sábado, 27 de diciembre de 2014

-61.

El lunes por la mañana antes de ir al colegio mi papá nos había comunicado que llamaría a un abogado esa mañana para hablar sobre la situación de Isabella.

Ya que todo el domingo nos pasamos el día con ella (hasta vino Pedro a almorzar y Zaira de tarde) y al final del día le preguntamos a Isabella qué quería hacer ella, regresar al hogar o quedarse con nosotros, y la dulce niñita respondió rápidamente que quería con nosotros y pude ver en sus ojitos que era cierto. Ahí fue cuando todo se hizo oficial, la queríamos y lucharíamos por ella.

Todo el día estuve bastante inquieta, por supuesto Zaira y Pedro lo notaron y tuve que explicarles el porqué. Ambos me dijeron que todo saldría bien y que Isabella pronto formaría parte legal de la familia.

Yo realmente esperaba que eso sea cierto ya que me había encariñado bastante con solo estos pocos días junto a ella.

***

Cuando llegue a casa suspire porque vi que mis padres ya se encontraban ahí, rápidamente me uní a ellos e hice la pregunta que estaba queriendo hacer desde que me fui.

—Se va quedar? —pregunte mirando entre ambos. Mi papá suspiro, mi mamá simplemente se quedó mirando hacia abajo.

—Está difícil Pau —tuvo que admitir mi papá— si sólo la íbamos a buscar del Hogar iba a ser más fácil, pero ella se escapó y nosotros la tenemos acá desde hace tres días y nadie del Hogar nunca lo supo —se tomo un momento para seguir— las cosas pueden ir mal, ellos pueden querer denunciarnos —dijo él y yo negué con la cabeza.

—Pero si no hicimos nada malo —dije sacudiendo la cabeza.

—Se que no hicimos nada malo, pero ante la justicia esto puede ir encontra nuestro. Si los de Hogar quisieran denunciarnos por apropiarnos, por así decirlo, de ella sin su permiso, talmente podrían hacerlo, y según estuve hablando con los abogados lo más probable es que ellos ganen. —explico y yo sacudí mi cabeza una vez más.

—No entiendo por qué tanto problema, ella quiso venir, y ella quiere quedarse —suspire.

—Lo sé Pau pero no sabemos qué va pasar sólo sabemos que no va ser tan fácil —dijo mi papá y luego me miro con un poco de angustia en los ojos—: si queremos hacer las cosas bien desde ahora tenemos que llevarla de regreso mientras tanto. —pude ver como mi mamá derramaba algunas lágrimas, sin duda era la que más se encariño con Isabella hasta ahora.

—Pero y si luego no nos dejan tenerla más —dije con temor y el suspiro negando con la cabeza.

—Existe la posibilidad hija, pero si la mantenemos acá va ser peor, para todos.

Pensé en Isabella –quien seguro se encontraba arriba viendo la televisión- pensé en lo mucho que no quería volver a ese lugar y tuve miedo.

—Papá tenemos que saber por qué no quiere volver no podemos sólo dejarla ir, no quiero que le pase más nada —dije al borde de las lágrimas.

—Vamos a hablar con ella en un rato sobre eso Pau, tranquila. Tampoco vamos a llevarla si es tan grave, tenemos que hablarlo. —dijo y yo simplemente asentí, no había nada más que pudiera hacer, me sentía inútil.

Deje un beso en las mejillas de ambos y les dije que subiría junto a Isabella, me dijeron que ellos hablarían un rato a solas y luego nos buscarían para bajar a comer.

Cuando llegue a la habitación de mis padres, donde Isabella se encontraba, ella estaba riendo a carcajadas por algo que había visto en la tele. Yo sonreí al instante.

—Hola Bella —dije capturando su atención.

—Hola Pau —dijo ella y hasta me sonrío un poco.

Quise llorar porque se me cruzo un pensamiento horrible en la cabeza, de que a lo mejor ella no volvería, y eso de seguro nos haría retroceder varias casillas a mi familia.

Sacudí la cabeza despejando mis pensamientos y decidí dejar la preocupación atrás un rato y disfrutar de nuestro corto tiempo juntas.

—Queres jugar a algo conmigo? —pregunté y a ella se le iluminaron los ojos.

—Sí—dijo asintiendo sin parar, sonreí de nuevo.

—Tenes alguna idea de lo que queres jugar o preferís que elija yo? —la dejé decidir.

—Podemos jugar a la peluquería, te puedo pintar y hacer peinados —dijo ella feliz.

—Me encanta la idea, justo más tarde viene Pedro y me quiero ver linda —dije en un tono divertido guiñándole el ojo, ella rió.

—Siiii —dijo y corrió a abrazarme, la sostuve por un momento largo antes de pararme.

—Vamos entonces —dije tomando su mano y guiándola hasta mi habitación.

Estuvimos como media hora dentro, ella jugo por mi cabello, por mi cara y hasta por mis uñas, y yo la deje feliz. Ya que nunca dejó de sonreír y eso era lo que quería que sucediera, que ella disfrutara.

Cuando termino trate de evitar reír frente a mi reflejo en el espejo ya que tenía un ojo pintado con sombra de color marron y el otro con violeta, los labios de un rojo no tan fuerte y con mucho rubor en las mejillas.

Mi cabello estaba recogido en dos trensas a los costados no tan bien hechas, me parecía a… No había comparación a nada, pero puedo decir que me veía graciosa, bastante.

Esbose un sonrisa enorme y me gire hacia mi pequeña estilista.

—Es la cosa más linda que alguien me hizo jamás —dije y esta vez fue su turno de sonreír.

—Te ves hermosa —dijo ella y me miro tiernamente, no pude evitarlo y me avalance a abrazarla.

—Gracias a vos —dije dejando un beso en su mejilla el cual ella me lo devolvió dejando uno en la mía— ahora vamos abajo a mostrasles a todos —agarré su mano y ambas bajamos.

Cuando mi papá y mamá me vieron pude notar que hicieron todo lo posible para no reír –ya que yo les había hecho una sútil seña apenas los vi.

—Isabella me dejo linda para Pedro —dije sonriendo enormemente hacia ellos. Mi padre tosió atajando una risa.

—A ver si esto lo hace venir menos —dijo mi papá gracioso y con mi mamá reímos.

—Ay papi ya te acostumbraste lo puedo notar —dije guiñando un ojo, él sonrío un poco.

—Y no me queda de otra —dijo encogiéndose de hombros, mamá le dio un codaso.

—Lo queres mi amor no te hagas —dijo mi mamá y ambas reímos de nuevo ante la mueca de papá.

—El Señor Miguel quiere mucho a Pedro? —preguntó Isabella y reímos mas fuerte inclusive.

—Muchísimo Bella, muchísimo —dije luego de parar de reír.

—Bueno basta de esto vamos a comer —dijo mi papá tratando de sonar enojado, no le salió.

Fui hasta él y deje un beso en su mejilla y el beso mi frente para luego ir a sentarme a mi lugar.

-

Cuando abrí la puerta para Pedro más tarde, con Isabella al lado, él también hizo todo lo posible para no reírse –cuando le di miradas que, como esperaba, entendió-. En cambio fingio un exagerado “wooooooaaaaooo” y se inclino para besarme.

—Estas hermosa mi amor —pude notar su actuación y quise reir.

—Gracias amor, Isabella me puso linda —dije señalando a Bella quien miraba de mi a Pedro sin parar.

—Te gusta? —preguntó Isabella, su voz siempre tan dulce.

—Siempre me gusta —respondió Pedro y pude notar que esta vez era serio, lo mire y él me miro, ambos sonreímos.

—La próxima la maquillo de otro color —dijo Isabella asintiendo. Y a mi me tibuteo un poco la sonrisa cuando dijo “la próxima” Pedro lo notó, pero no dijo nada.

—Eso espero Bella —dijo él guiñando un ojo.

—Bueno Bella, gracias por dejarme así de hermosa para Pepe —y el resto de mis compañeros, pensé para mis adentros— ahora tenenmos que irnos, nos vemos más tarde si?

—Nos vemos —asintió ella.

—Chau Bella —dijo Pepe arrodillándose y dándole un abrazo cortito al cual ella respondio también.

—Chau Pedro —dijo ella sonriendo un poco y caminó hasta la cocina de nuevo donde se encontraban mis padres.

Cuando cerré la puerta inmediatamente abrace a Pedro, él me acaricio la espalda por unos minutos mientras me sostenia sin preguntar.

Cuando nos miramos acuno mi mejilla y medio un corto pero dulce beso.

—Qué paso? —quiso saber mientras caminábamos hacia el auto.

—No va ser tan fácil tener a Bella —suspiré mientras el me abría la puerta.

—Por qué? —preguntó una vez que estuvo dentro del auto también.

Le expliqué todo durante el camino al colegio mientras el sostenía mi mano a un lado.

Para cuando termine ya estábamos casi cerca y cuando estacionamos el se inclino a besarme y mirándome a los ojos me dijo que iba a salir todo bien, y le creí.

***

Cuando entramos al salón donde mis compañeros se encontraban, algunos comenzaron a reírse a medida que me acercaba. Yo les sacaba la lengua y sonreía fingidamente. No me molestaba ponerme en ridículo por Isabella.

—Diosa, hermosa, única—dijo mi mejor amiga mientras la saludaba, ambas reímos.

—Gracias, gracias. Cortesía de Isabella —dije sonriendo, ella asintió con la cabeza.

—Ya veo, me preocupaba que dijeras que vos misma lo hiciste —dijo ella y le di un codazo.

Yo había estado nerviosa todo el día, y aún más después de la noticia que me dio mi padre, pero cuando me subí al escenario y comencé a cantar, todo lo que podía pensar era en la música y Pedro, quien cantaba conmigo. Esos sin duda eran uno de mis momentos de más pura paz.

***

Para cuando terminamos envíe un mensaje a mi mamá para saber si ya habían hablado con Isabella, recibí su respuesta rápidamente diciendo que primero la habían llevado al cine y luego al parque, que recíen ahora irían a merendar a casa para poder hablar con ella.

Lo cual significaba que tendría que quedarme afuera por un tiempo más, ellos querían hablar solos con ella primero, yo aunque quería negarme, acepté.

—Pepe, no puedo ir a casa todavía —dije mientras nos encaminábamos hacia el auto.

—Queres ir a mi casa? Podemos merendar y ver una película mientras dijo él y yo asentí, sería bueno seguir despejando mi mente, y él siempre lograba eso.

Cuando llegamos a su casa Ana y Horacio, sus padres, se encontraban en la cocina tomando mates.

—Que linda sorpresa, hola Pau —dijo Ana levantándose para abrazarme.

—Hola señora —correspondí su abrazo pero ella me soltó rápidamente dándome una mirada conocedora— Ana —me corregí y ella sonrío.

—Muy bien, sólo Ana. Por ahora —dijo ella guiñando el ojo ante su última palabra, y yo me sonroje.

—Que linda visita, hola Paula, todo bien? —dijo Horacio.

—Hola Don Horacio —lo saludé también.

—Si mi esposa quiere que la llamen Ana, yo también quiero que me llamen Horacio —dijo el y yo reí.

—Horacio —asentí y Pedro interrumpio.

—Bueno basta de charla, quiero hacerle la merienda a mi novia —dijo Pedro en un tono divertido mientras me jalaba hasta la cocina.

—Permiso —dije mirando hacia atrás mientras me llevaba, Ana y Horacio me nos miraban sacudiendo la cabeza divertidos.

—Pedro eso no estuvo bien —le dije una vez que estuvimos adentro y ya no pude ver a sus padres en la otra habitación.

—Si no nos sacaba de ahí iban a empezar una conversación que no iba a terminar más —dijo él encogiéndose de hombros.

—Sos malo —dije negando con la cabeza.

—No, solo no quiero compartirte —dijohaciendo un puchero y yo aún negando con la cabeza sonreí.

—Tonto —dije y él me quito la lengua.

—Soy todo lo que vos quieras —guiño el ojo y yo reí.

—Bueno dale basta vamos a hacer la merienda que por eso me sacaste de allá —dije señalando hacia donde se encontraban sus padres, él negó con la cabeza acercándose a mí.

—No te saqué solo por eso —dijo llegando hasta mi y agarrándome la cintura.

—No? —pregunté sonriendo un poco, él negó con la cabeza— para qué más entonces?

—Puede que para esto —dijo y al instante sus labios estuvieron sobre los míos y aunque quería separarme porque sus padres se encontraban solo a un poco de distancia, no pude, sus labios eran todo en lo que podía pensar.

—Estas loco —dije cuando por fin nos separamos, el dejo un corto beso más en mis labios.

—Ya te dije que por vos —guiño el ojo y luego comenzamos a preparar la merienda.

Merendamos entre risas y besos y luego cuando mi mamá me dijo que podía volver me despedí de los padres de Pedro y fuimos para casa.

Cuando llegamos frente  a mi puerta me gire hacia Pedro y lo abracé, luego nos separé un poco para mirarlo a los ojos.

—Gracias mi amor —dije y esperaba que lo entendiera, puesto que todo lo que hizo desde que llegamos a su casa fue distraerme y hacerme pasar un buen rato y le agradecía por eso. Él negó con la cabeza y me acercó más.

—Sabes que no tenes nada que agradecer, te amo preciosa y quiero hacer todo mejor para vos —derritió todo dentro mio al decir eso y la única respuesta que tenía era un beso y miles de te amo susurrados entre medio.

Cuando lo deje ir, entre a mi casa y me contré con mis padres en el comedor.

—Y? —pregunté apenas los vi.

—La tenemos que llevar igual Pau —dijo mi padre derrotado.

—Pero por qué no quería volver? —quise saber.

—Porque le hacen limpiar cosas que no le corresponden, la tratan mal, y alguna de las niñas le juegan bromas pesadas —dijo mi papá suspirando— pero contacté con el abagado y me dijo que eso no va servir ni de cerca para hacer una denuncia.

—Que la hagan pasar mal no importa entonces? —dije sintiendo un poco de ira.

—Importa sí, pero bien los del Hogar pueden negarlo todo y decir que Bella exagera, y como es chica preferirán creerles a ellos —dijo mi papá y todo lo que quería hacer era zapatear como una niña.

—Ya se lo dijeron? —pregunté y mi mamá asintió mirándome con los ojos brillosos. — que dijo?

—Primero se asustó y comenzó a llorar pero cuando le explicamos que necesitábamos hacerlo para luego poder tenerla con nosotros, asintió entre lágrimas y subió arriba —me explicó mi madre.

—Voy a verla —dije y subí sin esperar respuesta.

Cuando entre a la habitación de mis padres la noté de costado en la cama abrazando a una almohada, como no pude ver su cara me acerque hacia el otro lado y vi que estaba llorando, lo que me partió el alma.

—Bella —susurre y me miro.

—Ya me voy a ir —dijo ella bajito con lágrimas en los ojos.

—Pero vas a vovler, te lo prometo —le dije tratando de sonar segura.

—Vos crees? —pregunto corriéndose un poco.

—Totalmente —dije y me acosté a su lado— me abrazas? —pregunté y ella asintió mientras se acercaba a mi.

La rodeé con mis brazos y nos quedamos así un tiempo, hasta que mi mamá y papá entraron y dijeron que era hora de irse.

***


Mis padres no me dejaron ir con ellos a llevar a Isabella, esta vez protesté pero no sirvió de nada, se marcharon sin mi de todas formas.

Estuve yendo y viniendo por toda la casa hasta que luego de una hora por fin volvieron, sin Isabella.

—Qué pasó? —pregunté mi papá se veía exausto.

—Nos dijeron que iban a pensar qué harían —respondió papá.

—Que harían con qué? —pregunté.

—Con toda la situación, le explicamos todo, y les dijimos que queríamos adoptar a Isabella, ellos respondieron que volviéramos mañana de tarde para darles tiempo de analizar todo —dijo mi papá y mi mamá negó con la cabeza.

—Te puedo asegurar que son unos aprovechadores, están pensando en como quitarnos dinero —dijo mi mamá y mi papá suspiro.

—Sea lo que sea hay que esperar hasta mañana.

Más tarde cuando me encontraba sola en mi habitación todo lo que necesitaba para calmarme era a Pedro, por lo que le envíe un mensaje.

Media hora después se encontraba entrando por mi ventana.

Luego de cerrar la puerta con llave y apagar la luz se acostó a mi lado y me abrazó mientras yo pegaba mi cabeza en su pecho suspirando.

—Me das paz —dije mientras él me sostenía.

—El sentimiento es mutuo —dijo dejando un beso en mi frente.

—Te amo mi amor —dije buscando sus labios en la oscuridad y dejando un corto beso en ellos para luego acomodarme en su pecho de nuevo.

—Te amo preciosa —dijo dejando otro beso en mi frente— cada día más.

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1 comentario:

  1. Ojala salga todo bien con bella! Me.encanto el capitulo son muy tiernos!!!

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