miércoles, 17 de abril de 2013

-28.


La película acabo y durante todo el camino hasta tu casa Pedro se te burlaba de ese momento entre vergonzoso en incomodo en la sala de cine, y te estabas odiando por haberte dejado en evidencia en ese momento, pero el miedo pudo más que vos.
Antes que bajaras del auto y casi por arrebato te despidió con un beso en la mejilla, vos sonreíste incómoda y saliste del auto lo más rápido que pudiste.

Como ya eran más de las seis de la tarde, te duchaste y recostaste en tu cama, habías enviado un mensaje a tu amiga diciéndole que hoy no irías a gimnasio y que mañana le explicabas. Y tenías que hacerlo ya que sabías que ella se iba dar cuenta del pequeño gran detalle: Pedro tampoco había ido.

***

 Miércoles, lista nuevamente para ir al gimnasio, luego de un mañana normal en el colegio, donde le diste explicaciones a tu mejor amiga (porque te obligo) de porque faltaste ayer a gimnasio, y porque Pedro falto también (y sospechabas que ella ya sabía pero se estaba haciendo la tonta). Con Pedro hubo un poco mas de "buena onda" se saludaron y hablaron un rato. Y no está de más mencionar que veías la cara de odio y envidia de Verónica mientras ustedes charlaban.
-A recuperar los kilitos de mas que subiste anoche Pochi -dijo graciosa cuando abriste la puerta-
-Graciosa -te burlaste-
-Lista Pochi? -dijo aquella frase que ya era costumbre-
-Lista cachorra -respondiste y comenzaron a trotar-
Fueron tarareando canciones, diciendo chistes, como siempre, no podían estar calladas, eso no era lo suyo.
Y sorpresivamente fueron unas de las primeras en llegar, vos directo fuiste a tu lugar de siempre para comenzar con tu rutina, y tu mejor amiga te siguió. 
Segundos después llegaron Verónica y Samantha, y pensaste que pronto comenzarían a molestarlas. Y lo peor de todo es que solo eran así de insoportables con ustedes, y eso te ponía y pone furiosa.
-Se sentirá lindo comer de mi migaja? -pregunto irónica a su amiga (si así podía decirse) mientras pasaba por enfrente tuyo y se colocaba de tu lado izquierdo (en el derecho estaba Zaira que te dedicaba una mirada tranquilizadora, que en el fondo demostraba que tenía ganas de matarlas al igual que vos) y ya sabias porque lo había dicho, los vio a vos y a Pedro, en realidad vio como Pedro se acerca cada vez más a vos. Envidia, pensaste y en el fondo lo disfrutaste. Pero lo de migaja te trajo a la realidad, y en parte era cierto, pero no, vos no serias eso, porque no estás ni vas a estar con él (y deseabas que ese pensamiento este cuando estas con él, cuando es casi imposible ocultar tus sentimientos, cuando esos mismos quieren hacer reventar esa burbuja que vos habías impuesto, pero no, estar frente a él te sacaba de eje, y ahora que comenzó a acercarse a vos, ahora que ya no sos invisible para él, aun mas)
Hiciste caso omiso a su comentario y seguiste con tu rutina. Cuando ya estabas muy cansada decidiste parar (solo unos minutos) para beber un poco de agua. Fuiste hasta el bebedero y para sorpresa (aunque no tanta) te encontraste con el, que al parecer estaba en iguales condiciones que vos. Sudado, con la remera mojada, haciendo que su físico (realmente trabajado) quede aun más expuesto, y encima sonriéndote de esa manera como solo él sabe (lo que no sabe es que te descoloca, te vuelve loca) solo colabora en que la burbuja termine de reventar en cuestión de segundos. Calma, dijiste en tu mente y llegaste hasta el bebedero lo más natural posible, como si su presencia no importe en el mínimo (aunque era lo opuesto).
-Casada? -escuchaste esa voz que la conocías de memoria pero aun no lograbas describirla, la de él, Pedro-
-Algo -respondiste y serviste el agua en tu botella para luego beberla- vos? -respondiste después de varios minutos-
-Un poco -dijo- te ves muy linda toda sudada -siguió y sentiste como rápidamente tus mejillas ardían de vergüenza y no sabias si lo decía porque estabas horrible, linda en verdad, o simplemente para molestarte y provocar lo que estaba provocando, descolocarte. Solo atinaste a sonreír algo incomoda y viste como abría su boca nuevamente para volver a hablar- y con tus mejillas extremadamente rojas también –te delató sonriendo-
-Basta -te quejaste y el rio aun mas, esa sonrisa entre picara y burlona-
Sin dejarle decir más nada saliste de inmediato de ahí, unos minutos mas y no sabias lo que podía llegar a pasar. Totalmente descolocada seguiste con tu rutina. Zaira se percato de eso y te hizo una mueca a la cual vos respondiste con otra dándole a entender que luego le dirías.

**


No hay comentarios:

Publicar un comentario