martes, 13 de enero de 2015

-70.

A la mañana siguiente me desperté con los ojos más hinchados que de costumbre y luego de estirarme noté primeramente que había una nota en la mesita de noche, era de Zaira diciéndome que salió a desayunar con Hernán y que no me quiso despertar.

Después aclarando mejor mi visión me fije que había una pequeña canasta de desayuno sobre la mesa que estaba casi pegada a la pared, fruncí el ceño y me levante para ver si había alguna otra nota de Zaira pero con lo que me encontré fueron con las palabras "Perdón" y debajo "un imbécil que te ama" escritas con una letra que yo conocía bastante, sonreí, agarrando el desayuno y guardando la nota.

Era una estupidez por lo que peleamos, lo sabía, pero no se lo iba a dejar saber a él todavía.

Luego de terminar el desayuno fui a ducharme y cuando salí estaba decidida a seguir el plan que había ideado, con o sin Pedro.

Básicamente se trataba de recorrer París, tan simple como eso. Creo que muchos harían eso, puesto que desde hoy comenzaba nuestra semana de libertinaje como le gustaba llamarlo a mi mejor amiga.

Me vestí con ropa cómoda y luego de agarrar mi cartera salí de la habitación para encontrarme con un ramo de peonias, sonreí de nuevo y leí la nota que tenía al costado.

Asumo que me perdonaste, pero no me la vas a hacer tan fácil no?
No importa, amo remar ;)

Sonreí más grande y agarre el ramo para meterlo en la habitación.  

Cuando por fin baje al lobby Pedro ya se encontraba ahí, por supuesto y yo casi sonreí, casi.

—Hola —dije dándole un pequeño asentimiento de cabeza pasándolo mientras iba hacia la entrada.

—Hola —lo escuché decir detrás de mí, notando que me seguía— te acompaño? —dijo unos momentos después y yo me encogí de hombros, no queriendo decir ni que sí, ni que no.

Él lo tomó como un sí, y caminamos así por lo que creo fueron un par de horas, a mí sin importarme su presencia –o al menos fingiendo eso-, admirando cada pequeño detalle que veía ante cada calle que pasábamos, deteniéndome en momentos para sentarme frente a una fuente, o en bancos con vista a algo que llamaba mi atención. Él siempre permaneció cerca, sin decir nada, pero a mi lado.

Estábamos sentados en un banco con la vista de un pequeño parque donde algunos niños jugaban, y cuando comenzaba a levantarme para ir a otro lugar, el suspiro de Pedro fue la única advertencia que recibí antes que tomara mi mano y me llevara hasta su regazo.

Mi cara quedo directamente frente a la suya y, primeramente traté de soltarme, pero su agarre en mi cintura era tan fuerte que me rendí.

Nos miramos por un largo rato hasta que él movió una mano a mi mejilla mientras hablaba por primera vez desde que salimos del hotel.

—Podes, por favor, terminar con esto ya —dijo mientras acariciaba mi mejilla y me miraba con los ojitos cual gatito de shrek.

—Si admitís que ayer te comportaste como un nene —dije queriéndolo pelear un poquito más. Él bufó un poco.

—Si admito que me comporte como un nene —dijo de mala gana.

—Con credibilidad Pedro —le dije y me lanzó una mirada.

—Paula —dijo casi como una queja y advertencia, yo reí un poco.

—Está bien, está bien. Bueno ahora que tenemos claro que vos te comportaste como un imbécil y yo no hice nada malo —cuando dije la parte final él arqueo una ceja— qué? No hice nada mal, sólo me vestí un poquito menos de lo normal.

—Eso es lo suficiente malo para mí, sabes todas las veces que me tuve que aguantar de no romperle la cara a un idiota por cómo te miraba? —dijo y yo casi quise sonreír, casi.

—Ya aclaramos eso ayer no te parece —dije arqueando una ceja, él frunció el ceño un poco.

—Está bien, pero por favor, por mi salud, podes vestirte un poquito más la próxima? —dijo poniendo los ojitos raros de nuevo, yo suspire sin poder resistirme a esa mirada.

—Puedo —dije asintiendo y él sonrío un poco, entonces seguí— y la próxima vez no quieras tratar de darme ordenes porque se va poner peor —lo advertí, él asintió solemnemente.

—No lo voy a volver a hacer, lo prometo —respondió y no dije nada más.

Ahora que el asunto estaba arreglado me volví consiente de su mano haciendo círculos en mi espalda, y de la otra aún en mi mejilla.

Lo miré, me miro, y no hicimos nada más que mirarnos por unos segundos, hasta que él utilizo su agarre en mi rostro para unir nuestros labios.

Primero fue un beso lento, dulce, pero a medida que seguíamos besándonos el beso se intensificó y fue un beso digno de París.

Jadeamos por aire cuando nos separamos y él me dio un pequeño beso de nuevo antes de sonreír.

—Creo que acabamos de darles un espectáculo a esos niños —dijo Pedro mirando por detrás.

Gire mi cabeza un poco y vi a unos cuantos niños mirándonos con la boca abierta, roja de la vergüenza me paré y Pedro comenzó a reír.

—Ay Pedro mira lo que haces —dije medio divertida aún roja.

—No soy yo, es el amor —dijo él guiñando un ojo, mientras comenzábamos a caminar de nuevo, esta vez con las manos entrelazadas.

Cuando volvíamos al hotel el sol ya estaba bajando, por lo que decidimos quedarnos a merendar cerca del río mientras veíamos el atardecer.


Esa noche nos cambiamos sigilosamente de habitación, por lo que dormí por fin, acurrucada a Pedro en París.

**
Este cap es corto porque lo hice sólo para que dejen de odiarme.
PD1: el cap anterior me olvide de agradecer a arroba everwiththem por la ayuda, así es que... gracias enferma, a veces tqm.
PD2: COMENTEN hubo un tiempo en el que comentaban mucho, ahora ya no:( está tan fea la nove? ahre.
PD3: lean las noves del costado. 
PD4: Escritoras y Agos ponganse las pilas y escriban más en el grupo, gracias.
Ahora sí, chiau.

3 comentarios:

  1. ayer me hiciste sufrir y hoy me haces llorar, sos todo en la vida, una forra no podes escribir así, Pedro tan tierno siempre. Te dejo este comentario para que dejes de hacerme sufrir nada te quiero te adoro chau.

    ResponderEliminar
  2. Que bueno que se amigaron!!! Genial el capitulo!!!

    ResponderEliminar