martes, 23 de abril de 2013

-30.


Cuatro y media tu alarma sonando, la apagaste y te levantaste para comenzar a cambiarte, minutos después ya lista bajaste al living a esperar a tu amiga, porque la conocías, y sabias que igual iba a pasar por tu casa como siempre para ir al gimnasio, estés o no molesta con ella, caradura (pensabas en tu mente). Pero esta vez no se la harías como si nada paso, le dirías que te molesto su actitud de la mañana, que te molesto que no te consulte algo en lo que vos estas involucrada o que prácticamente te obligue a hacer algo (que queres, pero no debes hacer -según vos-).
Tu mama aun seguía durmiendo, mientras esperabas prendiste la televisión, pero antes de buscar algún programa el timbre sonó. 
Abriste la puerta y ahí se encontraba ella detrás del umbral con su sonrisa de siempre, pero en sus ojos veías preocupación, tal vez de que estés enojada, pero como es ella lo tiene que averiguar así, haciendo como si nada.
-Lista Pochi? -dijo, pero esta vez aparte de los ojos, su voz la delato-
-Lista si prometes dejar de decidir por mi o obligarme a hacerlo -fuiste directa, y la sonrisa que trataba de mantener ella se deshizo-
-Perdón Pochi -dijo sincera- es que yo solo quiero que pases un poco más tiempo con él, así ves si realmente es como te dijo aquella vez -recordando cuando confeso de que simulaba ser alguien que no era- ese chico está loco por vos, -siguió- Nan me conto que a nadie más le dijo lo que a vos, y hasta está cambiando, no te diste cuenta? -pregunto, y si que te diste cuenta, el ya no es el mismo engreído (como le decías, si, en tiempo pasado), y eso aunque se te haga difícil de aceptar hace que cada vez te guste más- 
-Sea cierto o no, este cambiando o no, dejame decidir a mí, si? -nuevamente la Paula dura tiene que manejar la situación, y te preguntabas hasta cuando podrías con esto-
-Esta bien -suspiro- 
-Ahora vamos -le sonreíste para que sepa que nada estaba mal con ella-
-Vamos -respondió con la misma sonrisa-
Cuando llegaron al gimnasio había algunos chicos del colegio, que siempre iban, como ustedes, y mas atrás pudiste ver a Pedro ya entrenando, te perdiste en él, mientras Zaira hablaba con una chica, te diste cuenta que el te miro y sonrió, te pusiste más que roja y miraste inmediatamente hacia Zaira.
Ya habías acabado con tu rutina, Zaira también, y si no se apuraban no iban a estar listas a tiempo para cuando (gracias a Zaira) Pedro y Hernán pasen a buscarlas por su casa.
Sin darle tiempo a ellos de hacer ningún tipo de ofrecimiento salieron del gimnasio, y fueron cada una a sus casas.
***
Recién salida de la ducha, con la salida de baño, buscando que ponerte, ya iban quince minutos de que quitabas y metías ropas de tu armario, hasta que te decidiste por un jean azul oscuro, una blusa sencilla y suelta con un “Trouble” estampada en ella, encima tu chaqueta negra (la cual doblaste hasta tus codos), y tus CAT color marrón, era una noche cálida pero con un poco de viento, por eso decidiste ese look.
Ya eran casi las nueve y media (hora en habían quedado con Pedro y Hernán para que te pasen a buscar) y vos ya estabas lista luego de arreglarte el cabello (lo dejaste suelto, así te gustaba más) y ponerte un poco de maquillaje, antes de bajar fuiste a la habitación de tus padres, primero para que tu mamá te de una opinión acerca de como estabas vestida, y segundo para pedirle dinero a tu papá.
Como esperaste que fuera, ella te dijo que estabas hermosa (al igual que tu papá) y luego de despedirlos y tomar el dinero que tu papá te dio, bajaste a esperar a los chicos, pasarían por Zaira primero, al menos así habían quedado.
Escuchaste el timbre, agarraste tu pequeña cartera colgante, y fuiste a abrir la puerta, esperabas a que fuera Zaira la que estuviera del otro lado, pero al ver a Pedro  parado ahí con una sonrisa vergonzosa, te sorprendiste, y luego aclaraste tu  voz para poder hablar.
-Hola –dijo él sonriendo, justo antes de que comiences a hablar-
-Hola –le devolviste la sonrisa- y Zaira? –preguntaste mirando al auto, viendo que no había nadie-
-Vamos a tener que ir solos –te dijo sonriendo y pudiste notar cierta picardía en su voz, cosa que te puso entre nerviosa y furiosa, ese no era el plan-
-Cómo? –Obligaste con tu pregunta a que de más explicaciones-
 -Nan se empecinó en prestar el auto de su papá,  él fue a buscar a Zaira, y acá estoy yo –te sonrió otra vez más, estaba de buen humor, lo notabas-
-Ok –dijiste dudosa- vamos –trataste de sonar más segura, y el te dedico de nuevo una sonrisa-

Subieron al auto, y el arrancó el motor, lo miraste de re-ojo y pudiste ver su sonrisa de costado, miraste fuera hacia la ventana de tu lado y sonreíste también, no sabías porque, pero lo hiciste.

-Estas muy linda –lo escuchaste, mientras recién hacían cinco minutos de viaje, trataste de ocultar tus mejillas rojas, lo miraste, y miraste de nuevo hacia la ventanilla-
-Gracias –respondiste y no sabías si devolver el cumplido o no, pero preferiste lo segundo, solo te dedicaste a mirarlo una vez más, y como él te miraba, le sonreíste-
- Tus ojos son muy lindos –escuchaste pocos minutos después nuevamente, y te preguntabas  si iba a ser así todo el camino, porque no sabías hasta cuando aguantarías sin derretirte-
-Gracias –volviste a responder de la misma manera que la anterior-
- Tu sonrisa es muy linda –volviste a escuchar, y dijiste que lo pararías si seguía así-
-Gracias –respondiste de la misma manera que las veces anteriores, pero un poco fastidiada-
-Tu boca es muy linda –y su tonó de voz cambio un poco, se estaba burlando de vos, estaba logrando que te pongas roja, y era hora de que termine-
-Basta –dijiste y él carcajeo, lo miraste, te miro y siguió riendo-
-Sos muy linda enojada, enserio –dijo entre risas, no pudiste evitar largar una sonrisa (que él no la vio) y trataste de ponerte seria-
-No hagas que me arrepienta de haber venido con vos –le advertiste, aunque te encantaba estar ahí, en ese momento-
-Que no panda el cúnico  –dijo gracioso, carcajeaste y esta vez el lo noto-
-Sos un boludo –se te escapo, pero no te arrepentiste de decirlo-

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