miércoles, 30 de enero de 2013

-11.


Viernes, otro día comenzaba, apagaste el despertador, y te dispusiste comenzar con la rutina de todos los días.

Ya en el comedor, con tu papá enfrente y tu mamá al lado comenzaste a desayunar.

-como estas hija? –te pregunto tu mamá, la miraste extraña, ya que su trato para contigo estaba cambiando-
-si, vos? –preguntaste dudosa-
- igual –respondió la misma e hizo una pausa- se que con papá estamos muy fríos contigo desde lo sucedido, pero entendemos mi amor, estamos dolidos –dijo sincera, y hablar del tema te ponía mal, porque te sentías culpable, te odiabas en esos momentos-
-perdón –dijiste con un hilo de voz, no querías llorar, te tragaste todo y decidiste calmarte-
-prometemos –mirándolo a tu papá y este asintiendo- que todo va mejorar, si? Ahora que ya paso un poco, nos dimos cuenta que no tenes la culpa, que sucedió y fue así, perdónanos hija –dijo también con un hilo de voz, y tus lagrimas ya salieron, no pudiste contra ellas-
-si tuve la culpa, y tienen todo su derecho en odiarme –dijiste ya hecha un mar de lágrimas-
-no hijita, papá y yo fuimos muy duros contigo, sin pensar en tu dolor también, no Miguel? –Dijo tu madre un poco molesta porque tu papá seguía en silencio-
-sabes que no me gusta hablar mucho de esto –dijo mirándote- no me gusta verte llorar –hizo un pausa y siguió- lo pasado pisado, si? Ahora sos nuestra única hija, y queremos cuidarte y estar contigo siempre –y volviste a llorar, esperabas este momento desde el día de lo que sucedió y ya estabas convencida de que no iba a llegar-
-gracias y perdón, perdón enserio –dijiste sollozando-
-veni mi amor –dijo tu mamá y fuiste junto a ella, se paro y te abrazo, hace casi un año que no lo hacía y te aferraste fuerte a ella- te  amo hija –beso tu frente-
-yo también mami, mucho –la abrazaste-
-para papá no hay un abrazo? –sonreíste y fuiste corriendo para abrazarlo, deseabas que ese momento no termine jamás-

Te encontrabas entrando al colegio, luego de ese emotivo momento con tus padres, luego de haber hecho lo posible para que nadie note que lloraste, lograste ver a tu amiga mas adelante y fuiste junto a ella.

-Pochita –te abrazo-
-Cachorra –sonreíste y ella te miro fijo a los ojos-
-llorabas? –y como te conocía-
-Para que te voy a decir no, si me conoces –reíste- si –terminaste-
-Otra vez con lo de tus viejos? –pregunto un poco apenada-
-Algo así, me abrazaron Zai –dijiste emocionada-
-Viste gorda, yo te dije –dijo contenta y te abrazo- solo les tenías que dar tiempo.
-Igual, no dejo de sentirme culpable –dijiste sincera-
-Sh, no lo sos Paula, deja de darte con un látigo sola, entendelo –dijo un poco enojada-
-Voy a callar solo porque estoy contenta –reíste-
-Mejor –y escucharon el timbre que indicaba que debía entrar al curso-
-Vamos yendo cachorra.
-Dale, vamos –dijo esta y fueron hasta el curso-



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