miércoles, 28 de enero de 2015

-77.

—A dónde vamos?

—Es la cuarta vez que me preguntas lo mismo.

—Es la quinta vez que no me respondes.

—Ya te dije que cuando lleguemos vas a saber.

Bufe y me cruce de brazos por lo que debería ser la sexta vez, nos encontrábamos en el auto de Pedro yendo a no sé donde.

Me había dicho que prepare ropa para una noche y un día, había hablado con mis padres a solas diciendoles no sé qué para que me dejaran venir -aunque técnicamente podía si ellos no querían, pero por respeto y todo eso- en fin, es sábado, son cerca de las once de la mañana y hace una hora estamos viajando sin que Pedro me diga el destino.

—Dale gordito decime —procure uba vez más, él sólo rió.

—Gordito? —se burló.

—Imbécil —dije dandole un puñetazo en el hombro.

—Ouch!

—Te lo merecías.

Le saque la lengua, él a mi y asi seguimos durante media hora más.

—Estamos yendo a algún lado o me pensas raptar y llevar a otro país? —trate de sonar seria, en serio trate.

Él rió, por supuesto.

—Primero, tu mente va muy lejos. Segundo no sería raptar si vos queres ir —dijo y giro su cabeza hacia mí meneando sus cejas para luego mirar al frente de nuevo.

Sin poder evitarlo reí.

—Sos un tarado.

—Un tarado al que amas.

—Sí te amo, pero no te quita lo tarado.

—Y yo te amo a vos y no te quita lo histérica.

Lo fulminé con la mirada y posteriormente le di otro puñetazo.

—Perdón que dijiste? Podes repetir de nuevo? —dije tratando de sonar amenazante.

Vi como se mordió los labios, para no reír supongo y luego tosió.

—Dije que sos la más hermosa —y me miró con fingida inocencia.

—Ah bueno me parece bien. —dije y me cruce de brazos nuevamente para luego recostarme en el asiento.

—Sonreí —pidió no habiendo pasado minutos.

—No quiero —dije, histérica?.. Hmm sí.

—Sonreí —repitió.

—No quiero —repetí y en eso paro el auto, de una, en medio de la ruta.

No lo vi venir porque fue muy rápido pero segundos despues estaba sobre mí haciéndome cosquillas.

—Basta Pedro —dije entre risas.

Él reía también, a mi costa claro.

—Me vas a sonreír ahora?

—Sí, sí pero salí —suplique y dejó de hacerme cosquillas pero no se apartó.

—Sonreí.

Y lo hice, entonces se acercó un poco mas y me besó, agarré su nuca y lo besé de vuelta también pero antes de alejarme mordí sus labios, fuerte.

—Ouch —dijo él mientras se apartaba, yo sonreí triunfante y mire hacia la ventana.

—Ahora maneja —dije y el gruñó pero arrancó el auto de nuevo.

No pasó mucho tiempo más cuando comenzamos a entrar en un camino lleno de árboles y tierra, me mordí la lengua prácticamente para no preguntar dónde estábamos ya que sabía que mi novio no iba a responder, por lo que simplemente disfrute del paisaje.

Hasta que llegamos frente a un portón grande y Pedro se bajó para abrir dicho portón.

Una vez abierto ingresamos adentro y cuando volvió de cerrarlo nos adentramos a un camino de nuevo, no fuimos mucho cuando divise la enorme casa enfrente nuestro.

—Es de ustedes? —pregunté y él asintió.

—De mis abuelos en realidad, cuando murieron se quedó como nuestra, solemos usarla de vez en cuando pero tanto como deberíamos —respondió.

—Alguien la cuida? —pregunté mientras estacionabamos.

Él asintió.

—Alicia y Octavio, un matrimonio. Siempre se encargaron del lugar con mis abuelos y todavía lo hacen.

Yo asentí justo cuando llegábamos hasta la entrada.

Tenía tres cortos escalones y un espacio antes de la entrada donde había un banco largo y una silla reclinable. Ambos en tonos marrones.
Por fuera la casa estaba pintada de blanco y sus ventanales de un azul hermoso que combinaban con el banco y la silla.

Mientras observaba todo seguí preguntando.

—Y ellos están acá?

—No viven en la casa, sólo la cuidan. Ellos tienen una a pocos kilómetros de acá.

Sacó llaves de su bolsillo y probó algunas hasta que una abrió la puerta.

—Bueno, bienvenida. —dijo sonriendo, yo sonreí también y me adentre a la casa.

Era grande y hermosa, se notaba que era una casa antigua y eso era lo que más me gustaba, amaba las casas antiguas.

Habían muchos portaretratos en la sala y me admire por todos.

La mayoría era de una pareja que supuse eran los abuelos de Pedro, fotos de ellos mirándose, abrazándose, besándose. De la mujer embarazada, luego ya con sus hijos. Y a medida que fui avanzando ya estaban con sus nietos, había una de Pedro de chiquito que me hizo sonreír aún más.
Llegué a la última foto que era ya de dos ancianos mirandose el uno al otro mientras sonreían, sin saberlo unas lágrimas se me escaparon.

Eran sólo fotos pero uno podía sentir el amor que se tenían por el otro esas dos personas cuando lo veías.

—Se amaron como ninguna otra pareja que vi —dijo Pedro a mi lado abrazándome.

—Se nota con solo ver las fotos —dije aún mirando la última imagen.

—Mi abuelo se fue primero, por vejez. Y mi abuela nos dejó sólo semanas después —dijo él y yo suspire.

—Wow —dije y lo sentí asentir.

Me gire hacia él cuando estuve segura que no lloraría más.

—Quiero eso para nosotros —admití enganchando mis manos en su cuello.
—Lo vamos a tener mi amor —dijo él y después me besó.

Me fundí en el beso suspirando, creyéndole, esperando que tenga razón.

***

—Bueno que vamos a cocinar? —preguntó Pedro una hora después luego de que recorrimos toda la casa.

Queríamos comer algo antes de ir a experimentar afuera.

—No tengo ganas de hacer nada complicado, fideos con salsa? —propuse y él rió.

—No me vas a dar de comer fideos todos los días cuando nos mudemos no? —preguntó gracioso.

—Primero, no. Segundo, vos también vas a cocinar y tercero, me encanta la referencia —dije guiñandole un ojo a lo último, él me devolvió el guiño.

—Menos de un mes preciosa —dijo y yo sonreí.

—No falta nada —dije y sacudí la cabeza— entonces, fideos?

—Fideos.

Pedro cargo el agua mientras yo me ponía a cortar las verduras y luego lo puso a calentar.

Me ayudó a cortar después de eso y rápidamente la salsa se hayaba cocinandose mientras los fideos casi hervían todo.

Una vez que ambos estuvieron listos nos sentamos a comer.

—Nos salió rico —dijo él entre bocado y yo asentí.

Comimos todo y lavamos los cubiertos antes de ir hacia el pasillo y salir afuera donde había una pileta enorme y atrás se veía unos cuantos árboles y un camino también.

—Qué hay allá? —quise saber.

—Vení, veamos —dijo y tomó mi mano encaminandone hacia lo que era un camino hacia un hermoso lago.

—Wow se ve hermoso —dije.

Y era verdad se notaba el agua limpia y no era enorme pero contaba con algunas piedras alrededor lo que lo hacía ver como una pileta grande.

—Me encantaba venir acá de chico, nunca entraba porque para ese entonces era profundo para mí pero me gustaba mirar el agua —dijo él.

—Me encanta —respondí y me apoyé en su hombro.

Nos quedamos observando el agua un rato mas y luego volvimos hacia la casa para cambiarnos de ropa y así poder ir de nuevo al lago.

Pasamos gran parte de nuestra tarde ahí, en el lago. Turnandonos entre zambullirnos, nadar y besarnos.

Cuando el hambre volvió volvimos a la casa y nos preparamos la merienda.

Pusimos una película para ver luego -nos dividíamos entre besarnos y ver la película, claro-.

—Ducha y te muestro algo? —preguntó Pedro una vez que la película terminó, yo asentí y fui a ducharme.

Luego de cambiarme fui a la sala y Pedro ya estaba duchado y cambiado también, la ventaja de tener dos baños supongo.

—Bien que hacemos? —quise saber y él sacudió la cabeza divertido.

—No aprendes más vos no? —como era una pregunta retórica no respondí, simplemente le saqué la lengua, muy maduro sí.

—Veni vamos —dijo y me tendió la mano, la tomé y fuimos hasta el auto.

Recorrimos unos pocos kilómetros y pude darme cuenta que ibamos colina arriba hasta que Pedro frenó.

—Desde acá tenemos que ir caminando —dijo mientras nos bajábamos.

Asentí y tomé su mano mientras subíamos la colina, cuando llegamos a la superficie, por asi decirlo, la vista era hermosa. Con el cielo despejado en todas las direcciones, con solo los árboles viéndose a lo lejos desde abajo.

Habíamos llegado justo cuando comenzaba el atardecer y nos sentamos en el pasto a observarlo.

No hay nada mas lindo que ver al sol bajando en un lugar así.

Pronto la luna y las estrellas pasaron a iluminarnos y yo suspire contenta.

—Me encanta, gracias mi amor —dije mirando en su dirección, él ya tenía su mirada puesta en mí.

—No podía no mostrarte esto con lo que te gusta el cielo —dijo él y si era posible lo amé más.

Me incliné para besarlo y demostrarle lo que no podía en palabras.

No fue mucho después que volvimos a la casa.

Decidimos no preparar nada elaborado para cenar de nuevo, por lo que hicimos pizzas.

—Deberíamos abrir un restaurante  —dijo Pedro mientras comíamos.

Yo reí.

—Cocinar fideos y pizzas no nos hacen cheffs mi amor —dije graciosa.

—Shh no me aplastes el sueño  —guiño el ojo y yo volví a reír.

Cenamos y limpiamos todo para luego ir a sentarnos en el sofá.

Estábamos frente a frente, mirándonos fijamente sin decir nada,  hasta que yo no aguanté más.

—Vamos a seguir así toda la noche o vamos a hacer algo? —dije y él sonrío de costado.

Se levantó y fue hasta el viejo reproductor de música que se encontraba en la sala.

—Funciona eso? —me burlé y el me lanzó una mirada. Levanté mis manos como diciendo lo siento.

Colocó un cd adentro y milagrosamente -exagerando- música lenta en ingles comenzó a sonar, estaba segura que era de las baladas antiguas porque nunca antes lo había escuchado pero me encantó.

—Bailamos? —pregunto una vez que llegó hasta mí teniendome la mano.

Yo asentí sonriendo y la agarré, inmediatamente me llevo hasta su pecho, pasando sus manos por mi cintura hasta la parte baja de mi espalda, yo posicioné mis manos en su nuca y comenzamos a balancearnos a la par de la música, turnandonos entre mirarnos y pegar nuestras frentes cerrando nuestros ojos.

Tres canciones después por fin unimos nuestros labios, en un beso que seguía a la música, lento, dulce, saboreando cada segundo.

Hasta que nuestras lenguas se unieron y el beso se intensificó, él apreto su agarre en mi espalda y yo instintivamente rodeé su cintura con mis piernas, ambos jadeamos ante el contacto.

Sentí que Pedro comenzo a moverse llevandonos a la habitación mientras yo hacía mi camino de besos hasta su cuello y de vuelta.

Abrió la puerta y segundos después estabamos sobre la cama.

Nuestras prendas se fueron uniendo al piso entre besos y caricias, y luego susurramos un "te amo" antes de comenzar el baile más íntimo de todos.

***

Por primera vez desperté antes que Pedro, sonreí ante eso y lo observé por un tiempo antes de decirme a despertarlo.

Me subí encima cuidadosamente y luego comencé a llenarle de besos por toda la cara, para cuando llegué a su boca no había dudas de que estaba despierto ya que respondió al beso con grata efusividad.

—Buen día —dije una vez que nos separamos y él abrió los ojos.

—Si que lo es —dijo él sonriendo y era mil veces mas tierno que siempre con los ojos todos hinchados por despertarse recién.

—Te gané viste —dije sacándole la lengua, el rió un poco.

—Solo por esta vez —advirtió.

—Veremos —guiñe un ojo y en segundos estaba sobre mi espalda con Pedro encima mío besandome.

Estuvimos dando vueltas un rato mas hasta que ambos concordamos en que queríamos desayunar y nos pusimos en marcha.

Teníamos que volver para la tarde por lo que aprovechamos nuestro tiempo a solas totalmente, yendo al lago, y a la colina también.

Cuando estacionamos frente a mi casa esta recia a dejarlo pero me incline para despedirme de todos modos.

—Sólo 25 días más preciosa —dijo él y yo asentí uniendo nuestros labios.

—Gracias por este fin de semana, te amo  —dije acariciando su mejilla, él sonrío y giro su rostro para besar mi palma.

—Te amo también —dijo dándome un último beso.

Bajé del auto sonríendo y entré a mi casa viéndolo irse sonríendo también.

**

Estoy pasando este cap  a las antiguas personas que leían la nove antes de que dejara de subir por si a lo mejor vuelven a leer y nada quiero que me avisen por tw porfa si quieren que les siga pasando, eso.

Pd unico: tengo ganas de dedicar este capítulo a las gordas fans de Noche y Día (que ahora mismo estamos enojadas *es mínima la palabra*) en especial a Agos Nare Jus y Vic de Escritoras y Agos PyV, las quiero mil y de verdad! (Cande y Sofi no las menciono porque no ven pero tambien va para ustedes por bancarse los mensajes ah❤)

Sean felices y coman perdices adiós.

sábado, 24 de enero de 2015

-76.

5... 4... 3... 2... 1... Feliz año nuevo!

Me encontré con los labios de Pedro a medio camino mientras escuchábamos el festejo de fondo, sus manos posadas en mi cintura, las mías en su cuello, olvidándonos de todo excepto nosotros.

—Feliz año nuevo preciosa.

—Feliz año nuevo Pepe.

—Nuestro primer año nuevo juntos —dijo mientras pegaba nuestras frentes.

—De muchos más —sonreí y él también.

—De muchos más —estuvo de acuerdo mientras regresaba sus labios a los míos.

Nos separamos un rato después ante el leve carraspeo que supuse era de mi padre.

Suponía bien, era él quién me esperaba una media sonrisa y los brazos abiertos, lo abracé.

—Feliz año nuevo papi.

—Feliz año nuevo hija.

Abracé a mi mamá e Isabella después de eso y por último a mis abuelos.

Estábamos en mi casa, Pedro se había quedado en la de sus padres hasta la cena y luego vino acá para pasar las doce conmigo -sorprendiéndome, por supuesto-.

Una vez que saludamos a todos y comimos el postre que mi abuela había hecho nos despedimos de todos y fuimos a la casa de Pedro, dónde saludamos a toda su familia también antes de partir hacia la fiesta de año nuevo donde nos encontraríamos con Zaira y Hernan, y también algunos ex compañeros más.

Pasamos un buen rato con ellos ahí, sin inconvenientes y con buena música.

El sol comenzaba a salir cuando Pedro estacionó frente a mi casa, desabroche mi cinturón y me incline para darle un beso de despedida.

—Comienza la cuenta regresiva mi amor —dijo él y una sonrisa se formo en nuestros labios, yo asentí y mi incline para besarlo una vez más.

Faltaban 55 días para mudarnos.

***

—Pasa la pelota gorda —me pidió Pedro y agarré la pelota que se encontraba cerca de mi reposera y se las tire en la cancha.

Nos encontrábamos en la casa de campo de Hernan en una reunión de ex compañeros en un sábado bastante caluroso.

—Gracias —grito una vez que sostuvo la pelota y vi que guiñó el ojo, le sonreí y volví a recostarme en la reposera.

Zaira y algunas compañeras se encontraban junto conmigo en otras reposeras mientras tomábamos un poco de sol y charlabamos de cualquier tema.

Unos minutos después puse una toalla en el cesped y me acosté boca abajo cerrando los ojos.

Podía escuchar a las chicas que seguían hablando pero me desconecté un rato pensando en la nada.

—Cubre tu trasero y nadie saldrá herido —escuché la voz de Pedro y reí ante la referencia de uno de mis libros favoritos que hizo.

Abrí mis ojos y lo encontré de cuclillas sonríendo.

—Sos un tarado —el guiñó, yo reí de nuevo— te acordaste eh.

—Y sí, si me hablas todo el día del libro como no acordarme —dijo él bufando un poco yo me mordí el labio para evitar reír.

—Lo siento —pestañeé y esta vez rió él.

—Vení vamos a la pile —dijo parándose y pasandome la mano.

La tomé y me paré junto a él, inmediatamente posó sus manos en mi cadera y me acercó todo lo posible, yo enganché las mias en su cuello.

—Hola —dije sonríendo.

—Hola —repitió sonríendo también.

Nos quedamos ahí, mirándonos, esperando a quién cediera a besar al otro primero.

Ambos eramos buenos ganadores, pero yo jugaba sucio. Pasé mi lengua al rededor de mis labios lentamente y...

—A la mierda —dijo él y estampó sus labios sobre los míos.

Sonreí triunfante y luego seguí el beso.

Cuando por fin nos separamos él sacudió la cabeza.

—Jugas sucio.

Yo le guiñe el ojo y lo besé una vez más antes de correr y tirarme a la pileta.

Mucho tiempo después cuando ya estábamos  de vuelta, frente a mi casa a altas horas de la noche, mi incline para despedirme.

—45 días —dije una vez que nos separamos mientras nuestras frentes estaban pegadas.

—Cada vez menos —susurro y nos besamos por última vez antes de que entrara a mi casa.

***

Mis vacaciones se basaban en pasar tiempo con Pedro, tener tardes de merienda con Zaira, leer, pasar tiempo con Isabella y algunas que otras salidas a fiestas o a la casa de algún ex compañero.

Hoy nos estábamos preparando para salir e ir a un almuerzo en la casa de mis abuelos, todos juntos.

Y a todos juntos me refiero a Pedro y su familia.

Mis abuelos no los conocían aún y en año nuevo cuando vinieron habían invitado a Pedro y le habían dicho que inviten a su familia también para pasar un día ahí.

Y hoy llego el día, la familia de Pedro llegaría en un rato para que podamos ir, ya que ellos no conocían el camino nos seguirían desde atrás.

Justo cuando metíamos algunas cosas al auto vi el auto de Pedro y el de su papá estacionándose, fui hasta la entrada mientras Pedro salía del auto.

—Hola hermoso —dije besándolo.

—Hola preciosa —dijo él y entonces fui a saludar a su mamá y hermanos mientras mis padres salían con Isabella luego de cerrar la casa.

—Bueno, vamos? —se cercioró mi papá una vez que todos se saludaron.

—Vamos —respondió Horacio y cada uno nos subimos en los respectivos autos.

Cuando llegamos mis abuelos ya estaban esperando frente al pórtico.

—Abuelos estos son Ana, Horacio, Carolina, Sonia, Luciana y Federico —dije presentando a la familia de Pedro.

Una vez que nos saludamos todos entramos y fuimos hacia el enorme patio de la casa de mis abuelos.

Mi papá comenzó a preparar el fuego, ya que se encargaría del asado y mientras mi mamá y Ana estaban adentro preparando ensaladas, a nosotros nos dejaron quedarnos en el jardín diciendonos que nos encargariamos de limpiar todo -lindo-.

Nos quedamos charlando con los hermanos de Pedro mientras mirábamos a Isabella corretear por ahí, Carolina y Sonia ya tenían pareja y eran serios por lo que pensaba que pronto alguna de las dos estaría mudándose, Luciana era la que seguía pero según ella no tenía nada serio por el momento, Federico era un jugador nato -palabras de sus hermanas, no mías- por lo que no tenía una novia.

Nos preguntaron sobre el departamento, y las chicas me dijeron que querían ser invitadas seguido yo les respondí que por supuesto mientras que Pedro se burlaba diciendo que ya tuvo suficiente de ellas -se gano unos golpes en el hombro por eso-.

Isabella vino después pidiéndonos jugar con ella y com Pedro le dimos el gusto, siempre que podíamos lo hacíamos.

Estuvimos así por un tiempo hadta que los tres nos cansamos y nos quedamos acostados en el piso por un rato.

Cuando por fin estuvo el asado pusimos la mesa y nos sentamos todos juntos a almorzar.

Iniciamos una charla todos juntos primeros pero a medida que el tiempo transcurrió se hicieron pequeñas charlas, mi mamá hablaba con la de Ana y mi abuela siguiendo al parecer la conversación que tenían en la cocina. Mi papá, el abuelo, Horacio, Federico y Pedro hablaban sobre fútbol y Caro, Lu, Sonia y yo teníamos una charla sobre una serie de televisión en común que teníamos.

—Paupi no hay postre? —preguntó bajito Isabella cuando terminó su comida y todos seguían charlando.

Sonreí ante el apodo que me lo había puesto recientemente y asentí.

—Queres helado? —mantuve el tono bajito igual y ella asintió.

—Bella y yo queremos helado, alguien más? —pregunté en general y todos respondieron que ellos también.

—Yo te acompaño —anunció Pedro una vez que me dieron el dinero y yo asentí.

Nos paramos y fuimos hasta la heladería caminando ya que no se encontraba tan lejos.

—Mi mamá esta encantada con tu abuela —comentó Pedro mientras caminabamos tomados de la mano.

—Y mi abuela también, ya ves como estan —dije y reímos un poco.

—Me encanta que se lleven bien.

—A mi también —dije y le di un corto beso.

Una vez que compramos el helado volvimos y Isabella era la primera que nos esperaba ansiosa por su postre.

Servi para ella y luego a todos y devoramos el helado en menos de media hora.

La tarde pasó rápida ya que estábamos bastante cómodos pasándola bien.

Cuando se hizo hora de regresar nos despedimos con la promesa de que se volvería a repetir.

Más tarde ya en mi habitación nos estábamos envíando mensajes con Pedro y cuando no recibí mas respuesta de su parte estaba a punto de dormir pensando en como quería tenerlo al lado cuando escuché un ruido a través de mi ventana.

Me levanté y fui a abrirla encontrándolo a él sonríendo abajo.

Apenas subió lo besé.

—Me leíste la mente —dije una vez que nos separamos.

—Estabas pensando en mí eh —dijo moviendo la ceja de arriba abajo.

—Tarado —dije golpeándolo.

Nos acostamos en mi cama después, quedando frente a frente, apenas viéndonos con la poca luz que venía de afuera.

—Te amo ya sabías? —dijo mientras yo pegaba nuestras frentes.

—Lo sé y yo te amo a vos —dije sonríendole.

—30 días —susurró.

Yo imité su sonrisa asintiendo y lo besé antes de acomodar mi cara en su pecho y quedarme dormida.

**
Hoola escribí esto desde el cel y no tengo idea de si es corto o no pero es lo que salió perdón por la ausencia pero no me ando sintiendo bien como para escribir.
Comenten acá o en twitter pero comenten porfa.
Pd1: si quieren recomendar la nove no me quejo ya saben.
Pd2: gracias solfi arroba everwiththem por la ayuda con las ideas a veces te quiero.
Pd3: no me da la cabeza para otros pd's asi es que me retiro ya saben comenten.🙏

miércoles, 21 de enero de 2015

-75.

Hoy era un día que si alguien preguntaba hace dos años si era uno de mis días favoritos yo respondería que sí sin dudarlo... Ahora no estoy tan segura.

Veinticuatro de diciembre no es lo mismo sin mi hermano, esta sería la segunda noche buena y navidad que pasaríamos sin él, y déjenme decirles que es uno de los días donde más se siente la ausencia de una persona.
No sé por qué, y no sé qué tiene de distinto a otra noche, pero así es.

Y acá me encuentro, en mi habitación, acostada en mi cama compadeciéndome de mí misma.

Tendrán que ser cerca de las 9 de la mañana y yo me encuentro pensando en Gonzalo, y esa maldita culpa que si bien se disipó un poco, sigue ahí y creo que nunca se va ir.

Recuerdo las mañanas del veinticuatro cuando él estaba aún, como venía a tirarse encima mío, obligándome a levantarme para poder ir de compras, que, por supuesto para él ir de compras significaba más que nada comprarse tonterías, nunca ropa. Siempre terminábamos comprándosela con mi mamá.

Cuando por fin lograba moverme lo reprendía por despertarme haciéndole cosquillas, y nos quedábamos así por unos minutos hasta que mi mamá venía a quejarse y a decirnos que comenzáramos a preparáramos.

Cuando volvíamos a casa de hacer las compras siempre ayudábamos a mamá por un rato y después nos escapábamos silenciosamente a jugar videojuegos en la habitación de Gonzalo, hasta que éramos descubiertos por papá quien nos mandaba a hacer cualquier cosa peor de lo que nos pediría mamá.

Mis abuelos siempre venían también, ya que éramos los más cercanos a ellos.

Nos sentábamos todos juntos en la mesa y entre bromas y a veces charlas serias terminábamos de cenar.

Luego hacíamos cualquier cosa mientras esperábamos a las doce para brindar y abrazarnos todos juntos.

Suspiré sintiendo lágrimas en mis ojos, deseando que ésta navidad sea un poco igual a las de antes, ya que la del año pasado fue una llena de lágrimas y no del buen tipo.

Me di diez minutos más para llorar la ausencia de Gonza y luego decidí dejar de compadecerme de mí misma.

Me levanté fui a ducharme y cuando salí y miré mi reflejo en el espejo hice miles de gestos para alivianar mi rostro y así poder sonreír.

Una vez que estuve segura que no se notaría mi reciente tristeza me dispuse a bajar.

En la mesa se encontraban mis papás junto con Isabella comenzando a desayunar.

—Buen día —dije y ellos repitieron lo mismo sonriendo un poco.

Fui en busca de una tasa y luego me senté en la mesa también.
Isabella se encontraba contando una historia sobre algo que había visto en la televisión, haciendo reír a mis padres.

Cuando me vio sentarme sonrío y comenzó a hablar de nuevo.

—Vamos a ir de compras Pau, vamos a ir de compras —dijo con entusiasmo y yo quise abrazarla y llorar.

Miré hacia mis padres y ellos asentían con la cabeza sonriendo hacia ella, yo lo hice también.

El año pasado apenas habíamos soportado la cena, ahora íbamos a volver a las compras.

Sin duda alguna Isabella trajo la luz que faltaba a esta casa y yo estaba tan agradecida con eso.

***

Fuimos de compras los cuatro juntos, y debo decir: pobre papá.
Entre medio de tres chicas no podía hacer nada más que seguirnos por todas partes lanzando una que otra queja en ocasiones.

Luego de lo que mi papá denominó muchas horas de suplicio fuimos al patio de comida con las bolsas a cuestas.

Una vez que comimos todos para suerte de papá ya volvimos a casa, descargamos todos juntos, hasta con la pequeña ayuda de Isabella, y luego cada uno se puso hacer la tarea que mi mamá daba.

Mi papá se fue a limpiar el jardín y a mí me tocaba toda la planta baja, mientras ella se encargaba de la cocina junto con Isabella, ya que la niña se había empecinado en que quería ayudar y mi mamá opto por decirle que la ayudara en la cocina.

Cuando estaba terminando de limpiar el comedor sentí mi celular vibrar en mi bolsillo y luego de secar mis manos lo agarre para abrir el mensaje, era de Pedro.

Hola preciosa, te extraño y mi mamá no deja de ocuparme un segundo, sino me escaparía para verte. Vos qué haces? Te amo.

Sonreí al leer su mensaje, ayer no nos habíamos visto ya que nuestros ex compañeros lo habían secuestrado todo el día, yo por mi parte pasé el día con mi mejor amiga. Primero habíamos estado mensajeando todo el tiempo, pero casi en el mismo tiempo nos despedimos porque a él le dijeron que deje el celular, y a mi Zaira me disparaba miradas entre burlonas y enojadas.

Hola amor, estoy igual, ahora termine de limpiar el comedor y todavía me queda la sala uf. Quien te dice y me escapo yo ;) Te amo más.

Envíe el mensaje y me dispuse a terminar de limpiar rápido así cumplía con lo que le había escrito.

Mi celular vibro unas cuantas veces pero lo ignoré dejándolo sobre la mesa.

Cuarenta minutos después ya se encontraba todo limpio, al menos lo que me correspondía a mí, fui al baño a lavarme las manos y la cara y luego tomé mi celular para ver los mensajes, algunos eran del grupo de ex compañeros, otro de Zaira continuando una conversación que habíamos tenido ayer, y luego los de Pedro.

Te voy a estar esperando ;)

Decía uno y luego el otro que llego casi al instante después decía:

Yo te amo más, o los dos por igual vos elegís.

Y había uno último que envío hace quince minutos que decía:

Te sigo esperando L

Reí y fui hasta la cocina para avisarle a mi mamá que me iría un rato a lo de Pedro.

Una vez que me dijo que no tardara tanto y que no moleste –tierna- agarre las llaves y me fui.

Caminando por supuesto, ya que nos estábamos tan lejos.

Llegue hasta su casa y no hizo falta tocar el timbre, ya que Pedro se encontraba en el frente, podando, sin camisa. Una buena combinación, créanme.

Me mordí el labio mientras sonreía, él se encontraba de espaldas por lo que decidí observarlo un tiempo más antes de hacerle saber que llegue.

Una vez que me di los minutos suficientes para observar de lejos a mi caliente novio, fui hasta él despacio y rápidamente lo abracé por atrás pegándome a él, agradeciendo no haberme dado una ducha porque me habría ensuciado de nuevo.

Él se tensó un poco primero, por la sorpresa, pero luego cuando acaricie su torso se relajó, suspirando, suspiro que se volvió casi un jadeo cuando lleve mis manos un poco más abajo...

Tosió para tapar un gemido y yo reí dejando quieta mis locas manos, para no torturalo más.

—Bueno, si este no es un recibimiento —dijo divertido y volví a reír.

—Estoy para servir mi amor —dije con el mismo tono y en un milisegundo se giró, logrando que mi agarre se suelte y poniendo sus manos en mi cintura él, para acercarme todo lo posible a su cuerpo.

Yo enrede mis manos en su cuello, y ambos sonreímos.

—Hola —dije bajito cosa que lo hizo sonreír aún más.

—Hola preciosa, ya me preguntaba yo si ibas a venir a hablar o pensabas observarme de lejos todo el día —dijo él con una sonrisa astuta, yo me ruborice un poco pero decidí que el que me descubriera no importaba, para nada.

—Bueno, una chica puede disfrutar la vista —dije y él rió.

—Así es que solo tengo que quitarme la camisa un poco más —dijo él y esta vez reí yo, asintiendo.

—Totalmente no me opondría.

—Bien, ahora que ya se…

No lo dejé terminar porque mis ojos se desviaron a su boca, así como los suyos estaban sobre la mía ya desde hace rato, entonces lo besé.

Nos acercamos más al otro si era posible en el beso, que se puso un poco salvaje cuando mordí sus labios para dar paso a mi lengua, y que la suya cediera también.

Sabía que ninguno quería separarse primero, pero cuando me fue necesario respirar de nuevo lo hice, y ambos nos encontrábamos jadeando.

—Cada día mejor —dijo él y yo asentí de acuerdo, uniendo nuestros labios de nuevo.

Una vez que estuvimos seguros que podíamos dejar los labios del otro aunque sea por un rato, él se puso su camisa de nuevo –que había estado tirada al costado- y nos dirigimos adentro para que pueda saludar a sus padres y hermanos.

Estuve un tiempo con ellos, charlando y ayudando un poco, hasta que llego mi hora de volver, les desee que tengan una feliz noche buena y luego por insistencia de Pedro, volví con él hasta mi casa.

Nos dimos un efusivo beso cuando llegamos en frente, y él me dijo que nos veríamos más tarde, ya que después de las doce pasaría a saludarnos.

Entré y ya podía oler las varias comidas que se encontraban listas u horneándose.

También divise a lo lejos a mis abuelos en el jardín, por lo que después de saludar a mi mamá para que sepa que llegue fui junto con ellos.

Los salude y me quede charlando con ellos que ya se encontraban ahí con Isabella como toda una anfitriona.

Tiempo después fui a ducharme y me puse el vestido que había comprado a la mañana, era de tonos de azul mezclados con verde agua, llegaba hasta los pies y me enamoré de él apenas lo vi a través de la vitrina de la tienda.

Una vez que estuve lista baje, y ya era cerca de la hora de cenar, todos ya se encontraban en el living charlando.

Pusimos la mesa con Isabella y luego nos sentamos a degustar las distintas comidas que había hecho mi mamá.

Y una vez más agradecí que Isabella entrara en nuestras vidas, porque esta cena fue amena, si bien hubo lágrimas y se sintió la ausencia, fuimos a través de ello y pudimos disfrutar de la velada, Isabella ayudando mucho a esto mientras contaba las tantas historias que veía en la tele.

Contamos los segundos antes de las doce, y chocamos las copas todos juntos cuando las bombas comenzaban a escucharse también, nos abrazamos y unas que otras lágrimas se escaparon.

Luego salimos afuera para ver el sin fin de colores en el cielo, si bien no me gustaba el sonido y cuanto perjudicaban las pólvoras, disfrutaba totalmente de las luces.

Mirando hacia el cielo susurré un feliz navidad para mi hermanito, estaba segura que nos deseaba lo mismo de allá.

Media hora después cuando ya volvimos adentro y nos encontrábamos en el jardín llegó Pedro, trayendo un vino en su mano y dos obsequios en el otro lado.

Rápidamente le quité el vino de las manos para llevar en la cocina, puse los regalos encima de la mesa y una vez que sus manos estuvieron vacías lo abrace por el cuello mientras pegaba nuestros labios.

—Feliz navidad —susurre antes de volver a besarlo.

—Feliz navidad —imitó mi acción también.

Luego por fin nos separamos, y él agarró uno de los regalos, dándomelo y el otro lo dejo en sus manos aún.

—Para Isabella? —pregunté y él asintió, yo sonreí.

Dejé mi regalo en la sala y luego nos encaminamos hacia el jardín donde se encontraban todos.

Isabella fue la primera que vio llegar a Pedro y corrió para abrazarlo, él la levantó hacia arriba para poder abrazarla también y ambos se dijeron feliz navidad, eran tan tiernos.

—Mira, tengo un regalo para vos —dijo él una vez que puso a Isabella en el suelo de nuevo.

—Para mí? —cercioro la niña, Pedro asintió, ella lo abrazo de nuevo— gracias Pepe.

Pasó a saludar a mis abuelos y a mis papás después de eso, y todos le dieron un abrazo, hasta sorprendentemente mi papá.

Nos sentamos un rato con ellos hablando y luego llegó un mensaje en el grupo de mis ex compañeros, era uno de ellos diciendo que estábamos todos invitados a su casa, ahora, para pasar el rato, una especie de fiesta de último momento.

Pregunté a mis padres si podía ir y luego de que me dijeran y a Pedro que me cuidara y comportara me dejaron ir.

Nos despedimos de todos y fui hasta arriba para agarrar el regalo que tenía para Pedro también antes de irnos.

Se lo di y me agradeció con un buen beso antes de que pasáramos por su casa primero para que así pueda saludar a sus padres antes de irnos a la casa de Juan, nuestro ex compañero.

Una vez que salude a toda su familia deseándoles feliz navidad, y que Pedro dijera que iríamos a la casa de un ex compañeros, nos pusimos en marcha.

Cuando llegamos ya estaban unos cuantos, la mayoría. Y me encontré con Zaira, nos dimos un fuerte abrazo deseándonos feliz navidad y lo mismo con el resto.

Había buena música, y ellos armaron una pista de baile en el medio de la sala, también ya habían comprado bebidas, estábamos pasando un buen rato.

Luego de bailar un rato con las chicas, fui hasta Pedro para sacarlo a bailar.

—Ya era hora —dijo gracioso y yo reí.

—Que te haces si te vi mirándome todo el tiempo —dije guiñándole un ojo.

—Un chico puede mirar —dijo retrucándome lo de la tarde.

Yo me mordí el labio sobradora, y él se encargó de tirarlo por mí, aja, con sus propios dientes.

Camine unos pasos hacia atrás, hacia la improvisada pista de baile mientras nos besábamos y luego paré, comenzando a balancearme con la música, él siguiéndome perfectamente.

Estuvimos por mucho tiempo bailando así, provocándonos hasta que nos cansamos y fuimos a sentarnos.

Cuando el sol comenzaba a salir decidimos irnos.

Llegamos frente a mi casa y me quite el cinturón de seguridad para inclinarme a darle a Pedro un beso de despedida.

Agarre una de sus mejillas y lo besé, pretendía que sea un beso corto y dulce, pero con toda la adrenalina que teníamos de las provocaciones mientras bailábamos, el beso se tornó todo menos dulce. Él agarró mi nuca acercándome más, cosa que no sucedió, por lo que harto de intentarlo agarró mis caderas y me llevó a su regazo, ambos jadeamos ante el contacto y unimos nuestros labios de nuevo, yo necesitaba más, él también, pero ambos sabíamos que teníamos que separarnos, ya era de mañana y mis abuelos podrían o no despertarse en cualquier momento.

Rompimos el beso a pesar de que era lo último que queríamos hacer, ambos respirábamos pesadamente.

—Me volves loco —susurro Pedro acariciando mi mejilla, sonriendo un poco.    

—Te amo mi amor —fue mi respuesta, luego deje un beso más en sus labios antes de volver a mi lugar.

Justo cuando estaba por abrir la puerta, él estiro mi brazo girándome hacia él de nuevo, me beso una vez más y pego nuestras frentes.

—También te amo preciosa, pronto vamos a amanecer juntos todos los días —dijo y yo sonreí como tonta, asintiendo y uniendo nuestros labios una vez más antes de salir del auto.


Llegué hasta la puerta y antes de entrar lo salude con la mano una vez más, él se fue y yo me quede con la sonrisa en el rostro imaginando nuestros futuros amaneceres juntos. 

**
Disculpen la ausencia es que existe una cosa llama bloqueo de escritor y nada me pasa mucho, espero les guste y comenten acá o en mis twitters @fatipauliter o @pypuntilend. 
PD1: si alguien lee y no le estoy pasando la nove avisenme así las agendo en la lista. 
PD2: Colleen Hoover es la vida y nada quería decirlo.  
PD3: lean estas novelas que están buenísimas: 
http://juntosalaparpyp.blogspot.com/ de @togetherthepair
http://thelovematchpyp.blogspot.com.ar/ de @nare_pauchaves
http://www.elpoderdetuamorpyp.blogspot.com/ de @pedroexist 

domingo, 18 de enero de 2015

-74.

Pude esconder el anillo en la cadena de los ojos de mi mamá sólo por veinticuatro horas, el mediodía del jueves cuando ella cocinaba e Isabella y yo la ayudábamos lo notó, no me pregunten cómo.

Ella simplemente dejó lo que estaba haciendo –cortando verduras- y miro directamente hacia la cadena, luego preguntó.

—Y eso?

Yo por supuesto traté de hacerme la desentendida primero.

—La cadena que Pedro me regalo.

—Paula, sabes que me refiero a lo otro —dijo ella con una mirada acusatoria y yo suspire.

—Me lo dio con la cadena, un anillo de promesa —expliqué esperando que Isabella estuviera lo suficientemente concentrada “amasando” y no entendiera nada, a los niños se les suele escapar cosas sin querer, y que mi mamá supiera era una cosa, pero mi papá…

—Anillo de promesa —dijo mi mamá asintiendo, como si entendiera.

Luego pasó algo que esperaba sucediera, sonrío.

—Me pone feliz saber que van en serio hija, pero no se apresuren más que eso si? —dijo ella, haciéndolo sonar como una pregunta, no lo era.

—Claro ma, no nos vamos a casar hoy —dije bufando un poco y más alto de lo que debería, error.

—Te vas a casar? —preguntó Isabella, escuchándome completamente con los ojos abiertos.

—No… —no pude terminar la oración ya que mi papá se dio el lujo de aparecer.

—Quién se va casar? —dijo ya con el ceño fruncido, el cual se estaba intensificando.

—Pau, Pau, Pau —dijo Isabella dando saltitos y yo quería que la tierra me tragara.

Noté que mi papá trago saliva, y me miro. Si las miradas lanzaran dagas…

—Paula? —simplemente dijo él, fue mi momento para ordenar el desastre.

—No me voy a casar papá, Isabella escuchó mal. —dije cruzándome los brazos un poco molesta de que él estuviera tan molesto, repetitivo sí.

—Y cómo es qué escucho mal? —bufé, que curioso.

—Tranquilo mi amor, sólo le estaba diciendo a Pau que no se apresure, ya sabes consejos de madre que tengo que dar —dijo mi mamá encogiéndose de hombros.

—Y yo le dije que no es como si me fuera a casar hoy —terminé la explicación por mamá, mi papá seguía frunciendo el ceño.

—Y por qué estaban hablando de eso? —de nuevo, que curioso.

—Quete —dije ya irritada.

—Paula! —me reprendió mi mamá.

—Lo siento —me disculpé suspirando.

—Sólo hablábamos Miguel, deja el drama y vení ayudanos —mi mamá puso a papá en su lugar, ja.

Él asintió de mala gana y se puso a ayudarme a preparar la ensalada.

Una vez que estuvo todo listo nos sentamos a comer sin otra charla sobre el tema.

***

—Creo que a mi papá casi le da un infarto hoy —dije en tono gracioso.

Estábamos con Pedro en mi jardín acostados en el césped, mientras Isabella dormía arriba. Mis padres seguían en el trabajo.

—Por? —quiso saber pedro mientras me acercaba aún más –si era posible.

—Porque mi mamá vio el anillo en la cadena, y me estaba dando la charla de no se apresuren tanto y yo le dije que no era como si fuésemos a casarnos hoy, Isabella escuchó sólo la última parte y mi papá entró justo cuando ella preguntaba “Te vas a casar?” —Pedro rió a mi lado, yo lo hice un poco también.

—Y qué dijo tu papá?

—Se puso como loco, empezó a preguntar quién se iba casar, después me miró mal cuando Isabella dijo “Paula” luego le explicamos lo que sucedió, obviando lo del anillo, y quiso saber por qué hablábamos de eso, mi mamá le dijo que dejara el drama y nos pusimos a terminar la comida —dije y él rió un poco más.

—Creo que cuando tu papá se entere lo del anillo yo voy a tener que quedarme a diez metros de esta casa por un tiempo —dijo divertido.

Ambos reímos y luego nos pusimos a hablar de cualquier cosa, hasta que llegamos a un tema más serio.

—Te llegó tu carta? —pregunté.

Cuando el colegio terminó, no había terminado del todo, ya que teníamos que hacer una prueba para mandar a la universidad en la que queríamos ingresar, y ellos debían mandarnos una carta para comunicarnos tanto si ingresábamos como sino.

—Sí —respondió él y yo me alcé apoyando las manos en su torso para mirarlo.

—Y?

—Entré —él sonrió.

—Yo también —sonreí igual, y nos dimos un corto beso.

—Qué vamos a hacer? —dijo él segundos después.

—Que vamos a hacer con qué? —pregunté no entendiendo su pregunta, valga la redundancia.

—La universidad está un poco lejos de acá, digo como para ir y venir.

—Aja… —dije queriendo que siga.

—Y estaba pensando…

—Pensabas…

—Vamos a vivir juntos. —dijo de repente y no fue una pregunta, fue una afirmación.

—Cómo? Dónde? Estás seguro? —me mordí el labio, vivir juntos era un gran paso… Más bien un salto.

—En un departamento, está sólo a cuadras de la universidad, no es caro para las dos habitaciones, un baño, una sala, y cocina comedor que tiene. Y sí, estoy segurísimo —terminó con una sonrisa de oreja a oreja mientras yo lo miraba con la boca semi abierta.

—Cómo sabes todo? Ya lo fuiste a ver?

Él sacudió la cabeza.

—Lo busqué en internet, él sábado vamos a verlo —no pasé desapercibido el vamos.

—Es una locura —dije un poco asustada, discúlpenme pero para mí era sorprendente, de la mejor manera, pero aún sorprendente.

—Se llama crecer, preciosa. No tengas miedo —dijo él acariciando mi mejilla, pero luego frunció un poco el ceño— o no querés ir a vivir conmigo? Te parece muy pronto?

Bese su ceño fruncido y se relajó un poco.

—No, claro que quiero Pepe. Es que sólo tengo miedo supongo, pero me encanta la idea —dije rápidamente para que no pensara que lo que preguntó era cierto.

—Bueno si vos querés y yo quiero va funcionar, está bien?

—Está bien.

Me miro sonriendo un tiempo más y luego con la mano que tenía en mi mejilla me llevo hasta sus labios.


***

—Te gusta? —preguntó Pedro, estábamos tomados de la mano, mirando hacia nuestro futuro departamento.

—Me encanta —dije y lo mire, él sonreía por lo que supuse le gustaba también.

Era el piso seis el que estaba libre, y era exactamente como dijo Pedro, bastante acogedor.

Todo era en tonos de marrones, desde claros a oscuros, y ya venía con algunos muebles incluidos –por suerte- no era tanto igual, pero bastaría.

En la sala había un sofá de un tamaño para que tres o cuatro personas entraran.

Con una mesa rato encima de una alfombra y un mueble enfrente dónde podría ir un televisor.

La cocina tenía sus muebles también, una alacena, una cocina con horno, lavadero y una mesada.

No había mesas pero si tenía una barra con dos sillas, ideal para nosotros dos, a no ser que trajéramos a más personas… Tal vez faltaría una pequeña mesa.

La habitación de la derecha tenía una cama enorme, y dos mesitas de luz, con un ropero que ya viene con la habitación, y una ventana al costado que por suerte con las cortinas tapa toda la claridad que viene atreves de ella.

Tenía un estante enfrente a la cama lo que serviría para colocar una televisión también.

La otra habitación sólo poseía un estante, ya que el dueño nos había dicho se solía usar como depósito o algo más, no para dormir. El baño era bastante bueno también.

Definitivamente nos lo quedaríamos.

Con Pedro habíamos llegado al acuerdo de que sus padres –y los míos, ya que insistí- nos ayudarían con los primeros tres meses de paga, mientras que nosotros conseguíamos un trabajo para poder pagar el resto.

Yo aún no les había dicho nada a mis padres, pero hoy lo haría.

***

Eran las ocho de la noche y yo sudaba como loca de los nervios, Pedro llegaría en cualquier momento para cenar y contarles a mis padres lo que teníamos planeado.

No estaba tan preocupada por lo que diría mamá, pero mi papá… Era otro tema.

Antes de que Pedro tocara fui a abrir la puerta, él como siempre estaba a punto de golpear sus nudillos en ella.

—Vos y tu manía —dijo sacudiendo la cabeza viéndose un poco despreocupado.

—Estoy nerviosa, no estas nervioso? —dije sin siquiera decir hola o algo.

—Claro que sí, pero si me pongo a enloquecer como vos no vamos a llegar a nada —dijo él y tomo mi cintura plantando un beso en mis labios— calmate, vamos a hacer que funcione.

Y eso disipo un poco mi inquietud, un poco.

Saludaron todos a Pedro y luego nos sentamos, yo estaba un poco feliz de que Isabella estuviera también, eso impediría que mi papá matara a Pedro, por el momento…

Hablamos de todo un poco al principio, teniendo una conversación tranquila mientras comíamos nuestros primeros bocados.

Cuando estábamos por terminar codeé a Pedro para que comenzara, en algunos casos no era participe de todo eso de las damas primero.

—Les contó Pau que ingresamos a la misma universidad? —comenzó él.

Mis padres asintieron, yo ya los venía preparando de a poquito…

—Sí, nos contó y los felicito a los dos —dijo mi mamá y mi papá asintió de acuerdo, tan comunicativo.

—Y está un poco lejos de acá, ya saben, para ir y venir… —metí mi cuchara en la conversación.

—Hmm, no pensé en eso todavía —dijo mi mamá mientras terminaba de masticar.

—Bueno, si nos permiten, con Pau ya tenemos una idea —dijo Pedro sonando todo educado, como siempre.

—Cuál? —quiso saber mi mamá, mi papá lucía muy concentrado en su comida…

—Alquilar un departamento… Juntos —listo, lo dijo.

Contuve la respiración observando la reacción de mis padres.

Mi mamá se quedó mirando entre Pedro y yo, y mi papá seguía mirando su plato de comida. Acción, necesitaba acción y ellos no hacían o decían nada más que lo anterior.

—Mamá? Papá? Qué piensan? —pregunté insegura.

—Pedro, a la sala —dijo mi papá levantándose.

—Papá… —comencé a protestar pero Pedro me cortó, parándose y poniendo una mano sobre la mía.

—Tranquila, ya vuelvo. —dijo y se fue.

Yo miré a mi mamá.

—No vas a decir nada?

Ella me miró, pestañeo y comenzó a llorar. Estaba malditamente llorando.

—Mamá? —pregunté.

Ella se secó las lágrimas… A todo esto Isabella seguía a su lado, comiendo tranquila…

—Perdón, es que simplemente me di cuenta que creciste mi amor, de verdad. Este es un paso muy grande para vos, para los dos. Y yo te voy a apoyar en todo, y estoy segura que tu papá a su manera también.

Me levanté y la abrace porque era totalmente lo que necesitaba escuchar, necesitaba su apoyo.

—Gracias ma, de verdad que necesitaba que me digas eso —susurré e Isabella se unió a nuestro abrazo sin decir nada, con mi mamá reímos.

—Y si papá espanta a Pedro —dije temerosa, aunque en el fondo sabía que eso no sucedería pero…

—Sabes que sólo quiere hablar con él a solas Pau, tranquila —dijo ella frotando mi espalda.

Yo asentí y me senté de nuevo esperando…

Unos diez minutos después ambos aparecieron un poco, serios. Pero noté que Pedro escondía una sonrisa.

—Y? —pregunté impaciente.

—Mira hija, esto es realmente difícil para mí, y seguro para tu mamá también. Sé que no puedo impedirte nada, ya sos mayor de edad y podes hacer lo que quieras, dentro de lo razonable —agrego rápidamente— no me gusta mucho la idea, pero ya aclaré varios puntos con Pedro —dijo mirándolo amenazadoramente, mi novio asintió solemne— y siempre y cuando estemos invitados todos los domingos a almorzar te doy mi permiso —concluyó y yo largue todo el aire que no sabía estaba conteniendo.

—Gracias papi —chille y corrí a abrazarlo.

Él beso la cima de mi cabeza y susurro en mi oído.

—Ya podes dejar de esconder ese anillo.

Me ruborice de pies a cabeza y retire el anillo que estaba debajo de mi camiseta lentamente.

Lo mire, buscando por alguna mirada amarga o algo así, pero sólo me encontré con un pequeño suspiro y una sacudida de cabeza.

—Creciste tanto —dijo y yo le sonreí dejando un beso en su mejilla.

—Pau se va ir? —de repente Isabella que estaba muy callada habló, con los ojitos un poco tristes.

Me arrodille frente a ella y le sonreí un poco.

—Me voy a mudar Bella, dentro de unos meses. Pero siempre voy a estar, te voy a visitar mucho y vos a mí, si?

Ella asintió muchas veces y se abalanzo a abrazarme.

Después de eso Pedro anunció que tenía que irse –no queriendo tentar más la amabilidad de mi padre.

Lo acompañe hasta la puerta y la cerré detrás de nosotros.

—Qué te dijo? —inmediatamente lo ataqué con la pregunta.

Él rió un poco.

—Unas cuantas cosas, vos tranquila. Él solo estaba haciendo su trabajo de padre —quiso persuadirme.

—Dale Pedro —me queje, más por curiosa que por nada.

—Me tengo que ir, salió mucho mejor de lo que esperaba. Te amo mi amor —dijo callando la queja que estaba por soltar con un beso.

—Yo también te amo, algún día me vas a contar te aviso. Ahora anda —dije empujándolo.

Camino hacia atrás, mirándome y fingió tirarme un beso, se lo devolví.

Cuando llegó hasta el auto se subió lo saludé con la mano y entré a mi casa para encontrarme con que todos ya se fueron a la cama.


Fui hasta la mía también para encontrarme con Isabella acurrucada, y otra noche más dormimos juntas y abrazadas.

**
Hooola quiero que sepan que la verdad que no tengo idea de cómo es el tema para entrar a la universidad en argentina, acá es todo un embole con cursillos y demás por eso decidí hacerles la vida más fácil a mis personajes ah.

PD1: si no lo están haciendo les recomiendo -obligo bue- que lean la novela de la genia de Vicky (@togetherthepair) http://juntosalaparpyp.blogspot.com/ estoy poniéndome al día y está buenísima, escribe genial esta mina ah. (ésta soy yo diciendo lo siento una vez más Vic, te quiero) 
PD2: también recomiendo todas estas:

Son todas grosas porque pertenecen al grupo "Escritoras y Agos pyv" agos la gorda fan más linda y tierna de todas siempre, ah. Las quiero mil3

PD3: COMENTEN así con mayúsculas. Yo subiendo cap seguido y ustedes nada, así NO diría Moria, bue. Se hizo largo, me despido... Chiiiiau.