A la mañana siguiente me desperté
con los ojos más hinchados que de costumbre y luego de estirarme noté
primeramente que había una nota en la mesita de noche, era de Zaira diciéndome
que salió a desayunar con Hernán y que no me quiso despertar.
Después aclarando mejor mi visión
me fije que había una pequeña canasta de desayuno sobre la mesa que estaba casi
pegada a la pared, fruncí el ceño y me levante para ver si había alguna otra
nota de Zaira pero con lo que me encontré fueron con las palabras "Perdón"
y debajo "un imbécil que te ama" escritas con una letra que yo
conocía bastante, sonreí, agarrando el desayuno y guardando la nota.
Era una estupidez por lo que
peleamos, lo sabía, pero no se lo iba a dejar saber a él todavía.
Luego de terminar el desayuno fui
a ducharme y cuando salí estaba decidida a seguir el plan que había ideado, con
o sin Pedro.
Básicamente se trataba de
recorrer París, tan simple como eso. Creo que muchos harían eso, puesto que
desde hoy comenzaba nuestra semana de
libertinaje como le gustaba llamarlo a mi mejor amiga.
Me vestí con ropa cómoda y luego
de agarrar mi cartera salí de la habitación para encontrarme con un ramo de
peonias, sonreí de nuevo y leí la nota que tenía al costado.
Asumo que me perdonaste, pero no me la vas a hacer tan fácil no?
No importa, amo remar ;)
Sonreí más grande y agarre el
ramo para meterlo en la habitación.
Cuando por fin baje al lobby
Pedro ya se encontraba ahí, por supuesto y yo casi sonreí, casi.
—Hola —dije dándole un pequeño
asentimiento de cabeza pasándolo mientras iba hacia la entrada.
—Hola —lo escuché decir detrás de
mí, notando que me seguía— te acompaño? —dijo unos momentos después y yo me
encogí de hombros, no queriendo decir ni que sí, ni que no.
Él lo tomó como un sí, y caminamos
así por lo que creo fueron un par de horas, a mí sin importarme su presencia –o
al menos fingiendo eso-, admirando cada pequeño detalle que veía ante cada
calle que pasábamos, deteniéndome en momentos para sentarme frente a una
fuente, o en bancos con vista a algo que llamaba mi atención. Él siempre permaneció
cerca, sin decir nada, pero a mi lado.
Estábamos sentados en un banco
con la vista de un pequeño parque donde algunos niños jugaban, y cuando
comenzaba a levantarme para ir a otro lugar, el suspiro de Pedro fue la única
advertencia que recibí antes que tomara mi mano y me llevara hasta su regazo.
Mi cara quedo directamente frente
a la suya y, primeramente traté de soltarme, pero su agarre en mi cintura era
tan fuerte que me rendí.
Nos miramos por un largo rato
hasta que él movió una mano a mi mejilla mientras hablaba por primera vez desde
que salimos del hotel.
—Podes, por favor, terminar con
esto ya —dijo mientras acariciaba mi mejilla y me miraba con los ojitos cual
gatito de shrek.
—Si admitís que ayer te
comportaste como un nene —dije queriéndolo pelear un poquito más. Él bufó un
poco.
—Si admito que me comporte como
un nene —dijo de mala gana.
—Con credibilidad Pedro —le dije
y me lanzó una mirada.
—Paula —dijo casi como una queja
y advertencia, yo reí un poco.
—Está bien, está bien. Bueno
ahora que tenemos claro que vos te comportaste como un imbécil y yo no hice
nada malo —cuando dije la parte final él arqueo una ceja— qué? No hice nada
mal, sólo me vestí un poquito menos de lo normal.
—Eso es lo suficiente malo para
mí, sabes todas las veces que me tuve que aguantar de no romperle la cara a un
idiota por cómo te miraba? —dijo y yo casi quise sonreír, casi.
—Ya aclaramos eso ayer no te parece
—dije arqueando una ceja, él frunció el ceño un poco.
—Está bien, pero por favor, por
mi salud, podes vestirte un poquito más la próxima? —dijo poniendo los ojitos
raros de nuevo, yo suspire sin poder resistirme a esa mirada.
—Puedo —dije asintiendo y él
sonrío un poco, entonces seguí— y la próxima vez no quieras tratar de darme
ordenes porque se va poner peor —lo advertí, él asintió solemnemente.
—No lo voy a volver a hacer, lo
prometo —respondió y no dije nada más.
Ahora que el asunto estaba
arreglado me volví consiente de su mano haciendo círculos en mi espalda, y de
la otra aún en mi mejilla.
Lo miré, me miro, y no hicimos
nada más que mirarnos por unos segundos, hasta que él utilizo su agarre en mi
rostro para unir nuestros labios.
Primero fue un beso lento, dulce,
pero a medida que seguíamos besándonos el beso se intensificó y fue un beso digno
de París.
Jadeamos por aire cuando nos
separamos y él me dio un pequeño beso de nuevo antes de sonreír.
—Creo que acabamos de darles un espectáculo
a esos niños —dijo Pedro mirando por detrás.
Gire mi cabeza un poco y vi a
unos cuantos niños mirándonos con la boca abierta, roja de la vergüenza me paré
y Pedro comenzó a reír.
—Ay Pedro mira lo que haces —dije
medio divertida aún roja.
—No soy yo, es el amor —dijo él
guiñando un ojo, mientras comenzábamos a caminar de nuevo, esta vez con las
manos entrelazadas.
Cuando volvíamos al hotel el sol
ya estaba bajando, por lo que decidimos quedarnos a merendar cerca del río
mientras veíamos el atardecer.
Esa noche nos cambiamos sigilosamente
de habitación, por lo que dormí por fin, acurrucada a Pedro en París.
**
Este cap es corto porque lo hice sólo para que dejen de odiarme.
PD1: el cap anterior me olvide de agradecer a arroba everwiththem por la ayuda, así es que... gracias enferma, a veces tqm.
PD2: COMENTEN hubo un tiempo en el que comentaban mucho, ahora ya no:( está tan fea la nove? ahre.
PD3: lean las noves del costado.
PD4: Escritoras y Agos ponganse las pilas y escriban más en el grupo, gracias.
Ahora sí, chiau.
ayer me hiciste sufrir y hoy me haces llorar, sos todo en la vida, una forra no podes escribir así, Pedro tan tierno siempre. Te dejo este comentario para que dejes de hacerme sufrir nada te quiero te adoro chau.
ResponderEliminarte adoro mil agostina♥
EliminarQue bueno que se amigaron!!! Genial el capitulo!!!
ResponderEliminar