domingo, 20 de enero de 2013

-6.


Las horas pasaron, dos para ser exactas, y vos te encontrabas limpiándote la cara luego de todas las rutinas que habías hecho, agotada es poco, pero todo valía la pena,  despediste al entrenador y te dirigiste a la salida, los chicos, aquellos que cuando llegaste te fastidiaron te miraban como esperando que te despidas de ellos, pobres ilusos (dijiste en tu mente) y saliste sonriendo irónicamente, acaso creían que después de casi sacarte de quicio los ibas a saludar? 
Caminabas sola en la oscuridad, bueno las luces de los faros que había al frente de cada casa te iluminaban, y como era un barrio privado no debías temer, la seguridad era máxima, aclaremos que el gimnasio no quedaba tan cerca de tu casa, eran varias cuadras por caminar.

Estabas a mitad de camino, y sentís un auto venir de hacia atrás (por el sonido, claro) decidís seguir con tu camino, aunque debes confesar de que te estabas poniendo un poco nerviosa, ya que siempre hacías este recorrido con tu amiga, no sola, el auto frena a tu lado y te sigue mientras caminas, estabas entre correr como una estúpida y volverte loca, o voltear y mirar si era algún conocido o algo parecido, elegiste la segunda opción, porque con la primera podías llegar a hacer el ridículo, y justo eso, no querías.
Contaste hasta tres para ver si el auto aceleraba, pero no.
Decidiste mirar, y como ya lo sospechabas era Pedro, riéndose ante tu cara de susto, lo fusilaste nuevamente como tantas con la mirada y volviste a caminar, este te seguía y vos comenzaste a irritarte, paraste el paso lo miraste y decidiste hablar.

-necesitas algo? -sonaste un poco tranquila, pero sin duda te estaba poniendo nerviosa-
-a vos -dijo el muy cínico riéndose, y vos también reíste, irónicamente, por supuesto- 
-mira vos, porque yo no necesito que me necesites, necesito que me dejes en paz -dijiste elevando un poco de tu voz-
-mira dejas que te lleve? -pregunto-
-no, prefiero caminar -dijiste y comenzaste tu paso de nuevo-
- dale, veni, es tarde -dijo siguiéndote con el auto, ahora se preocupa por vos? (Te preguntaste y sonreíste) idiota, (dijiste en tu mente).
-ahora qué? Querés cuidarme? -carcajeaste- por favor -terminaste-
-claro que sí, no entiendo tu ironía -dijo como si nada, parece ser que tiene cierto fallo en la memoria-
-será mi ironía porque siempre que estas con tus "amigos" -dijiste haciendo comillas con las manos- te burlas de mi?
-solo bromeo -dijo sonriendo-
-genial, bromea con otras estúpidas a quienes les agrade tus bromas, porque conmigo no va -respondiste, ya te estabas calmando un poco-
-sos gruñona eh -dijo riendo-
-no tengo ganas de reír con vos, sabes? -dijiste, aun seguías caminando y el aun te seguía-                              -déja que te lleve a tu casa, prometo no hablar -dijo sonando convincente, y estabas a punto de aceptar, ya que soportarlo siguiéndote no era una mejor idea-
-no Pedro, no entendes? -dijiste sonando convincente, no le dirías que si tan rápido-
-dale, prometo callar.
-lo prometes? -preguntaste-
-si -dijo y sonó convincente, no dijiste si, solo fuiste hasta el lado del acompañante y el abrió la puerta, subiste sin decir ninguna palabra, y el arranco el auto- 

Puso un poco de música, y minutos después comenzaste a escuchar su voz cantando, horrible por cierto, lo miraste con cara rara el te miro, miro su camino y siguió cantando-

-podes callarte? -Dijiste-
-tampoco puedo cantar? -pregunto-
-no -dijiste cortante y este siguió cantando, apagaste la radio y aun seguía cantando, comenzaste a buscar algo en cada agujero de aquel auto, y lo encontraste, sonreíste victoriosa y agarraste un pedazo de cinta de embalaje e hiciste que él te mire, te miro raro, sonreíste y le pusiste la cinta por la boca.

-listo -dijiste sonriendo mientras el balbuceaba-

Y entonces pusiste la radio de nuevo y ahora ibas cantando vos, el te miraba y sonreía, vos ponías cara de desprecio pero girabas hacia la ventanilla de afuera y reías igual, llegaron, bajaste y el golpeo la ventanilla para luego abrirla, lo miraste y pronunciaste un "¿qué?" Sabiendo que él no podía responder porque aún seguía con la cinta en la boca, pero notabas que lo que pedía era que le quites la cinta, y con gusto lo harías, ya que tenía un poco de barba, y eso dolería, sonreíste, abriste la puerta de aquel auto de nuevo, agarraste la punta de la cinta pegada en la boca de aquel pobre (en este momento) chico, y la estiraste de una, escuchaste un grito y no pudiste evitar carcajear, tampoco tenias ganas de hacerlo, el te miro como para que pares, te burlaste con la cara y bajaste riendo nuevamente del auto, al cerrarlo dijiste por ultimo "dolió ¿no?" Y caminaste por el pasillo de piedras que llevaba a la puerta de tu casa, mientras caminabas escuchaste su grito "esto no queda así" y reíste.



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2 comentarios:

  1. JAJAJA ¡genial!. Muy buen capítulo. Me cag* de risa, nunca vi una nove así. Muy buena. ¡Subí más por favor! . Un besito Fati. @Piyueliitaspyp

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