domingo, 6 de enero de 2013

-3.


Era la hora del segundo y último receso, y esta vez obligaste a tu amiga a quedarse en su asiento, esta acepto, pero con la condición de que le cuentes lo sucedido con este chico anteriormente, y no te quedaba de otra, era eso o explicarle a Pedro el porqué no lo bancas, siendo que a veces hasta vos misma te haces esa pregunta, en fin, optaste por contarle todo a tu amiga y así lo hiciste, mientras vas relatando lo ocurrido lo ves salir a él por aquella puerta y sonriéndote, rápidamente desvías tu mirada y te concentras en seguir con lo dicho.
Luego de contarle lo ocurrido y de que ella te lo cuente a vos llego la profesora de lengua, y los alumnos que habían salido del curso.
12:40pm con exactitud se escuchaba el último timbre, el que indicaba la hora de la salida, largaste un suspiro porque la clase estaba un poco aburrida.
Rápidamente guardaste tus cuadernos y lapicera en tu mochila y te propusiste a salir rápido (tambien) del curso, antes te despediste de tu amiga, la cual hoy no podía acompañarte a esperar el colectivo porque se papá iba a venir a buscarla por problemas familiares (los cuales no se los quisiste preguntar porque la sentías incomoda).
Tu familia era de plata, no ibas a negarlo, pero vos al igual que tu amiga (Zaira) no eran las típicas “nenas de papi”, eran bien independientes, liberales, y por sobre todo, humildes, no andan por ahí sobrando ante todos, como esas bichas (así le dicen a sus “enemigas”) a vos la plata no te importaba a tal punto (tampoco ibas a saber vivir sin ella, debes admitirlo). Pero comprendiste a valorar todo desde aquel trágico accidente, desde ese día tu vida dio un cambio rotundo, al igual que tu manera de vivirla y de pensarla.
En fin, estabas esperando el colectivo que iba hasta el portón enorme de aquel barrio privado (en el que cabe destacar que vivía tu amiga, él, y las bichas)
El colectivo no venía, y vos ya te empezabas a malhumorar, sentís que un auto (un tanto similar) estaciona al lado tuyo, te haces la desinteresada y seguís esperando a que aquel colectivo se digne en aparecer, sentís que alguien dice “hola bonita”  pones una cara de pocos amigos al escuchar esa voz, si era la de ÉL, atinas a no prestarle la mas mínima atención y entonces este (incisivo) te toca la bocina de aquel auto, lo fusilas con la mirada y este sonríe como si nada, volves a mirar hacía tu camino, y el insistente vuelve a tocar la bocina.



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2 comentarios:

  1. Divino! Mi tw es @Nare_Pauliter si no te molesta cada vez que subas, pasame el link! GRACIAS!

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