martes, 19 de febrero de 2013

-19.


Domingo, con un regocijo  especial (sin saber porque) te desperezarte,  segundos después te levantaste y alcanzaste a garrar tu celular con la mano: simplemente para fijarte la hora. 09:30, por debajo de tu habitual horario al despertarte (un domingo), raro en vos, muy, pero en fin, no tenías (ni querías) seguir durmiendo. Entraste al baño, decidida a ducharte, hoy tenías un entusiasmo único (y la ducha era un lugar en el cual podías seguir indagando aquel estado). Sin más preámbulos te desvestiste y dejaste el agua correr por todo tu cuerpo.
Al cabo de casi treinta minutos te encontrabas en tu habitación, en vuelta con una toalla, buscando ropa que ponerte (de entre-casa simplemente) pero algo te interrumpió, era el sonido de la puerta de tu habitación golpearse, preguntaste quien era y ante las respuesta de tu mamá, decidiste abrir así (era ella, que importaba).

-Hija, por lo que veo no hacía falta despertarte –dijo esta, asombrada (si, vos a lo máximo eras de despertarte al medio día)-
-Mami –quisiste sonar amorosa (de cierta forma) mientras sonreías- si, no se, estoy como rara –te sinceraste.
-Bien o mal? –preguntó curiosa-
-Bien, creo –dijiste sonriendo-
-Bueno, mucho mejor, porque quería, queríamos –se corrigió- sugerir algo para nuestro domingo –remarco la ante última palabra-
-Decime –dijiste sonriendo-
-Pasar un día en familia –termino la última palabra y no pudiste dejar de expresar la felicidad en tu rostro- vos, papá, yo, los abuelos, tíos, primos –cito esta, casi enumerando, y tu sonrisa ahora era más amplia aún, estabas sumamente conmovida, ahora ibas comprendiendo el porqué de tu despertar tan peculiar-
-Enserio ma? –preguntaste incrédula y cuando la viste asentir, no dudaste y te abalanzaste hacia ella, la familia, tu familia, era algo que vos amabas profundamente, y el no tenerla cerca durante mucho tiempo influyó bastante en tu estado (anímico), era lo que necesitabas desde hace tiempo, volver a ver el rostro de todos, juntos (en excepción al que mas amabas)-  me encanta la idea –dijiste feliz-hace mucho no veo a todos.
-Lo se hija, y quería pedirte perdón de nuevo, te alejamos de todos –dijo esta con pena y volviste a abrazarla-
-Ya paso ma, se que fue muy difícil para ustedes, para mi también –pequeñas gotas de lágrimas salían de tus ojos- pero esto que estan haciendo ahora importa mucho mas, gracias de verdad.
-A vos por perdonarnos hija –dijo esta y te separaste- basta de llantos, vamos, prepárate, y prepara un bolso grande, como hacíamos antes, que vamos a ir a la quinta de los abuelos –sonriendo ampliamente-
-Bajo en unos minutos ma –dijiste, ella te dio un  cálido beso en la mejilla y bajo-

Atarantada (como eras vos) te pusiste a empacar en el bolso que siempre usabas para esa ocasión, guardando todo lo necesitado, bikini, toalla, cremas para el sol, lentes, cambio de ropa, y más, con el bolso hecho, te cambiaste y con una sonrisa enorme bajaste hasta el living donde se encontraban tus padres.

-Ya estoy lista –dijiste y ellos sonrieron-
-Genial hija, te prepare el desayuno, cuando lo termines nos vamos –dijo tu madre y la miraste conmovida, ¡hacía tanto no lo preparaba!-
-Gracias ma –besaste su mejilla- hola pa –dijiste y besaste la mejilla de el-
-Buen día hija –sonriendo-

Por ser vos y estar tan emocionada acabaste con tu desayuno rápidamente y luego de comunicarles a tus padres, subieron al auto camino a la quinta.

Enchufaste tus auriculares y los llevaste hasta tus oídos, pusiste una de las canciones que más te gustaban y te dedicaste a mirar el paisaje (ya había salido de la ciudad) que tanto te gustaba, y al cabo de una hora más tu padre se encontraba estacionando en aquella casa que tantas alegrías te dio, la quinta de tus abuelos, donde tanto jugaste y viviste tu infancia, conmocionada abriste la puerta del auto, y bajaste, paz, familia, libertad se respiraba allí, y eso era lo más lindo que te daba ese lugar.

Al parecer los únicos que faltaban eran ustedes, te emocionaste al recibir el cálido abrazo de tu abuela ¡Cuánto la amabas! Sin vergüenza dejaste caer lágrimas, al igual que ella, aquellas lágrimas que siguieron presentes al reencontrarte con toda tu familia, y al darte cuenta que te querían igual o más después de lo ocurrido y que no te culpaban en lo más mínimo por ello tu corazón ceso su angustia.

Tuviste una hermosa mañana, un hermoso almuerzo, y una hermosa tarde con tu familia, lo que exactamente necesitabas ya desde hace varios meses, lo que te hacía tanta falta, volver a escuchar los chistes de tu primo, las indicaciones de cómo cuidarte por parte de tu abuela, los celos excesivos de tu abuelo, de tenerte como una niña, todo en fin te devolvió gran parte de la felicidad que aún no lograbas volver a completar.

Agradeciste infinitas veces a tus padres por aquel día, y luego de despedirte efusivamente de todos, partieron de nuevo para tu casa ¡felices!


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2 comentarios:

  1. que lindo capítulo,me encanto....

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  2. Que liiiiiiiiiindo! Me re gustó. :). Cuando puedas, subí más. Un beso enorme Fati. @Piyueliitaspyp

    Pd: O yo me perdí un capítulo, todavía no lo explicaste o yo no lo recuerdo pero que paso que Pau estaba viviendo en otro lado? "y al darte cuenta que te querían igual o más después de lo ocurrido y que no te culpaban en lo más mínimo por ello tu corazón ceso su angustia."

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