viernes, 8 de febrero de 2013

-15.



Para ser exactos eran las cinco de la madrugada, y tu amiga (Zaira) taladrándote la cabeza para que cuentes lo sucedido con Pedro (porque te vio salir con él) mientras viajaban regreso a su casa en el auto de su padre.

-Zaira, tengo un dolor  de cabeza terrible y vos gritándome –te quejaste, pero a esta no le importo-
-Dale, conta, yo siempre cuento –la miraste y frunciste seño- la mayoría –se corrigió-
-Que queres saber? –Dijiste, te gano de cansancio-
-Que te dijo, que le dijiste, todo básicamente –rió-
-Solo porque aún falta llegar y cuando eso pase quiero ir y solo dormir –explicaste y suspiraste- me saco a bailar de la nada, yo estaba bailando con un chico y este así nomás lo rajo –la miraste a tu amiga y seguiste- primero fue toda una pelea, pero termine aceptando solo una canción, justo pasaban los lentos, y bueno, termino la canción y anticipe que lo soltaría, cuando me estaba por ir, me pide ir a hablar afuera un rato, dije que si,  porque prefería eso a que me joda el resto de la noche –pausaste para tomar aire ya que estabas hablando rápido (muy)- fuimos afuera y en síntesis me “explico” –dijiste haciendo comillas en la última palabra- que él no era verdaderamente así, como ya sabes que yo pienso –explicaste- que solo lo hace como un juego, que con las personas que a él le importa es otro, yo le dije que lo entiendo pero que la realidad es que igual está mal y bla bla bla –dijiste harta- en fin, al parecer esta aunque sea un poco arrepentido y al parecer también va cambiar, y hoy me invito a tomar un café, acepte no se ni porque, ah y lo último ya no está con la bicha –terminaste “agotada”-
-cargadito cargadito –dijo tu amiga graciosa- igual no estoy sorprendida –frunciste el seño, no estabas entendiendo a donde quería llegar tu amiga- y si, altas ganas se tienen –dijo tu amiga y y vos te hiciste la desinteresada, aunque sabías que en el fondo, tal vez (solo tal vez) podría llegar a ser cierto-
-soñá –carcajeaste irónica- de parte mía por lo menos, no –trataste de sonar convincente-
-si claro –dijo también irónica la morocha- ya veremos Pochita, ya veremos –suspiraste- hoy salen?
-si lo queres llamar así, si, hoy “salimos” –dijiste haciendo comillas en la última palabra-
-a ver con que historia me venis después –dijo tu amiga riendo-
-lo máximo que puede llegar a suceder es tener una merienda en paz, si peleas –sonreíste sobrándola- nada mas.
-ponele –dijo esta y al fin se encontraban llegando a la casa de la misma-
-al fin –dijiste viendo la enrome cama de tu amiga y tirando encima de ella-
-haciendo lugarsito que va Zairita –dijo la morocha graciosa, te corriste un poco y esta hizo lo mismo que vos anteriormente-

17hs exactas y vos te encontrabas en la cafetería donde te había citado Pedro la noche anterior, eras muy puntual, así que creíste que el llegaría un poco después, pero no, herraste, el estaba ahí en uno de los asientos, te miro, sonrió y vos solo fuiste junto a él y te sentaste enfrente.

-hola –dijo este sonriendo, mirándote fijo a los ojos, (admitías que eso te ponía un poco incomoda)-
-hola –respondiste haciendo una media sonrisa, y viste como con su mano llamó al mozo, este vino de inmediato-

Pidieron lo que iban a merendar, dos tazas de café y una variedad de facturas (como te gusta a vos), ahí los dos mirándose mientras esperaban que llegue el mozo de nuevo, ninguno hablaba y es te ponía nerviosa.

-podes hablar? –Preguntaste tranquila, pero con un poco de mal humor (sos vos)-
-estaba pensando en que pregunta hacer –sonrió-
-ya sabes? –dijiste-
-no –dijo sincero suspirando- es que quiero ser lo más cauteloso posible para que no te enojes y vayas –dijo este y te causo gracia (por dentro)-
-haces muy bien, ya la viniste cagando mucho –retrucaste-
-lo admito –dijo este mirándote… ¿tiernamente?-
-buen paso –dijiste sonriendo-
-ayúdame un poco che, que te pregunto? –dijo este gracioso y ahí si no pudiste evitar carcajear-
-sos un boludo –dijiste sincera riéndote-
-eu, sin insultos –dijo este gracioso-
-imposible –dijiste sonriendo triunfante-
-ya se… ¿un ping pong? –pregunto este-
-¿querés jugar ping pong? –dijiste graciosa y este rió-
-n, digo, ping pong de preguntas –volvió a repetir-
-ya sabía eh –dijiste obvia- comenzó –hiciste una pausa- pero nada de preguntas familiares –advertiste, no querías recordar esos momentos ahora, y menos con él-
-¿por? –pregunto-
-no entendiste Pedro? Nada de preguntas familiares –volviste a repetir pausadamente-
-ok ok, comencemos entonces –dijo quedándose callado esperando a que vos hables-
-comenzá vos nene –dijiste y el asintió riendo-



**

No hay comentarios:

Publicar un comentario