5... 4... 3... 2... 1... Feliz año nuevo!
Me encontré con los labios de Pedro a medio camino mientras escuchábamos el festejo de fondo, sus manos posadas en mi cintura, las mías en su cuello, olvidándonos de todo excepto nosotros.
—Feliz año nuevo preciosa.
—Feliz año nuevo Pepe.
—Nuestro primer año nuevo juntos —dijo mientras pegaba nuestras frentes.
—De muchos más —sonreí y él también.
—De muchos más —estuvo de acuerdo mientras regresaba sus labios a los míos.
Nos separamos un rato después ante el leve carraspeo que supuse era de mi padre.
Suponía bien, era él quién me esperaba una media sonrisa y los brazos abiertos, lo abracé.
—Feliz año nuevo papi.
—Feliz año nuevo hija.
Abracé a mi mamá e Isabella después de eso y por último a mis abuelos.
Estábamos en mi casa, Pedro se había quedado en la de sus padres hasta la cena y luego vino acá para pasar las doce conmigo -sorprendiéndome, por supuesto-.
Una vez que saludamos a todos y comimos el postre que mi abuela había hecho nos despedimos de todos y fuimos a la casa de Pedro, dónde saludamos a toda su familia también antes de partir hacia la fiesta de año nuevo donde nos encontraríamos con Zaira y Hernan, y también algunos ex compañeros más.
Pasamos un buen rato con ellos ahí, sin inconvenientes y con buena música.
El sol comenzaba a salir cuando Pedro estacionó frente a mi casa, desabroche mi cinturón y me incline para darle un beso de despedida.
—Comienza la cuenta regresiva mi amor —dijo él y una sonrisa se formo en nuestros labios, yo asentí y mi incline para besarlo una vez más.
Faltaban 55 días para mudarnos.
***
—Pasa la pelota gorda —me pidió Pedro y agarré la pelota que se encontraba cerca de mi reposera y se las tire en la cancha.
Nos encontrábamos en la casa de campo de Hernan en una reunión de ex compañeros en un sábado bastante caluroso.
—Gracias —grito una vez que sostuvo la pelota y vi que guiñó el ojo, le sonreí y volví a recostarme en la reposera.
Zaira y algunas compañeras se encontraban junto conmigo en otras reposeras mientras tomábamos un poco de sol y charlabamos de cualquier tema.
Unos minutos después puse una toalla en el cesped y me acosté boca abajo cerrando los ojos.
Podía escuchar a las chicas que seguían hablando pero me desconecté un rato pensando en la nada.
—Cubre tu trasero y nadie saldrá herido —escuché la voz de Pedro y reí ante la referencia de uno de mis libros favoritos que hizo.
Abrí mis ojos y lo encontré de cuclillas sonríendo.
—Sos un tarado —el guiñó, yo reí de nuevo— te acordaste eh.
—Y sí, si me hablas todo el día del libro como no acordarme —dijo él bufando un poco yo me mordí el labio para evitar reír.
—Lo siento —pestañeé y esta vez rió él.
—Vení vamos a la pile —dijo parándose y pasandome la mano.
La tomé y me paré junto a él, inmediatamente posó sus manos en mi cadera y me acercó todo lo posible, yo enganché las mias en su cuello.
—Hola —dije sonríendo.
—Hola —repitió sonríendo también.
Nos quedamos ahí, mirándonos, esperando a quién cediera a besar al otro primero.
Ambos eramos buenos ganadores, pero yo jugaba sucio. Pasé mi lengua al rededor de mis labios lentamente y...
—A la mierda —dijo él y estampó sus labios sobre los míos.
Sonreí triunfante y luego seguí el beso.
Cuando por fin nos separamos él sacudió la cabeza.
—Jugas sucio.
Yo le guiñe el ojo y lo besé una vez más antes de correr y tirarme a la pileta.
Mucho tiempo después cuando ya estábamos de vuelta, frente a mi casa a altas horas de la noche, mi incline para despedirme.
—45 días —dije una vez que nos separamos mientras nuestras frentes estaban pegadas.
—Cada vez menos —susurro y nos besamos por última vez antes de que entrara a mi casa.
***
Mis vacaciones se basaban en pasar tiempo con Pedro, tener tardes de merienda con Zaira, leer, pasar tiempo con Isabella y algunas que otras salidas a fiestas o a la casa de algún ex compañero.
Hoy nos estábamos preparando para salir e ir a un almuerzo en la casa de mis abuelos, todos juntos.
Y a todos juntos me refiero a Pedro y su familia.
Mis abuelos no los conocían aún y en año nuevo cuando vinieron habían invitado a Pedro y le habían dicho que inviten a su familia también para pasar un día ahí.
Y hoy llego el día, la familia de Pedro llegaría en un rato para que podamos ir, ya que ellos no conocían el camino nos seguirían desde atrás.
Justo cuando metíamos algunas cosas al auto vi el auto de Pedro y el de su papá estacionándose, fui hasta la entrada mientras Pedro salía del auto.
—Hola hermoso —dije besándolo.
—Hola preciosa —dijo él y entonces fui a saludar a su mamá y hermanos mientras mis padres salían con Isabella luego de cerrar la casa.
—Bueno, vamos? —se cercioró mi papá una vez que todos se saludaron.
—Vamos —respondió Horacio y cada uno nos subimos en los respectivos autos.
Cuando llegamos mis abuelos ya estaban esperando frente al pórtico.
—Abuelos estos son Ana, Horacio, Carolina, Sonia, Luciana y Federico —dije presentando a la familia de Pedro.
Una vez que nos saludamos todos entramos y fuimos hacia el enorme patio de la casa de mis abuelos.
Mi papá comenzó a preparar el fuego, ya que se encargaría del asado y mientras mi mamá y Ana estaban adentro preparando ensaladas, a nosotros nos dejaron quedarnos en el jardín diciendonos que nos encargariamos de limpiar todo -lindo-.
Nos quedamos charlando con los hermanos de Pedro mientras mirábamos a Isabella corretear por ahí, Carolina y Sonia ya tenían pareja y eran serios por lo que pensaba que pronto alguna de las dos estaría mudándose, Luciana era la que seguía pero según ella no tenía nada serio por el momento, Federico era un jugador nato -palabras de sus hermanas, no mías- por lo que no tenía una novia.
Nos preguntaron sobre el departamento, y las chicas me dijeron que querían ser invitadas seguido yo les respondí que por supuesto mientras que Pedro se burlaba diciendo que ya tuvo suficiente de ellas -se gano unos golpes en el hombro por eso-.
Isabella vino después pidiéndonos jugar con ella y com Pedro le dimos el gusto, siempre que podíamos lo hacíamos.
Estuvimos así por un tiempo hadta que los tres nos cansamos y nos quedamos acostados en el piso por un rato.
Cuando por fin estuvo el asado pusimos la mesa y nos sentamos todos juntos a almorzar.
Iniciamos una charla todos juntos primeros pero a medida que el tiempo transcurrió se hicieron pequeñas charlas, mi mamá hablaba con la de Ana y mi abuela siguiendo al parecer la conversación que tenían en la cocina. Mi papá, el abuelo, Horacio, Federico y Pedro hablaban sobre fútbol y Caro, Lu, Sonia y yo teníamos una charla sobre una serie de televisión en común que teníamos.
—Paupi no hay postre? —preguntó bajito Isabella cuando terminó su comida y todos seguían charlando.
Sonreí ante el apodo que me lo había puesto recientemente y asentí.
—Queres helado? —mantuve el tono bajito igual y ella asintió.
—Bella y yo queremos helado, alguien más? —pregunté en general y todos respondieron que ellos también.
—Yo te acompaño —anunció Pedro una vez que me dieron el dinero y yo asentí.
Nos paramos y fuimos hasta la heladería caminando ya que no se encontraba tan lejos.
—Mi mamá esta encantada con tu abuela —comentó Pedro mientras caminabamos tomados de la mano.
—Y mi abuela también, ya ves como estan —dije y reímos un poco.
—Me encanta que se lleven bien.
—A mi también —dije y le di un corto beso.
Una vez que compramos el helado volvimos y Isabella era la primera que nos esperaba ansiosa por su postre.
Servi para ella y luego a todos y devoramos el helado en menos de media hora.
La tarde pasó rápida ya que estábamos bastante cómodos pasándola bien.
Cuando se hizo hora de regresar nos despedimos con la promesa de que se volvería a repetir.
Más tarde ya en mi habitación nos estábamos envíando mensajes con Pedro y cuando no recibí mas respuesta de su parte estaba a punto de dormir pensando en como quería tenerlo al lado cuando escuché un ruido a través de mi ventana.
Me levanté y fui a abrirla encontrándolo a él sonríendo abajo.
Apenas subió lo besé.
—Me leíste la mente —dije una vez que nos separamos.
—Estabas pensando en mí eh —dijo moviendo la ceja de arriba abajo.
—Tarado —dije golpeándolo.
Nos acostamos en mi cama después, quedando frente a frente, apenas viéndonos con la poca luz que venía de afuera.
—Te amo ya sabías? —dijo mientras yo pegaba nuestras frentes.
—Lo sé y yo te amo a vos —dije sonríendole.
—30 días —susurró.
Yo imité su sonrisa asintiendo y lo besé antes de acomodar mi cara en su pecho y quedarme dormida.
**
Hoola escribí esto desde el cel y no tengo idea de si es corto o no pero es lo que salió perdón por la ausencia pero no me ando sintiendo bien como para escribir.
Comenten acá o en twitter pero comenten porfa.
Pd1: si quieren recomendar la nove no me quejo ya saben.
Pd2: gracias solfi arroba everwiththem por la ayuda con las ideas a veces te quiero.
Pd3: no me da la cabeza para otros pd's asi es que me retiro ya saben comenten.🙏
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