viernes, 25 de enero de 2013
-8.
Sentiste que golpeaban la puerta y caíste en que se habían dormido con la morocha, recordaste el programa pedorro (como decís) que pusieron para ver y justificaste el acto de quedarse dormidas con eso, te levantaste antes de despertar a tu amiga y fuiste a abrir la puerta, como esperabas era tu mamá.
-creo que no erré en mi pensamiento y se quedaron dormidas –dijo tu mamá emitiendo una sonrisa-
-el programa pedorro que pusimos nos dio sueño –dijiste también riendo-
-bueno, las espero abajo hija –dijo yéndose-
Se te ocurrió molestar a tu amiga y antes de despertarla fuiste al baño de tus papás y agarraste la crema de afeitar, volviste a tu habitación, y agarraste uno de esos lápices con plumas que tenías en tu escritorio, pusiste la crema de afeitar por la mano de tu amiga y acto seguido hiciste “cosquillas” en su nariz con las plumas del lápiz, como era de esperarse tu amiga lo sintió y cuando llevo la mano hasta su nariz salto del susto y vos comenzaste a reír a carcajadas.
-me las vas a pagar Paula Chaves –dijo levantándose y corriéndote por toda la habitación-
-tenes que verte la cara llena de esa cosa blanca –dijiste riendo aún mas, la situación era muy graciosa, debías admitirlo-
-el que ríe último ríe mejor Pochita linda –dijo y te agarro del brazo, para darte vuelta y poner aquella mano en donde aún quedaba el resto de crema por toda tu cara, pegaste un grito, ni vos sabes porque, te limpiaste y la volviste a perseguir-
-veni para acá loca de mierda –dijiste riendo-
-tregua tregua –dijo agitándose de tanto correr, subir y bajar de la cama-
-dale –dijiste y ambas se acercaron temerosas- uno –iniciaste “la cuenta”-
-dos –la siguió-
-y..
-tres –dijeron ambas a unísono, y se pegaron los cachetes con ambas manos sucias, acto seguido comenzaron a reír a carcajadas-
-amo nuestra manera de hacer las paces –dijiste aún riendo-
-somos tan geniales –dijo la morocha graciosa-
-la humildad donde la dejamos amiguita. –preguntaste también riendo-
-en el placar –dijo haciéndose la interesante-
-anda, bestia –rieron- vamos ya a limpiarnos y bajemos porque mamá nos espera con la comida –dijiste un poco preocupada, temías a que se enoje y se pierda la “paz”-
-cierto, vamos –dijo ella, siguiéndote hasta el baño-
Se limpiaron el rostro, y también las manos y brazos, y ambas bajaron riendo hasta el comedor, donde por suerte su mamá recién estaba sirviendo la comida.
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AJAJJA, yo tuve una situación parecida! AAJJA fue lo más, me la recordó leerla. Subí pronto. Un beso. @Piyueliitaspyp
ResponderEliminarjajaja muy bueno,subí más!!!
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