jueves, 31 de enero de 2013

-12.


Viernes de noche, te encontrabas en la casa de tu amiga, casi lista, para ir a aquella fiesta que como todos los viernes organizaban tus compañeros del curso, como era el último año decidieron disfrutarlo al máximo, con el permiso del director, por supuesto.

-apurate cachorra –dijiste poniéndote los aros, y viendo que tu amiga aún no tenía los zapatos-
-bancame Pocha, es lo que me toca por ser solidaria y dejar que te bañes primero –se quejo-
-soy la invitada nena –dijiste graciosa y ambas carcajearon-
-listo –dijo la morocha terminándose de poner los zapatos-
-genial, bajemos –respondiste-

Ambas partieron para el lugar de la fiesta y fueron junto al grupo de chicos con los que siempre se juntaban en las fiestas, algo así como amigos eran, pero no los mejores, como vos con Zaira.

Te apoyaste por la barra (que estaba cerca de donde estaban todos), ya que no había ningún puf libre (cerca) y no tenías ganas de ir a buscar otro, tu amiga estaba en un puf que encontró casi al lado tuyo y juntas se pidieron un trago, por suerte ambas no eran de tomar mucho, solo lo justo (según vos), minutos pasaron y viste entrar por aquella puerta de entrada (porque había varias que iban a una especie de jardines) a Verónica, detrás Samantha y minutos después a Pedro y Hernan, miraste a tu amiga, esta miro enfurecida (con Hernan) porque pensó que venían juntos, vos te hiciste la indiferente, pero algo molesta estabas también.

Un trago mas, y te estabas pasando ya, todavía consiente, pero te pasabas un poco mas y tu estado cambiaría, pero tenías una bronca que ni siquiera vos sabías y eso te provocaba tomar un poco mas, sumándole que tu amiga estaba igual al lado tuyo.

Un chico que ni conoces (sabes que es de tu curso, pero nunca hablaste) lindo, fachero, y buen mozo, te invito a bailar, miraste a tu amiga, esta asintió con la cabeza, primero pensaste en rechazar la propuesta, pero miraste hacia tu derecha y viste como Pedro bailaba animadamente con Verónica, y te dieron ganas de ir a bailar, pasaste tu mano al rubio (porque lo era) y te llevo hasta la pista.

La música sonaba al ritmo del cuarteto, y debías admitir que el chico bailaba muy bien.

- como te llamas? –te pregunto mientras bailaban-
-Paula, vos? –respondiste sonriendo-
-Joaquín –y el rubio se jugo un poco mas y  te tomo de la cintura-

Seguiste bailando todo el tema que pasaban, hasta que el dj cambio por reggaetón, y como tenías ganas de divertirte y te percataste que Pedro los miraba, decidiste seguir bailando con “Joaquín”.
-seguimos bailando? –pregunto este, lo veías buen chico, te caía bien ya-
-claro –sonreíste y comenzaron a bailar-

Y cuando querías sabías hacerte o ser “sexy” (no confundamos sexy con vulgar, hay una gran diferencia) y eso estabas haciendo, bailando con aquel chico, quien te seguía el ritmo perfecto, una dos, tres y hasta cuatro músicas de este mismo ritmo pasaron y ustedes seguían bailando, hasta que te cansaste y le dijiste de ir a la barra, este quiso acompañarte y no te negaste.

-me pasas tu número? Digo, nos vemos siempre, pero es mejor. –pregunto y explico tomando un sorbo de lo que había pedido minutos atrás, el rubio-
-obvio, pasame tu celular –le dijiste y este agarro el celular del bolsillo y te lo dio, lo anotaste y se lo pasaste de nuevo-
-gracias linda –dijo este y vos solo sonreíste para tomar un sorbo de tu trago- me esperas un rato? Voy al baño y vuelvo, si?
-dale –dijiste y este se fue-

Mientras este se fue buscaste a tu amiga con la cabeza y no la veías por ningún lado, a quien si veías es a Pedro acercándose hacia dónde estabas vos con un vaso de fernet en la mano, mientras más se acercaba mas te dabas cuenta de que venía para hablar (o algo similar) contigo, se sentó a tu lado y se te quedo mirando.

-podes dejar de mirarme? –preguntaste mirándolo (desafiándolo)-
-no –respondió este así como si nada-
-a bue, te podes correr de ahí? Dentro de un rato va venir alguien que estaba antes que vos –dijiste (apropósito)-
-no quiero –respondió este, y notabas que no estaba borracho o algo parecido, estaba con copas encima, pero no tantas (como vos)-
-genial, entonces me voy yo –dijiste parándote y apenas diste un paso este inmediatamente te tomo del brazo y te giro hacia el-
-vos no te vas –dijo desafiándote-
….


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miércoles, 30 de enero de 2013

-11.


Viernes, otro día comenzaba, apagaste el despertador, y te dispusiste comenzar con la rutina de todos los días.

Ya en el comedor, con tu papá enfrente y tu mamá al lado comenzaste a desayunar.

-como estas hija? –te pregunto tu mamá, la miraste extraña, ya que su trato para contigo estaba cambiando-
-si, vos? –preguntaste dudosa-
- igual –respondió la misma e hizo una pausa- se que con papá estamos muy fríos contigo desde lo sucedido, pero entendemos mi amor, estamos dolidos –dijo sincera, y hablar del tema te ponía mal, porque te sentías culpable, te odiabas en esos momentos-
-perdón –dijiste con un hilo de voz, no querías llorar, te tragaste todo y decidiste calmarte-
-prometemos –mirándolo a tu papá y este asintiendo- que todo va mejorar, si? Ahora que ya paso un poco, nos dimos cuenta que no tenes la culpa, que sucedió y fue así, perdónanos hija –dijo también con un hilo de voz, y tus lagrimas ya salieron, no pudiste contra ellas-
-si tuve la culpa, y tienen todo su derecho en odiarme –dijiste ya hecha un mar de lágrimas-
-no hijita, papá y yo fuimos muy duros contigo, sin pensar en tu dolor también, no Miguel? –Dijo tu madre un poco molesta porque tu papá seguía en silencio-
-sabes que no me gusta hablar mucho de esto –dijo mirándote- no me gusta verte llorar –hizo un pausa y siguió- lo pasado pisado, si? Ahora sos nuestra única hija, y queremos cuidarte y estar contigo siempre –y volviste a llorar, esperabas este momento desde el día de lo que sucedió y ya estabas convencida de que no iba a llegar-
-gracias y perdón, perdón enserio –dijiste sollozando-
-veni mi amor –dijo tu mamá y fuiste junto a ella, se paro y te abrazo, hace casi un año que no lo hacía y te aferraste fuerte a ella- te  amo hija –beso tu frente-
-yo también mami, mucho –la abrazaste-
-para papá no hay un abrazo? –sonreíste y fuiste corriendo para abrazarlo, deseabas que ese momento no termine jamás-

Te encontrabas entrando al colegio, luego de ese emotivo momento con tus padres, luego de haber hecho lo posible para que nadie note que lloraste, lograste ver a tu amiga mas adelante y fuiste junto a ella.

-Pochita –te abrazo-
-Cachorra –sonreíste y ella te miro fijo a los ojos-
-llorabas? –y como te conocía-
-Para que te voy a decir no, si me conoces –reíste- si –terminaste-
-Otra vez con lo de tus viejos? –pregunto un poco apenada-
-Algo así, me abrazaron Zai –dijiste emocionada-
-Viste gorda, yo te dije –dijo contenta y te abrazo- solo les tenías que dar tiempo.
-Igual, no dejo de sentirme culpable –dijiste sincera-
-Sh, no lo sos Paula, deja de darte con un látigo sola, entendelo –dijo un poco enojada-
-Voy a callar solo porque estoy contenta –reíste-
-Mejor –y escucharon el timbre que indicaba que debía entrar al curso-
-Vamos yendo cachorra.
-Dale, vamos –dijo esta y fueron hasta el curso-



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martes, 29 de enero de 2013

-10.


Te sentaste durante cinco minutos, y en esos cinco minutos casi descargaste toda el agua del termo que habías cargado en casi 10 minutos, ilógico, no?.

Seguiste con tu rutina, ya mas recargada, y luego de una hora y minutos terminaste, (tu amiga también).

-Por Dios, como cansa esto –se quejo tu amiga, tomando un sorbo de agua-
-Todo sea por ser las mejores en el básquet –dijiste agitada-
-Y si –penso la morocha-
-Bueno, arriba, vamos ya que si no después no puedo pararme dijiste graciosa-
-Uy cierto, vamos.

Juntaron sus cosas y luego de despedirse del entrenador salieron.

Caminando como siempre, hasta que sentiste de nuevo aquel sonido del auto, y decidiste informar a Zaira de quien se trataba.

-Es el insoportable de Pedro –dijiste aún caminando a tu amiga-
-Eh? –dijo esta desentendida-
-El auto, que se escucha, es de Pedro –respondiste-
-Como sabes? –Pregunto mas desentendida aún-
-Larga historita –suspiraste- en fin, vos solo camina, no des bola –terminaste-
-Ok –respondió y siguieron caminando-

No hicieron dos pasos y ya sintieron el sonido de la  bocina, bufaste irritada y miraste, junto con tu amiga.

-hola hermosa –dijo el castaño amigo de Pedro (Hernan) desde el lado del acompañante del auto de aquel engreído sin duda, mirando a tu amiga Zaira-
-Hola –respondió esta sonriendo, maldita sea (dijiste en tu mente).
-Si, bueno, vamos –dijiste agarrando de la mano y comenzando a caminar-
-suben? –pregunto Hernan, y volviste a maldecir el momento en que se les ocurrió parar el auto-
-No –respondiste por tu amiga-
-Zai, subis? – Dijo de nuevo Hernan, y este chico cada vez se estaba ganando mas y mas tu odio-
-Em –se quedo pensando tu amiga, te miro con cara tierna y vos suspiraste, sabías cuan enamorada estaba tu pobre amiga, asentiste con la cabeza y esta rió- si –termino-
-Chau cachorra, nos vemos –dijiste dejando un beso en su mejilla-
-Vos también subí –escuchaste a Pedro gritar desde el otro lado-
-Chau Zaira –repetiste mirando hacia Pedro-
-Dale Pochi, veni, subite –te pidió con esa cara que te puede, y ya sabías que ella sin vos no iba a ir-
-Esta bien –concluiste y ambas subieron a la parte de atrás del auto-

Y durante todo el corto camino, Zaira y Hernan iban coqueteándose de alguna manera, mientras vos y Pedro iban en silencio, mirándose desde la ventanilla. 



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-9.


Ya era Jueves, te encontrabas con tu amiga Zaira caminando por aquel barrio privado, yendo (ahora sí con ella en compañía, por suerte) al gimnasio, faltaba solo dos cuadras para llegar, terminaron esas dos cuadras y cuando llegaron te volviste a encontrar con aquella situación que viste el martes pasado a la entrada del colegio, Pedro intercambiando saliva con Verónica, y el odio que tenías por los dos se potenciaba al milésimo.

-Uy Dios, estos de nuevo –te quejaste en voz alta para que tu amiga escuche-
-Si vienen todos los días Pocha –dijo esta lo mas relajada-
-Ya se –e hiciste un silencio brevemente- nuevamente intercambiando saliva –dijiste molesta-
-Celos Pochita? –pregunto en un tono gracioso tu amiga, y la detestaste-
-Qué decis nena? –dijiste haciéndote la desentendida y decidiste entrar, no ibas a esperar a que estos terminaran con esa sesión poco agradable (para vos)- entremos mejor.
-Huí nomás vos –dijo esta, vos comenzaste a caminar y esta te siguió-

Y como ya lo sospechabas antes de cruzar aquella puerta Verónica (la bicha detestable, aclaremos) se hizo la simpática y se le dio justo hoy por saludarte, raro (dijiste irónica adentro tuyo).

-hola divinas –dijo esta, y a poca vista se le notaba la careta- como estan? –y no dio tiempo a responder, tampoco ustedes pensaban hacerlo- yo bien, acá con mi chico –y bum, era lo que quería, refregarte en la cara con el engreído con quien estaba, que se pensaba? Que le ibas a tener envidia? ¡ja!.
-Me alegro bicha divina –dijo tu amiga, como la amabas- ahora si querés, déjanos pasar, y si no, te corremos –sonriendo irónicamente-
-Por supuesto que las dejo pasar –dijo y se corrió dándole besos a Pedro, el parado como idiota sin decir ni hacer nada, estúpido (repetiste en tu mente miles de veces).
-bicha y bicho, tal para cual –dijiste gritando mientras ya te alejabas de ellos- los detesto –dijiste a tu amiga que estaba al lado tuyo-
-Uno de estos días esa mina va saber lo que es sentir mi puño –dijo Zaira, ella también la odiaba, por razones como las tuyas, y aparte porque fue la causal de que la otra bicha (Samantha) decidiera acercarse a Hernan y arruinar todo lo que ellos estaban comenzando hacía unos meses-
-Ya fue, que se cague –dijiste suspirando-
-A mover el cuerpito –dijo esta graciosa ya cambiando de tema-

Una hora haciendo ejercicios y les quedaba una hora más, ustedes (Zaira y vos) se lo habían propuesto a si mismas, es decir  era una exigencia de ustedes, no de otra persona.

Vos, sola, fuiste hasta el lavadero, para cargar agua fresca en tu mi-termo y seguir con tus tareas, para mala suerte tuya a Pedro se le ocurrió hacer lo mismo que a vos, y en el mismo momento, dijiste que no le ibas a dirigir la palabra, dijiste.

Estabas cargando el agua, Pedro esperándote atrás, moviendo los pies, como apurándote, ¿Qué se cree? (te preguntaste en tu mente)  el agua que no terminaba de llenar el termo, Pedro moviendo los pies aún mas rápido, vos muerta de set, listo explotas.
-Podes cortarla nene? –dijiste mirándolo mientras el agua seguía llenando tu termo-
-Tengo set –dijo este tranquilo-
-Y te pensas que yo no? Que estoy jugando acá? –eras de explotar fácilmente, y él hacía que explotes más fácil aún-
-Podes bajar un cambio? –pregunto este elevando un poco su tono de voz, ¿con que derecho? (dijiste nuevamente en tu mente)-
-Perdón? vos vas a decirme a mi lo que tengo que hacer? Estas loco? –dijiste y pudiste ver como tu termo ya estaba lleno, ¡al fin!-
-Uy que infumable sos –dijo este suspirando-
-Mas infumable que vos y tu noviesita no creo -agarraste tu mini-termo lo tapaste y cuando estabas por irte este te toma del brazo y te lleva cerca de él-
-Celosa? –¿ que se creía para agarrarte así?, ¿esta loco? (dijiste en tu mente)-
-Perdón? –reís irónica- so-ña –deletreaste muy cerca de sus labios y te soltaste bruscamente de él, se pensaba que eras una de esas a quienes le hacía lo mismo y luego las “botaba” ¡ja! Esta equivocado (pensaste)-



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viernes, 25 de enero de 2013

-8.


Sentiste que golpeaban la puerta y caíste en que se habían dormido con la morocha, recordaste el programa pedorro (como decís) que pusieron para ver y justificaste el acto de quedarse dormidas con eso, te levantaste antes de despertar a tu amiga y fuiste a abrir la puerta, como esperabas era tu mamá.
-creo que no erré en mi pensamiento y se quedaron dormidas –dijo tu mamá emitiendo una sonrisa-
-el programa pedorro que pusimos nos dio sueño –dijiste también riendo-
-bueno, las espero abajo hija –dijo yéndose-

Se te ocurrió molestar a tu amiga y antes de despertarla fuiste al baño de tus papás y agarraste la crema de afeitar, volviste a tu habitación, y agarraste uno de esos lápices con plumas que tenías en tu escritorio, pusiste la crema de afeitar por la mano de tu amiga y acto seguido hiciste “cosquillas” en su nariz con las plumas del lápiz, como era de esperarse tu amiga lo sintió y cuando llevo la mano hasta su nariz salto del susto y vos comenzaste a reír a carcajadas.

-me las vas a pagar Paula Chaves –dijo levantándose y corriéndote por toda la habitación-
-tenes que verte la cara llena de esa cosa blanca –dijiste riendo aún mas, la situación era muy graciosa, debías admitirlo-
-el que ríe último ríe mejor Pochita linda –dijo y te agarro del brazo, para darte vuelta y poner aquella mano en donde aún quedaba el resto de crema por toda tu cara, pegaste un grito, ni vos sabes porque, te limpiaste y la volviste a perseguir-
-veni para acá loca de mierda –dijiste riendo-
-tregua tregua –dijo agitándose de tanto correr, subir y bajar de la cama-
-dale –dijiste y ambas se acercaron temerosas- uno –iniciaste “la cuenta”-
-dos –la siguió-
-y..
-tres –dijeron ambas a unísono, y se pegaron los cachetes con ambas manos sucias, acto seguido comenzaron a reír a carcajadas-
-amo nuestra manera de hacer las paces –dijiste aún riendo-
-somos tan geniales –dijo la morocha graciosa-
-la humildad donde la dejamos amiguita. –preguntaste también riendo-
-en el placar –dijo haciéndose la interesante-
-anda, bestia –rieron- vamos ya a limpiarnos y bajemos porque mamá nos espera con la comida –dijiste un poco preocupada, temías a que se enoje y se pierda la “paz”-
-cierto, vamos –dijo ella, siguiéndote hasta el baño-

Se limpiaron el rostro, y también las manos y brazos, y ambas bajaron riendo hasta el comedor, donde por suerte su mamá recién estaba sirviendo la comida.



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miércoles, 23 de enero de 2013

-7.


Y nuevamente ese maldito aparato comenzaba a oírse, cual mas si no es el reloj, abrumada lo apagaste y te levantaste de la cama, cómo pudiste te alistaste, y luego varios (muchos) minutos estabas lista para un nuevo día de colegio.
Te encontrabas desayunando (liviano, como siempre) con la “compañía” de tu mamá y papá, terminaste, tus padres también y fuiste a buscar tu bolso para partir de nuevo al colegio.

Bajaste del auto de tu papá el cual había estacionado frente al colegio, y la primera imagen que ves (bastante desagradable, por cierto) es a Pedro chapándose a una mina, esa mina giro y era ella Verónica (una de las bichas, la que mas harta te tenía) te sonrío sobrándote y vos hiciste lo mismo, desviaste la mirada y te encontraste con la de tu amiga viniendo hacia vos.    

-como está la amiguita más linda del mundo? –dijo alegre como ella sola y vos sonreíste-
-Zaira, mi Zaira –dijiste abrazándola- bien, vos loquilla? –terminaste de preguntar-
-Y, aquí andamos –dijo, no se la notaba ni bien, ni mal, pero quisiste respetarla y no presionarla a que te diga nada, entonces te quedaste en silencio y ella prosiguió- mi tía esta internada, no es grave, pero a mis papas los tienen de acá para allá y a mi con ellos –dijo suspirando-
-Uy –la abrazaste- ojala se recupere prontito amiga, pobresita que la tienen de acá para allá –dijiste graciosa y apretaste sus cachetes- no queres venirte a casa hoy?
-obvio amiga –dijo esta sonriendo-
-Genial –respondiste y escucharon el sonido del timbre, prosiguieron con su camino hasta llegar al curso, pasando por donde se encontraban aquellos dos que hasta minutos antes se estaban intercambiando saliva (según vos)-


12:30hs ¡al fin salida! (exclamaste en tu mente) y expresaste tu felicidad con tu amiga, la materia la cual estaban dando minutos antes te ponía de mal humor, y el profesor aún más.

Ya con sus bolsos en mano, salieron junto con tu amiga a esperar a su papá, que antes de volver al hospital las dejaría en tu casa, como solía hacerlo.
En el camino vos y la morocha iban cantando como locas, su papá sonriendo ante sus ocurrencias y ustedes aún más.

Llegaron y fueron a saludar a tu mamá, viste que esta de buen humor y te alegraste un poco, ya que no siempre la veías así, dejaste un beso en su mejilla como pocas veces y fuiste con tu amiga hasta tu habitación, ambas llegaron y apenas vieron la cama se desplomaron en ella.

-Esto de ir al colegio –hizo una pausa- cansa –suspiro y vos reíste-
-No quiero vernos cuando debamos trabajar amiga, pobre de nosotras –dijiste carcajeando y esta se contagio con tu risa-
-Olvidate, me busco un novio con plata y que me mantenga –dijo esta graciosa y ambas volvieron a reir-
-Zaira Nara mantenida? Primero que te aguanten no creo, y segundo con lo cabrona que sos no creo que quieras que te mantengan –dijiste pensando y esta río-
-Cuando tenes razón, tenes razón flaca –río-
-Lo se –dijiste quitándote los zapatos que llevabas puesto- odio estas cosas que nos obligan a usar –te quejaste-
-imitándote la acción- uf, yo también, viejos chotos –se quejo graciosa y ambas reímos-
-enseguida esta la comida, vemos tele mientras? –preguntaste-
-dale, hace zapping. –y apenas termino de hablar agarraste el control remoto y comenzaste a buscar algún programa interesante (o no) para dejarlo y ver mientras esperaban la comida-


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domingo, 20 de enero de 2013

-6.


Las horas pasaron, dos para ser exactas, y vos te encontrabas limpiándote la cara luego de todas las rutinas que habías hecho, agotada es poco, pero todo valía la pena,  despediste al entrenador y te dirigiste a la salida, los chicos, aquellos que cuando llegaste te fastidiaron te miraban como esperando que te despidas de ellos, pobres ilusos (dijiste en tu mente) y saliste sonriendo irónicamente, acaso creían que después de casi sacarte de quicio los ibas a saludar? 
Caminabas sola en la oscuridad, bueno las luces de los faros que había al frente de cada casa te iluminaban, y como era un barrio privado no debías temer, la seguridad era máxima, aclaremos que el gimnasio no quedaba tan cerca de tu casa, eran varias cuadras por caminar.

Estabas a mitad de camino, y sentís un auto venir de hacia atrás (por el sonido, claro) decidís seguir con tu camino, aunque debes confesar de que te estabas poniendo un poco nerviosa, ya que siempre hacías este recorrido con tu amiga, no sola, el auto frena a tu lado y te sigue mientras caminas, estabas entre correr como una estúpida y volverte loca, o voltear y mirar si era algún conocido o algo parecido, elegiste la segunda opción, porque con la primera podías llegar a hacer el ridículo, y justo eso, no querías.
Contaste hasta tres para ver si el auto aceleraba, pero no.
Decidiste mirar, y como ya lo sospechabas era Pedro, riéndose ante tu cara de susto, lo fusilaste nuevamente como tantas con la mirada y volviste a caminar, este te seguía y vos comenzaste a irritarte, paraste el paso lo miraste y decidiste hablar.

-necesitas algo? -sonaste un poco tranquila, pero sin duda te estaba poniendo nerviosa-
-a vos -dijo el muy cínico riéndose, y vos también reíste, irónicamente, por supuesto- 
-mira vos, porque yo no necesito que me necesites, necesito que me dejes en paz -dijiste elevando un poco de tu voz-
-mira dejas que te lleve? -pregunto-
-no, prefiero caminar -dijiste y comenzaste tu paso de nuevo-
- dale, veni, es tarde -dijo siguiéndote con el auto, ahora se preocupa por vos? (Te preguntaste y sonreíste) idiota, (dijiste en tu mente).
-ahora qué? Querés cuidarme? -carcajeaste- por favor -terminaste-
-claro que sí, no entiendo tu ironía -dijo como si nada, parece ser que tiene cierto fallo en la memoria-
-será mi ironía porque siempre que estas con tus "amigos" -dijiste haciendo comillas con las manos- te burlas de mi?
-solo bromeo -dijo sonriendo-
-genial, bromea con otras estúpidas a quienes les agrade tus bromas, porque conmigo no va -respondiste, ya te estabas calmando un poco-
-sos gruñona eh -dijo riendo-
-no tengo ganas de reír con vos, sabes? -dijiste, aun seguías caminando y el aun te seguía-                              -déja que te lleve a tu casa, prometo no hablar -dijo sonando convincente, y estabas a punto de aceptar, ya que soportarlo siguiéndote no era una mejor idea-
-no Pedro, no entendes? -dijiste sonando convincente, no le dirías que si tan rápido-
-dale, prometo callar.
-lo prometes? -preguntaste-
-si -dijo y sonó convincente, no dijiste si, solo fuiste hasta el lado del acompañante y el abrió la puerta, subiste sin decir ninguna palabra, y el arranco el auto- 

Puso un poco de música, y minutos después comenzaste a escuchar su voz cantando, horrible por cierto, lo miraste con cara rara el te miro, miro su camino y siguió cantando-

-podes callarte? -Dijiste-
-tampoco puedo cantar? -pregunto-
-no -dijiste cortante y este siguió cantando, apagaste la radio y aun seguía cantando, comenzaste a buscar algo en cada agujero de aquel auto, y lo encontraste, sonreíste victoriosa y agarraste un pedazo de cinta de embalaje e hiciste que él te mire, te miro raro, sonreíste y le pusiste la cinta por la boca.

-listo -dijiste sonriendo mientras el balbuceaba-

Y entonces pusiste la radio de nuevo y ahora ibas cantando vos, el te miraba y sonreía, vos ponías cara de desprecio pero girabas hacia la ventanilla de afuera y reías igual, llegaron, bajaste y el golpeo la ventanilla para luego abrirla, lo miraste y pronunciaste un "¿qué?" Sabiendo que él no podía responder porque aún seguía con la cinta en la boca, pero notabas que lo que pedía era que le quites la cinta, y con gusto lo harías, ya que tenía un poco de barba, y eso dolería, sonreíste, abriste la puerta de aquel auto de nuevo, agarraste la punta de la cinta pegada en la boca de aquel pobre (en este momento) chico, y la estiraste de una, escuchaste un grito y no pudiste evitar carcajear, tampoco tenias ganas de hacerlo, el te miro como para que pares, te burlaste con la cara y bajaste riendo nuevamente del auto, al cerrarlo dijiste por ultimo "dolió ¿no?" Y caminaste por el pasillo de piedras que llevaba a la puerta de tu casa, mientras caminabas escuchaste su grito "esto no queda así" y reíste.



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miércoles, 16 de enero de 2013

-5.


Luego de un almuerzo “familiar” entre comillas, ya que esa ya no era una familia, o la era, pero no completa, y no feliz como antes (y aquel accidente tiene que ver y mucho con esta situación), te levantaste de la mesa, porque el clima estaba denso (según vos), dijiste un “buen provecho” casi por obligación y fuiste hasta tu habitación, te duchaste, ya que antes no tuviste tiempo, porque apenas aquel engreído (aún todavía para vos) te dejo en tu casa, tu mamá se dispuso a servir el almuerzo.
Luego de esa ducha, relajante, la que necesitabas prácticamente siempre de pasar rato con tu mamá y papá, te pusiste tu ropa, esa que usabas entre casa, y te acostaste en tu cama para agarrar el control remoto y comenzar a hacer zapping, pasar el tiempo (decías vos), ya que faltaba hora y media para salir como todos los días junto con tu amiga a trotar por aquel barrio privado, para llegar hasta el gimnasio donde iban también todos los días, ambas era deportistas, para precisar  jugadoras de basquetbol, y ambas precisaban  tener un físico estable (así decían vos y ella, Zaira), y hoy como tu amiga tenía aquellos problemas familiares, no te acompañaba, eso te ponía un poco para bajo y mal humorada, ya que eso significaba que te ibas a tener que bancar al engreído molestándote de nuevo (porque si, el también iba al mismo gimnasio) y a las insoportables bichas, que siempre te buscaban pelea.

De tanto hacer zapping y no encontrar nada, casi por consecuencia te quedaste dormida.
Segundos, minutos, horas, no sabías cuanto paso y te encontrabas despertando, rápidamente y exaltada, agarraste el primer reloj que viste por ahí en tu cuarto, marcaban las 17hs, y vos hace media hora tendrías que haber salido para llegar al gimnasio, no era nada estricto, pero con vos bastaba para auto-exigirte al máximo, hasta con las puntualidades, puteando (como vos sola) te vestiste, con tu short corto como siempre lo usabas, tu remera corta pero ancha, con el top de siempre abajo, tus adidas, e hiciste lo imposible para sacarte la cara de dormida terrible que tenías, bajaste de tu habitación y como siempre saliste sin despedirte, corriste, si, corriste ya no trotaste, para llegar más rápido al gimnasio, llegaste toda acalorada y con mucho sudor, las insoportables te miraban con asco, decidiste no darles importancia, agarraste la mini toalla que llevabas siempre y te secaste la cara, tomaste un poco de agua y te propusiste a hacer la rutina de siempre, pero algo te distrajo, si la voz del insoportable el cual se encontraba con su “compinche” el otro insoportable (para vos), estamos hablando de Pedro y Hernan.
-apa, la chica perfecta, puntal y todo ese bla bla bla, llegando tarde, mira vos –dijo irónico el engreído el cual horas atrás te estaba dejando enfrente a tu casa, lo fusilaste con la mirada y decidiste no responder, porque se iba a poner peor-
-chica perfecta, este escracho? –dice la bicha mayor, y vos te limitas a responder, estaban aprovechándose de que Zaira no estaba contigo, y te estaban sacando, estabas a punto de mandar todo a la mierda-
-escracho es poco gorda –dijo la otra idiota, y ya te estabas por sacar por completo-
-se hace la indiferente encima –respondió el amigo del engreído mayor (Hernan), y ahí decidiste mandar todo a la mierda-
-indiferente las pelotas, déjense de joder y ejerciten esos cuerpitos que mucho les hace falta –comenzaste “tranquila” ni se imaginaban las barbaridades que te podían salir de esa boca-
-apa, se calentó la nena –dijo el castaño, engreído mayor, mirándote y sonriendo cual idiota como el solo-
-me dejan de joder de una buena vez  y para todas? –dijiste calmada, te acordaste de que tus padres no necesitaban un dolor de cabeza mas y decidiste parar porque esto se iba a poner peor y estabas segura que alguien salía lastimado-
-esta bien, dejemos de molestarla –dijo Pedro, al parecer se dio cuenta de tu pocas ganas de discutir, y lo agradeciste por dentro ya que paro-

Y así seguiste con tu rutina, las bichas molestando con indirectas como siempre, pero cosa de nada, no te hacía lo mínimo, seguiste como siempre, sin que te importe nada.



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lunes, 14 de enero de 2013

-4.


Ya cansada pronuncias un "¿qué querés?" Y este sonríe triunfante, idiota (decís en tus pensamientos).
-vas a seguir mirando como idiota o me vas a decir que querés? -volves a repetir, una vez más, cosa que odiabas hacer-
-que humor eh -dice el castaño sonriendo nuevamente, bufas resignada, sin dudas esperar el colectivo parada durante casi media hora te habían quitado las ganas (por ahora) de iniciar una discusión.
-que necesitas? -respondes ya un poco (bastante) relajada.
-em, yo solo te vi acá y nada, quería saber si querías que te acerque a tu casa -y a la par que dice esto se toca la sien, producto de su nerviosismo (vos lo sabías, ya que lo conocías a él, muy bien) entonces decidiste incomodarlo aún más.
-ah, sí? Para qué? -dijiste tranquila, el aún en el auto y vos aún para (vale destacar que mirabas de a ratos si el colectivo se asomaba, pero para tu mala suerte, no, no lo hacía).
-solo para ser amable -dijo este un tanto convencido, pero dudoso (a la vez).
-amable? -y comenzas a reír irónicamente, el te mira como para descifrarte, y como no puede se limita a decir cualquier cosa- dale, decime para que.
-ya te lo dije -te mira con seriedad, cosa que hace que te calmes un poco y vuelvas a hablar con "seriedad"-
-ok, sabes qué? -Preguntas-
-que? -pregunta ante tu silencio-
-acepto -el sonríe, y rápidamente retomas la palabra para bajarlo de esa sonrisa estúpida (según vos)- solo porque estoy cansada y parece ser que el colectivo nunca va llegar.
-genial, veni -dice y vos vas hasta el otro lado del acompañante, te destraba la puerta y vos la abrís, al entrar te sonríe, y vos (por ser vos) le sonreís irónica- hola -exclama sonriendo-
-hola -respondes sonriendo, ya no te quedaba de otra que bancártelo durante todo el camino (según vos)-
-todo bien? –te pregunta él, mirándote y luego volviendo a mirar su camino, vos lo miras confundida pero preferís responder, no eras como él, presumida (según vos)-
-si –dudosa- vos? –y aún no sabes porque seguiste la conversación, pero la seguiste-
-si, igual –viste su sonrisa de perfil, claro, porque estaba mirando su camino-
Y en ese preciso momento hubo un silencio, incomodo para vos, para él, pero vos no precisabas hablar, no lo ibas a hacer, no querías con él, no te agradaba (o eso lo hacías creer).
-me vas a decir porque te caigo tan mal? –largo él, mierda (dijiste en tu mente), no se olvido como creías que lo iba a hacer-
-suspiraste y el te miro, volvió a mirar su camino y proseguiste- la verdad? –preguntaste, ya no ibas a callar, era hora de que sepa su verdad (pensaste)-
-claro –respondió el-
-porque me pareces un engreído, superficial, que se la cree mil –lo miraste, te miro y sonreíste triunfante-
-de verdad? –Respondió incrédulo-
-si –dijiste firme en tu respuesta-
-wo –dijo sorprendido- no sabía que era todo eso.
-ahora lo sabes –respondiste y el quedo en silencio- la verdad duele, no? –dijiste, no te ibas a callar mas, era a todo o nada-
-no sé si sea la verdad –respondió él, y parecía nunca llegar a tu casa-
-me estás diciendo que…? –preguntaste, ya no lo entendías, no lo descifrabas-
-qué las apariencias engañan –respondió sincero-
-ese ya no es mi problema –dijiste, dura como vos sola-
-y si yo te digo como me pareces vos? –te retruco, mal eso esta muy mal (dijiste adentro tuyo)-
-decime, igual a mi no me importa lo que opinen de mi –respondiste-
-fría –tiro solo, y entendiste pero quisiste que lo especifique-
-fría qué? –preguntaste-
-fría me pareces –dijo mirándote-
-contigo y los que no conozco y no me caen –sonreíste-
-enrealidad te haces la fría –respondió-
-perdón? –dijiste y proseguiste- ahora sos psicólogo o qué? Qué derecho tenes a analizarme así? –no permitías que nadie haga eso, y menos el-
-el mismo que vos te lo diste para hacerlo conmigo –respondió, caradura (dijiste nuevamente en tu mente)-
-a bue –bufaste- cuantas vueltas más vas a dar para dejarme en mi casa?
-las que sea suficiente para lograr entenderte –respondió y ya te comenzabas a alterar-
-no sos nadie para entenderme, llévame ya a mi casa o me bajo acá –dijiste firme, ya no querías jugar-
-bueno, estamos por llegar, no te pongas así –dijo tranquilo, y lo que mas odiabas era que no te sigan el tono de voz al “discutir”-
-me pongo como quiero –siempre a la defensiva vos-
-podemos llevarnos bien? –pregunto-
-no –dijiste fuerte-
-bue, y después me decis engreído a mi –dijo y lo fusilaste con la mirada-
-yo jamás sería como vos, cuando alguien no me cae no soy falsa y le miento –dijiste sincera y un poco alterada-
-las apariencias engañan, ya te dije –respondió y aún no entendías-
-no te entiendo y no preciso entenderte –dijiste, en verdad mentiste, porque a pesar de todo, querías entender lo que te decía-
-aunque no precises te lo digo, que lo que muestro ante la gente que no conozco, o que no confío no es quien soy en verdad –respondió sincero, pero igual no iba a cambiar tu pensamiento, lo tenías desde hace años, y nunca nadie pudo cambiarlo, menos el (pensabas)-
-peor aún, sos falso –dijiste, tratabas de hacerte lo mas dura posible- y eso es lo peor que podes hacer –respiraste y volviste a seguir- igual, no te creo, bastante bien te sale tu papel de engreído.
-sos brava eh –dijo riendo- si, capas lo soy, admito mi error, pero no hay vuelta atrás –dijo como si nada-
-bien, sigamos así, dos completos desconocidos, genial –dijiste casi normal-
-por ahora –dijo el-
-conmigo no –respondiste-
-contigo no qué? –pregunto-
-no soy, ni voy a ser una de las boludas que cae a tus pies, olvidate si crees eso –respondiste segura-
-igual no quiero que seas una de esas –respondió y vos te dijiste adentro tuyo “que idiota”-
-mejor, porque yo tampoco –lo miraste y sonreíste irónica-
-quiero que seas más que eso –respondió y vos carcajeaste-
-soña –dijiste-
-los sueños, algunos se hacen realidad –respondió y volviste a reír, de las estupideces que decía, obvio-
-para poeta trucho, y acelera tortuga, que ya me aburrí –dijiste-
-algo más soy para vos? –respondió-
-si, mucho más, y nada bueno –dijiste sonriendo-
-que pena –respondió-
-vos solito lograste eso, ahora jodete –dijiste-
-si bueno, igual sigo sin entender tanto odio –respondió-
-simplemente odio a los engreídos, nenes de mami,  que se creen superiores que otros, no me causan nada lindo, simplemente ganas de darle una cachetada que no se olviden en la vida –dijiste sonriendo irónica, obvio-
-a bue, me espera una de esas cachetadas? –preguntó-
-no se, cuando me derramaste esa bebida alcohólica en mi vestido casi te ligas una –dijiste-
-ah, bueno, voy a tratar de no hacerte enojar mucho –dijo él-
-simplemente con tu existencia lo haces –dijiste y carcajeaste, eras tan mala (te decías en la mente)-
-ese ya es un grave problema  -suspiro- pero todo problema tiene solución.
-a mi no me versees –dijiste- odio a los engreídos, vos sos uno de ellos, odio que hagan llorar a las chicas por simplemente jugar con ellas, vos sos uno de ellos, odio que a los que miran con despreció por ser mas, o por creerse más, y vos sos uno de ellos, y puedo seguir eh, pero no tengo ganas –suspiro- no tiene solución tu problema –terminaste-
-mas sincera, imposible –dijo-
-te cerré la boca –dijiste victoriosa-
-tal vez si, nunca nadie me había dicho la verdad tan crudamente –respondió-
-ya era hora –dijiste y proseguiste- igual no sirve de nada, porque no vas a cambiar.
-tal vez si, lo pensaré  -dijo-
-genial –y este paro, ya habían llegado a tu casa- al fin –suspiraste-
-tanto mal te causo? –sonrío-
-no sabes –dijiste graciosa- igual tengo que agradecerte lamentablemente por traerme –terminaste-
-de nada? –pregunto gracioso también-
-ponele –dijiste y bajaste del auto- chau –y cerraste la puerta-
-chau linda –grito cuando ya estabas del otro lado, sonreíste sin que el se de cuenta y no le diste importancia- 


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domingo, 6 de enero de 2013

-3.


Era la hora del segundo y último receso, y esta vez obligaste a tu amiga a quedarse en su asiento, esta acepto, pero con la condición de que le cuentes lo sucedido con este chico anteriormente, y no te quedaba de otra, era eso o explicarle a Pedro el porqué no lo bancas, siendo que a veces hasta vos misma te haces esa pregunta, en fin, optaste por contarle todo a tu amiga y así lo hiciste, mientras vas relatando lo ocurrido lo ves salir a él por aquella puerta y sonriéndote, rápidamente desvías tu mirada y te concentras en seguir con lo dicho.
Luego de contarle lo ocurrido y de que ella te lo cuente a vos llego la profesora de lengua, y los alumnos que habían salido del curso.
12:40pm con exactitud se escuchaba el último timbre, el que indicaba la hora de la salida, largaste un suspiro porque la clase estaba un poco aburrida.
Rápidamente guardaste tus cuadernos y lapicera en tu mochila y te propusiste a salir rápido (tambien) del curso, antes te despediste de tu amiga, la cual hoy no podía acompañarte a esperar el colectivo porque se papá iba a venir a buscarla por problemas familiares (los cuales no se los quisiste preguntar porque la sentías incomoda).
Tu familia era de plata, no ibas a negarlo, pero vos al igual que tu amiga (Zaira) no eran las típicas “nenas de papi”, eran bien independientes, liberales, y por sobre todo, humildes, no andan por ahí sobrando ante todos, como esas bichas (así le dicen a sus “enemigas”) a vos la plata no te importaba a tal punto (tampoco ibas a saber vivir sin ella, debes admitirlo). Pero comprendiste a valorar todo desde aquel trágico accidente, desde ese día tu vida dio un cambio rotundo, al igual que tu manera de vivirla y de pensarla.
En fin, estabas esperando el colectivo que iba hasta el portón enorme de aquel barrio privado (en el que cabe destacar que vivía tu amiga, él, y las bichas)
El colectivo no venía, y vos ya te empezabas a malhumorar, sentís que un auto (un tanto similar) estaciona al lado tuyo, te haces la desinteresada y seguís esperando a que aquel colectivo se digne en aparecer, sentís que alguien dice “hola bonita”  pones una cara de pocos amigos al escuchar esa voz, si era la de ÉL, atinas a no prestarle la mas mínima atención y entonces este (incisivo) te toca la bocina de aquel auto, lo fusilas con la mirada y este sonríe como si nada, volves a mirar hacía tu camino, y el insistente vuelve a tocar la bocina.



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viernes, 4 de enero de 2013

-2.


Llegaron cinco minutos tarde, y justo esta “la vieja forra” (como ustedes la apodaban) de ciencias, y claramente algo tenía contra ustedes, ya que les llamo la atención antes de que se sentaran en sus bancos.
Tu mirada se cruzo con la de él, este te sonrío ganador (según vos, como siempre) y vos lo ignoraste (como todos los días).

La hora de ciencias había terminado y lo agradecías adentro tuyo, o te gustaba estudiar, lo admitías, pero lo hacía, porque si no estabas muerta (no literal).

El primer timbre luego de la entrada sonó y era el que indicaba la hora del primer receso, viste que tu amiga te hizo una seña levantándose de su asiento y saliendo afuera, no entendiste, pero al percatarte de que atrás de ella salía Hernán, el otro engreído (según vos) por el cual tu amiga estaba muerta, entendiste todo, susurraste un “ilusa” para tu propia amiga, y si, a ella también se lo decis, que no se enganche con ese vago, porque iba a terminar sufriendo, pero ella cegada o enamorada (como sea) no quería escucharte, solo escuchaba los chamuyos (baratos, según vos) que este le decía.

Te quedaste en tu asiento, mirando la pantalla de tu black berry, o mejor disimulando mirarla, porque en realidad estabas en otra, sentiste que alguien se sentaba al lado tuyo, y no era precisamente tu amiga (Zaira, con la que compartías el banco), si no era él, mirándote fijamente, inhibiéndote, mucho soportarlo para vos, deja de acosarme (dijiste en tu cabeza), lo miraste, molesta y este  pronunció un “hola linda”, pero esta vez no fue en tono “ganador” o “egocéntrico”, si no mas de adentro, mas tierno (aunque sabías que esa palabra a él, no le quedaba) te importo poco y nada el tono o no tono, lo volviste a mirar y pronunciaste un “chau” concreta y segura, siempre, este carcajeo y ahí te  irrito aun mas, lo miraste con la mejor cara de desprecio y bronca y preguntaste “de que te reías?” este aún riendo respondió “de vos chueca” y si estabas irritada, ahora estabas hecha un volcán apunto de erupción, primero… que se creía para hablarte como si fueses la amiga? Y segundo… chueca? que se cree? (y lo peor sin dudas fue lo de chueca, porque ni bien vos sabias que lo eras un poco, nadie nunca se había dado cuenta y te había dejado en evidencia), inhalaste, exhalaste y volviste a mirarlo.
-perdón? quien te crees para venir a hablarme  como si fuese tu amiga y encima decirme chueca? –Preguntaste un poco alterada-
-Pedro Alfonso –respondió ya volviendo a su tono ganador, o mejor dicho sobrador-
-ay pibe, vos si que estas mal –respondiste y esta vez peor- podes rajar? –preguntaste ya colmada-
-y ahora? Que hice? –pregunta con incredulidad, incredulidad que no te la crees, si supiera que no sos tan idiota-
-si claro, dale, raja, que en menos de cinco segundos te hago rajar yo con una buena cachetada –dijiste ya un poco mas calmada, o mejor dicho tratando de demostrar calma-
-y la cachetada por qué? –pregunta de nuevo.
-porque no te banco nene –inquirís segura-
-por qué si no me conoces? –y para suerte tuya, el receso había concluido y por aquella puerta del curso se encontraba entrando el profesor de historia (este si buena onda, fachero y joven).

-permiso, tengo que estudiar –y al fin llegaba tu amiga, este se levanto pero antes de irse te dijo “queda pendiente saber el por qué no me bancas” lo miraste con cara de “que decis flaco?” y este se fue, te decidiste a prestar atención a la clase.

-después me contas que paso –te dice tu amiga Zaira, por lo bajo-
-vos sos la que tenes que contar, que hiciste con el vago de Hernán? –retrucas-
-después hablamos –y si, le tocaste su debilidad, sonreíste triunfante nuevamente, y volviste a prestar atención a la clase- 



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