Al día siguiente de nuestro fin de semana con Pedro pedí a mi mamá que me enseñara a cocinar.
Si bien ya sabía algunas cosas con solo mirarla preparando algo, yo quería aprender más y ella estuvo encantada con eso, me enseñó todo lo que pudo, me dijo sus "secretos" y que lo mas importante era cocinar con amor.
Los días pasan volando cuando disfrutas de ellos, es como si cuando más queres que el tiempo se detenga este va más rápido.
Las vacaciones estaban casi al final, y yo lo temía tanto como anhelaba.
El temor era por el cambio, había llegado ese momento al que se le suele llamar "volar", dejaría el nido y asustaba, porque lo desconocido asusta.
Pero lo anhelaba también porque siempre tuve, y tengo esas ganas de sentirme independiente, valerme por algo mío, sentir que puedo hacer y ser algo y el que Pedro ahora esté en el círculo es un más con mayúsculas agregado.
Ni en un millon de años había esperado eso, mudarme en pareja, la primera vez, era algo loco, tal vez incluso algunos dirían apresurado, pero era algo nuestro y si bien estaban los "y si..." sabía que íbamos a lograrlo.
Salí con mis amigos, pasé tiempo con Zaira, jugué con Isabella, leí libros, besé a Pedro -mucho-, cociné con mi mamá, mime a mi papá -quien se había comenzado a poner más tenso a medida que se acercaba la mudanza-, visité a mis abuelos, recordé a Gonzalo con sonrisas, creo que tuve una de las mejores vacaciones en mucho tiempo y estaba feliz por eso.
—Una semana —dije y agregue un "wow" para darle efecto.
Estábamos acostados en el césped, en el que siempre sería nuestro lugar, nuestro jardín.
Pedro quien había estado mirando el cielo se giro de costado, apoyando sus codos sobre el césped y su cabeza sobre su manos, sonríendo.
—Pasaron rapidísimo estas vacaciones o soy yo? —preguntó el mientras acariciaba mi mejilla.
—Siento lo mismo —dije y dejó un corto beso en mis labios.
Nos quedamos mirando unos minutos así en silencio, hasta que a Pedro se le torció la sonrisa.
—Estaba pensando, será que vas a volverte una loca obsesiva de la limpieza? —tenía un tono divertido por lo que reí.
—No tengo idea pero mira si vos te volves uno de esos que se sienta en el sofá y gritan "pasame la cerveza" —reí pero continué— te tiro la cerveza por la cabeza te juro.
Él también rió y sacudió la cabeza.
—Ahí va mi sueño de ser como Homero Simpson —hizo un puchero y yo reí.
—Homero Simpson es calvo y tiene una enorme barriga, seguro que te queres parecer a él? —bromeé y ambos reímos.
Estuvimos así haciendo más hipótesis hasta que Pedro se posó encima mío y me miro serio.
—No tengo idea de como va ser y qué nos espera pero lo que sé es que te tengo y me tenes y eso es lo único que importa —dijo él y acercó sus labios a los míos.
—Te amo, te amo y te amo —dije entre besos.
Él sonrió y besó la punta de mi nariz.
—También te amo preciosa.
***
Cuatro días antes comencé a guardar mis cosas, ya había un par de cajas amontonadas en un rincón de lo que pronto sería mi "ex" habitación, había un poco de bolsas negras también, cosas que ya irían a la basura -consecuencia de guardar muchas cosas "por si acaso" ustedes me entienden-.
Creo que lo que más espacio ocupaba eran mis libros y estaba feliz con eso, ya había advertido a Pedro de ante mano que quería mi parte de la habitación que restaba para poner mis libros y estuvimos de acuerdo en dividirnos a la mitad, ya que él tenía sus cosas también.
Isabella estuvo pegada a mí más que siempre, recia a dejarme ir, yo trataba de convencerla de que la visitaría a menudo y ella a mí.
Estaba feliz de que ella se encontraba con nosotros, sé que es y va ser lo que mis padres necesitan, y más aún que yo me marcho ahora también.
Es como un rayito de sol, y más aún ahora que ya se siente realmente parte de la familia, hasts comenzó a llamar "mamá" y "papá" a mis padres cosa que los hacía sonreír bastante.
—Y me vas a seguir llevando al parque? —ella preguntaba mientras me "ayudaba" a guardar mis cosas.
—Claro Bella, los fin de semanas vamos a ir si? Porque yo tengo que comenzar con la universidad y también voy a trabajar y vos vas a comenzar el cole también, no vamos a tener mucho tiempo para ir todos los días entendes? —dije sonríendole, no quería mentirla y que después me reclara no llevarla, por lo que trataba de explicarle bien todo para que entendiera.
Ella asintió con ganas.
—Estoy asustada por eso —dijo ella bajito.
—Por comenzar el cole? —pregunté y ella asintió.
La traje cerca mío y me senté a su lado.
—Mira vas a ir al colegio en el que yo fui toda mi vida, yo tampoco quería ir al principio pero hice muchos amigos ahí hasta lo encontré a Pedro viste? —dije y ella asintió entuciasmada— quiero que vos hagas eso también, encuentres amigos y quien te dice mas adelanto un novio —dije y le guiñe un ojo cosa que la hizo ruborizar y ambas reímos.
—Y si nadie me quiere? —preguntó después.
—Sos la personita más hermosa del planeta quién no te va querer? —dije y ella sonrío enorme.
Seguimos guardando y tirando cosas después de eso.
Me llegó un mensaje un rato después, era de Pedro.
Ya ordenando todo, creo que hay más que nada cosas que tirar acá.
Reí y escribi la respuesta.
Lo mismo digo, Bella me ayuda creo que para mañana termino, ja.
Me llegó la respuesta unos minutos después.
Eso no es justo necesito ayuda también, traela. *guiño* Avisame cuando pueda y paso por ustedes para ir por un helado, necesito un descanso.
Sonreí ante la respuesta y me giré hacia Bella.
—Tenes ganas de tomar un helado? —le pregunté y como esperaba respondió asintiendo con una sonrisa.
Te esperamos ahora.
Tecleé rápida la respuesta y puse la última caja -por ahora- en la pila del rincón antes de cambiarme por una ropa más desente.
Pedro llego 15 minutos después, fuimos a comprar el helado y luego hasta el parque que se encontraba cerca de casa.
Isabella apenas acabó su cono fue hasta las hamacas mientras Pedro y yo la observábamos desde el banco.
Tiempo después estacionamos frente a casa, y nos despedimos de Pedro para volver adentro e intentar guardar más cosas.
***
—Estas seguro? —pregunté por enésima vez.
Era sábado un día antes de la mudanza y yo hiperventilaba mientras Pedro me miraba divertido.
—Estoy seguro Paula Chaves, quiero vivir con vos —dijo él intentando tranquilizarme con sus palabras pero yo estaba llena de emociones que no podía parar.
—Pero, pero y si soy un desastre? Y si no es lo mismo? Y si te cansas de mí? O peor y si yo me canso de vos? —y ante lo último el levanto una ceja, aunque todavía me miraba divertido.
Sacudió la cabeza y me tumbó en el césped posicionándose encima sin aplastarme.
—Primero no sos un desastre y si lo sos yo también lo voy a ser y entonces vamos a ser un desastre los dos juntos...
Interrumpí.
—Que travalenguas... —puso un dedo sobre mis labios.
—Chis, dejame terminar —yo asentí, él siguió.
—Por supuesto que no va ser lo mismo, va ser mejor —y ante eso guiño el ojo— y creo que nunca me voy a cansar de vos ni cuando te salgan arrugas —reí un poco— y tampoco te voy a permitir cansarte de mí, ahora aclarado todo eso, ya te podes calmar? —dijo y luego siguió— o tengo que tomar medidas mas drásticas? —preguntó apoyando su mano cerca de mi cintura, donde tenía cosquillas.
Negué rápido con la cabeza.
—Está bien, está bien me voy a calmar. Pero no entiendo yo estoy por hiperventilar y vos te ves tan tranquilo cómo haces —dije sacudiendo la cabeza, él rió.
—Me esto estoy yendo a vivir con la mujer más hermosa del mundo como estar preocupado por eso?
—Pedro —me quejé, no era justo que diga esas cosas— hablame en serio dale.
Él suspiró y me miro serio.
—Por supuesto que soy un manojo de nervios por dentro pero el saber que te voy a abrazar todas las noches y voy a despertar contigo hace que los nervios no sean nada más que eso —dijo y yo lo miré preguntándome porque no había mostrado esta faceta ya hace mucho tiempo. Sonreí también, tal vez antes no era el momento.
—Me haces sentir una loca sin sentimientos cuando hablas así—dije medio divertida.
—No seas tonta mi amor, sé que estas loca por mí no hace falta que lo digas —guiño un ojo yo le dí un golpe en el hombro.
—Sí, estoy total e irrevocablemente, loca por vos —dije y uní nuestros labios mientras él sonreía.
***
La última caja había sido metida en el auto de mi papá, no eran tantas pero sin duda no iban a entrar en el auto de Pedro junto a las suyas, por lo que mi papá se había ofrecido a ayudarme a llevarlas.
Era domingo de mañana y habíamos decidido ese horario para poder acomodar por lo menos gran parte de las cosas antes de la noche y así estar instalados por completo ya mañana puesto que nos quedaba sólo una semana para acostumbrarnos a todo antes de que el trabajo y las clases comenzaran.
Me despedí de mi mamá e Isabella como por quinta vez y subí al auto de papá hacia mi nuevo hogar.
Todos, incluyendo la familia de Pedro, querían venir con nosotros para ayudarnos con las cajas y todo eso, pero ambos estábamos de acuerdo en que queríamos hacerlo solos y todos aceptaron a regañadientes con la promesa de que se les tenía permitido visitarnos a penas nos acamodaramos todo.
Cosa que sospechaba no pasaría de está semana.
Luego de casi una hora de viaje llegamos frente al departamento y suspire, si bien ayer Pedro me había ayudado a calmar los nervios, seguían.
Mi papá suspiro también, fuerte y largo.
—No te lo digo siempre pero quiero que sepas que estoy orgulloso de vos hija, este es un paso grande y aunque me cueste dejarte ir sabes que te voy a apoyar en todo, no dudes por un segundo si? Y se que ahora mismo estas nerviosa pero confío en vos y en Pedro —bufó un poco ante eso y yo sonreí— y se lo que se quieren, se tienen y eso es lo que importa al final.
Me quede mirando a mi papá un tiempo, las palabras tomandome un poco por sorpresa, palabras que sin duda necesitaba.
Luego lo abracé por mucho tiempo.
—Gracias papi —simplemente dije, él asintió y dejo un beso en mi frente.
—Ahora vamos te ayudo a bajar todo así pueden comenzar a ordenarse.
Salímos del auto justo cuando Pedro bajaba, para ayudarnos también, él ya había venido media hora antes acompañado de Federico quien estaba a su lado también.
Una vez que todas las cajas estuvieron dentro mi papá y Federico se despidieron y nos quedamos con Pedro observando las cajas apiladas por descargar y luego nos miramos el uno al otro.
—Lista? —preguntó.
—Lista —dije asintiendo, sonreímos y comenzamos a descargar todo.
Para cuando la noche llegó habíamos descargado casi todo, al menos lo mas importante como nuestras ropas y cosas personales.
Habíamos puesto una foto nuestra a un lado de la mesita de luz y el resto lo dejamos para al día siguiente.
Sólo por haber estado descargando todo el día y estábamos cansados nos dimos el gusto de pedir una pizza y aprovechamos el tiempo que tardaban para ducharnos.
Cenamos en nuestra nueva cocina, ninguno de los dos pudiendo creer que esto era real que ya estaba pasando.
Y luego por fin nos acostamos, en nuestra cama. Creo que ambos soltamos un suspiro al hacerlo.
Él paso su brazo por debajo de mi cuerpo y me llevó a su pecho, yo apoyé mi palma para mirarlo un rato.
—Esto es de verdad? —pregunté y él sonrío asintiendo.
Yo lo hice también y unimos nuestros labios porque no había nada más que decir, era real, estábamos ahí, por pasar juntos la primera noche en nuestro propio lugar.
Un día más de tantos que siempre recordaría.
**
Espero que les guste el cap y por favor comenten tengan piedad ah.
PD1: estaba escribiendo la mitad del capítulo cuando lo borré todo sí TODO porque torpe toda la vida. Soy una caradura escribiendo con lo estúpida que soy ya sé ahre.
PD2: no importa que no suba seguido voy a terminar la novela me cueste lo que me cueste lo prometo.
PD2: mis bebés estan creciendo voy a llorar.
Dicho todo esto... adiós.
No hay comentarios:
Publicar un comentario