lunes, 3 de noviembre de 2014

-52.

Ayer después de quedarnos por un rato más en lo que ahora volvió a ser nuestro lugar (aunque siendo sincera nunca dejó de serlo) Pedro me trajo a casa, ya que Zaira venía a cenar. 
No lo invité a quedarse porque tenía que darles explicaciones a mis papás primero, ya que nunca les conté realmente nada, aunque obviamente saben que algo pasó.
Antes de irse nos despedimos con un beso y un abrazo que duro mucho aunque no tanto como queríamos.
Cuando entré todavía no había llegado mi amiga así que aproveche el momento para explicarles toda a mis papás, obviamente sin muchos detalles.
Cuando termine mamá me abrazo y dijo que estaba contenta de que lo hayamos solucionado.
Y papá me dijo que no quiere que me lastimen otra vez y se lo haría saber a Pedro. Yo hice una broma para calmar el ambiente, algo de que estaba bien pero quería tener novio todavía. Ambos rieron pero sabía que mi papá seguía con la idea en la mente igual. Tenía que preparar a Pedro.

***

Cuando Zaira llego la lleve a mi habitación mientras mi mamá terminaba la comida y la puse al tanto de todo.

—Ay Pochi estoy tan feliz de que lo hayan solucionado. —dijo Zai mientras me abrazaba. Yo no podía dejar de sonreír.

—Gracias amiga yo también, creo que mañana llamo a mi abuela para agradecerle de nuevo, eso que me dijo me ayudo a jugármela.

—Toda una genia tu abuela, prestámela —dijo y ambas reímos.

—Creo que no hubiese podido si no fuera por su consejo, es la mejor.

—Tal cual. Pedro estuvo bien también en avanzar ya, me estaba preguntando hasta cuando sería un boludo. —Zaira, siempre tan directa. Reí.

—Ay cachorra sos única. Pero estuvo bien igual en darme ese espacio, significa que me conoce bien.

—Raros los dos, tal para cual. —dijo y dio un suspiro exagerado.

—Sí bueno, Hernán y vos no son la normalidad andando tampoco. —me burlé.

—Ni hablemos de nosotros mejor —dijo haciendo una mueca y luego riéndo.

¡Bajen chicas! —escuchamos a mi mamá gritar y fuimos a cenar.

***

El lunes mientras salíamos con Zai del auto, vi a Pedro junto con Hernán cerca de la entrada hablando y pensé en que ya no tenía que fingir más que estaba bien con verlo, porque era cierto.

—Al fin todo va a volver a ser cómodo y nada forzado —dijo mi amiga, casi leyendo mis pensamientos.

Mientras nos acercábamos Pedro se giró y encontró mi mirada, ambos sonreímos instantáneamente.

A penas estuve lo suficientemente cerca de él me agarro de la cintura y me dio un fuerte beso, el cual seguí sin ningún tipo de problema, aunque un poco sorprendida por tanto entusiasmo.

—Perdón —dijo dándome otro beso, esta vez corto. — Es que me moría de ganas de hacer eso —y sonrío tan lindo sólo como él podía.

—Hola también a vos —dije graciosa, el río.

—Hola mi amor —si podía sonreír más lo haría. Me volvió a besar. Yo reí.

—Basta de escenas públicas ustedes dos dijo Zaira después de saludar a Hernán quien estaba sonriendo.

—Callate si hace cinco minutos estabas así también —me queje.

—Si bueno puede que tengas razón —dijo y todos reímos.

Se escuchó el timbre y fuimos adentro, Pedro nunca me soltó la cintura y yo tampoco a él.

***

Mientras estábamos en clase Pedro no dejaba de jugar con mi cabello, tanto que me desconcentraba bastante.

—Pedro me desconcentras —se lo hice saber entre dientes, el río. — No es gracioso —me queje.

—Perdón mi amor —susurro en mi oído, sentí escalofríos— ahora que puedo volver a tocarte no puedo controlarme.

—Bueno aprende neandertal que si no nos anotan —dije graciosa y ambos reímos, me gire para darle un corto beso y dije—: ya en serio controlate.
—Bueno gruñona —dijo dándome un último beso, haciéndome caso.



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