miércoles, 31 de diciembre de 2014

-64.

A la mañana siguiente, mientras Pedro se escabullía por la ventana de mi habitación, yo me levantaba para ir a darle el feliz cumpleaños a Isabella.
Me encontré con mis padres en el camino, mi mamá sostenía una torta, juntos abrimos despacito la puerta y una vez adentro comenzamos a cantar.

Isabella se despertó al rato y primero nos miró confusa refregándose los ojitos, luego mientras seguíamos cantando se percató de la torta y comenzó a llorar, pequeñas lágrimas silenciosas caían por su dulce rostro.

Con mis padres nos miramos un segundo, confusos, y luego fuimos a sentarnos junto a ella.

—Isabella, mi amor, por qué lloras? —preguntó mi mamá mientras limpiaba sus lágrimas.

—Yo… —dijo ella aun llorando, bajito— desde que mis papis se fueron al cielo no me cantan feliz cumple con torta —dijo ella hipando un poco, y al instante en que termino de decir eso lágrimas cayeron por mi rostro sin poder evitarlo, y pude notar que lo mismo sucedió con mi mamá que rápidamente se las limpió y para sonreír hacia Isabella.

—Bueno desde ahora vamos a cantarte con torta en todos tus cumpleaños si chiquita? —dijo mi madre e Isabella asintió sonriendo un poco.

—Gracias por ser tan buenos conmigo —dijo ella y yo sonreí.

—Somos tu familia ahora Bella, y la familia siempre está para uno —deje un beso en su frente.

—Bueno vamos que abajo nos espera un rico desayuno —dijo mi papá dejando un beso en su frente también.

Dejamos a mi mamá con Isabella un rato y bajamos con mi papá.

—Cómo van las cosas con Pedro? —preguntó mi papá mientras estábamos solos poniendo las tazas para el desayuno.

Primero me quede sin saber qué decir, resultaba raro que él este preguntando eso, pero luego pensé en decirle algo simple, no creía que mi papá querría saber mucho de mi relación con Pedro.

—Va todo bien pa —dije en un tono cauteloso.

—Y… Te gusta mucho? —preguntó dudoso también y me puse colorada, créanme está no es una conversación que quieran tener con su padre.

—Eh sí papá, lo amo —dije aún roja— por qué preguntas? —quise saber.

—Es que estaba pensando en lo poco que se sobre ustedes y en lo mucho que debería saber —yo reí ya que ni él entendía mucho lo que decía.

—Papi esto lo leíste en alguna revistas para padres o algo? —bromeé un poco, el sacudió la cabeza riendo.

—Casi eh, pero no, solo pensaba y nada se me pasó eso por la mente —dijo rascándose detrás de la oreja, estaba incomodo, tanto como yo.

—Mira no hay nada de lo que tengas que preocuparte, con Pedro estamos muy bien y sos el mejor papá del mundo —dije yendo hasta él para abrazarlo.

—Bueno eso sin dudas me deja más tranquilo —dijo mientras me abrazaba también.

No hubo más charla incómoda después de eso, ya que segundos después bajaron mi mamá e Isabella y nos pusimos a desayunar.

***

Era casi hora de que terminara el ensayo, y justo recibí un mensaje de mi mamá diciéndome que ya estaba todo listo.

Se los informe a Zaira y Pedro, quienes eran parte de la sorpresa, una pequeña fiesta de cumpleaños para Isabella, donde la presentaríamos a mis abuelos.

Una vez terminado el ensayo nos subimos al auto de Pedro, Isabella estaba sonriendo mucho, ya que recibió felicitaciones de la mayoría de mis compañeros y eso la puso feliz, mientras íbamos camino a mi casa Pedro puso The Beatles –que descubrimos a Isabella parecía gustarle mucho- y ella como siempre iba moviendo su cabeza a ritmo.

Llegamos a mi casa y le dije a Isabella que abriera la puerta, apenas lo hizo mis papás gritaron ¡sopresa! Junto con mis abuelos y algunos pequeños vecinos con los que Isabella había hablado de vez en cuando.

Ella se llevó la mano las manos a su rostro, y luego, cuando las bajo tenía una enorme sonrisa en su cara, aunque segundos después retrocedió hasta mí.

—Bella? Qué pasa? —quise saber.

—Me da vergüenza —dijo ella mirándome y yo sonreí y le pasé mi mano.

—Vení vamos te voy a presentar a dos personas muy especiales para mí —dije y los lleve junto a mis abuelos.

Quienes rápidamente se ganaron su cariño cuando le dieron un regalo y muchos besos.

El resto de la tarde y noche Isabella se la pasó sonriendo y jugando con sus nuevos amigos y haciéndonos hacer algunas cosas locas a Zaira, Pedro y a mí, mientras reíamos sacudiendo la cabeza de vez en cuando.

Mis abuelos quedaron encantados con ella y nos hicieron prometer ir a visitarlos un fin de semana, también con Pedro, quien aceptó sonriendo con gusto.

***

—Te acordas lo mala que eras conmigo? —preguntó Pedro exagerando un poco.

Era sábado, unos días después del cumpleaños de Isabella y estábamos tumbados en el césped en “nuestro lugar”.

Yo reí, recordando perfectamente.

—Me acuerdo de eso y mucho más —dije mirándolo de costado sonriendo un poco.

—Me hiciste remarla bastante vos, perversa mujer —dijo en tono divertido, volví a reír.

—Vos eras un odioso también eh no me culpes por todo —dije incorporándome y arqueando una ceja hacia él.

—Te acordas cuando te dije chueca? —preguntó incorporándose también, sonriendo de costado.

—Ay si, te odié —dije bufando, él me hizo cosquillas.

—Y cuando te derramé el fernet —siguió recordando, yo sacudí la cabeza.

—Vos queres hacer que te odie de nuevo? —pregunté graciosa.

—No, pero es cómico cuando lo pensas —dijo riendo un poco.

—Ahora será cómico, pero en ese entonces te quería matar —dije sincera, era cierto, aunque mi enamoramiento por él siempre estuvo ahí, también estaba la bronca.

—Me lo dijiste muchas veces, recuerdo —dijo él mordiéndose un poco los labios— me encantaba.

—Que te quiera matar? —pregunté casi riendo.

—Que me pelearas tanto, me encantaba —dijo y yo sonreí.

—Ves que sos raro mi amor —dije graciosa, él rio.

—Me la hiciste tan difícil que creo que merezco un premio —dijo suspirando exageradamente.

—No tanto —dije y no aguante la risa cuando él arqueo su ceja— está bien, está bien, te la hice muy difícil. Pero lograste entrar igual —dije ya en serio lo último.

—Y no pienso salir jamás —dijo guiñando el ojo.

—Me parece genial —dije y me abalancé sobre él, porque estaba cansada de hablar.

**
Holaaaa como están hicieron algo para ayudar en sus casa hoy? Bue por qué preguntaba eso. Nada este cap es bastante corto pero lo hice de regalo de año nuevo para ustedes(?
Bueno, en serio, hice este capítulo para desearles un FELIZ AÑO NUEVO, espero, de corazón, que pasen una linda noche. Gracias por leer la nove y gracias por los comentarios, de veritas.
Nos leemos el año que viene (una cosa muy boluda para decir, lo sé) en fin, era eso, Fáti se despide señores, no sin antes los posdatas....

PD1: FELIZ AÑO NUEVO -re que ya lo dije ahre- no, que lean las noves que recomendé al costado, son todas grosas esas escritoras en serio.
PD2: esta noche es pa' emborracharrrrrrrrrrse uuuuuuu. 
PD:3 COMENTEN adoraciones angeladas. 
Ahora sí, Chiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiau.

martes, 30 de diciembre de 2014

-63.

Pedro se fue al día siguiente bien temprano de nuevo, no sin antes despertarme con muchos besos por toda la cara hasta llegar a mis labios, como siempre lo hacía.

Luego de despedirlo me acosté y sin poder evitarlo pensé en la noche anterior y como había terminado, o mejor dicho iniciado..

*flash back*

Uní nuestros labios con fuerza mientras lo agarraba de la nuca, mordiendo un poco sus labios para que segundos después mi lengua pudiera formar parte del beso, y como devolución la suya también.
Ambos devorando los labios del otro, no permitiéndonos un segundo para tomar aire, tratando de callar los gemidos del otro con nuestras bocas, disfrutando del momento sin pensar en nada más que el fuego corriendo por nosotros, separándonos finalmente cuando nuestros pulmones no pudieron soportar más.

—Estamos locos —dijo Pedro mientras recuperábamos el aire.

—Muy locos —concordé uniendo nuestros labios de nuevo, porque en ese momento no me importaba nada más que Pedro.

Esta vez el beso fue más lento con la misma pasión pero dándonos tiempo para disfrutar cada segundo, sus manos vagaban por mi cuerpo, comenzando desde mi clavícula, yendo a mis pechos, pasando por mi vientre, dejando calor en cada parte que tocaba, haciéndome jadear en su boca a cada momento, volviéndome loca en el proceso.
Mientras mis manos se metían dentro de su camiseta teniendo vida propia, volviéndolo loco también.
Hasta que decidí que ya no la quería puesta, y con su ayuda segundos después estuvo en el piso, siguiéndole fueron ambas partes de mi pijama y un poco más tarde sus pantalones también.

Sólo nos separaban unas pocas capas de tela, y para cuando él desabrocho mi sujetador no quería nada más entre nosotros.

Pedro se tomó su tiempo dejando besos por todo mi cuerpo mientras yo me volvía loca, cuando por fin llegó a mis labios de nuevo yo ya no aguantaba más, y se lo hice saber.

Después de protegernos a ambos se situó encima mío de nuevo y dejo un beso en mi frente para luego dejar otro en mis labios.

—Te amo —dijo susurrando, mirándome a los ojos que demostraban exactamente lo que decía.

—Y yo te amo a vos —susurre mientras lo miraba de la misma manera, acariciando su mejilla para luego bajar sus labios a los míos, callando nuestros pequeños gemidos, que al unirnos, escaparon.

*fin flashback*

Sentí el calor recorriendo mi cuerpo al recordar eso, y agarré mi celular de la mesita de luz, enviándole un mensaje a Pedro que decía “estamos locos”.
Dejé el celular el mesita de nuevo riendo un poco para luego ponerme de costado y dormir de nuevo.

***

Faltaba dos días para el cumpleaños de Pedro, era lunes, algunos días después de la fiesta, y yo tenía una sorpresa para él.

Sinceramente al comienzo no supe qué regalarle porque no quería que sea sólo un regalo –como él había dicho- quería que tenga significado, por lo que luego de pensar por un rato se me ocurrió algo.

Era un regalo bastante sencillo, pero que sabía para el significaría algo, le regalaría una púa para su guitarra, con algo grabado en ella, colocándola en un collar.

Por las dudas pedí consejos a mi amiga, y me dijo que ese regalo era perfecto –para él- y que dejara de preocuparme tanto.

Pero no lo hice, quería algo más desde que él me había regalo ese pequeño poema –cosa que ya estoy segura no me va salir- por lo que seguí volviéndome loca intentando encontrar algo más para darle hasta que luego me vino algo a la mente, bastante cursi debo admitir, pero como estaba cansada de pensar decidí hacerlo de todos modos, total era sólo para él, el mundo jamás sabría lo que hice –aunque no es para tanto reina del drama- me dije a mi misma ¿loca? sí.

En fin, desde el momento que supe lo que quería para Pedro me puse en marcha para conseguir todo listo.

El martes Ana me llamó –cómo obtuvo mi número no lo sé- para invitarme formalmente a la cena de cumpleaños que le harían a Pedro –una tradición de su familia o algo así-, yo acepté con gusto y le “pedí permiso” para robarme a Pedro en el almuerzo y unas horas después ese día, ella “acepto” riendo y luego colgamos.

El miércoles me lenvaté más temprano de lo habitual, para ir a la casa de Pedro y despertarlo con un feliz cumpleaños.

Cuando llegue a su casa Ana me recibió comunicándome que llegaba justo, ya que todos estaban por subir a despertarlo, ella sostenía una torta.

Sus padres, cuatro hermanos y yo subimos hasta su habitación y mientras Federico agarraba su guitarra comenzamos a cantar que los cumplas feliz, que los cumplas feliz, en tu día dichoso que los cumplas feliz.

Pedro se despertó con el primer canto, aunque creo que lo que le despertó fue lo horrible que Federico ejecutaba, pobre de su guitarra.

—Pobre de mi guitarra —fue lo primero que dijo, divertido y sonriendo un poco. Debo decir que se veía adorable –aunque él me mataría si supiera que lo dije- pero con los ojitos todos hinchados y el pelo despeinado sumando la sonrisa, era así como lucía.

Todos se fueron después de eso, y Ana luego de dejar un beso en su frente y decirle que lo amaba –algo muy tierno debo recalcar- también se fue y yo por fin pude acercarme a él.

—Hola hermoso —dije sonriendo mientras me sentaba junto a él.

—Me robas mi línea de nuevo —dijo él negando con la cabeza pero sonriendo igual.

—Por ahí me contaron que robe tu corazón también, soy tan mala —dije suspirando exageradamente haciéndolo reír.

—Veni acá loquita —dijo agarrándome por la cintura y empujándome sobre él hasta quedar frente a frente.

—Queres algo? —pregunté aún sabiendo la respuesta, él asintió.

—Quiero mis buenos días —dijo y sonrió de costado, yo sonreí también y uní nuestros labios.

—Ya contento señor cumpleañero? —pregunté separándonos, nuestras frentes aún pegadas.

—Mmm no, un poco más —dijo y alcanzó mis labios de nuevo.

Nos besamos un rato más hasta que lo obligué a cambiarse y bajar porque seguramente se hacía tarde para el colegio.

Y se hizo tarde, razón por la que Pedro sólo agarró un pedazo de la torta que –definitivamente- le había hecho Ana para comerla en el camino, ya que yo ya había desayunado. Llegamos sólo cinco minutos tarde.


***

—Esto está muy rico, gracias Ale —dijo Pedro mientras degustaba la comida que mi mamá había preparado.

Estábamos almorzando en mi casa, y para suerte de Pedro mi papá no había podido salir de la oficina para comer, por lo que llegaría más tarde.

—La Señorita Ale cocina muy rico —aportó Isabella a la conversación haciéndonos sonreír un poco. Yo sabía que mi mamá sólo le estaba dando tiempo de adaptarse pero que en cuanto sintiera que Isabella estaba del todo cómoda y se sentía realmente parte de la familia, ella le pediría que la llame mamá.

—Siempre alagándome Isabella —dijo mi mamá sonriéndole.

Cuando terminamos de comer, luego de ayudar a mi mamá con los platos fuimos con Pedro al jardín mientras Isabella y mi madre subían un rato a descansar antes de que mi mamá tuviera que irse a trabajar un rato de nuevo.

Decidí darle su regalo en ese momento –ya que no sabía si tendríamos otro tiempo solos más tarde- así que luego de decirle que esperara un segundo subi las escaleras para buscarlos en mi habitación, agarre la cajita donde se encontraba la púa y luego el CD donde había grabado unas cuantas canciones cantadas por mí –sí, una cosa totalmente cursi que no haría por nadie más que por él.

Llegué junto a él de nuevo y me senté a su lado en el banco, él me sonrío.

—Tu regalo —dije pasándole la cajita, aún guardando el CD.

Él me miró curioso y luego procedió a abrir su regalo. Cuando vio lo que era sonrío y luego al leer lo que decía lo hizo aún más.

Había hecho que graben en un lado Nunca morirá este amor y al otro lado PyP.

—No hacía falta mi amor —dijo dejando un corto beso en mis labios, luego mirando su regalo de nuevo sonriendo— pero me encanta, gracias.

Me tendió la cadena e hizo señas para que se lo prenda en el cuello, lo hice y cuando se giro de nuevo me dio otro beso.

—De verdad me gusta mucho —dijo sin dejar de besarme.

—Tengo algo más —dije volviéndome un poco roja, él enarco una ceja.

—Más? —preguntó y yo asentí, luego lentamente le entregue el CD.

—No lo escuches hasta que estes en tu casa y solo —dije y el me miro curioso— completamente solo —le adverti y él de mala gana aceptó.

—Está bien, aunque me muera de ganas por escucharlo ahora voy a esperar hasta más tarde —dijo quejoso.

—Muy bien así me gusta —dije guiñando un ojo y el rió sacudiendo la cabeza.

—Ser mandona te queda bien —dijo gracioso y le di un codazo— ouch.

—Callate y besame —le dije confirmando su comentario anterior.

—Si señora —dijo divertido una vez más para luego acercarse y besarme.

***

El resto de la tarde fue bien, luego de tontear un rato más juntos fuimos en busca de Isabella para ir al ensayo en el colegio.

Ella cada vez estaba más suelta, ya que aveces hasta la veía bailando con ciertas músicas que sonaban en la obra, siempre hacía sonreír a todos, hasta a los más odiosos –sin dar nombre.

Luego del ensayo los chicos llevaron a Pedro a “festejar su cumpleaños correctamente” –palabras de ellos no mías- lo que seguramente significaba que fueron a la casa de alguno a jugar play –típico.

De noche pedí a mi papá que me dejara en la casa de Pedro y tuve una cena bastante buena –y graciosa- junto con su familia, como siempre.

—Creo que no la voy a traer más a cenar, lo único que hacen ustedes es avergonzarme —dijo Pedro en un momento, medio gracioso medio en serio, haciendo que todos riamos.

—No es nuestra culpa que seas tan boludo, hermanito —dijo su hermano Federico gastándolo.

—Ja ja —simplemente dijo Pedro haciendo una mueca y me incliné para dejar un beso en su mejilla y susurrar un rápido “te amo” logrando sacar una sonrisa en rostro.

***

Cuando me acosté finalmente una media hora después de llegar de la casa de Pedro recibí un mensaje de este mismo que decía:

Si es posible amarte más, creo que lo hago. Este CD definitivamente no lo va escuchar otra persona, no puedo permitir que nadie más caiga enamorado de vos.

Sonreí como tonta obviamente.
A veces no podía entender como este Pedro y él que una vez odie –aunque todos sabemos que nunca del todo- pudieran ser la misma persona.
Pero luego llegaba a la conclusión de que uno juzga como quiere y se deja llevar por la apariencia porque es mucho más complicado buscar y encontrar respuestas.
Sacudí la cabeza y respondí el mensaje:

Te amo Pedro Alfonso, y amo estar enamorada de vos.

Veinte minutos después cuando estaba a punto de quedarme dormida recibí su respuesta:
Abrime.

Prácticamente salté de la cama y fui hasta la ventana para encontrarme con su sonrisa desde abajo.

—Definitivamente locos —dije mientras lo abrazaba una vez que estuvo adentro.

—Las mejores personas están locas, no sabías? —dijo el guiñando el ojo y sonriendo de costado.

—Te amo loquito mío —dije pegando nuestras frentes.

—Yo te amo amo a vos mi amor —dijo dejando un pequeño beso en la punta de mi nariz.

Fuimos hasta mi cama y nos acostamos.

—Buenas noches Pepe —dije inclinando la cabeza un poco para mirarlo.

—Buenas noches preciosa —dijo el dejando un beso en mi frente.


Me acomodé en su pecho y suspire feliz.

**
Este cap va dedicado para solfi ( @everwiththem ) que me va traer muchos regalos de braziu. (No seas boluda sabes que sos la one♥). 

PD1: La primera parte tuve que hacerlo por un acuerdo que hice con Narella si salió feo o no les gusta les doy permiso de mandarla a la china su twitter es @nare_pauchaves *dato*
PD2: No se olviden de leer las novelas que están recomendadas al costado, son muy leíbles *exista o no la palabra ah*
PD3: COMENTEN adoraciones!!! bueno me despido, chiiiiau♥

domingo, 28 de diciembre de 2014

-62.

Dos largas semanas pasaron, días llenos de incertidumbre en cuanto a la situación de Isabella.

Incertidumbre para mí ya que mis padres no me dirían todo, si lo hacían lo decían a medias, yo lo notaba, pero no decía nada ya que insistir no iba a servir, ellos seguirían diciendo lo mismo igual, y sabía que si la situación se ponía muy grave ellos me lo dirían.

Pedro me ayudo bastante despejándome de todo eso, durante los ensayos seguíamos siendo solo él, la música y yo, nada existía alrededor.

Se quedó por las noches varias veces más y esperaba a que mi papá nunca se enterará porque sabía que eso lo alteraría y pegaría el grito al cielo.

También estuvo Zaira, viniendo a mi casa de tarde ya que tiempo para el gimnasio *mientras estábamos organizando la obra* no teníamos, se quedaba a merendar y hablábamos de todo o nada, siempre evitando el tema de Isabella.

Era lunes, uno de los primeros días de octubre cuando entré por la puerta de mi casa luego del colegio me topé con los ojos azules de bebé más lindos con los que me había encariñado tanto y una sonrisa enorme en el rostro de la niñita que había extrañado mucho, Isabella.

—Bella! —exclame y me arrodillé para abrazarla, ella puso sus manitos alrededor de mi cuello devolviéndome el abrazo con el mismo entusiasmo.

La abrace un rato más y luego la deje en el suelo de nuevo, mientras ambas sonreíamos.

—Te extrañe Pau —dijo Isabella, con esa voz tan tierna que me hacía querer abrazarla de nuevo.

—Yo también Bella, te extrañe mucho —dije y nos abrazamos de nuevo.

Fuimos hasta la cocina donde se encontraba mi mamá sonriendo también, mientras terminaba de cocinar.

La ayudamos a poner la mesa y justo cuando mi papá volvió –de no sé dónde- nos sentamos a comer.

Luego de que termináramos de comer Isabella fue a ver la televisión mientras yo me quedaba a esperar una explicación de mis padres.

—Ya es casi una Chaves, hija. Sólo falta tramitar algunos papeles más y ya va ser Isabella Chaves —dijo mi mamá con un atisbo de sonrisa. Yo sonreí completamente.

—En serio? Cómo hicieron? Por qué tardaron tanto en traerla? Qué no me dicen? —ataqué con preguntas y mi papá negó con la cabeza, casi divertido.

Pensé que ya pasamos la etapa de las preguntas contigo —dijo él gracioso y yo reí un poco.

—Dale papá —volví a pedir respuestas.

—Básicamente querían plata, fue por eso que tardamos en traerla, tuvimos que encontrar la manera de que ellos no se salgan con la suya, y luego de darles un pequeño susto todo se normalizó y ahora la tenemos. Faltan tramitar algunos papeles como dijo tu mamá, pero Isabella ya es parte de la familia —concluyó él y yo me levanté para abrazar a ambos.

—Yo sabía que ustedes iba a traerla de nuevo. Gracias —agradecí aún a pesar de que todos la queríamos de vuelta.

Deje un beso en las mejillas de ambos y subí junto a Isabella para pasar un poco de rato con ella.

—Hola de nuevo —dije tratando de capturar su atención.

—Pau —dijo ella mirándome y sonriendo.

—Queres que juguemos a la pelu de nuevo? —pregunté y ella volvió a asentir— puedo ser la estilista yo esta vez? —hice una pregunta más a la cual ella asintió con más entusiasmo aún.

Fuimos a mi habitación y comencé a hacerle un peinado –el único que sabía-, luego la maquille –solo un poco, aunque estoy segura que para ella ya es mucho- y luego pinte sus uñas en un rosa clarito.

Para cuando termine con ella, se miro en el espejo y sonrió ampliamente, entonces le pregunté si quería venir conmigo y Pedro al ensayo de nuestra obra –la cual cada vez estaba más cerca, dicho sea de paso- y ella aceptó entusiasmadamente.

Un tiempo después escuche a Pedro llegar sin que tocara la puerta, por lo que rápidamente fui a abrirle como siempre, encontrándome con él a segundos de tocar.

—Que manía loca que tenes eh —dijo él gracioso y yo reí.

—Tengo miles de manías locas eh —dije enarcando una ceja.

—Estas loca —dijo guiñando el ojo.

—Que puedo decir, estoy loca, estas loco, supongo que por eso funciona—dije encogiéndome de hombros sonriendo.

Me acercó a él agarrándome de la cintura.

—Funciona porque estoy loco por vos —dijo acercándose más a mis labios deteniéndose un poco, respirando en mi espacio— Y porque vos estas loca por mi —concluyó y unió nuestros labios.

Él siempre me sorprendía con sus arrebatos, ya que nunca sabía como sería su beso, si tierno y dulce o desesperado y apasionado.

Este sin duda era una mezcla de ambos, y tuve que poner toda mi fuerza de voluntad en alejarme de él unos minutos después.

—Esta loca tiene una pequeña sorpresa —dije mientras recuperaba el aire.

—A ver cuál es? —dijo, la curiosidad brillando en sus ojos.

Me salí de sus brazos y abrí la puerta, tomando su mano lo arrastre hasta el living donde se encontraba Isabella viendo la tele.

Pedro miro hacia ella, y luego a mi, ladeo un poco la cabeza, y yo asentí. Él comenzó a sonreír y se acerco hasta donde estaba ella, mientras yo lo seguía.

—Hola Bella —dijo Pedro arrodillándose a unos pasos de ella.

En cuanto Isabella lo noto se lanzó a abrazarlo.

—Hola Pedro —dijo ella cuando lo soltó.

—Que lindo verte de nuevo, venís con nosotros? —preguntó él levantándose.

Isabella asintió y tomo la mano de Pedro mientras que con la otra que estaba libre tomaba la mía.

***

Cuando llegamos donde todos se encontraban, saludaron a Isabella reconociéndola de la vez anterior y el ensayo comenzó sin ningún inconveniente.

Toda la obra ya estaba completa finalmente, solo faltaba ensayarla para pulir algunos errores y poder complementarnos todos juntos.

Sólo faltaban dos semanas y medias para que estemos realmente arriba del escenario, y cada vez que pensaba en eso los nervios me invadían.

Y Pedro terminaría tranquilizándome, como siempre.

***

Este viernes para recaudar los fondos de nuestro viaje organizamos una fiesta en la casa del primo de un compañero, tenía piscina y eramos libre de usarla, por lo que sabíamos iría mucha gente.

Con Zaira no teníamos idea de como ir vestidas por lo que decidimos previamente ponernos bikinis y encima un vestido.

El mío era color verde agua suelto y no tan corto, según Zaira acentuaba mis caderas, pero nunca entendí mucho de eso, me ponía lo que me gustaba, punto.

En los pies me puse un par de sandalias, puesto que los tacones me iban a incomodar bastante si decía meterme al agua.

Me puse un poco de rímel y brillo y me deje el pelo suelto sin hacer nada por él más que peinarlo.

Cuando estuve lista Pedro ya estaba esperando en el living con mi papá sentado a un lado, me pregunté brevemente si a) estuvo esperando mucho tiempo y b) qué le habrá dicho mi papá.

Nos despedimos de papá y mamá y luego nos subimos al auto.

—Te hizo sufrir mucho? —pregunté divertida apenas entramos al auto.

—Nah, solo amenazó mi futuro una vez más, traqui —dijo el con un tono gracioso también, y ambos reímos.

—No va superarlo jamás —dije negando con la cabeza.

—Se que en el fondo me ama —dijo Pedro y ambos explotamos en risa de nuevo.

***

Ya había mucha gente para cuando nosotros llegamos, podía notarlo por la cantidad de autos y motos estacionadas afuera.

Pedro me abrió la puerta y cuando baje me miro de arriba abajo.

—Admirando la vista? —pregunte obvia y él me miro sonriendo.

—Sip, una muy muy linda y sexy vista —dijo él guiñando el ojo, haciendo que me ruborizara.

—Ay callate tarado, y entremos —dije no queriendo ponerme más roja.

—Yo te digo sexy y vos me decis tarado, ouch —dijo en tono divertido llevando una mano hacia su corazón.

—Vamos dale —dije agarrando su mano y guiándolo hacia adentro.

Nos encontramos con Zaira, Hernán y algunos compañeros más cerca de la pileta, sentados en algunos bancos, nos quedamos con ellos, observando cuanta gente había e imaginando cuanto recaudaríamos al final de la noche, sin duda mucho.

Tiempo más tarde el grupo se dispersó, algunos fueron a bailar y otros pocos se metieron a la pileta.

Nos quedamos con Pedro, en un rincón solos, mientras él me sostenía de costado mientras yo lo abrazaba por la cintura durante un rato. Luego me incorporé parándome y le tendí mi mano a Pedro diciéndole que vayamos a bailar.

—Si señora —dijo divertido y agarro mi mano mientras lo arrastraba hacia donde una pequeña multitud bailaba.

Estuvimos bailando solos los dos por un rato, hasta que divise a Zaira con Hernán a un lado y comenzamos a bailar todos juntos.

Estábamos bailando y riendo, yo giraba en círculos cuando sentí manos sujetándome la cintura cargándome al hombro.

Y un segundo después estaba empapada, mirando a un Pedro sonriente al lado.

—Vos queres que te mate no? —pregunté lanzándome sobre él para empujarlo dentro del agua un rato, lo cual iba a lograr si no fuera porque me detuvo antes de hacerlo.

—A besos sí —dijo y un segundo después estampó sus labios con los míos, primero me resistí y quise empujarlo, cosa que no sirvió de nada porque a) él tenía más fuerza que yo, y b) quería besarlo de todas formas.

Antes de separarnos mordí fuerte sus labios como reprimenda y me aleje sonriendo al ver que hacía una mueca.

—Creo que sea lo que fuera que quisiste hacer con eso tuvo el efecto equivocado —dijo el volviendo a acercarse a mi.

—Una pequeña parte de mi venganza —dije encogiéndome de hombros, mirándolo fijamente.

—No fue eso para mí, ahora tengo más ganas de hacerte enojar —dijo el sonriendo de costado yo negué con la cabeza.

—Ni se te ocurra —levante un dedo.

—Ya veremos —dijo el guiñando mientras se acercaba por completo hasta presionar sus labios con los míos.

Decidí jugar un poco sucio con mi venganza y nos separe para llevar mi boca hasta su oído, dejando pequeños besos por el camino, mientras mis manos se metían dentro de su camisa, acariciando su torso.

—Creo… Que… Quiero… —dije cada palabra lentamente respirando en su oído, tratando de sonar sexy, dejando la última palabra al aire un rato, dejando que su mente vague, mordiendo un poco el lóbulo de su oreja, para luego decir, antes de zambullirme y escaparme de él,—: ir al baño.

Y realmente quería ir al baño, por lo que eso fue lo que hice una vez que estuve fuera de la piscina.

En el baño me encontré con Zaira empapada –y unas cuantas chicas más- y todas estábamos quejándonos de nuestros novios o amigos.

Para cuando volví afuera pude ver a Pedro sentado con algunos chicos, quienes nos estaban esperando.

Levantó su rostro y se encontró con mi mirada, yo sonreía, él negaba con la cabeza con un atisbo de sonrisa.

—Nos vamos mi amor? —pregunté batiendo un poco mis pestañas para lograr el gesto de fingida inocencia.

—Claro mi amor —dijo él sonriendo exageradamente, nos despedimos de todos y cuando estábamos encaminándonos hacia su auto susurro en mi oído—: sos perversa.

Yo reí ante eso último y cuando entramos al auto pude ver que el sonreía también.

—Hoy te quedas a dormir —dije apenas arranco el auto.

—Si señora —dijo asintiendo firmemente, yo sonreí con gusto.

—Así me gusta —dije y cuando se giro para mirarme le guiñe un ojo.

Agarro mi mano y dejo un beso en mi palma, para luego entrelazar nuestros dedos e ir tomados de la mano el resto del camino.

Cuando entre a mi casa decidí pasar por la habitación de Gonzalo primero, o mejor dicho de Isabella, tendría que acostumbrarme a eso.

En la semana habíamos estado quitando poco a poco las cosas de Gonza amontonándolas en cajas y dejándolas en el garaje ya que había espacio suficiente para eso, lo hicimos todos juntos hasta con la ayuda de Isabella, no hace falta decir que hubo lágrimas mías y de mi madre de por medio. Fue un momento significativo para todos, y no se por qué pero creo que siento que Gonzalo está más presente con nosotros desde que Isabella llego a nuestras vidas.

Hoy era su primer día durmiendo en esa habitación (razón por la que aproveche y le dije a Pedro que se quedara en la mía).
Mi mamá le dijo que dejaba su puerta abierta para que ella entre cuando quiera, por si sentía miedo. Sólo queríamos probar si sentía cómoda durmiendo ahí, supongo que a la mañana lo sabríamos.

Cuando llegue abrí su puerta y observe que dormía con la lámpara prendida, me acerque hasta ella deje un beso en su frente y fui hasta mi habitación.

Cerré mi puerta y luego de buscar ropa seca me dirigí al baño para cambiarme.

Espere como veinte minutos hasta que Pedro atravesó mi ventana, ya seco y con ropa limpia.

—Llegaste justo, estaba a punto de trancar la ventana —dije tratando de sonar seria.

—Uh bueno si me reciben así me voy —dijo él justo cuando estaba llegando hasta mi, amagando a irse de nuevo.

—Veni tonto que te haces —dije agarrándole la mano tirándolo a mi lado.

Cayó de costado junto a mi y me sonrió.

—No me iba a ir, sé que no podes dormir sin mi —dijo guiñando un ojo.

—A veces me dan ganas de que un viento te deje el ojo pegado así dejas de guiñar —dije un poco graciosa un poco en serio, él rió.

—Ves que estas loca —dijo negando con la cabeza aún riendo.

—Por vos —dije imitándolo, guiñando el ojo.

—Creo que se te esta pegando —dijo él señalando el guiño que hice.

—Y si estoy 24/7 contigo —bufé exageradamente, él se subió encima de mío.

—Voy a hacer caso omiso a esto y te voy a besar —dijo él bastante cerca de unir nuestros labios.

—Y si no quiero? —seguí jugando.

—Queres, sí —dijo él bastante confiado, y tenía razón, quería.

—Puede que quiera, puede que no —dije arqueando mi ceja.

Él acerco sus labios en el hueco de mi cuello dejando un largo y pausado beso ahí.

—Seguis sin querer? —preguntó, yo asentí y repitió el acto al otro lado de mi cuello mientras yo inhalaba, tratando de calmarme— todavía? —preguntó mientras arrastraba sus besos por todas partes lentamente.

Yo sólo podía respirar apenas por lo que creo que sacudí un poco la cabeza, lo sentí dejar de besarme y abrí mis ojos, me estaba mirando con una sonrisa enorme, la que me dejaba saber que él ganó.


—Idiota —susurre y agarré su nuca atrayéndolo para jugar un juego en el que ganábamos los dos.

**
Porrrrrrr favor comenten, espero que les guste y sino comenten igual bue.
Este capítulo se los dedico a "Escritoras y Agos" son lo máximo, las quiero♥
Ah y lean las recomendaciones que hice al costado.

sábado, 27 de diciembre de 2014

-61.

El lunes por la mañana antes de ir al colegio mi papá nos había comunicado que llamaría a un abogado esa mañana para hablar sobre la situación de Isabella.

Ya que todo el domingo nos pasamos el día con ella (hasta vino Pedro a almorzar y Zaira de tarde) y al final del día le preguntamos a Isabella qué quería hacer ella, regresar al hogar o quedarse con nosotros, y la dulce niñita respondió rápidamente que quería con nosotros y pude ver en sus ojitos que era cierto. Ahí fue cuando todo se hizo oficial, la queríamos y lucharíamos por ella.

Todo el día estuve bastante inquieta, por supuesto Zaira y Pedro lo notaron y tuve que explicarles el porqué. Ambos me dijeron que todo saldría bien y que Isabella pronto formaría parte legal de la familia.

Yo realmente esperaba que eso sea cierto ya que me había encariñado bastante con solo estos pocos días junto a ella.

***

Cuando llegue a casa suspire porque vi que mis padres ya se encontraban ahí, rápidamente me uní a ellos e hice la pregunta que estaba queriendo hacer desde que me fui.

—Se va quedar? —pregunte mirando entre ambos. Mi papá suspiro, mi mamá simplemente se quedó mirando hacia abajo.

—Está difícil Pau —tuvo que admitir mi papá— si sólo la íbamos a buscar del Hogar iba a ser más fácil, pero ella se escapó y nosotros la tenemos acá desde hace tres días y nadie del Hogar nunca lo supo —se tomo un momento para seguir— las cosas pueden ir mal, ellos pueden querer denunciarnos —dijo él y yo negué con la cabeza.

—Pero si no hicimos nada malo —dije sacudiendo la cabeza.

—Se que no hicimos nada malo, pero ante la justicia esto puede ir encontra nuestro. Si los de Hogar quisieran denunciarnos por apropiarnos, por así decirlo, de ella sin su permiso, talmente podrían hacerlo, y según estuve hablando con los abogados lo más probable es que ellos ganen. —explico y yo sacudí mi cabeza una vez más.

—No entiendo por qué tanto problema, ella quiso venir, y ella quiere quedarse —suspire.

—Lo sé Pau pero no sabemos qué va pasar sólo sabemos que no va ser tan fácil —dijo mi papá y luego me miro con un poco de angustia en los ojos—: si queremos hacer las cosas bien desde ahora tenemos que llevarla de regreso mientras tanto. —pude ver como mi mamá derramaba algunas lágrimas, sin duda era la que más se encariño con Isabella hasta ahora.

—Pero y si luego no nos dejan tenerla más —dije con temor y el suspiro negando con la cabeza.

—Existe la posibilidad hija, pero si la mantenemos acá va ser peor, para todos.

Pensé en Isabella –quien seguro se encontraba arriba viendo la televisión- pensé en lo mucho que no quería volver a ese lugar y tuve miedo.

—Papá tenemos que saber por qué no quiere volver no podemos sólo dejarla ir, no quiero que le pase más nada —dije al borde de las lágrimas.

—Vamos a hablar con ella en un rato sobre eso Pau, tranquila. Tampoco vamos a llevarla si es tan grave, tenemos que hablarlo. —dijo y yo simplemente asentí, no había nada más que pudiera hacer, me sentía inútil.

Deje un beso en las mejillas de ambos y les dije que subiría junto a Isabella, me dijeron que ellos hablarían un rato a solas y luego nos buscarían para bajar a comer.

Cuando llegue a la habitación de mis padres, donde Isabella se encontraba, ella estaba riendo a carcajadas por algo que había visto en la tele. Yo sonreí al instante.

—Hola Bella —dije capturando su atención.

—Hola Pau —dijo ella y hasta me sonrío un poco.

Quise llorar porque se me cruzo un pensamiento horrible en la cabeza, de que a lo mejor ella no volvería, y eso de seguro nos haría retroceder varias casillas a mi familia.

Sacudí la cabeza despejando mis pensamientos y decidí dejar la preocupación atrás un rato y disfrutar de nuestro corto tiempo juntas.

—Queres jugar a algo conmigo? —pregunté y a ella se le iluminaron los ojos.

—Sí—dijo asintiendo sin parar, sonreí de nuevo.

—Tenes alguna idea de lo que queres jugar o preferís que elija yo? —la dejé decidir.

—Podemos jugar a la peluquería, te puedo pintar y hacer peinados —dijo ella feliz.

—Me encanta la idea, justo más tarde viene Pedro y me quiero ver linda —dije en un tono divertido guiñándole el ojo, ella rió.

—Siiii —dijo y corrió a abrazarme, la sostuve por un momento largo antes de pararme.

—Vamos entonces —dije tomando su mano y guiándola hasta mi habitación.

Estuvimos como media hora dentro, ella jugo por mi cabello, por mi cara y hasta por mis uñas, y yo la deje feliz. Ya que nunca dejó de sonreír y eso era lo que quería que sucediera, que ella disfrutara.

Cuando termino trate de evitar reír frente a mi reflejo en el espejo ya que tenía un ojo pintado con sombra de color marron y el otro con violeta, los labios de un rojo no tan fuerte y con mucho rubor en las mejillas.

Mi cabello estaba recogido en dos trensas a los costados no tan bien hechas, me parecía a… No había comparación a nada, pero puedo decir que me veía graciosa, bastante.

Esbose un sonrisa enorme y me gire hacia mi pequeña estilista.

—Es la cosa más linda que alguien me hizo jamás —dije y esta vez fue su turno de sonreír.

—Te ves hermosa —dijo ella y me miro tiernamente, no pude evitarlo y me avalance a abrazarla.

—Gracias a vos —dije dejando un beso en su mejilla el cual ella me lo devolvió dejando uno en la mía— ahora vamos abajo a mostrasles a todos —agarré su mano y ambas bajamos.

Cuando mi papá y mamá me vieron pude notar que hicieron todo lo posible para no reír –ya que yo les había hecho una sútil seña apenas los vi.

—Isabella me dejo linda para Pedro —dije sonriendo enormemente hacia ellos. Mi padre tosió atajando una risa.

—A ver si esto lo hace venir menos —dijo mi papá gracioso y con mi mamá reímos.

—Ay papi ya te acostumbraste lo puedo notar —dije guiñando un ojo, él sonrío un poco.

—Y no me queda de otra —dijo encogiéndose de hombros, mamá le dio un codaso.

—Lo queres mi amor no te hagas —dijo mi mamá y ambas reímos de nuevo ante la mueca de papá.

—El Señor Miguel quiere mucho a Pedro? —preguntó Isabella y reímos mas fuerte inclusive.

—Muchísimo Bella, muchísimo —dije luego de parar de reír.

—Bueno basta de esto vamos a comer —dijo mi papá tratando de sonar enojado, no le salió.

Fui hasta él y deje un beso en su mejilla y el beso mi frente para luego ir a sentarme a mi lugar.

-

Cuando abrí la puerta para Pedro más tarde, con Isabella al lado, él también hizo todo lo posible para no reírse –cuando le di miradas que, como esperaba, entendió-. En cambio fingio un exagerado “wooooooaaaaooo” y se inclino para besarme.

—Estas hermosa mi amor —pude notar su actuación y quise reir.

—Gracias amor, Isabella me puso linda —dije señalando a Bella quien miraba de mi a Pedro sin parar.

—Te gusta? —preguntó Isabella, su voz siempre tan dulce.

—Siempre me gusta —respondió Pedro y pude notar que esta vez era serio, lo mire y él me miro, ambos sonreímos.

—La próxima la maquillo de otro color —dijo Isabella asintiendo. Y a mi me tibuteo un poco la sonrisa cuando dijo “la próxima” Pedro lo notó, pero no dijo nada.

—Eso espero Bella —dijo él guiñando un ojo.

—Bueno Bella, gracias por dejarme así de hermosa para Pepe —y el resto de mis compañeros, pensé para mis adentros— ahora tenenmos que irnos, nos vemos más tarde si?

—Nos vemos —asintió ella.

—Chau Bella —dijo Pepe arrodillándose y dándole un abrazo cortito al cual ella respondio también.

—Chau Pedro —dijo ella sonriendo un poco y caminó hasta la cocina de nuevo donde se encontraban mis padres.

Cuando cerré la puerta inmediatamente abrace a Pedro, él me acaricio la espalda por unos minutos mientras me sostenia sin preguntar.

Cuando nos miramos acuno mi mejilla y medio un corto pero dulce beso.

—Qué paso? —quiso saber mientras caminábamos hacia el auto.

—No va ser tan fácil tener a Bella —suspiré mientras el me abría la puerta.

—Por qué? —preguntó una vez que estuvo dentro del auto también.

Le expliqué todo durante el camino al colegio mientras el sostenía mi mano a un lado.

Para cuando termine ya estábamos casi cerca y cuando estacionamos el se inclino a besarme y mirándome a los ojos me dijo que iba a salir todo bien, y le creí.

***

Cuando entramos al salón donde mis compañeros se encontraban, algunos comenzaron a reírse a medida que me acercaba. Yo les sacaba la lengua y sonreía fingidamente. No me molestaba ponerme en ridículo por Isabella.

—Diosa, hermosa, única—dijo mi mejor amiga mientras la saludaba, ambas reímos.

—Gracias, gracias. Cortesía de Isabella —dije sonriendo, ella asintió con la cabeza.

—Ya veo, me preocupaba que dijeras que vos misma lo hiciste —dijo ella y le di un codazo.

Yo había estado nerviosa todo el día, y aún más después de la noticia que me dio mi padre, pero cuando me subí al escenario y comencé a cantar, todo lo que podía pensar era en la música y Pedro, quien cantaba conmigo. Esos sin duda eran uno de mis momentos de más pura paz.

***

Para cuando terminamos envíe un mensaje a mi mamá para saber si ya habían hablado con Isabella, recibí su respuesta rápidamente diciendo que primero la habían llevado al cine y luego al parque, que recíen ahora irían a merendar a casa para poder hablar con ella.

Lo cual significaba que tendría que quedarme afuera por un tiempo más, ellos querían hablar solos con ella primero, yo aunque quería negarme, acepté.

—Pepe, no puedo ir a casa todavía —dije mientras nos encaminábamos hacia el auto.

—Queres ir a mi casa? Podemos merendar y ver una película mientras dijo él y yo asentí, sería bueno seguir despejando mi mente, y él siempre lograba eso.

Cuando llegamos a su casa Ana y Horacio, sus padres, se encontraban en la cocina tomando mates.

—Que linda sorpresa, hola Pau —dijo Ana levantándose para abrazarme.

—Hola señora —correspondí su abrazo pero ella me soltó rápidamente dándome una mirada conocedora— Ana —me corregí y ella sonrío.

—Muy bien, sólo Ana. Por ahora —dijo ella guiñando el ojo ante su última palabra, y yo me sonroje.

—Que linda visita, hola Paula, todo bien? —dijo Horacio.

—Hola Don Horacio —lo saludé también.

—Si mi esposa quiere que la llamen Ana, yo también quiero que me llamen Horacio —dijo el y yo reí.

—Horacio —asentí y Pedro interrumpio.

—Bueno basta de charla, quiero hacerle la merienda a mi novia —dijo Pedro en un tono divertido mientras me jalaba hasta la cocina.

—Permiso —dije mirando hacia atrás mientras me llevaba, Ana y Horacio me nos miraban sacudiendo la cabeza divertidos.

—Pedro eso no estuvo bien —le dije una vez que estuvimos adentro y ya no pude ver a sus padres en la otra habitación.

—Si no nos sacaba de ahí iban a empezar una conversación que no iba a terminar más —dijo él encogiéndose de hombros.

—Sos malo —dije negando con la cabeza.

—No, solo no quiero compartirte —dijohaciendo un puchero y yo aún negando con la cabeza sonreí.

—Tonto —dije y él me quito la lengua.

—Soy todo lo que vos quieras —guiño el ojo y yo reí.

—Bueno dale basta vamos a hacer la merienda que por eso me sacaste de allá —dije señalando hacia donde se encontraban sus padres, él negó con la cabeza acercándose a mí.

—No te saqué solo por eso —dijo llegando hasta mi y agarrándome la cintura.

—No? —pregunté sonriendo un poco, él negó con la cabeza— para qué más entonces?

—Puede que para esto —dijo y al instante sus labios estuvieron sobre los míos y aunque quería separarme porque sus padres se encontraban solo a un poco de distancia, no pude, sus labios eran todo en lo que podía pensar.

—Estas loco —dije cuando por fin nos separamos, el dejo un corto beso más en mis labios.

—Ya te dije que por vos —guiño el ojo y luego comenzamos a preparar la merienda.

Merendamos entre risas y besos y luego cuando mi mamá me dijo que podía volver me despedí de los padres de Pedro y fuimos para casa.

Cuando llegamos frente  a mi puerta me gire hacia Pedro y lo abracé, luego nos separé un poco para mirarlo a los ojos.

—Gracias mi amor —dije y esperaba que lo entendiera, puesto que todo lo que hizo desde que llegamos a su casa fue distraerme y hacerme pasar un buen rato y le agradecía por eso. Él negó con la cabeza y me acercó más.

—Sabes que no tenes nada que agradecer, te amo preciosa y quiero hacer todo mejor para vos —derritió todo dentro mio al decir eso y la única respuesta que tenía era un beso y miles de te amo susurrados entre medio.

Cuando lo deje ir, entre a mi casa y me contré con mis padres en el comedor.

—Y? —pregunté apenas los vi.

—La tenemos que llevar igual Pau —dijo mi padre derrotado.

—Pero por qué no quería volver? —quise saber.

—Porque le hacen limpiar cosas que no le corresponden, la tratan mal, y alguna de las niñas le juegan bromas pesadas —dijo mi papá suspirando— pero contacté con el abagado y me dijo que eso no va servir ni de cerca para hacer una denuncia.

—Que la hagan pasar mal no importa entonces? —dije sintiendo un poco de ira.

—Importa sí, pero bien los del Hogar pueden negarlo todo y decir que Bella exagera, y como es chica preferirán creerles a ellos —dijo mi papá y todo lo que quería hacer era zapatear como una niña.

—Ya se lo dijeron? —pregunté y mi mamá asintió mirándome con los ojos brillosos. — que dijo?

—Primero se asustó y comenzó a llorar pero cuando le explicamos que necesitábamos hacerlo para luego poder tenerla con nosotros, asintió entre lágrimas y subió arriba —me explicó mi madre.

—Voy a verla —dije y subí sin esperar respuesta.

Cuando entre a la habitación de mis padres la noté de costado en la cama abrazando a una almohada, como no pude ver su cara me acerque hacia el otro lado y vi que estaba llorando, lo que me partió el alma.

—Bella —susurre y me miro.

—Ya me voy a ir —dijo ella bajito con lágrimas en los ojos.

—Pero vas a vovler, te lo prometo —le dije tratando de sonar segura.

—Vos crees? —pregunto corriéndose un poco.

—Totalmente —dije y me acosté a su lado— me abrazas? —pregunté y ella asintió mientras se acercaba a mi.

La rodeé con mis brazos y nos quedamos así un tiempo, hasta que mi mamá y papá entraron y dijeron que era hora de irse.

***


Mis padres no me dejaron ir con ellos a llevar a Isabella, esta vez protesté pero no sirvió de nada, se marcharon sin mi de todas formas.

Estuve yendo y viniendo por toda la casa hasta que luego de una hora por fin volvieron, sin Isabella.

—Qué pasó? —pregunté mi papá se veía exausto.

—Nos dijeron que iban a pensar qué harían —respondió papá.

—Que harían con qué? —pregunté.

—Con toda la situación, le explicamos todo, y les dijimos que queríamos adoptar a Isabella, ellos respondieron que volviéramos mañana de tarde para darles tiempo de analizar todo —dijo mi papá y mi mamá negó con la cabeza.

—Te puedo asegurar que son unos aprovechadores, están pensando en como quitarnos dinero —dijo mi mamá y mi papá suspiro.

—Sea lo que sea hay que esperar hasta mañana.

Más tarde cuando me encontraba sola en mi habitación todo lo que necesitaba para calmarme era a Pedro, por lo que le envíe un mensaje.

Media hora después se encontraba entrando por mi ventana.

Luego de cerrar la puerta con llave y apagar la luz se acostó a mi lado y me abrazó mientras yo pegaba mi cabeza en su pecho suspirando.

—Me das paz —dije mientras él me sostenía.

—El sentimiento es mutuo —dijo dejando un beso en mi frente.

—Te amo mi amor —dije buscando sus labios en la oscuridad y dejando un corto beso en ellos para luego acomodarme en su pecho de nuevo.

—Te amo preciosa —dijo dejando otro beso en mi frente— cada día más.

**
Holaaaaaa, quería pedirles un favor... Comenten
Les pido que comenten, si les gusta como va yendo la novela, si quieren que cambie algo, o si le falta algo, su comentario me va servir de mucha ayuda así voy haciendo más capítulos, creo que no hay mejor cosa que leer mucho y algo que te guste, por lo tanto por eso les pido que comenten diciéndome todo lo anterior que pedí, pueden hacerlo por acá *no importa si es anónimo* o por twitter: @fatipauliter desde ya les agradezco, besos♥