Prometeme algo -susurro el mientras
tomaba con una mano tu mejilla y con la otra te acariciaba el cabello, su
frente pegada con la tuya, ambos en el auto que yacía enfrente a tu casa
mientras amanecía-
-Mjm? -emitiste el sonido de pregunta
mientras disfrutabas de su caricia-
-Cuando te llame más tarde atendeme,
si? -pregunto aun susurrando, vos solo a sentiste, pero no estabas segura de
eso-
El sonrío levemente, te acerco más a él,
y unió de nuevo sus labios con los tuyos,
ninguno tenía ganas de separarse, y este se tomó el atrevimiento de
abrir paso a sus lenguas para que formen parte también del beso, y estabas
segura que nadie besaba mejor que él. Se separaron ya cuando sus pulmones lo
requerían, ambos agitados, él sonreía, vos también, y esta vez te acercaste vos
para besarlo, y cuando estabas a punto de moverte de tu asiento para pasar al
de él, te separaste, y te reincorporaste al tuyo.
-Me tengo que ir -dijiste y el asintió
-Te acompaño hasta la puerta -dijo y
esta vez asentiste vos-
Ambos bajaron y cuando llegaron hasta
la puerta, antes de abrir lo miraste, y él te miro sonriendo, se acercó más a
vos y te tomo de la cintura, vos rodeaste tus brazos en su cuello, y volvieron
a besarse, dejándose sin aliento el uno al otro.
-Nos vemos Pau, gracias por esta
hermosa noche -dijo el para luego dejar un corto beso por última vez e irse,
mientras vos también se lo agradecías en tus pensamientos-
Abriste la puerta de tu casa, y cuando
entraste en ella, viste que te miraba desde el auto, te sonrío y creíste que no
había sonrisa más linda que la de él y que no había noche más hermosa que la
que viviste hoy.
Cerraste la puerta y suspiraste, él te
volvía loca.
***
Sonidos de una puerta golpeándose una y
otra vez te sacaron de tu hermoso sueño, vos y el besándose y solo era eso, un
sueño, pensaste, suspiraste abatida, esta vez se sentía tan real y te
preguntabas hasta cuando seguiría esta pesadilla.
Con la mínima predisposición posible te
levantaste a abrir la puerta de tu habitación, te pusiste tus pantuflas y
fuiste hasta la puerta, jalaste el picaporte y la viste a tu amiga con una
sonrisa extremadamente exagerada.
Con la mirada más fría que pudiste
darle te tiraste de nuevo en la cama, para que note tus pocas ganas de levantarte.
-Despiértate, levántate, y brilla
-escuchaste a tu amiga en un tono como de películas inglesas traducidas al
español, te giraste hacia ella haciendo una mueca y ella se encogió de hombros-
qué? Lo escuche ayer en una película y quise repetirlo -dijo ella y por más que
la odiaste por despertarte de tu sueño no pudiste evitar que una sonrisa se te
escapara- dale Pochi, estoy siendo muy buena contigo, son las cuatro de la
tarde, te deje dormir mucho, es hora de que me cuentes todo -dijo ella y vos
frunciste el ceño, primero, las cuatro? Segundo, que le cuentes, qué?-
-Qué? -fue lo primero que salió de tu
boca- por qué dormí tanto? Qué tengo que contar?
-No jodas Paula -te dijo la morocha- la
fiesta en la casa de Juanjo, no te acordas? -pregunto ella dándote una mirada
confusa y tu corazón se comenzó a
acelerar, no era un sueño más como creías, lo que se te vino a la mente antes
de despertar fue solo un recuerdo, Pedro y vos se besaron, termino siendo
verdad, y no pudiste esconder la curva de tu sonrisa- sabía que te acordabas
-siguió Zaira-
-Nos besamos -se te escapo y tapaste tu
boca con tus manos, Zaira rió asintiendo la cabeza-
-De eso hablaba -respondió tu amiga-
ahora anda lavate la cara, y veni a contarme todo -ordeno tu amiga y asentiste
confundida, no podías creer que haya sido cierto todo-
Te miraste al espejo, ya en el baño, más
precisamente tus labios, y sonreíste al recordar los tantos besos que se dieron
con Pedro, dejaste eso a un lado y te empapaste la cara en agua fría para estar
bien sólida y así poder comenzar una charla con tu amiga.
***
-Como mejor amiga que soy, Paula
Chaves, te digo que deshagas esa idea ya de tu cabeza y te dejes de joder -dijo
Zaira, luego de que le contaras todo lo ocurrido en la noche y madrugada de
hoy, y que terminaras con la idea absurda de que simularas que ayer estabas
borracha, que no tenías noción de nada, ni siquiera de los besos con Pedro, por
una simple razón: tus miedos. Es muy lindo para ser real. Nada bueno me puede
pasar, esto va terminar mal. No va cambiar por mí. Pensabas dentro tuyo,
maquinando como nunca, hasta que sentiste la palma de la morocha en tus
hombros, tratando de que la escucharas- Paula por Dios -siguió- desde hace tres
años te veo mostrándole indiferencia, sabiendo que por dentro tus pulsaciones
eran más de lo normal cuando estaba
aunque sea a metros tuyo, hace tres años que apuesto a que soñaste mil
veces con ese beso que te dio, y puedo seguir, pero a lo que quiero llegar es a
que -hizo una pausa, estaba hablando muy rápido- no dejes ir tu oportunidad de
ser feliz con alguien que siempre quisiste por tus miedos y orgullo -finalizó
ella y te abalanzaste a abrazarla-
-Mierda que te amo -fue lo único que
pudiste decir y escuchaste su risa-
-Mira el gran discurso que me haces
darte Paula Chaves -y ambas rieron- prometeme aunque sea que lo vas a pensar
-dijo ella y vos asentiste- bien, ahora me tengo que ir, tenemos una especie de
merienda en familia -dijo rodando los ojos y vos reíste-
-El deber la llama señorita -dijiste
graciosa y ella asintió para luego pararse-
**
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