miércoles, 1 de mayo de 2013

-33.


Prometeme algo -susurro el mientras tomaba con una mano tu mejilla y con la otra te acariciaba el cabello, su frente pegada con la tuya, ambos en el auto que yacía enfrente a tu casa mientras amanecía-
-Mjm? -emitiste el sonido de pregunta mientras disfrutabas de su caricia-
-Cuando te llame más tarde atendeme, si? -pregunto aun susurrando, vos solo a sentiste, pero no estabas segura de eso-

El sonrío levemente, te acerco más a él, y unió de nuevo sus labios con los tuyos,  ninguno tenía ganas de separarse, y este se tomó el atrevimiento de abrir paso a sus lenguas para que formen parte también del beso, y estabas segura que nadie besaba mejor que él. Se separaron ya cuando sus pulmones lo requerían, ambos agitados, él sonreía, vos también, y esta vez te acercaste vos para besarlo, y cuando estabas a punto de moverte de tu asiento para pasar al de él, te separaste, y te reincorporaste al tuyo.

-Me tengo que ir -dijiste y el asintió
-Te acompaño hasta la puerta -dijo y esta vez asentiste vos-

Ambos bajaron y cuando llegaron hasta la puerta, antes de abrir lo miraste, y él te miro sonriendo, se acercó más a vos y te tomo de la cintura, vos rodeaste tus brazos en su cuello, y volvieron a besarse, dejándose sin aliento el uno al otro.

-Nos vemos Pau, gracias por esta hermosa noche -dijo el para luego dejar un corto beso por última vez e irse, mientras vos también se lo agradecías en tus pensamientos-

Abriste la puerta de tu casa, y cuando entraste en ella, viste que te miraba desde el auto, te sonrío y creíste que no había sonrisa más linda que la de él y que no había noche más hermosa que la que viviste hoy.
Cerraste la puerta y suspiraste, él te volvía loca.

***

Sonidos de una puerta golpeándose una y otra vez te sacaron de tu hermoso sueño, vos y el besándose y solo era eso, un sueño, pensaste, suspiraste abatida, esta vez se sentía tan real y te preguntabas hasta cuando seguiría esta pesadilla.
Con la mínima predisposición posible te levantaste a abrir la puerta de tu habitación, te pusiste tus pantuflas y fuiste hasta la puerta, jalaste el picaporte y la viste a tu amiga con una sonrisa extremadamente exagerada.
Con la mirada más fría que pudiste darle te tiraste de nuevo en la cama, para que note tus pocas ganas de levantarte.
-Despiértate, levántate, y brilla -escuchaste a tu amiga en un tono como de películas inglesas traducidas al español, te giraste hacia ella haciendo una mueca y ella se encogió de hombros- qué? Lo escuche ayer en una película y quise repetirlo -dijo ella y por más que la odiaste por despertarte de tu sueño no pudiste evitar que una sonrisa se te escapara- dale Pochi, estoy siendo muy buena contigo, son las cuatro de la tarde, te deje dormir mucho, es hora de que me cuentes todo -dijo ella y vos frunciste el ceño, primero, las cuatro? Segundo, que le cuentes, qué?-
-Qué? -fue lo primero que salió de tu boca- por qué dormí tanto? Qué tengo que contar?
-No jodas Paula -te dijo la morocha- la fiesta en la casa de Juanjo, no te acordas? -pregunto ella dándote una mirada confusa  y tu corazón se comenzó a acelerar, no era un sueño más como creías, lo que se te vino a la mente antes de despertar fue solo un recuerdo, Pedro y vos se besaron, termino siendo verdad, y no pudiste esconder la curva de tu sonrisa- sabía que te acordabas -siguió Zaira-
-Nos besamos -se te escapo y tapaste tu boca con tus manos, Zaira rió asintiendo la cabeza-
-De eso hablaba -respondió tu amiga- ahora anda lavate la cara, y veni a contarme todo -ordeno tu amiga y asentiste confundida, no podías creer que haya sido cierto todo-

Te miraste al espejo, ya en el baño, más precisamente tus labios, y sonreíste al recordar los tantos besos que se dieron con Pedro, dejaste eso a un lado y te empapaste la cara en agua fría para estar bien sólida y así poder comenzar una charla con tu amiga. 

***

-Como mejor amiga que soy, Paula Chaves, te digo que deshagas esa idea ya de tu cabeza y te dejes de joder -dijo Zaira, luego de que le contaras todo lo ocurrido en la noche y madrugada de hoy, y que terminaras con la idea absurda de que simularas que ayer estabas borracha, que no tenías noción de nada, ni siquiera de los besos con Pedro, por una simple razón: tus miedos. Es muy lindo para ser real. Nada bueno me puede pasar, esto va terminar mal. No va cambiar por mí. Pensabas dentro tuyo, maquinando como nunca, hasta que sentiste la palma de la morocha en tus hombros, tratando de que la escucharas- Paula por Dios -siguió- desde hace tres años te veo mostrándole indiferencia, sabiendo que por dentro tus pulsaciones eran más de lo normal cuando estaba  aunque sea a metros tuyo, hace tres años que apuesto a que soñaste mil veces con ese beso que te dio, y puedo seguir, pero a lo que quiero llegar es a que -hizo una pausa, estaba hablando muy rápido- no dejes ir tu oportunidad de ser feliz con alguien que siempre quisiste por tus miedos y orgullo -finalizó ella y te abalanzaste a abrazarla-
-Mierda que te amo -fue lo único que pudiste decir y escuchaste su risa-
-Mira el gran discurso que me haces darte Paula Chaves -y ambas rieron- prometeme aunque sea que lo vas a pensar -dijo ella y vos asentiste- bien, ahora me tengo que ir, tenemos una especie de merienda en familia -dijo rodando los ojos y vos reíste-
-El deber la llama señorita -dijiste graciosa y ella asintió para luego pararse-

**

No hay comentarios:

Publicar un comentario