tipo de pensamiento agarrándote del brazo para ir hacia ellos.

-Hola chicos –dijo Zaira sonriendo-
-Todo bien? –dijo Hernán- estas hecha un tomate hermosa –le dijo a Zaira, y si, estaban trotando, lógico-
-Vinimos trotando desde la casa de Pau, por eso –respondió-
-Bueno me voy a comenzar mi rutina –dijiste rápidamente antes que la charla se intensifique, Zaira te fulmino con la mirada, vos le tiraste un beso mientras te ibas hacia adentro-

Y cuando creías que por lo menos esa tarde de ibas a librar de las bichas gemelas (no eran hermanas, pero eran copias de cada una, si, Verónica y Samantha) las viste en el lugar donde vos comenzabas tu rutina, inhalaste y exhalaste hondo y decidiste que no ibas a prestar ni la menor atención a lo que dijeran o hicieran.
Mientras hacías tus rutinas a lo lejos escuchabas todo tipo de burlas, o derivadas de parte de Verónica y Samantha, la mirabas a Zaira irritada(quien había llegado minutos después que vos) y ya te miraba de la misma manera, ambas estaban a punto de matarlas. Pero también ambas se controlaban.
Dos horas después con las rutinas concluidas te encontrabas  bebiendo agua con Zaira al lado, reponiendo energías en uno de los bancos del gimnasio para luego volver a tu casa, y los viste a Pedro y Hernán acercarse a ustedes, ahora ya no tenías escapatoria, Zaira te lo dejo en claro segundos antes hablándote al oído.
-Chicas quieren que las llevemos de paso? –pregunto Pedro sonriendo-
-Si –se apresuro Zaira antes que te puedas negar- si pueden si –dijo sonando más relajada-
-Por nosotros no hay problema, vamos? –insistió Pedro, específicamente mirándote a vos-
-Vamos, no Pochi? –Zaira te miro, intimidándote-
-Vamos –dijiste mirándola, y luego a Pedro, el te paso la mano, la agarraste, y a penas te levantas la soltaste-

En el corto viaje los únicos que hablaban eran Hernán y Zaira, mientras vos y Pedro iban en silencio mirándose por el espejo, dedicándose sonrisas (en realidad más él que vos) y este momento se te hice similar a otro, no hace tan poco tiempo. 

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viernes, 12 de abril de 2013

-25.


Lunes de nuevo, quejándote vos sola te levantaste y comenzaste a preparar para ir al colegio, ducha, cambio de ropa, un rodete rebelde, zapatos, bolso y abajo a desayunar. 
Te encontraste con tu mamá como casi siempre y tu papá, los saludaste y te sentaste a desayunar con ellos.
Mas tarde te encontrabas llegando a la puerta de tu colegio, despediste a tu papá y bajaste. 
A lo lejos viste a Zaira, ya a dentro, hablando animadamente con Hernán y también con Pedro, inhalaste hondo y fuiste junto a ellos.
-Buenas -dijiste llegando hasta ellos-
-Hola Pochi -te saludo en la mejilla-
-Pau -saludo con la mano Hernán vos por ser amable le sonreíste-
-Hola Pau -dijo Pedro y te dio un beso en la mejilla también-
-Todo bien? -pregunto Zaira-
-Si? -le dijiste y ella te suplico que le pongas onda al momento, vos asentiste- ustedes? -seguiste ante el pedido de tu amiga-
-Igual -respondió Hernán- 
-Todo bien -siguió Pedro sonriendo y justo escucharon el timbre sonar, suspiraste aliviada, tu amiga te había puesto en un lugar muy incómodo-
-Voy yendo -dijiste señalando el curso-
-Ah si, si -dijo Zaira y te siguió, atrás creías ver que Pedro y Hernán también-
Poco de tus compañeros ya habían entrado al curso, te sentaste en el banco de siempre, y la viste a Zaira entrar, se sentó a tu lado, y detrás la seguían Hernán y Pedro quienes se sentaron en donde siempre también, atrás.
Primer recreo, luego de la no tan aburrida clase de Literatura, vos en tu asiento buscando tu blackberry y auriculares, para poder escuchar música, no tenías ganas de salir a fuera.
Zaira te dijo que iría un rato al kiosko y volvería junto a vos, pero vos insististe en que se quede con Hernán a fuera (sabías que ella quería estar con él, y no tenía sentido que se quede contigo siendo que vos estabas en otra –y “otra” era él, nuevamente Pedro invadía cada uno de tus pensamientos).
Ella se fue, la viste salir con Hernán,  y desde ese momento te concentraste únicamente en apoyar la cabeza sobre la mesa, poniéndote los auriculares y encendiendo el reproductor de música.
Hasta que sentiste que alguien ocupo el lugar de Zaira Desde el mismo lugar donde te encontrabas minutos antes agachaste más la cabeza y giraste un poco, espiando a ver quién era, y como te lo estabas esperando, era él, Pedro, y tus ganas de que la tierra te tragase aumentaban, sabías que tenías que en algún momento mirarlo a los ojos, inhalaste, exhalaste, y levantaste la cabeza.
Te detuviste un momento a mirarlo, el también lo hizo y luego te sonrió, vos también.
-Hola –dijo sonriendo,  y vos no entendías que hacía ahí y en ese momento-
-Hola? –preguntaste tratando de parecer indiferente-
-Todo bien? –pregunto-
-Si, em, vos? –respondiste y preguntaste, no sabías a donde quería llegar-
-También, por qué no saliste afuera? –Siguió, al parecer no tenía ganas de irse-
-No tenía ganas –sonreíste-
-Ah –respondió y viste un poco de nervios en él-
-Vos? –Le preguntaste aflojando un poco-
-También –sonrió y siguió- y como te vi acá, nada vine a hablarte –nervioso aún-
-Ah –sonreíste- esto es medio raro –dijiste ya sin poder aguantar, lo querías decir, y así lo hiciste-
-Sí, bueno, se que antes no hablábamos mucho, pero eso puede cambiar, no?  Digo, de mi parte me gusta hablar con vos –y por dentro moriste-
-Si puede ser –respondiste haciendo muecas, el rió-
-Ya aclaramos el mal entendido, no? –mal entendido no fue, mentira si-
-¿Perdón? ¿Mal entendido? –Preguntaste casi con una pizca de simpatía, pero a la vez en serio- aclaraste porque sos como sos, eso paso –respondiste sonriendo-
-Bueno, eso, pero ya no me odias, no? –volviste a morir, de ternura, aclaremos-
-Nunca te odie –respondiste sincera, bajando el nivel de voz, mirándolo fijo a los ojos, y segundos después te arrepentiste por  dejarte en evidencia-
-No? –pregunto él y no sabías como remontar-
-Sí, no, bueno, me producía cierto rechazo tu manera de ser –trataste de sonar clara, el volvió a reír, no sabías porque, ya te comenzabas a preguntar si tenías algo en la cara, raro y gracioso que le causaba esa risa constante-
-Ese es el  punto, ese rechazo disminuyo, no? –y vos balanceaste la cabeza de lado a lado, simulando un “no se”- bueno yo puedo hacer que se acabe el mismo rechazo que yo cree –te sonrió-
-Puede ser –dijiste también sonriendo y justo en ese momento se escucho el timbre de entrada nuevamente-
-Bueno vuelvo a mi banco antes que Zaira me venga a echar en persona –dijo gracioso, reíste- nos hablamos después Pau –te beso la mejilla y se fue, otra vez dejándote como tonta-


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