Ya
era Jueves, te encontrabas con tu amiga Zaira caminando por aquel barrio
privado, yendo (ahora sí con ella en compañía, por suerte) al gimnasio, faltaba
solo dos cuadras para llegar, terminaron esas dos cuadras y cuando llegaron te
volviste a encontrar con aquella situación que viste el martes pasado a la
entrada del colegio, Pedro intercambiando saliva con Verónica, y el odio que
tenías por los dos se potenciaba al milésimo.
-Uy
Dios, estos de nuevo –te quejaste en voz alta para que tu amiga escuche-
-Si
vienen todos los días Pocha –dijo esta lo mas relajada-
-Ya
se –e hiciste un silencio brevemente- nuevamente intercambiando saliva –dijiste
molesta-
-Celos
Pochita? –pregunto en un tono gracioso tu amiga, y la detestaste-
-Qué
decis nena? –dijiste haciéndote la desentendida y decidiste entrar, no ibas a
esperar a que estos terminaran con esa sesión poco agradable (para vos)- entremos
mejor.
-Huí
nomás vos –dijo esta, vos comenzaste a caminar y esta te siguió-
Y
como ya lo sospechabas antes de cruzar aquella puerta Verónica (la bicha
detestable, aclaremos) se hizo la simpática y se le dio justo hoy por
saludarte, raro (dijiste irónica adentro tuyo).
-hola
divinas –dijo esta, y a poca vista se le notaba la careta- como estan? –y no
dio tiempo a responder, tampoco ustedes pensaban hacerlo- yo bien, acá con mi
chico –y bum, era lo que quería, refregarte en la cara con el engreído con
quien estaba, que se pensaba? Que le ibas a tener envidia? ¡ja!.
-Me
alegro bicha divina –dijo tu amiga, como la amabas- ahora si querés, déjanos
pasar, y si no, te corremos –sonriendo irónicamente-
-Por
supuesto que las dejo pasar –dijo y se corrió dándole besos a Pedro, el parado
como idiota sin decir ni hacer nada, estúpido (repetiste en tu mente miles de
veces).
-bicha
y bicho, tal para cual –dijiste gritando mientras ya te alejabas de ellos- los
detesto –dijiste a tu amiga que estaba al lado tuyo-
-Uno
de estos días esa mina va saber lo que es sentir mi puño –dijo Zaira, ella
también la odiaba, por razones como las tuyas, y aparte porque fue la causal de
que la otra bicha (Samantha) decidiera acercarse a Hernan y arruinar todo lo
que ellos estaban comenzando hacía unos meses-
-Ya
fue, que se cague –dijiste suspirando-
-A
mover el cuerpito –dijo esta graciosa ya cambiando de tema-
Una
hora haciendo ejercicios y les quedaba una hora más, ustedes (Zaira y vos) se
lo habían propuesto a si mismas, es decir
era una exigencia de ustedes, no de otra persona.
Vos,
sola, fuiste hasta el lavadero, para cargar agua fresca en tu mi-termo y seguir
con tus tareas, para mala suerte tuya a Pedro se le ocurrió hacer lo mismo que
a vos, y en el mismo momento, dijiste que no le ibas a dirigir la palabra,
dijiste.
Estabas
cargando el agua, Pedro esperándote atrás, moviendo los pies, como apurándote, ¿Qué
se cree? (te preguntaste en tu mente) el
agua que no terminaba de llenar el termo, Pedro moviendo los pies aún mas
rápido, vos muerta de set, listo explotas.
-Podes
cortarla nene? –dijiste mirándolo mientras el agua seguía llenando tu termo-
-Tengo
set –dijo este tranquilo-
-Y
te pensas que yo no? Que estoy jugando acá? –eras de explotar fácilmente, y él hacía
que explotes más fácil aún-
-Podes
bajar un cambio? –pregunto este elevando un poco su tono de voz, ¿con que
derecho? (dijiste nuevamente en tu mente)-
-Perdón?
vos vas a decirme a mi lo que tengo que hacer? Estas loco? –dijiste y pudiste
ver como tu termo ya estaba lleno, ¡al fin!-
-Uy
que infumable sos –dijo este suspirando-
-Mas
infumable que vos y tu noviesita no creo -agarraste tu mini-termo lo tapaste y cuando
estabas por irte este te toma del brazo y te lleva cerca de él-
-Celosa?
–¿ que se creía para agarrarte así?, ¿esta loco? (dijiste en tu mente)-
-Perdón?
–reís irónica- so-ña –deletreaste muy cerca de sus labios y te soltaste
bruscamente de él, se pensaba que eras una de esas a quienes le hacía lo mismo
y luego las “botaba” ¡ja! Esta equivocado (pensaste)-
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