miércoles, 21 de enero de 2015

-75.

Hoy era un día que si alguien preguntaba hace dos años si era uno de mis días favoritos yo respondería que sí sin dudarlo... Ahora no estoy tan segura.

Veinticuatro de diciembre no es lo mismo sin mi hermano, esta sería la segunda noche buena y navidad que pasaríamos sin él, y déjenme decirles que es uno de los días donde más se siente la ausencia de una persona.
No sé por qué, y no sé qué tiene de distinto a otra noche, pero así es.

Y acá me encuentro, en mi habitación, acostada en mi cama compadeciéndome de mí misma.

Tendrán que ser cerca de las 9 de la mañana y yo me encuentro pensando en Gonzalo, y esa maldita culpa que si bien se disipó un poco, sigue ahí y creo que nunca se va ir.

Recuerdo las mañanas del veinticuatro cuando él estaba aún, como venía a tirarse encima mío, obligándome a levantarme para poder ir de compras, que, por supuesto para él ir de compras significaba más que nada comprarse tonterías, nunca ropa. Siempre terminábamos comprándosela con mi mamá.

Cuando por fin lograba moverme lo reprendía por despertarme haciéndole cosquillas, y nos quedábamos así por unos minutos hasta que mi mamá venía a quejarse y a decirnos que comenzáramos a preparáramos.

Cuando volvíamos a casa de hacer las compras siempre ayudábamos a mamá por un rato y después nos escapábamos silenciosamente a jugar videojuegos en la habitación de Gonzalo, hasta que éramos descubiertos por papá quien nos mandaba a hacer cualquier cosa peor de lo que nos pediría mamá.

Mis abuelos siempre venían también, ya que éramos los más cercanos a ellos.

Nos sentábamos todos juntos en la mesa y entre bromas y a veces charlas serias terminábamos de cenar.

Luego hacíamos cualquier cosa mientras esperábamos a las doce para brindar y abrazarnos todos juntos.

Suspiré sintiendo lágrimas en mis ojos, deseando que ésta navidad sea un poco igual a las de antes, ya que la del año pasado fue una llena de lágrimas y no del buen tipo.

Me di diez minutos más para llorar la ausencia de Gonza y luego decidí dejar de compadecerme de mí misma.

Me levanté fui a ducharme y cuando salí y miré mi reflejo en el espejo hice miles de gestos para alivianar mi rostro y así poder sonreír.

Una vez que estuve segura que no se notaría mi reciente tristeza me dispuse a bajar.

En la mesa se encontraban mis papás junto con Isabella comenzando a desayunar.

—Buen día —dije y ellos repitieron lo mismo sonriendo un poco.

Fui en busca de una tasa y luego me senté en la mesa también.
Isabella se encontraba contando una historia sobre algo que había visto en la televisión, haciendo reír a mis padres.

Cuando me vio sentarme sonrío y comenzó a hablar de nuevo.

—Vamos a ir de compras Pau, vamos a ir de compras —dijo con entusiasmo y yo quise abrazarla y llorar.

Miré hacia mis padres y ellos asentían con la cabeza sonriendo hacia ella, yo lo hice también.

El año pasado apenas habíamos soportado la cena, ahora íbamos a volver a las compras.

Sin duda alguna Isabella trajo la luz que faltaba a esta casa y yo estaba tan agradecida con eso.

***

Fuimos de compras los cuatro juntos, y debo decir: pobre papá.
Entre medio de tres chicas no podía hacer nada más que seguirnos por todas partes lanzando una que otra queja en ocasiones.

Luego de lo que mi papá denominó muchas horas de suplicio fuimos al patio de comida con las bolsas a cuestas.

Una vez que comimos todos para suerte de papá ya volvimos a casa, descargamos todos juntos, hasta con la pequeña ayuda de Isabella, y luego cada uno se puso hacer la tarea que mi mamá daba.

Mi papá se fue a limpiar el jardín y a mí me tocaba toda la planta baja, mientras ella se encargaba de la cocina junto con Isabella, ya que la niña se había empecinado en que quería ayudar y mi mamá opto por decirle que la ayudara en la cocina.

Cuando estaba terminando de limpiar el comedor sentí mi celular vibrar en mi bolsillo y luego de secar mis manos lo agarre para abrir el mensaje, era de Pedro.

Hola preciosa, te extraño y mi mamá no deja de ocuparme un segundo, sino me escaparía para verte. Vos qué haces? Te amo.

Sonreí al leer su mensaje, ayer no nos habíamos visto ya que nuestros ex compañeros lo habían secuestrado todo el día, yo por mi parte pasé el día con mi mejor amiga. Primero habíamos estado mensajeando todo el tiempo, pero casi en el mismo tiempo nos despedimos porque a él le dijeron que deje el celular, y a mi Zaira me disparaba miradas entre burlonas y enojadas.

Hola amor, estoy igual, ahora termine de limpiar el comedor y todavía me queda la sala uf. Quien te dice y me escapo yo ;) Te amo más.

Envíe el mensaje y me dispuse a terminar de limpiar rápido así cumplía con lo que le había escrito.

Mi celular vibro unas cuantas veces pero lo ignoré dejándolo sobre la mesa.

Cuarenta minutos después ya se encontraba todo limpio, al menos lo que me correspondía a mí, fui al baño a lavarme las manos y la cara y luego tomé mi celular para ver los mensajes, algunos eran del grupo de ex compañeros, otro de Zaira continuando una conversación que habíamos tenido ayer, y luego los de Pedro.

Te voy a estar esperando ;)

Decía uno y luego el otro que llego casi al instante después decía:

Yo te amo más, o los dos por igual vos elegís.

Y había uno último que envío hace quince minutos que decía:

Te sigo esperando L

Reí y fui hasta la cocina para avisarle a mi mamá que me iría un rato a lo de Pedro.

Una vez que me dijo que no tardara tanto y que no moleste –tierna- agarre las llaves y me fui.

Caminando por supuesto, ya que nos estábamos tan lejos.

Llegue hasta su casa y no hizo falta tocar el timbre, ya que Pedro se encontraba en el frente, podando, sin camisa. Una buena combinación, créanme.

Me mordí el labio mientras sonreía, él se encontraba de espaldas por lo que decidí observarlo un tiempo más antes de hacerle saber que llegue.

Una vez que me di los minutos suficientes para observar de lejos a mi caliente novio, fui hasta él despacio y rápidamente lo abracé por atrás pegándome a él, agradeciendo no haberme dado una ducha porque me habría ensuciado de nuevo.

Él se tensó un poco primero, por la sorpresa, pero luego cuando acaricie su torso se relajó, suspirando, suspiro que se volvió casi un jadeo cuando lleve mis manos un poco más abajo...

Tosió para tapar un gemido y yo reí dejando quieta mis locas manos, para no torturalo más.

—Bueno, si este no es un recibimiento —dijo divertido y volví a reír.

—Estoy para servir mi amor —dije con el mismo tono y en un milisegundo se giró, logrando que mi agarre se suelte y poniendo sus manos en mi cintura él, para acercarme todo lo posible a su cuerpo.

Yo enrede mis manos en su cuello, y ambos sonreímos.

—Hola —dije bajito cosa que lo hizo sonreír aún más.

—Hola preciosa, ya me preguntaba yo si ibas a venir a hablar o pensabas observarme de lejos todo el día —dijo él con una sonrisa astuta, yo me ruborice un poco pero decidí que el que me descubriera no importaba, para nada.

—Bueno, una chica puede disfrutar la vista —dije y él rió.

—Así es que solo tengo que quitarme la camisa un poco más —dijo él y esta vez reí yo, asintiendo.

—Totalmente no me opondría.

—Bien, ahora que ya se…

No lo dejé terminar porque mis ojos se desviaron a su boca, así como los suyos estaban sobre la mía ya desde hace rato, entonces lo besé.

Nos acercamos más al otro si era posible en el beso, que se puso un poco salvaje cuando mordí sus labios para dar paso a mi lengua, y que la suya cediera también.

Sabía que ninguno quería separarse primero, pero cuando me fue necesario respirar de nuevo lo hice, y ambos nos encontrábamos jadeando.

—Cada día mejor —dijo él y yo asentí de acuerdo, uniendo nuestros labios de nuevo.

Una vez que estuvimos seguros que podíamos dejar los labios del otro aunque sea por un rato, él se puso su camisa de nuevo –que había estado tirada al costado- y nos dirigimos adentro para que pueda saludar a sus padres y hermanos.

Estuve un tiempo con ellos, charlando y ayudando un poco, hasta que llego mi hora de volver, les desee que tengan una feliz noche buena y luego por insistencia de Pedro, volví con él hasta mi casa.

Nos dimos un efusivo beso cuando llegamos en frente, y él me dijo que nos veríamos más tarde, ya que después de las doce pasaría a saludarnos.

Entré y ya podía oler las varias comidas que se encontraban listas u horneándose.

También divise a lo lejos a mis abuelos en el jardín, por lo que después de saludar a mi mamá para que sepa que llegue fui junto con ellos.

Los salude y me quede charlando con ellos que ya se encontraban ahí con Isabella como toda una anfitriona.

Tiempo después fui a ducharme y me puse el vestido que había comprado a la mañana, era de tonos de azul mezclados con verde agua, llegaba hasta los pies y me enamoré de él apenas lo vi a través de la vitrina de la tienda.

Una vez que estuve lista baje, y ya era cerca de la hora de cenar, todos ya se encontraban en el living charlando.

Pusimos la mesa con Isabella y luego nos sentamos a degustar las distintas comidas que había hecho mi mamá.

Y una vez más agradecí que Isabella entrara en nuestras vidas, porque esta cena fue amena, si bien hubo lágrimas y se sintió la ausencia, fuimos a través de ello y pudimos disfrutar de la velada, Isabella ayudando mucho a esto mientras contaba las tantas historias que veía en la tele.

Contamos los segundos antes de las doce, y chocamos las copas todos juntos cuando las bombas comenzaban a escucharse también, nos abrazamos y unas que otras lágrimas se escaparon.

Luego salimos afuera para ver el sin fin de colores en el cielo, si bien no me gustaba el sonido y cuanto perjudicaban las pólvoras, disfrutaba totalmente de las luces.

Mirando hacia el cielo susurré un feliz navidad para mi hermanito, estaba segura que nos deseaba lo mismo de allá.

Media hora después cuando ya volvimos adentro y nos encontrábamos en el jardín llegó Pedro, trayendo un vino en su mano y dos obsequios en el otro lado.

Rápidamente le quité el vino de las manos para llevar en la cocina, puse los regalos encima de la mesa y una vez que sus manos estuvieron vacías lo abrace por el cuello mientras pegaba nuestros labios.

—Feliz navidad —susurre antes de volver a besarlo.

—Feliz navidad —imitó mi acción también.

Luego por fin nos separamos, y él agarró uno de los regalos, dándomelo y el otro lo dejo en sus manos aún.

—Para Isabella? —pregunté y él asintió, yo sonreí.

Dejé mi regalo en la sala y luego nos encaminamos hacia el jardín donde se encontraban todos.

Isabella fue la primera que vio llegar a Pedro y corrió para abrazarlo, él la levantó hacia arriba para poder abrazarla también y ambos se dijeron feliz navidad, eran tan tiernos.

—Mira, tengo un regalo para vos —dijo él una vez que puso a Isabella en el suelo de nuevo.

—Para mí? —cercioro la niña, Pedro asintió, ella lo abrazo de nuevo— gracias Pepe.

Pasó a saludar a mis abuelos y a mis papás después de eso, y todos le dieron un abrazo, hasta sorprendentemente mi papá.

Nos sentamos un rato con ellos hablando y luego llegó un mensaje en el grupo de mis ex compañeros, era uno de ellos diciendo que estábamos todos invitados a su casa, ahora, para pasar el rato, una especie de fiesta de último momento.

Pregunté a mis padres si podía ir y luego de que me dijeran y a Pedro que me cuidara y comportara me dejaron ir.

Nos despedimos de todos y fui hasta arriba para agarrar el regalo que tenía para Pedro también antes de irnos.

Se lo di y me agradeció con un buen beso antes de que pasáramos por su casa primero para que así pueda saludar a sus padres antes de irnos a la casa de Juan, nuestro ex compañero.

Una vez que salude a toda su familia deseándoles feliz navidad, y que Pedro dijera que iríamos a la casa de un ex compañeros, nos pusimos en marcha.

Cuando llegamos ya estaban unos cuantos, la mayoría. Y me encontré con Zaira, nos dimos un fuerte abrazo deseándonos feliz navidad y lo mismo con el resto.

Había buena música, y ellos armaron una pista de baile en el medio de la sala, también ya habían comprado bebidas, estábamos pasando un buen rato.

Luego de bailar un rato con las chicas, fui hasta Pedro para sacarlo a bailar.

—Ya era hora —dijo gracioso y yo reí.

—Que te haces si te vi mirándome todo el tiempo —dije guiñándole un ojo.

—Un chico puede mirar —dijo retrucándome lo de la tarde.

Yo me mordí el labio sobradora, y él se encargó de tirarlo por mí, aja, con sus propios dientes.

Camine unos pasos hacia atrás, hacia la improvisada pista de baile mientras nos besábamos y luego paré, comenzando a balancearme con la música, él siguiéndome perfectamente.

Estuvimos por mucho tiempo bailando así, provocándonos hasta que nos cansamos y fuimos a sentarnos.

Cuando el sol comenzaba a salir decidimos irnos.

Llegamos frente a mi casa y me quite el cinturón de seguridad para inclinarme a darle a Pedro un beso de despedida.

Agarre una de sus mejillas y lo besé, pretendía que sea un beso corto y dulce, pero con toda la adrenalina que teníamos de las provocaciones mientras bailábamos, el beso se tornó todo menos dulce. Él agarró mi nuca acercándome más, cosa que no sucedió, por lo que harto de intentarlo agarró mis caderas y me llevó a su regazo, ambos jadeamos ante el contacto y unimos nuestros labios de nuevo, yo necesitaba más, él también, pero ambos sabíamos que teníamos que separarnos, ya era de mañana y mis abuelos podrían o no despertarse en cualquier momento.

Rompimos el beso a pesar de que era lo último que queríamos hacer, ambos respirábamos pesadamente.

—Me volves loco —susurro Pedro acariciando mi mejilla, sonriendo un poco.    

—Te amo mi amor —fue mi respuesta, luego deje un beso más en sus labios antes de volver a mi lugar.

Justo cuando estaba por abrir la puerta, él estiro mi brazo girándome hacia él de nuevo, me beso una vez más y pego nuestras frentes.

—También te amo preciosa, pronto vamos a amanecer juntos todos los días —dijo y yo sonreí como tonta, asintiendo y uniendo nuestros labios una vez más antes de salir del auto.


Llegué hasta la puerta y antes de entrar lo salude con la mano una vez más, él se fue y yo me quede con la sonrisa en el rostro imaginando nuestros futuros amaneceres juntos. 

**
Disculpen la ausencia es que existe una cosa llama bloqueo de escritor y nada me pasa mucho, espero les guste y comenten acá o en mis twitters @fatipauliter o @pypuntilend. 
PD1: si alguien lee y no le estoy pasando la nove avisenme así las agendo en la lista. 
PD2: Colleen Hoover es la vida y nada quería decirlo.  
PD3: lean estas novelas que están buenísimas: 
http://juntosalaparpyp.blogspot.com/ de @togetherthepair
http://thelovematchpyp.blogspot.com.ar/ de @nare_pauchaves
http://www.elpoderdetuamorpyp.blogspot.com/ de @pedroexist 

No hay comentarios:

Publicar un comentario